¡Hace más de un mes que publiqué la entrada anterior a esta!
Estuve muy ocupada por el fin de curso: evaluaciones, calificaciones, revisión de proyectos... Y ahora, de vacaciones, ni hija no da tregua. En las noches suelo terminar muy cansada, así que cuando no trabajo en los textos que corrijo, me quedo dormida antes de conseguir llegar acá. Tengo ganas de escribir sobre varias cosas que no me resulta fácil abordar, así que decidí hablarles de algo que no tengo que pensar.
Como saben, el pasado octubre volví a dar clases. En ese curso, el año pasado, llegué al semestre iniciado, a enterarme casi de un día para otro de los contenidos que iba a manejar, así que fue pesado; sin embargo, amé regresar a las aulas: amo mi trabajo. De eso quiero hablar.
Para empezar, está el privilegio del empleo. No tengo una "plaza" o "base", de modo que este mes de vacaciones hago malabares porque no me pagan; pero agradezco que, en un país con mucha informalidad, yo firmo un contrato y accedo a la seguridad social, lo cual nos da servicio médico -a mí y a la cría- y me permite plantearme acceder a un crédito para comprar un terreno o una casa. En cuanto al día a día: me tratan amablemente, tengo libertad de cátedra y puedo beber café gratis :D La paso de lo mejor. Los cursos son una gozada: dan gusto nivel chocolate. Y mis estudiantes son respetuosos, agradecidos y con ganas de aprender; no son pocos los que están haciendo un gran esfuerzo para sacar una carrera adelante mientras trabajan.
Estoy muy agradecida.
Silvia Parque
Ha sisdo un curso maravilloso pues, aunque no tengas plaza fija.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí. Un abrazo, Albada.
EliminarReleyendo los comentarios de tu anterior entrada, me doy cuenta de que lo que te decía en ella Albada es perfectamente aplicable a esta. Encuentras tantas cosas buenas en tu trabajo de profesora que terminas quitándole importancia al "pequeño detalle" de que no te pagan tu mes de vacaciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí :) Un abrazo, Macondo.
EliminarMe alegra mucho saber que vas bien. El Señor siga prosperando tu vida.
ResponderEliminar¡Gracias, Ojo humano! :D
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