sábado, 26 de noviembre de 2022

Carne

Dicen que el cuerpo va diciendo lo que le hace falta. Me ha sorprendido que tengo unas semanas queriendo-necesitando pedazos de carne de vaca. Yo siempre he sido carnívora: siempre he disfrutado la carne y  la he preferido respecto a otras cosas -ojalá mi criatura nunca se haga vegetariana-, pero mis antojos han sido, típicamente, de cosas chocolatosas o de panes-pasteles. Ahora quiero chuleta a cada rato.  Se supone que a más edad, habría que comer menos carne. Yo me regulo por economía XD ¿Por qué alguien estará necesitando proteína animal? 

Silvia Parque

martes, 15 de noviembre de 2022

Urgencias

Quería contar sobre mis clases, sobre esto y aquello, pero nada fue tan poderoso como para hacerme un espacio y traerme al blog, en medio de las muchas cosas por hacer... Hasta hoy.

Yo preparaba dulce de guayaba: agua, guayabas partidas, canela -en polvo porque no tengo entera- y piloncillo triturado. Salí de la cocina, contestaba un mensaje y oí el golpe de la olla al caer, seguido por gritos de dolor. La niña se echó encima el agua que estaría empezando a hervir.

Afortunadamente, el preparado todavía no se convertía en esa clase de líquido parecido a la miel, que se habría pegado a la piel. Afortunadamente, no le cayó en la cara, no le lastimó los ojos. Pero fue una quemadura de segundo grado. Gritó, gritó y gritó de dolor. Hace rato, después de un ratito dormida, se despertó a gritar y patalear de dolor. 

Me descuidé.

Hace días le he estado diciendo que los actos tienen consecuencias, que lo que hacemos provoca cosas y que decir "no lo vuelvo a hacer" no quita las consecuencias provocadas. 

Ojalá pudieran "quitarse" las consecuencias; pero no. 

Dijeron que tardaría unos siete días en formarse una costra. Se espera que todo esté bien, con el favor de Dios. No parece que vaya a ser sencillo...

En el caos, tratando de mojarla, "inundé" la casa. Al regresar fueron un par de horas sacando agua y el impacto de ver papeles importantes mojados. No he querido ni ver cuáles exactamente son ni cómo rescatarlos: estoy cansada. 

Silvia Parque

miércoles, 24 de agosto de 2022

Afectos

 Le doy clase a grupos que disfruto mucho; pero más allá de lo bien que la paso, vengo a contar algo cursi: de verdad les quiero. Estos días me he preguntado cuál será la dinámica que configura este afecto, porque podría decirse que verles continuamente a lo largo de un ciclo escolar y en muchas ocasiones a lo largo de varios ciclos escolares, nos lleva a conocernos y entonces va surgiendo el cariño. Pero, recibo grupos a los que no conozco de nada e inmediatamente les quiero. Supongo que es la posición en la que me encuentro, la situación... A veces, pasa todo un semestre y no logro aprenderme el nombre de Fulanito y de Fulanita; pero sé cosas sobre sus potencialidades, sus necesidades, su estilo, etc., y sinceramente quiero que estén bien, que les vaya bien, y hago todo lo posible por contribuir a ello.  

Silvia Parque

domingo, 21 de agosto de 2022

En estas andamos

Pasó una semana del nuevo ciclo escolar de B, es decir: lleva una semana en primero de primaria. Los planes tuvieron que rehacerse en el camino, pero es una de las maravillas de la educación en casa: no hay problema por ajustar, adaptar, movernos, etc. La cosa es tan buena, que lleva "cocina" como materia optativa :D

Por otra parte, aunque siempre tuvimos en cuenta que ella necesitaría un grupo de pares, no imaginamos que encontraríamos un espacio como el que llegó a nuestras vidas. Es un centro terapéutico que, para efectos prácticos, le resulta a B como "ir a la escuela". Ahí es parte del grupo como nunca vi que lo fuera, a pesar de la intención y el trabajo de las profesionales que la acompañaron en el jardín de niños. 

También fue la primera semana de clases en la universidad. Ya teníamos dos semanas trabajando en capacitación, academias y planeación, pero apenas volvieron las y los estudiantes. ¡Son una gozada!

Silvia Parque

martes, 26 de julio de 2022

Mi hija salta

Mi hija salta.

Necesita saltar.

Como otros niños necesitarán otras cosas, la mía necesita moverse y le gustó saltar. Así que salta en la cama. La gente me decía que era peligroso pero yo soy una pasota con esas cosas del peligro. Más o menos nos ecualizamos entre el papá y yo, porque él sí que es cuidadoso.

Total, que mi niña salta. Y crece, gracias a Dios. Y ahora pesa 20 kilos. Así que ha ¿deshecho? la cama. 

Es una cama metálica que era parte de unas literas. El señor padre estuvo colocando los tubos que forman la base, muchas noches, hasta que ya no funcionó el arreglo. Dice que hay que soldarlos. 

Ojalá pueda comprar un artilugio de esos para saltar, que en mis tiempos eran una "cama elástica" y ahora se llaman "trampolín" o algo así. Si no puedo, habrá que esperar hasta diciembre, a que lo traiga Santa, que solo tiene que hacer magia navideña y no se ocupa de presupuestos y cuentas...

Hasta entonces, la niña necesita saltar, así que el colchón se quedará en el piso porque no viene al caso pagar para que arreglen la cama y que luego vuelva a pasar, ni le voy a pedir que no salte a una niña que necesita saltar.

Silvia Parque

lunes, 25 de julio de 2022

Clientes

Hemos vuelto a la vida después de una semana de faringitis familiar. Después de unos días de retomar energía, pretendo preparar mis cursos y conseguir clientes, así que este es un llamado al universo de los clientes: 

¡Clientes, vengan a mí! Rápido, por favor, para atenderlos antes de que inicie el curso.

Quiero dos clientes que me encarguen la corrección de textos extensos muy interesantes; uno, de algún tema de mi área de conocimiento; otro, de algo que no sepa, porque me gusta aprender. Que les parezca que cobro lo justo y paguen a tiempo.

Silvia Parque 

miércoles, 13 de julio de 2022

La añoranza de estar en paz

Cuando B nació, yo no quería hacer nada más que contemplarla y amamantarla... Eso y cosas en relación con el gran drama que había con su padre; pero el tema al que voy es a que en mi maternidad viví ese enamoramiento de tú y yo somos una misma, qué bonito existes y no me interesa nada más. Trabajé desde casa porque era necesario y afortunadamente, mi ocupación siempre fue disfrutable, pero mi pasión en esa etapa era ser una vaca echada. En la medida en que B adquirió "movilidad" fue haciéndose cansado eso de "solo vivo para ti". Se fue revelando que neurotípica no era y empecé a fastidiarme de cosas como que durante varias noches fuera difícil dormirla. Sin embargo, de cualquier modo, mi alma estaba en maternar.

El encanto se perdió con el destete, a los dos años. No es que se perdiera por causa del destete; más bien, supongo que quise destetar porque fui empezando a recuperarme. Amamantar fue cada vez más incómodo hasta que no quise seguir haciéndolo. A la vez, fui queriendo volver al mundo y fui queriendo mi espacio: tiempo sin ella, tiempo con otras personas.

Todavía estoy enamorada de su ser y de su existencia. Cuando hace algo como estornudar o bostezar me provoca la misma sensación de encanto que cuando estaba recién nacida. A veces me quedo contemplando su imagen y me parece perfecta. No obstante, ahora el "encanto" son momentos. La amo siempre, pero el encanto es de momentos. Y muchas veces, MUCHAS más veces de las que habría creído que ocurriría, quiero que me deje en paz, que vaya a otro lado que no sea encima de mí.

Sé que más pronto de lo que imagino será mayor. Me queda clarísimo porque se han escurrido estos siete añitos. Agradezco su vida, agradezco que estemos juntas, agradezco su salud que le da energía y su interés en mí... Ese interés me hacía sentir superestrella hace años. Pero la verdad es que ahora soy una mamá que quiere tomarse un café mientras escribe esto, sin estar respondiendo a demandas constantes de atención y cuidado.

Silvia Parque

lunes, 11 de julio de 2022

Mi trabajo

¡Hace más de un mes que publiqué la entrada anterior a esta! 

Estuve muy ocupada por el fin de curso: evaluaciones, calificaciones, revisión de proyectos... Y ahora, de vacaciones, ni hija no da tregua. En las noches suelo terminar muy cansada, así que cuando no trabajo en los textos que corrijo, me quedo dormida antes de conseguir llegar acá. Tengo ganas de escribir sobre varias cosas que no me resulta fácil abordar, así que decidí hablarles de algo que no tengo que pensar.

Como saben, el pasado octubre volví a dar clases. En ese curso, el año pasado, llegué al semestre iniciado, a enterarme casi de un día para otro de los contenidos que iba a manejar, así que fue pesado; sin embargo, amé regresar a las aulas: amo mi trabajo. De eso quiero hablar.

Para empezar, está el privilegio del empleo. No tengo una "plaza" o "base", de modo que este mes de vacaciones hago malabares porque no me pagan; pero agradezco que, en un país con mucha informalidad, yo firmo un contrato y accedo a la seguridad social, lo cual nos da servicio médico -a mí y a la cría- y me permite plantearme acceder a un crédito para comprar un terreno o una casa. En cuanto al día a día: me tratan amablemente, tengo libertad de cátedra y puedo beber café gratis :D La paso de lo mejor. Los cursos son una gozada: dan gusto nivel chocolate. Y mis estudiantes son respetuosos, agradecidos y con ganas de aprender; no son pocos los que están haciendo un gran esfuerzo para sacar una carrera adelante mientras trabajan. 

Estoy muy agradecida.

Silvia Parque

martes, 31 de mayo de 2022

Buena memoria

 Yo tengo una memoria normal para unas cosas, mala para otras. Tengo problemas regulares para recordar a las personas y problemas serios para recordar los nombres de las personas -con mis estudiantes, es penoso-. Además, vivo esos despistes de llegar a la cocina y no saber a qué iba o no saber dónde dejé algo. Sobrevivo, con metidas de pata importantes, del tipo de olvidar una cita médica de la niña. Afortunadamente, en cuanto a la esencia de mi trabajo, todo funciona bien.

Aparte de eso, tengo una memoria privilegiada para recordar "de dónde vengo". 

Hay una canción cristiana llegadora de Nancy Amancio, que fue muy importante para mí. Dice: "Nunca olvides a qué Dios te llamó / de dónde te sacó / y qué te prometió". Y yo puedo olvidar qué me prometió; llegó a olvidar a qué me llamó; pero tengo clarito y fresco, siempre, de dónde me sacó. Y creo que sobre todo por eso, todo lo vivo como la gran cosa: muy agradecida.

Silvia Parque

domingo, 22 de mayo de 2022

Enferma

Tuve una infección en la garganta. Creo que ya pasó porque hoy termina el tratamiento (antibiótico), pero todavía no me siento bien-bien. Al principio, creí que estaba pagando por una noche de desvelo; sin embargo, al día dos de sentirme mal, me di cuenta de que era el malestar de enfermedad. Eran los días de mi menstruación, que nunca me da mucha lata, pero seguro colaboró para noquearme. Además, ya había iniciado el calor y a mí el calor me afecta la presión. 

Gracias al ibuprofeno y a la amoxicilina, fui medio pudiendo con la vida -tengo mucho trabajo atrasado-; pero entre una cosa y otra, no compré sertralina a tiempo y llevo unos diez días sin ella. NO DEBO QUEDARME SIN SERTRALINA. Ya le he dicho a mi hija que le cambiaré a su madre por un gran perro San Bernarndo y, así como creo que cuidar un perro no es ser mamá, tampoco un perro puede ser la mamá de mi hija. Es solo que por momentos siento que lo haría mejor que yo.

Pero ya mañana compro la cordura.

Silvia Parque

sábado, 14 de mayo de 2022

El día de la madre y los perros

Fue el día de la madre y en esta casa se vivió casi exactamente como quise. Fue muy bonito. Podría hablar de eso o de mi maternidad, pero en su lugar, vengo aquí a dejar lo que pensé después de leer un tweet sobre las madres de macotas.

Cada persona ama a lo que se le da la gana: seres vivos, objetos, ideas. Allá cada cual.

Cabe la posibilidad de que los animales sean parte de la familia. Hay quienes les humanizan. A mí me parece que esto último es malo para los animales; en principio, irrespetuoso.

Así pues, no es raro que se ame a un animal. Y si alguien le siente como "hijo", pues bueno -faltaba más, los sentimientos son los que son-. Que los animales domésticos vivan a su humano como "mamá", también lo entiendo. 

Pero eso no es la maternidad. Ni de lejos. Por más amor inmenso que sientan por sus perros, gatos o lo que tengan. Por más que den su vida por ellos. Por más que esos perros, gatos, conejos, patos sientan, demuestren, valoren o lo que sea...

La maternidad implica hacerte cargo de la formación de una persona. 

Si alguien cree que quiere a su perro tanto como una mamá quiere a su niño, puede ser, tanto porque se puede amar a un perro con toda el alma, como porque hay niños poco -o nada- amados. Pero eso no la hace una mamá. 

El hecho de que el perro, el gato, el conejo o el pez no van a interactuar con su humano con la complejidad y el sentido de las interacciones humanas, nada más lo anoto porque no quiero dejar de mencionarlo; pero basta con lo que ya dije:

La maternidad implica hacerte cargo de la formación de una persona.

Así que no: el día de la madre no es para las que se asumen "mamás" de perros y gatos. Me parece una grosería que piensen que su hacerse cargo de un animal es maternidad: su amor podrá ser muy valioso, sus cuidados podrán ser muy valiosos: aún así, eso no es maternidad.  

Silvia Parque

martes, 10 de mayo de 2022

"Formas infalibles de mantenerse pobre", dice Vázquez

Soy psicóloga social: ni de chiste me subo al tren del mito del hombre que se hace a sí mismo; nunca dejo de ver las condicionantes a partir de lo histórico, cultural, social, etc. Eso no me impide creer en la libertad posible y el alcance de la actividad que parte de nuestra voluntad, capacidad, etc.

Esto como contexto del modo en que leo, cuando me doy tiempo, los correos que me llegan de Jessica Vázquez, que habla y forma en relación con el dinero. Me gusta su estilo. Me gusta cómo piensa. Me es útil lo que comparte.

Hoy leí un correo en el que puso como asunto: "28 formas para ser pobre". Comparte una lista, que tradujo de un señor Hormozi, que a su vez se basa en un Charlie Munger. A mí no me interesa como para ir a las fuentes. Incluye cosas como gastar más de lo que se gana, que no por ser evidentes deja de ser necesario que se mencionen y se pongan sobre la mesa. Yo me he quedado con: "Evita trabajar en lo que importa más". Esa fue mi pedrada.

Silvia Parque

lunes, 2 de mayo de 2022

Ni tan tan ni muy muy

El papá de B y yo estamos de acuerdo en las cosas importantes, pero tenemos estilos muy diferentes. 

Hace unos días, preparé unas papas fritas en cuadritos, las dejé reposar unos minutos, las serví a B y se quemó. Hay un sillón cerca de la mesa: corrió a echarse ahí a renegar-medio llorar. Yo seguía en la cocina. El papá, que estaba en la mesa junto a ella, exclamó que se quemó, llamando mi atención hacia la criatura en el sillón. Yo la vi, le dije a ella que lo lamentaba y alguna cosa cariñosa, pero no me acerqué: seguí con lo que estaba haciendo. Él repitió que se quemó, como si yo no hubiera entendido y le aclaré que me daba cuenta de lo que estaba pasando. Él ya estaba junto a la niña, que expresaba su malestar con movimientos y a él le cayó encima una pierna, en algo así como una patada que no pretendía ser patada, solo era una niña desahogándose. 

Para no describir acto por acto, palabra por palabra, resumiré que él piensa que es necesario acercarnos y acompañar con proximidad física el malestar, contener y consolar ahí junto. Yo pienso que, dado que no pudo ser una quemadura grave, hay que expresarle "condolencias" y dejarle desahogarse por su cuenta. 

Es representativo de cómo vemos y hacemos. Cuando B no come, lo cual es raro pero llega a ocurrir, él busca qué otra cosa darle y repasa lo que pudo hacer para que sí comiera. Yo pienso que ya comerá cuando tenga hambre, no se va a desnutrir por una vez, dos o tres que no coma. 

Silvia Parque

jueves, 28 de abril de 2022

La primaria

Hoy he intentado pagar la inscripción de B a la primaria y al parecer, mi banco no lo permitió. Mañana lo conseguiré. 

A la primaria. 

Fue todo un "asunto" decidir, junto con el papá de B, cómo y dónde. Yo tenía claro que quería educación en casa; él tenía dudas. Luego, hubo que ver cómo. A él le parecía que, dados los costos, podríamos empezar sin una institución, por nuestra cuenta. Yo quería que sí hubiera una escuela. La habrá.

La escuela está en California. Hacen un currículum personalizado. Ya hemos contemplado maneras en las que B participará en grupos de pares. ¡Y ya es en agosto! 

Estoy muy emocionada. 

Será complicado económicamente, pero Dios ha abierto caminos siempre. También espero que su papá, que es quien se queda en casa, no se agobie después del primer par de años. 

Silvia Parque

sábado, 23 de abril de 2022

Ya voy...

Tengo un ritual para empezar a trabajar porque me cuesta mucho empezar, aunque quiera hacerlo, aunque sea una tarea que me interese y disfrute. Entre más tiempo haya pasado desde que interrumpí la tarea o desde la última vez que me ocupé de ella, más difícil es retomarla. Y en eso estoy en este momento, porque mis vacaciones han terminado y yo debo hacer esta noche y la noche de mañana, lo que pretendía hacer en un par de tardes y siete noches. 

Necesitaba descansar, así que me di una semana, de las dos que tuve de vacaciones primaverales. Fue una semana de arreglar pendientes, hacer trámites, descansar y el bonito día de pasear por otra ciudad, ir a los museos y al cine. La semana terminaría con la fiestita de mi niña, en domingo; el lunes sería justo el día de su cumpleaños, así que seguiríamos festejando, pero el martes pondría el cerebro a la obra. 

Y pues no.

B necesitó el lunes y el martes para reponerse del domingo y además los trámites de la semana anterior se extendieron a esta semana. Y a mí los trámites me desgastan: llegan a descomponerme.

El miércoles, muy cansada, hice un reacomodo mental de las cosas por hacer y dispuse que empezaría a trabajar en la noche del viernes. Pero no pude. Pensé: "bueno, en la noche del sábado, con todo encima, no podré posponerlo". Y hoy me senté, con ganas de abrir mis archivos, porque de verdad que quiero hacerlo, y empecé a sentir la opresión en el pecho, ese primer indicio de "ahí viene un ataque de ansiedad".  Escribirlo, ayuda. 

Silvia Parque

viernes, 22 de abril de 2022

No dejo de pensar en el caso de Debanhi Escobar

Quería escribir sobre lo bueno que es tener la terapia de mi hija y cómo nos da luz su terapeuta; pero no dejo de pensar en el caso de Debanhi Escobar.

En mis redes aparecen opiniones y busco en las noticias si algo más se supo -y se dijo- mientras yo lavaba calcetines o preparaba la comida... 

En trece días buscando a esta joven aparecen cinco cadáveres de mujeres (de los cuales, cuatro son de menores de edad); el sexto "aparece" ayer por la noche en un sitio donde ya habían buscado; el papá de Debanhi la reconoce. Esto es: En trece días aparecen seis cadáveres. Seis mujeres muertas. Así nomás: pasábamos por aquí y aparecieron estos cuerpos de mujeres a las que no habíamos buscado bien. [Nota: Ya dijeron que fue una noticia falsa.]

Unos casos se hacen mediáticos, otros no: son tratados como si no importaran. Entre las variables que influyen para que ocurra de una u otra manera está la situación socioeconómica de la víctima.  

En el caso de Debanhi, de pronto su cuerpo está en un lugar donde ya habían buscado...

Hace años conocí la expresión "incompetencia criminal", pero no tengo suficiente preparación para ahondar en eso.

Voy a hablar respecto a lo que si tengo suficiencia para tratar, aunque no sea sino una opinión en un blog personal. 

Me preocupa lo que veo en mis redes -que por supuesto, no es representativo de "las redes"-: mensajes del tipo de "papás, mamás, cuiden a sus hijas", "hijas, déjense cuidar", "no es cosa de hombres contra mujeres sino de gente mala contra gente buena", "también está desaparecida Fulanita, que no se fue de fiesta", "no hay amigas".

Claro que hay que cuidar a las hijas, a los hijos; pero ¿eso debería estar en el centro en una situación de violencia desbordada? Los cuidados para evitar que ocurran estas cosas, enfocando la responsabilidad de los cuidadores, se dirigen básicamente a limitar la libertad de las personas en riesgo. Este mismo mes, en Querétaro, una niña de seis años fue asesinada cuando salió a la papelería; las noticias detallaron que la mamá no fue con la niña porque loquesea. El punto debería ser que un tipo abusó sexualmente de una niña y la mató.  Lo que es criminal no es que haya salido sola. 

Debería haber un escándalo por la grotesca impunidad que se desprende de las cifras sobre mujeres agredidas, desaparecidas, muertas. 

Y no es cuestión de "hombres contra mujeres", pero sí es una situación donde las categorías "hombre" y "mujer" importan. 

¡Gran descubrimiento, que hay mujeres malas! 

Hay mujeres malas, mujeres violentas, mujeres asesinas, etc.; pero los crímenes con tinte sexual que acaban en la muerte de una mujer son cometidos, en su mayoría, por hombres. Hay otras violencias, otros crímenes; hablando de los crímenes con tinte sexual que acaban en la muerte de una niña o mujer, los victimarios son, en su mayoría, hombres. ¿Que puede haber mujeres coludidas? Sí; eso no niega lo anterior. Y ver con claridad lo que ocurre es importante. Los hombres saben que pueden violar y matar con poco riesgo de sufrir consecuencias por ello. Los hombres decentes que nunca lo harían también podrían hacerlo prácticamente sin consecuencias. Deberían estar indignados de tener esa "prerrogativa".

Pero las razones que indignan a la gente son otras... Personas de buena fe publican o replican mensajes donde implícitamente se categoriza a las víctimas: que la otra no fue a una fiesta, que había ido a trabajar, como si por haber ido a trabajar "mereciera menos" ser violentada, como si fuera cuestión de "merecer". Expresiones como las que refiero al pedir atención y justicia para determinada persona, revictimizan a otras y adjudican  a quienes cumplen con ciertas características, una especie de mérito para no ser violentadas.

Y por otra parte, en el tema de "hombres" y "mujeres", está el asunto de las "amigas", tan doloroso...

En el caso de Debanhi: se fueron juntas a una fiesta y no salieron juntas de la fiesta: le enviaron un taxi -o equivalente- a la que se quedó -o a la que dejaron-. 

Y eso no se hace.

Es complicado hablar de lo que hicieron o dejaron de hacer en un país donde todavía hay inclinación por responsabilizar a cualquiera antes de señalar y vilipendiar al agresor y a quienes deberían hacer justicia, así que no voy a hablar de ellas o de sus actos, sino de las amistades en general.

He leído varios comentarios alrededor de la idea de que no existen las amigas. Y sí existen. Hay gente que no tiene amigas, hay amigas que son malas personas y también hay quienes se hacen pasar por amigas y no lo son; pero eso no significa que no haya amigas. Las hay que se levantan en la noche para ir a buscarnos a una fiesta donde hicimos cosas que no debíamos y acabamos mal -gracias toda la vida, Alejandra-. Las hay que cometen errores. Y hasta quienes sí eran amigas y traicionan, dejando de serlo. Pero decir que no hay amigas, que no hay que confiar en nadie... En todo caso, creo que hay que educar para desarrollar el criterio. 

¿En quién se puede confiar?

Leo comentarios advirtiendo que solo se puede confiar en la familia, pero apenas una revisadita a los datos sobre abuso físico y sexual nos dejan ver que "la familia" no es lo que se romantiza que es. Ni todos los padres y las madres aman y cuidan a sus crías, ni todos los padres y las madres que aman cuidan efectivamente. Y no son una rarísima excepción quienes no aman y no cuidan. Pero dado que en las autoridades no se puede confiar, habrá que apelar a las personas decentes y así como está configurada nuestra sociedad, en nuestra cultura, parece que toca hablar a los papás y a las mamás...

Ojalá las medidas ¿ciudadanas? de seguridad que van enriqueciendo la conversación pública no desvíen la atención del hecho de que hay un Estado que no garantiza nuestro derecho a una vida libre de violencia. Una niña debería poder ir sola a la papelería y las mujeres deberíamos poder ir solas a donde sea.

Silvia Parque

jueves, 21 de abril de 2022

La fiesta

Tuve la idea de hacer una fiestita de cumpleaños para mi hija, según yo, con muy pocas demandas hacia ella, para que tuviera lo que disfruta de las fiestas sin lo que le agobia de sus fiestas. 

En resumen: no funcionó. 

Recibió cariño de la familia y de mis amigas, lo cual yo aprecio mucho; pero ella tardó dos días en recuperarse del evento. 

No es que yo quisiera "cumplir" con el ¿estándar? de hacer una fiesta, es que ella realmente disfruta ir a fiestas -con gente, ruido y todo lo que implican- y pensé que había encontrado la clave para que tuviera lo que le gusta sin lo que termina agobiándole. No me queda más que aprender. Aprendo lento, pero aprendo bien.

Hoy ya ha pasado el día bien contenta.

Silvia Parque

sábado, 16 de abril de 2022

Museo de Paleontología y Museo del Desierto

Hubo una breve temporada, cuando era niña, en que quise ser paleontóloga. No tenía la palabra, pero había ido a las ruinas arqueológicas de Yucatán...

Ayer fui con mi amiga Alejandra al Museo de Paleontología y al Museo del Desierto, en la ciudad de Delicias (Chihuahua). Tienen piezas impactantes: minerales y fósiles que incluyen huesos de dinosaurios. Mi preferido fue el Museo de Paleontología, pero el Museo del Desierto tiene mucha más producción, así que es muy entretenido: ahí me pareció simpático ver en exposición el tema de nuestras comidas de siempre: burritos, chile colorado, tamales, etc. Además, el Museo del Desierto tiene piezas de alfarería de Mata Ortiz que en este momento creo que son el objeto más bello que he visto en la vida... MIREN lo que dice Wikipedia.

Como son vacaciones, había niños. Me da mucho gusto oír niños decir "mira, papá, tal cosa", "mira, mamá, tal otra cosa".

Yo soy incapaz de comprender qué significan cosas como "millones de años", pero la inmensidad temporal me dejó en paz con la idea de morir :)

En el Museo del Desierto.

Flor del desierto.

Del Museo de Paleontología.

Silvia Parque

jueves, 14 de abril de 2022

Tengo un sueño...

Tengo un sueño que es difícil hacer realidad, pero todo es posible...

Para contextualizar: 

Yo creí que tendría tres hijos. B nació cuando yo tenía 34 años y en la medida en que fui conociendo la maternidad, fui viendo que con una hija estaría bien XD 

No quiero otra hija, otro hijo. Pero sí quisiera querer a alguien más como a un hijo, como a una hija... es diferente. 

Entonces, conocí el sistema de acogida para menores que son separados de sus familias. Supe primero que existía en España; me sorprendió saber que existía en México: no sé si en todos los estados, pero sí en el mío. 

En este momento, está completamente fuera de mis posibilidades. No tengo la economía que haría falta y B requiere nuestra atención de una manera eventualmente incompatible con el acogimiento. 

Pero, ¿años después? 

Hoy me he enterado de que, además, hay "familias de apoyo": familias que no acogen directamente, pero que se ofrecen a quedarse con los chicos un rato, un fin de semana, a ayudar en diligencias a la familia de acogimiento, a aportar cosas que se necesitan. Esa posibilidad es más cercana: todavía a varios años de distancia, pero más cercana.

Silvia Parque

martes, 12 de abril de 2022

Trastorno de ansiedad y desgaste

Casi todas las personas adultas conocen la ansiedad. El trastorno de ansiedad es otra cosa: implica un malestar significativo que impide hacer cosas sin contar con ajustes relevantes y que desgasta física y emocionalmente. 

Hoy intenté hacer un trámite sencillo y antes de salir de la casa, ya estaba agobiada por alistar los papeles que debía llevar. Había tomado mi sertralina y aún así, empecé a sentir el aviso de un ataque de pánico. Me conozco bien, sé que hacer conmigo y el papá de B es cada vez un poco mejor dando contención; la sensación pasó y seguí adelante. 

Para cuando terminó la pequeña odisea de la mañana -por cierto, sin el objetivo alcanzado-, yo estaba desgastada: sin energía, pero no como cuando una se cansa porque hubo mucho trabajo, sino exhausta como con el alma atrapada por un alfiler en una enorme superficie rugosa.   

Si no las conocen, les invito a pasar por este sitio a leer poquito sobre: la teoría de las cucharas y la teoría del tenedor

Silvia Parque

domingo, 10 de abril de 2022

Canciones infantiles mala onda

Yo trato de ser, digamos buena onda, con las canciones infantiles; pero realmente es difícil... Si es el sonsonete, lo estridente, la falta de originalidad e incluso la moralina: ok, lo tolero. La moralina me cae muy gorda, pero bueno... comparado con lo demás... 

Las letras de antes, reflejo de lo que se tenía por normal, son de un machista que comprendo, pero no puedo escuchar en paz y no puedo dejar que B las tenga por algo normal. No es que me ponga a analizar, simplemente no puedo dejar de notarlo. Y en muchas letras de ahora hay un odioso y hasta cruel señalamiento del diferente. Al menos, hay algo de compasión en terminar "La gallina turuleca" con "déjala, a la pobrecita"...

Silvia Parque

jueves, 7 de abril de 2022

Entre el hijo y el tipo, siempre el hijo

Supongo que en alguna medida, todas las personas nos sentimos un tanto escandalizadas por algo que consideramos está mal y que no está en la lista de nuestros riesgos... A mí me pasa con las mamás y los papás que priorizan una relación de pareja o los intereses de su pareja o sus intereses sexoafectivos por encima de la crianza o del bienestar de sus crías. Me dan ganitas de sacudirles. 

Hoy he leído en un grupo privado de Facebook, a una mamá que pide opinión sobre una situación de conflicto en su casa, que me parece tiene la salida clara de mandar lejos al tipo. Objetivamente es fácil de ejecutar; la cuestión es que es doloroso, le implica perder cosas que valora... Y ante esto, hay quien da vueltas. Yo pienso que así es la vida: que corresponde estar dispuestas a pasar dolor y perder cosas que valoramos cuando es necesario por el bienestar de la cría.

No soy mártir. No pienso que la maternidad tenga que ser "sacrificada". Al contrario: luego los sacrificios se cobran caro y no se vale. Solo toca lo que toca

Si tengo un recién nacido que despierta por las noches y soy quien está a cargo, pues no voy a dormir bien por las noches durante un tiempo. Es lo que toca. Así: si tengo un hijo con tales necesidades cuyo bienestar es incompatible con la vida en pareja posible con un señor Fulano de Tal, pues no hay vida en pareja con el señor Fulano de Tal. Si quiero vida en pareja, espero que llegue otro señor o me busco a otro señor, pero no a ese Fulano de Tal. No me planteo la posibilidad de poner en riesgo el bienestar de mi hijo, menos aún la posibilidad de ver cómo se pierde ese bienestar, a veces construido con mucha dedicación.

No hablo de no tener vida en pareja. Hablo de no tener una vida en pareja que no le viene bien a mi hijo o a mi interacción con mi hijo o a mi manera de maternar.

Yo me tardé aaaaaaños en terminar mi relación de pareja: años de intentar, de regresar, de no poder creer que había vida después de eso; tengo claro que puede ser muy complicado, pero era asunto mío con él, no algo que pusiera en jaque el bienestar de mi niña. Si hay crías, se procede a poner a salvo a la cría. De hecho, parte de lo que me motivó a decidirme fue pensar en lo que ella iba a aprender sobre las relaciones de pareja... Lo que quiero decir es que nunca se trató de problemas con el trato qué él le diera a ella o que a él le molestara algo de ella; no habría podido tratarse de eso porque a la primerita señal de algo así, le habría sacado de nuestras vidas. 

No hay manera de que yo pueda estar con alguien que no la adore y que no piense la educación en términos de buen-trato. Puedo enamorarme, ir a comer, tener sexo, recibir un regalo; pero hasta ahí: en horario que no interfiera con mi prioridad. 

Silvia Parque

miércoles, 30 de marzo de 2022

El golpe famoso


Después de un día en que sentí que apenas tenía tiempo de respirar, hoy sí tengo un momento para opinar sobre lo que nadie me está preguntando 😅

Vi la entrega de los premios Oscar para echarle porras a mis favoritas y, como buena parte de la audiencia, busqué en Internet a la hora del "incidente", a ver si había sido en serio.

Pienso que la agresión física es indeseable y estoy en contra de la violencia; pero "violencia" y "agresión física" no son equivalentes. Explicar la violencia es complejo, pero a grandes rasgos: La violencia opera desde la asimetría de poder y es un mecanismo de la opresión (mantiene a quien está en posición de poder, en esa posición de poder). Por eso, la defensa no es violencia.

Ahora, qué es legítima defensa es todo un tema. Quienes oprimen no reconocen que quien se quiere sacudir la opresión se está defendiendo. Yo tengo estas cuestiones muy frescas por mi interés en el autismo: En los colapsos autistas conocidos como "meltdowns", es relativamente común que las niñas y niños autistas griten, pataleen y hasta golpeen a quien está enfrente: se están defendiendo, y para muchas personas cuidadoras -e incluso para profesionales- cuesta entender que se defienden cuando la otra parte no está conscientemente intentando hacer daño; entonces, se hacen cosas para controlar las reacciones sin atender a la raíz, a eso de lo que se están defendiendo.

Qué tanto es consciente una persona de que sus actos oprimen a otra es también otro tema. Por ejemplo, con la popularización de tópicos del feminismo han llegado a muchas personas algunas ideas sueltas que pueden no entenderse... sobre todo si quien "no entiende" es parte de los privilegiados del sistema. Para quien está en la posición de desventaja, a veces no hay acceso a la explicación (al argumento), pero como sí hay una sensación de malestar, una especie de intuición sobre el daño, entonces el camino es más corto hacia la comprensión de que un acto aparentemente inofensivo es ofensivo y a veces francamente violento; por ejemplo, el mansplaining (un hombre explicándole cosas a una mujer que es conocedora del tema) o el manterrupting (un hombre interrumpiendo a una mujer, de modo que el mensaje o la voz de ella quedan minimizados o desplazados). Los hombres socializados de modo que les parece natural hacer estas cosas, tal vez sean buenas personas, tal vez no tengan malas intenciones, pero sus actos son mecanismos de la opresión: tienen efectos en contra de las mujeres en la interacción y en contra de las mujeres, en general. Si cuando se les ha señalado lo que hacen, continúan haciéndolo, casi habría que colgarles un cartel de "machista".

Entonces, ¿qué pensé del golpe que dio Will Smith?

Que qué bueno.

El "chiste" del comediante-presentador fue acerca de características físicas de una persona; pero además, esa persona es una mujer, que en este sistema es oprimida por los estereotipos sobre la imagen; esta mujer, además, es negra, y las mujeres negras tienen una cuestión con el cabello de la que no me atrevo a hablar más que lo siguiente: lo que hacen con su cabello puede tener sentidos de resistencia, de reivindicación. No de todo se debe una persona reír. Y algo básico: si el otro no se ríe, no es chiste: es burla. Burlarse es un mecanismo de violencia psicológica; burlarse en público lo hace peor. A esto hay que sumarle que el objeto de la burla fue una mujer negra que pierde el cabello por una condición médica.

Podemos compararlo con algo con lo que casi todas hemos tenido contacto: ¿Nos burlamos de las personas que pierden el cabello a causa de las quimioterapias? No. ¿Y si ellas se ríen de sí mismas, si hacen chistes de eso? Pues entonces nos reímos con ellas. No hacemos el chiste nosotras. Pero si es mi mejor amiga y así nos llevamos y... Bueno, pues habrá casos particulares, específicos, pero la idea se entiende...

Los chistes no son inofensivos. De hecho, la comedia es poderosa.

El discurso público es poderoso, también. Tiene consecuencias lo que decimos.

Hay discursos públicos que tienen que ser detenidos, cancelados, reprimidos, como los discursos de odio. ¿Era este un discurso de odio?

Creo que no. No lo sé. Pero sí sé que le sumaba a discursos de odio...

Me parece que lo correcto era levantarse y decir con claridad, en voz bastante alta: "Eso no es aceptable, exijo una disculpa".

¿Había una asimetría de poder entre el presentador-comediante y Jada, la mujer a costa de la cual se ríe? Sí. ¿La hay entre quien golpeó y quien fue golpeado? Me parece que no. Quien golpeó defendió a quien estaba en una posición de desventaja y usó el golpe como señal: evidentemente no lo golpeó para causar un daño físico, sino para humillar y para amenazar con la posibilidad del daño físico. 

Todo esto respecto a dar un golpe a otra persona. Pero, ¿está siendo machista "el defensor", al ir como paladín en defensa de "su" esposa? No creo que por defenderla; pero sí creo que el patriarcado se le cuela a los puños al haber decidido ir al golpe, al haber elegido equilibrar posiciones con la humillación del otro, en ese justo momento, en ese contexto, donde sí cabían las palabras. No creo que sea machista defender a tu pareja, hombre o mujer quien defiende o quien es defendido. Y tal vez ella, violentada, no podía hacer mucho en ese momento no porque las mujeres no puedan defenderse sino porque las personas muchas veces quedamos inmovilizadas por la violencia. Lo que sí me parece machista es la cobertura de los medios masivos, que se centra en la interacción entre los dos hombres, dejando fuera del tema la experiencia de ella.

Mención aparte merece la interesante dinámica que se expresa en las reacciones emocionales de Will Smith; al menos, en lo que alcanza a verse: 

Al parecer, él también se ríe del chiste en un inicio, por unos segundos; luego, reacciona: tal vez vio la expresión de su compañera y cayó en cuenta de lo que estaba pasando, de lo que él mismo acababa de hacer; tal vez la "sobre-reacción" obedeció a la culpa, a querer borrarse del conjunto de quienes estaban contribuyendo a lastimarla. Por supuesto, esto es mera especulación: licencias que permite un blog personal..

Pero, ¿qué es una sobre-reacción? Si no estás siendo la persona lastimada, si no perteneces a un grupo vulnerado una y otra vez, es fácil señalar que el otro está "sobre-reaccionando". 

Volviendo a qué pensé yo... Contextualizo que, como he dicho en otras ocasiones, ni me considero feminista ni deconstruida. Trabajo con mi patriarcado interior, pero todavía me atraen los machos que despliegan su poder, no burdamente, pero sí de otras formas. Me queda claro que una cosa es defender al compañero o compañera y otra cosa es desplegar el poder, a veces, defendiendo al otro; a mí todavía me atrae lo segundo. Digo "atrae" no en el sentido de la atracción sexoafectiva, sino de la atracción simplemente. Me hace sentir segura saber que hay un par de hombres que irían a pelearse con otro que me lastimó. Si yo fuera la esposa, le diría que gracias, me metería en sus brazos y me sentiría bien de contar con él. Tocaría decirle que no debió, que hay otras formas; pero creo que me sentiría bien de contar con él.



Silvia Parque

martes, 29 de marzo de 2022

Los bajos estándares son vitales

 Al papá le sacaron un diente y no puede hacer nada por dos días. 

No fui a la universidad. Di las clases en línea y así será mañana. Entregué un trabajo de revisión que había estado postergando. Dormí muy poco anoche.

La criatura: entre su hit en la vida, que es palmear mi espalda, y hacer un caos con líquidos coloridos. Estoy agotada. 

Hace mucho no me sentía tan cansada. Además, me duele el costado. Tengo condritis, así que a veces, pasa. 

Considerando todo lo anterior, decreté que hoy habría comida de domingo. Pizza, primero; boneless, después; cereal para llenar los espacios.

El papá sale de su área de reposo y menciona que la niña necesita jugar. Sí, lo necesita, y habría que hacer las actividades que encargaron en la escuela; pero, no. Le digo que hoy solo me encargo de que siga viva y completa. 

Los bajos estándares son vitales. Gracias a ellos puedo recuperarme después de los días pesados y conservo la salud mental.

Silvia Parque 

jueves, 24 de marzo de 2022

La violencia sexual contra niñas y niños, el buen trato y el mal trato

Mi hermana, la hija dos de mi mamá, me patrocinó un curso de Prevención de abuso sexual infantil <3

Me resultó duro escuchar datos, historias, sobre las cosas que pasan; pero más vale tener fresco que la violencia sexual contra las niñas y los niños es un riesgo real. 

La educadora terminó con algo muy sencillo: una clave en la prevención del abuso sexual es tratar bien a las niñas y los niños; acostumbrarles al buen trato hace que sientan como no aceptable lo que les hace sentir mal, les hace menos vulnerables al chantaje y la vergüenza y permite que nos tengan confianza para contarnos cualquier cosa. 

Es algo sencillo y también un poco aterrador porque su contundencia nos confronta con la realidad del trato que recibe la niñez. Mucho festejo el 30 de abril, pero ¿les estamos protegiendo como debemos?

La mayoría pensaremos que claro que tratamos bien a nuestras crías: les amamos. Pero -de esto no trató el curso- hay un pacto adultocentrista por el que nos dispensamos un montón de actitudes por lo menos desagradables con las niñas y los niños, e incluso conductas francamente maltratadoras. A un hombre no se le disculpa gritar a su esposa porque ha tenido un mal día en el trabajo y ella otra vez dejó el auto casi sin gasolina; pero a una mamá o a un papá estresado sí se le disculpa por gritar al hijo o la hija que otra vez ha hecho algo que no debe. Además, continuamente minimizamos y hasta negamos lo que los niños y las niñas sienten o la importancia de lo que quieren. A mí esto me importa especialmente porque suele hacerse con las niñas y los niños autistas: decirles cosas como "no es para que te pongas así", "no pasó nada", cuando algo, lo que sea, les ha hecho sobrecargarse o colapsar. Así, ¿cómo va a creerse a sí mismo o a sí misma que siente "mal" una caricia inapropiada?

Esta semana mi hija me dijo algo sobre este asunto del maltrato que me noqueó el alma. Para empezar, habla muy poco, así que sus palabras son un tesoro. Pues las usó para decir que no habla conmigo porque le pego. Yo, que habría jurado que nunca le he pegado en la vida. Tuve que usar toda mi capacidad de priorizar su bienestar para contener mis ganas de negar lo que estaba diciendo; así pude entender a qué se refiere, reconocer la manera en la que la violento físicamente y ocuparme. Construir la confianza es un proceso largo; los errores se pagan muy caro.

Silvia Parque

lunes, 21 de marzo de 2022

¡Por fin puedo escribir!

Noto que hace casi un mes de mi última entrada !!

Ha sido un periodo con bastante trabajo, pero sobre todo, se me dificultó venir acá porque regresé a la ciudad, o sea, me cambié de casa, lo cual significó un reacomodo de rutinas y quedarme dieciséis días sin internet. Debía aprovechar el internet de la universidad para todo lo del trabajo y ni chance de otra cosa.

Estar en la gran ciudad me permite dormir más. Puede parecer una frivolidad, pero es un cambio significativo en mi bienestar. Allá en mi casita cerca de las vacas, debía salir a las 5:20 de la mañana y acá puedo salir a las 6:40 con buen margen: podría salir a las 7:00 y llegaría a tiempo. Los primeros días, al bajarme del camión, sentía gratamente extraño encontrarme como... ¿bien despierta?, más bien como con energía de empezar el día... No me había dado cuenta de que antes, al bajarme del camión, era como si ya hubiera "trabajado" un rato... algo así. 

Me asustó un poquito al principio ver cómo mis gastos crecían considerablemente; pero Dios es increíble conmigo y se encarga de todo. 

A la criatura le gusta mucho la casa; el "contra" es que en esta ubicación no tenemos parques cerca y ella NECESITA ir al parque. No me preocupé por eso porque vi espacios que parecían parques, no muy cerca, pero tampoco lejos... en el mapa. No puse atención en que eran canchas deportivas y en que "no muy cerca" es más bien "lejos" cuando se va caminando. B necesita columpios, resbaladeros y esas cosas, pero ya estamos organizando la dinámica para que tenga la dosis de juegos que requiere.

Silvia Parque

jueves, 24 de febrero de 2022

Mi niña no tiene mi sentimentalismo

B tiene una temporada intentando cocinar a uno de sus pulpos. De niña, yo no me lo habría planteado; pero ella no es esa clase de sentimental. No deja de intentarlo en el sartén de verdad en la estufa de verdad, cuando se ha preparado algo con bastante aceite; al parecer, tiene claro que lo va a freír, porque no lo intenta cuando el sartén no tiene aceite, ni en el comal ni en una olla. 

Sobre ese no sentimentalismo, todavía resulta medio impresionante para su padre que su principal juego con muñecas es quitarles la cabeza para introducir algo en el orificio que queda donde sería la base de la cabeza; si es posible desmembrar el cuerpo, lo hace, y si es posible introducir objetos en las partes del cuerpo, también lo hace. Pero no imaginen que es una cosa simplona tosca. Pone atención y cuidado en la introducción de objetos y además, usa el hueco para formar un tambor, cubriendo la superficie de la entrada del hueco con un plástico; luego, hace música con toquecitos. Le gusta hacer eso con cualquier objeto que tenga un hueco y cuando ve una muñeca, lo primero que hace es averiguar si podrá convertirla en una serie de objetos con hueco.

Silvia Parque

viernes, 18 de febrero de 2022

El pan

¿A quién le dan pan que llore? Dicen los memes de Facebook que es una droga de la que no se sale... Yo lo quiero con el alma. Es un lujo que una se puede dar cuando hay poco dinero, es como un cariño de parte de la vida, una cosa sencilla que expresa  el grado mágico al que puede llegar el trabajo con las manos. 

Me gustan los roles de canela glaseados, las esponjas-conchas, los quequis parientes de las magdalenas, las donas, las orejas-palmeras cuando tienen un pedacito bañado en chocolate, los de hojaldre con mermelada de fresa, el pan ranchero que acá es famoso por la tonada con la que repiten los vendedores: "pan ranchero, recién hecho..."

Silvia Parque

martes, 15 de febrero de 2022

La niña come

He bromeado con que la niña come como si no me quisiera.

Come muy bien, gracias a Dios. No solo de todos los grupos alimenticios, sino que come algunos alimentos que por este lado del mundo no son, generalmente, bien acogidos por las criaturas: ajo, cebolla, brócoli... Algunas verduras, como la zanahoria, las deja si tiene otra opción, pero si no hay más y tiene hambre, las come sin problema. Tampoco le gustan los trozos de carne: come carne molida, deshebrada o en pedacitos pequeños, pero apenas prueba un buen bisteck o una chuleta; creo que se cansa de masticar... Como todo el mundo, hay cosas que de plano no le gustan: hace varias temporadas no come alimentos preparados con crema, no come queso excepto en la pizza, ni frijoles solitos -en pan o en tortilla, sí-; el atún, nada más muy frito. Come buena cantidad de todo lo que es deseable y más procesados y postres de los que debería, pero nada escandaloso. 

No se pasa con los procesados y los postres porque ahí estamos. La primera vez que le di cereal -de caja, del que es chatarroso-. Yo tenía la idea de que las criaturas se regulan a sí mismas y, si ella pedía más, sería porque su cuerpo estaría bien con más, así que le di más y más y más y más y lo vomitó por la noche. Efectivamente, es una manera en que el cuerpo regula y las criaturas van aprendiendo, pero preferí que no aprendiera de esa manera y cuando ya es bastante de algo como "cereal", le ponemos alto. No le ponemos alto a cosas como las naranjas o las manzanas. A su edad, todavía puede servirse esos carbohidratos con cuchara grande.

Esto no quiere decir que coma bien absolutamente todos los días de su vida, mañana, tarde y noche; pero el que una mañana o una semana coma poco o se ponga quisquillosa, no creo que sea suficiente para quitarla de la categoría de "niña que come muy bien". 

Considerando que el "comer bien" de las niñas y los niños se vive con frecuencia como una complicación en las familias, creo que tenemos suerte. Me encantaría decir que se debe a la educación que le hemos dado o a nuestra dinámica familiar; pero, la verdad, es suerte más que otra cosa. Suerte y mi actitud relajada al respecto. Yo no me preocupo si un día no quiere cenar, ni le doy importancia a que no quiera tal cosa que preparé; no problematizo que se conduzca en la mesa como cualquiera se conduce y veo que muchas mamás -no he visto papás- sí se preocupan -enojan, incomodan, etc.-. Ya para cuando me preocupo es porque han pasado varios días en que come poco y la preocupación es porque eso invariablemente señala que está enferma o en una sobrecarga sensorial: la preocupación es por la enfermedad o la sobrecarga sensorial.

Silvia Parque

viernes, 11 de febrero de 2022

Surgen los medios

 Hoy tuve oportunidad de hablar con una maravillosa mujer que se dio la oportunidad de hacer cambios importantes en su vida; unos cambios que le permiten estar bien, pero que implicaron quedarse sin los medios económicos y materiales que conocía para sostenerse. Se atrevió y medios nuevos surgieron. Sé que no todas las historias son así, pero yo soy creyente: creo que si nos ponemos en manos de Dios y nos encaminamos por donde nos corresponde, Él acomodará todas las cosas.

Silvia Parque

jueves, 10 de febrero de 2022

Atrapada

Vivo en un hermoso pueblo. Se llama "Ciudad", pero es un pueblo grande. Amo que las vacas entren al terreno de la casa en la que vivo. Amo caminar y encontrar caballos o burros, como se encontrarían perros en otros lugares -que tampoco faltan-. Frente a mi casa hay ganado menor. Hace unos días, había un cochino precioso en mi calle -los perros, vueltos locos-. Me gusta. Me gusta que en el centro hay un río y árboles frondosos de troncos gruesos. Pero tiene sus desventajas...

No se puede confiar en los camiones urbanos -solo hay una ruta- y puede ser muy difícil conseguir un taxi antes de las 8:00 a. m. o después de las 8:00 p. m. Ni hablar de servicios como Didi o Uber: no hay. Así que sin vehículo propio, es muy complicado llegar a algunos puntos a algunas horas; por ejemplo, que yo llegue a la universidad a mi hora de entrada.

El semestre pasado no fue "tan así". Sí pasó varias veces que al camión se le hacía tarde y más de una vez me dejó plantada; pero este semestre es peor y se está haciendo insostenible. Hacer una hora y cuarto entre el pueblo y la ciudad -más el camino a la universidad- no me resulta muy pesado porque leo, duermo y tonteo en las redes; puedo hasta preparar clase en el camino, gracias a todo lo que es capaz de hacer mi celular; pero el no saber si podré llegar a tiempo o si podré llegar: no, no.

Hoy he gastado una cantidad considerable de dinero, tomando un taxi desde el pueblo hasta la universidad, en la ciudad. Habrá que mudarnos. Lo habíamos pensado para cuando B terminara preescolar, pero parece que tendrá que ser antes...

Vivimos en donde vivimos, justo por la escuela de B; pero con la pandemia, todavía están siendo las clases a distancia: la maestra envía actividades que realizamos en casa. No sé y nadie puede saber a ciencia cierta, cuando volverán a lo presencial, que por cierto, debido al aforo correspondiente a las medidas de sana distancia, no es de todos los días, sino de dos días a la semana. Por Ley de Murphy, capaz que nos cambiamos y al siguiente día se dispone que todos los niños a los salones; pero está siendo muy difícil mi desplazamiento a lo que es nuestra principal fuente de ingresos, así que...

Silvia Parque

miércoles, 2 de febrero de 2022

El papá

El papá de mi hija vive en mi casa porque así conviene a la organización familiar. Si por mi fuera, nos quedábamos así, pero la verdad es que puedo ser muy borde con el asunto de "mi casa-mis modos" y entiendo que llegará el momento en que se mudará. 

El punto es que es tremendamente útil para mí que esté aquí. 

Una cosa es su paternaje y las obligaciones de ambos como equipo parental; en ese sentido, ambos nos beneficiamos, en este momento, de habitar la misma casa. Otra cosa son los beneficios extra que me reporta su presencia y son bastantes.

Incluso en los peores momentos de nuestra relación, nunca dejamos de vernos como familia. Él es mi familia más cercana, con B, y sé que soy su familia, de tal modo que me interesa su bienestar y a él, el mío. Nos hacemos el bien, en la medida de nuestras posibilidades. Cuando no vive donde yo, de todas formas se ocupa de las cosas que típicamente hace un hombre en esta sociedad, como traer el gas e instalarlo. Es un reparador y con la hija que tenemos, eso es un beneficio muy grande. Viviendo aquí, hay más cosas que hace por mí, digamos, "directamente-por-mí", como salir en la madrugada, cuando todavía está oscuro, a acompañarme mientras espero el camión: aprecio mucho esas cosas.

Silvia Parque 

martes, 1 de febrero de 2022

La leche y mi década de los cuarenta

Debo ir aceptando que la leche me cae pesada... Sé que no le hace falta a mi cuerpo: la cosa es que me gusta mucho. Muy rara vez me sirvo un vasito de leche; pero amo usarla para preparar licuados, para el chocolate caliente, para el cereal, y no me gusta ni la leche de almendras ni ninguna de esas otras que no son leche de vaca... Aunque hace años no tomo leche de vaca tal cual, sino lo que se vende como "producto lácteo": de 50% a 75% de leche de vaca + grasa vegetal: es mucho más barato que la leche-leche. Supongo que la siguiente opción es la leche deslactosada.

Silvia Parque

lunes, 31 de enero de 2022

García y el chile colorado

Hoy, en uno de los grupos a los que di clase, tuve oportunidad de acordarme de "Un mensaje a García" y de mi abuela hablando de mi tío R.

Mi mamá me pasó un librito pequeñito cuando yo era niña y lo he recordado siempre. Lo guardé mucho tiempo, tal vez todavía esté por ahí: un mini-librito de cartón... En ese entonces no me fijaba en los autores de lo que leía, así que ni idea de que lo escribió Elbert Hubbard (AQUÍ está). Ahora puedo tener una mirada crítica sobre la lógica capitalista o autoritaria o bla, bla del texto, pero también puedo seguir apreciando el mensaje que me sirvió: hay que hacer lo que hay que hacer: buscar cómo. 

Mi forma de ser no se inclina a resolver cuestiones prácticas; se me puede hacer muy complicado; sin embargo, aprendí que había que hacer lo que hay que hacer y que, lo que me tocaba, durante la infancia y adolescencia, era "la escuela". Así pues, había que hacer, por ejemplo, la tarea. Y quisiera transmitir por qué elijo decir: "había que hacer la tarea", en lugar de "tenía que hacer la tarea". No es que me sintiera obligada, como si en mi mente existiera la posibilidad de no hacer la tarea y las fuerzas externas a mí -los adultos, el sistema de recompensas- me obligaran a hacerla: es que me correspondía hacer la tarea de modo que no contemplaba la posibilidad de no hacerla; por lo tanto, si algo me impedía hacer lo que me habían encargado, había que resolverlo. 

Y ahí entra mi abuela hablando de mi tío R. 

No recuerdo a propósito de qué situaciones específicas, pero más de una vez escuché a mi abuela reconvenir a alguien y poner de ejemplo que mi tío R, cuando se le encargaba algo, iba y lo traía: si en la tienda de siempre no lo encontraba, iba a otra o a otra y, si de plano no había "eso" justo, compraba algo que pudiera considerar equivalente. El producto del que mi abuela hablaba en el ejemplo era el chile que usaba para hacer chile colorado: supongo que pasó en una sola ocasión que impactó a mi abuela y desde entonces contaba: mi tío, si se le encargaba chile mirasol y no había, traía pasilla o guajillo o algo, pero no regresaba con las manos vacías. 

Mi abuela y su cocina funcionaban de tal manera, que no habría podido emplear un chile que no fuera específicamente el que había encargado, así que la iniciativa de mi tío no le era útil; pero le enorgullecía. Y seguro que a mi tío sí le es útil en el trabajo, en la vida.

Silvia Parque

sábado, 29 de enero de 2022

La paciencia y la crianza respetuosa

 A menudo, las personas piensan que para criar respetuosamente hay que tener paciencia. Bueno, se creen sobre la crianza respetuosa muchas cosas que no son; pero voy a hablar de esto.

Yo estoy segura de que no hay que tener paciencia para criar respetuosamente: lo que hay que tener es una postura, la de que las crías son dignas de respeto, que merecen respeto, que es su derecho ser respetadas y por ende, no tengo derecho a hacer nada que sea faltarle al respeto a la mía, no hay nada que ella pueda hacer que la haga merecedora de un trato no respetuoso porque es siempre una persona, aunque sea una persona que no me haga caso, una persona que persista en su intento de hacer algo que no debe o una persona que DESCOMPONGA MI TELÉFONO CON EL QUE TRABAJO Y QUE ES EL CENTRO DE MI VIDA ECONÓMICA. 

Sí, se necesita paciencia y entonces hay que tenerla, pero no por default o de inicio, pues. La paciencia se desarrolla en el ejercicio de la misma. Primero, tomo la decisión de que me portaré respetuosamente y luego, al notar que para hacerlo necesito paciencia, pues me ocupo de hacerme de la paciencia necesaria... y francamente creo que para algunos casos, se requiere MUUUUCHA. 

Bueno, pues mi hija ha roto, literalmente, una parte de mi teléfono. Ha tomado mi teléfono cuando no tenía permiso de hacerlo, lo ha abierto y le ha roto una parte. Yo, que soy un ser humano que no había tomado su sertralina en la mañana, una hija de esta sociedad adultocentrista con 500 años de cultura patriarcal encima, le he gritado. 

Luego, he visto cuatro minutos de recetas de cocina para tranquilizarme y he venido a escribir esta entrada. 

Nada justifica que le grite. No soy una mala mamá porque en esta ocasión, lo he hecho; pero no necesito hacer como si gritar no fuera maltrato para sentirme mejor. La responsable aquí soy yo, la persona adulta aquí soy yo. Yo no tomé mi sertralina -lo que me hace difícil manejar mis reacciones-, yo perdí de vista durante un rato a una niña que en este momento de su vida no debe ser perdida de vista un rato. Puedo enojarme conmigo por ser incapaz de siempre implementar las mejores prácticas en salud mental y siempre darle a mi niña la supervisión que requiere tal como la requiere o puedo ser buena conmigo, aceptar mis límites y seguir adelante.

Mientras escribía esta entrada, ella se acercó a pedirme jugo y yo le he dicho que ya no estoy enojada con ella, pero que es un problema muy grande quedarme sin teléfono, que vamos a ver cómo le hacemos para que los cuide...

No tengo paciencia. Tomé una decisión que me llevó a un compromiso. A veces no me sale bien, pero ahí vamos.

Silvia Parque

jueves, 27 de enero de 2022

Tengo frío

Hay quien dice que Chihuahua no ha vuelto a tener los fríos de cuando yo era niña, pero mis años en Querétaro me movieron el termostato con el que nací y yo ahorita tengo mucho frío, casi el frío que duele. 

Hemos estado bajo cero las últimas madrugadas; pero mi hija, tan campante; nada friolenta, esa criatura; hay que estar pendiente de que no se quite los calcetines y tremendo disgusto se llevó hoy porque decreté que solo se puede jugar con agua en primavera y verano.

Ojalá todo el mundo tuviera donde resguardarse, con qué abrigarse.

Silvia Parque

miércoles, 26 de enero de 2022

Anama

 Anama es un municipio de Brasil.

Como les conté, me gusta pintar pixelito por pixelito en Paint... Tengo desde diciembre con un dibujo. Voy lenta, sin prisa. En su momento, para guardar el archivo, puse cualquier combinación de letras, sin fijarme. Para volver a él, tecleaba "Paint" en el buscador del escritorio, abría el programa y luego abría el archivo que aparecía "recientes". Luego de varias veces, me aprendí que le puse "anama". Ayer, en lugar de escribir "Paint" en el buscador, puse "anama" y me salió lo que la computadora encontró en internet: que Anama es un municipio de Brasil. 

Me acordé de una película de Pedro Infante, en la que la protagonista escribe una carta en clase de mecanografía, dirigida a un Fulano de Tal en tal dirección, que ella no supone que exista; por azar, la carta va a dar al buzón y el correo la lleva al Fulano de Tal, en esa dirección. Un cuento. Así me sentí con Anama.

Silvia Parque

martes, 25 de enero de 2022

Buen día

Hoy ha sido un buen día. Estoy cansada desde la mañana porque me levanté de madrugada a preparar clases y tuve tanto frío en algunos momentos, que anduve con chamarra para la nieve dentro de la casa. Pero, ¡qué clases tengo que preparar! Son una gozada. Y gracias a Dios hay una chamarra para la nieve en mi ropero -ahora mismo, está sobre el sillón-.

Mi trabajo es un privilegio. Los cursos son exactamente lo que me interesa abordar, de modo que me pagan por estudiar lo que me gusta y compartirlo. Y la universidad es un sueño porque al dedicarse a formar "en educación", todo el mundo está en sintonía en cuanto a la importancia de lo pedagógico, las relaciones humanas, el desarrollo socioafectvo, etc. Tiene su complicación dar clases a distancia; prefiero estar en el salón y ver rostros -solo veo la letra inicial de los nombres en el recuadro que ocupan en la pantalla-, pero ya que esta es la situación, pues ahorro el tiempo y dinero del traslado. Además, cuando salgo de la recámara donde me encierro -por ejemplo, para hacerme un café-, veo a mi niña.

Ella brilla. Por la mañana, amanece con una sonrisota y me busca para que la apapache. El semestre pasado, cuando empecé a dar clases, debí perderme esos momentos de lunes a sábado; gozo tenerlos estos días, de aquí a que volvamos a lo presencial. Estoy disfrutándola mucho, mucho. Hoy ha coloreado el dibujo de un objeto, en la caja de ese objeto y me emociona que consigue hacerlo respetando los límites de la imagen: es la gran cosa, para esta familia; como todas sus palabritas: su "buenos días", su "te amo". 

Todavía estoy enamorada de ella. Supongo que un día, deja una de embeberse contemplando a la criatura. Yo sigo viendo su carita y pensando: "qué perfecta". Sigo enterneciéndome con sus bostezos, sus estornudos, su todo, como cuando tenía dos meses. Trato de no quedarme mirándola al comer, por ejemplo, porque debe ser raro que tu mamá te esté viendo masticar y tragar; pero me gusta tanto... Afortunadamente, muchas veces como cuando está comiendo y ahí sí: "cuando como no conozco". 

Hasta eso fue más que bueno hoy. Hace varios viernes que pido comida a un lugar donde cocinan bien sabroso. Como no había podido ir al mandado, decidí que hoy martes habría comida de viernes y QUÉ DELICIA: lo mío fue un platillo de enchiladas verdes con pollo, acompañado de arroz, frijoles y ensalada. Yo lo pediría todos los días con harto gusto. ¡Y la cena me quedó especialmente buena! Tortas de salchichas, que aquí se llaman winnies -las salchichas-.

Ahora, escribo esto bebiendo chocolate caliente con café, en una taza preciosa que me regalaron mi hermanita y su novio. El peso de la taza, la sensación del material cuando pongo la boca en el borde, son la gran cosa. Como dice Louise Hay: "Todo está bien en mi mundo".

Silvia Parque

sábado, 22 de enero de 2022

Tecnología, mi amor

Esta semana que va terminando, por la pandemia, estuvimos a distancia en la universidad. Tuvimos reuniones de Academia por videoconferencia, a través de Meet; ayer, viernes, fueron las últimas. Por la tarde, tuve otra videoconferencia, pero con la nueva terapeuta de B. Imposible que fuera presencial porque está en otra ciudad. Usamos Zoom. Gracias a eso, pude buscar a la persona que reuniera las características que me importaban, sin limitarme por la geografía. 

Las clases iniciarán a distancia, al menos hasta el 4 de febrero. La mayoría, aprovechan plataformas educativas como Classroom y Edmodo; yo me he ajustado con WhatsApp. Ya hace años se emplean recursos digitales que encontramos en diversos espacios del mundo de Internet: entrevistas, películas, documentales, reportajes, etc. ¡Y el mundo de artículos científicos y tesis, al alcance de todos! Incluso, es relativamente fácil entablar comunicación con un experto en la materia que a una le interesa, porque los datos de contacto se hacen públicos y en el espacio digital hay una relativa horizontalidad para la comunicación. Puede ser más difícil encontrar información de unos temas que de otros, pero sería rarísimo realmente "no encontrar" información. Se pueden comprar libros en prácticamente cualquier librería del mundo y hay muy buena piratería circulante en PDF.

Los clientes a los que reviso documentos casi nunca están cerca de mí. El año pasado trabajé con varias personas que están en España. Nos pasábamos documentos con la misma facilidad que nos los pasaríamos si vivieran en la casa de enseguida. Hay aplicaciones para hacer transferencias internacionales, así que sus pagos llegaban casi de inmediato. 

Este semestre tendré una estudiante que no oye, y el Departamento de atención a alumnos ya nos ha informado que su intérprete se conecta a las clases virtualmente y que hay una aplicación que escribe lo que hablamos para que ella lo lea. Hay un universo de oportunidades con las aplicaciones. Yo uso una que convierte lo que escribo en pictogramas para crear material para mi hija.

Silvia Parque

jueves, 20 de enero de 2022

Colorear

 Creo que fue hace unos años que los empresarios descubrieron que hay negocio en vender libros de colorear para adultos. Alguna vez tuve uno que le regalaron a mi hija; ella para nada coloreaba dentro-de-las-figuras; menos iba a colorear figuras detalladas. Me gustaron las imágenes y pensé que me gustaría colorear, pero la verdad es que, después de unos días, noté que no lo disfrutaba tanto como creí: se me cansaba la mano... Lo dejé. Era un libro bonito con Mickey Mouse. No soy fan del ratón, pero era un libro muy bonito. He visto que sobre todo hay de mandalas.

Bueno, pues tengo una afición que amo y les recomendaría si no fuera porque en mí es altamente adictiva, así que tengan cuidado si lo prueban: me cuesta mucho, MUCHO, dejarla cada vez que empiezo. Me relaja, me permite disociarme si lo necesito, me da un goce por varias vías: por las pequeñas decisiones que implica, por la sensación de mis dedos, por la especie de "sensación táctil" que me provoca la imagen de un color llenando un espacio. Coloreo, pero en Paint. Copio un dibujo con detalles, lo agrando y pinto pixel por pixel. Pixelito por pixelito.

Silvia Parque

miércoles, 19 de enero de 2022

1

Me entero de que según la numerología, soy una persona de "camino de vida" 1. Me queda la descipción; no todo, pero apenas oí lo básico y se supone que el resto de los números en mi vida le dan su toque a mi "1"... como si se tratara del signo del zodiaco y el resto de la carta astral (soy libra). 

martes, 18 de enero de 2022

Echar cosas, meter cosas

¿Les he contado que una de las últimas acciones favoritas de mi hija es echar cosas hacia afuera, por la ventana? Una de las ventanas de la casa no tiene mosquitero y ella echa cosas por ahí. Al principio se las traíamos en cuanto las pedía, pero nos cansamos de hacerlo y ella se resignó a que no íbamos a estar trayéndoselas, así que ya no pide ese servicio, pero igual las deja caer -no las "arroja", las "deja caer"-.

Siempre le ha gustado meter cosas en recipientes: en bolsas, en cajas, en lo que sea que pueda contener objetos. Una navidad le regalé a mi pequeña sobrina unos recipientes de los que se usan para guardar comida porque pensé que era un gran regalo: la niña los miró como no entendiendo y su mamá los recogió rápido, diciendo que servirían para su lonche, en una de esas intervenciones maternas que salvan las situaciones sociales atípicas. Pero es que la mía los habría disfrutado mucho 😅

Este gusto por meter cosas en recipientes va muy bien con su afición por hacer "preparados aromáticos". Mete en donde se pueda, cosas con aroma intenso, cosas que se descompongan y fermenten, etc. Tuvimos que tener cuidado porque no es higiénico tener por ahí una cabeza de muñeca rellena de cebolla y cáscaras de naranja. Hemos logrado un equilibrio, afortunadamente, entre su gusto y lo que es conveniente y seguro.

Bueno, pues el poner cosas dentro de cosas es también meter cosas donde quepan, aunque no sea exactamente un recipiente; por ejemplo, en el espacio entre el asiento y el respaldo del sillón. Y dentro de los tubos de su cama. 

Tiene una cama que era parte de una litera, así que la cabecera y la ¿piecera? quedan con dos tubos sin ¿cubierta? La foto lo muestra. 

Hoy el papá ha sacudido la cama al revés.

Una jeringa de juguete, una pulsera, dos bolígrafos míos, un marcador, un jabón de tocador y los zapatos de la pata Margarita.

B ha mirado con un gesto de "ach".

Silvia Parque

lunes, 17 de enero de 2022

Con vacuna y sin vacuna

El martes me declaré enferma. El viernes ya me sentía en recuperación. El domingo me declaré recuperada, aunque mi cuerpo me dejó claro que había que irnos con calma: me canso más y más rápido que normalmente. 

Mi hija, por gracia de Dios, ha tenido apenas un par de días de síntomas que hemos notado los adultos, pero que a ella no le han detenido para nada. 

Su papá, en cambio, empezó con síntomas el miércoles y sigue malo. Nada grave, pero al parecer, sí con mayor intensidad que lo mío. 

Ninguno nos hicimos la prueba, pero mi tía doctora dijo que asumiéramos que es el bicho famoso. 

El papá de B es seis años mayor que yo y mi condición física era mejor que la suya al momento del contagio, pero creo que la diferencia fundamental en la evolución de nuestros cuadros es que yo tengo un esquema completo de vacunación y él no se aplicó ninguna vacuna -no es antivacunas ni nada por el estilo, solo ocurrió de esa manera-. 

No me parece una tontería dudar de la industria farmacéutica ni de las autoridades; pero si eso les hace dudar de vacunarse, les invito a analizar de nuevo la información sobre el tema. 

Silvia Parque

sábado, 15 de enero de 2022

Razones por las que quiero que mi hija se duerma

Son las 9:35 p. m. 
B va a la cama a las 8:00 p. m. 
Hemos tenido una buena temporada de "la hora de dormir", pero parece que hoy no será una de las noches fáciles.

¿Y por qué quisiera que se durmiera ya?
  • Porque nos irá mucho mejor mañana, incluyendo su propia experiencia de bienestar, si seguimos la rutina hoy.
  • Porque eso permitiría que llegáramos al punto de la inyección que aplico mientras duerme, y yo  dejaría de tener ese pendiente.
    • Porque es mejor que la inyección se ponga a la misma hora.
  • Porque quiero hacer mis cosas en la computadora sin cuidar lo que está haciendo.
  • Porque me quiero comer unas chocolatinas y no quiero que quiera, que pida y no darle, ni que pida y sí darle

Silvia Parque

viernes, 14 de enero de 2022

Vengo a hablar bien de la soya

Cené un plato de soya que quedó de ayer o antier. La hizo el papá de B, que recibió el encargo con cierta desgana y que siempre se ha referido a la soya como algo no sabroso, a pesar de que me consta que le han gustado cosas que he preparado con soya como ingrediente principal. Le quedó buenísima. 

La que yo conozco sabe a lo que le pongas; por sí misma sabe poco... En este caso, le pedí que la mezclara con un poquito de carne molida de res y que procediera como si estuviera haciendo la carne molida. Lo que más me gusta hacer con ella, es ceviche: bien simple y bien rico: tomate, cebolla, cilantro y bastante jugo de limón

Es barata, es nutritiva y queda tan buena como su talento lo permita. Puede dar flojera que -como yo la conozco- hay que hidratarla, pero lo vale. 

Silvia Parque

jueves, 13 de enero de 2022

ASMR

El año pasado descubrí los videos de ASMR porque mi hermana los usaba para dormir y buscábamos algo que nos ayudara con la hora de dormir de B. No sirvieron para ella; atraían su atención y provocaban lo contrario a lo que queríamos, pero me gustaron y luego los amé. Me dan gusto, a veces verdadero placer; me relajan y a mí sí me ayudan a quedarme dormida. 

Nunca me concebí como alguien con problemas para dormir porque no problematizaba el hecho de tardar en conciliar el sueño, pero descubrí que pasar mucho tiempo pensando en mil cosas y con diálogos internos reducía mi tiempo de descanso y cuando el tiempo para el descanso era poco y mi cansancio aumentó, se hizo más importante quedarme dormida sin tanto preámbulo. Con el ASMR, en lugar de pensar en mis cosas y hablar y hablar en mi mente, sigo el sonido y me voy quedando dormida.

Wikipedia inicia su entrada sobre el tema, definiendo "ASMR" como "un neologismo que hace referencia a una experiencia caracterizada por una sensación estática u hormigueo en la piel que normalmente comienza en el cuero cabelludo y recorre la parte posterior del cuello y la parte superior de la columna vertebral". AQUÍ  el enlace.

Para mí es recibir cariñitos. Busco los cariñitos, así que pongo, por ejemplo, videos donde me digan cosas bonitas. Prefiero los videos de personas hablando, aunque también me encantan los que tienen sonidos de agua y sonidos hechos con la boca. Mi youtuber de ASMR favorita es Gisse porque me recuerda a una prima queridísima.

Silvia Parque

miércoles, 12 de enero de 2022

Parece que es el bicho

Al parecer, tengo el bicho. Me siento con un resfrío raro: el resfrío es lo más parecido a esto que me pasa, pero es diferente. 

Ayer en la madrugada sentí una incomodidad en la garganta. En la tarde, después de comer, me sentí mal. Al cabo de una hora tenía claro que estoy enferma. Si hago memoria, hace un par de días, otra madrugada, sentí "algo" en la garganta, pero como hace frío y durante años solía sentir una incomodidad en la garganta en las madrugadas frías, quise pensar que no era nada. Hoy amanecí claramente "mala", pero raro: diferente a otras experiencias de estar mala... Tal vez porque tengo en mente que es un bicho nuevo, pero insisto en que mi experiencia es de algo "diferente", "raro".

En su momento me puse la vacuna y el refuerzo, así que se considera que tengo un "esquema completo". Con el favor de Dios, será leve. Afortunadamente, solo me siento noqueada: cansancio, pesadez, opresión permanente en la cabeza, por momentos incapacidad de pensar, sensación de falta de aliento para hablar. Se oye aparatoso, pero mi oxigenación está bien, no hay dolor fuerte, no tengo fiebre y aquí estoy, escribiendo esta entrada. 

No me haré la prueba ahorita. Mi tía doctora dice que lo más probable es que sea el bicho, así que procedo como si lo fuera. No me siento como para salir de casa a hacer el camino en camión, esperar a que me toque y además gastar en obtener una información que abona a la estadística, pero no cambiará nada de lo que esté haciendo. Cuando llegue la hora de volver a lo presencial en la escuela, veo qué procede.  

Cuídense mucho.

Silvia Parque

martes, 11 de enero de 2022

Macondo en Kindle

Hace unos años, yo quería un lector Kindle. Leo mucho en digital y cuando se trata de libros completos es latoso usar el programa lector de PDF. Exploré modelos y precios, pero tampoco lo quise tanto como para hacer que llegara a mis manos. Había otras prioridades, bla, bla y casi lo había olvidado. De hecho, estaba leyendo muy poco hasta octubre, que volví a dar clases. 

Ahora que regresé a la blogósfera y entré al blog de Macondo, recordé que yo deseaba comprar su libro, que cuando lo publicó no podía considerar comprarlo y que ahora sí, así que fui a Amazon. No me puedo permitir en este momento la compra del libro en físico, pero estaba la versión para Kindle, súper económica ¡y decía que puede bajarse una aplicación gratuita para el teléfono! No sabía que existía. Ahora tengo mi Diccionario en tono de humor y un mundo de posibilidades para leer a muy bajo precio. La "cosa" ofrece la oportunidad de acceder al texto "en la nube" para leer en la pantalla de la computadora y es mucho más cómodo que el lector de PDF... Seguramente esto ya lo saben, amables lectores que se manejan en Internet, pero para mí  ha sido un gran descubrimiento. ¡Y el gusto de tener el libro de Macondo! 

Silvia Parque

lunes, 10 de enero de 2022

Empezar como se pueda

Me he levantado tarde. Hoy, que empieza mi año "productivo", me desperté cual noble heredera sin oficio, a las 8:44 de la mañana. Ya la cría retozaba por ahí cuando abrí los ojos. Y nada: hice lo que me propuse hacer al despertar, seguí adelante y las tareas que ya no cupieron en la mañana, las haré en la tarde. No hay problema porque no tengo que presentarme en la universidad hasta el día 15, así que basta con que termine y entregue lo que hay que hacer durante el día.

Nada más. Pero para mí es una importante diferencia respecto a otras etapas de mi vida. Si hace cinco años, quería despertar temprano y despertaba tarde, daba por perdido el día, lo cual me traía una sensación de incumplimiento, de incapacidad. Esperaba condiciones perfectas para empezar con prácticas que deseaba y me convenían. Como podrán adivinar, tales condiciones tardaban en darse y como no se mantenían, con su ausencia se desmoronaban mis prácticas deseables y convenientes. 

Me felicito porque ahora empiezo como sea y hago como puedo con lo que hay. Lo de hoy ha sido volver a mover el cuerpo. ¡A mi cuerpo le urge movimiento! Pero tampoco he iniciado una rutina de ejercicio que voy a abandonar. Ya me conozco, así que daré pasititos de bebé: hipopresivos que sí disfruto, poquitita calistenia para desentumir y baile que me pone contenta. Además, mato dos pájaros de un tiro porque las canciones que bailo son los mensajes de visualización para mi inconsciente.

Pasé aaaaaños buscando cómo "hacer las cosas", cómo "funcionar", como parte de una manera de vivir que me tenía en una especie de continua "rehabilitación". El último año clarifiqué mis límites, comprendí mis complicaciones con las funciones ejecutivas, con los afectos, bla, bla, y renuncié por completo a pretender "funcionar" como socialmente se espera; de hecho, me despedí del asunto de "funcionar", solo que no tengo otra palabra a la mano para comunicar esto y no voy a detenerme para buscarla. 

¡Felices comienzos posibles para todos!

 

Silvia Parque 

sábado, 8 de enero de 2022

La perla de éter

 Hay un capítulo de Los Años Maravillosos en el que Kevin Arnold dice que "algunos hombres encuentran la gloria -o algo así- cuando van al baño". Iba a haber una protesta en su escuela, creo que por la guerra de Vietnam, pero estaban en exámenes y se les amenazó con no sé qué, entonces se calmaron los ánimos, con esa calma tensa de cuando algo podría suceder. Él se levanta para ir al baño y los demás interpretan que decidió dejar el examen para protestar. Cuando sale del baño, sus compañeros están afuera del edificio.

Siempre recuerdo ese episodio cuando veo que mi entrada sobre las perlas de éter es la más visitada. Hay personas que entran y preguntan cosas cuya respuesta evidentemente no se podría encontrar en un blog como este. Pero la gente que necesita preguntar, pregunta. Probablemente ya escribí esto antes, pero ahora que dejé por tanto el tiempo el blog, me asombró regresar y ver varios comentarios en esa entrada. 

Silvia Parque

viernes, 7 de enero de 2022

Lo que me enseñó el 2021

Hoy me preguntaba cómo llegó un virus desde Wuhan, China, hasta el pueblo en el que vivo. Sí se cómo. Me lo preguntaba como diciendo: "qué sorprendente". 

Me lo preguntaba mientras iba en camión a la ciudad para ver a una amiga y luego a otra amiga. Tal como están las cosas, es la última salida "por gusto" hasta que el semáforo vuelva a amarillo. 

Ya van a ser tres años...

Así como no esperaba una pandemia, no esperaba el trabajo que ahora tengo o volver a engordar o sentirme lista para una "compañía sexoafectiva". El año que pasó me enseño que de verdad - de verdad no sé lo que va a pasar.

También me enseñó a desprender mi afecto de la presencia de personas a las que amo y no quieren estar conmigo por la razón que sea: porque directamente no quieren estar conmigo o porque simplemente están en una vida sin mí y no vengo al caso. 

Vamos a ver qué aprendemos ahora. Hace años empiezo el año el 3 de enero, pero digamos que esta semana es de ensayo, de preparación; este fin de semana hago la transición y el lunes estaré completamente instalada en el 2022.

Silvia Parque