martes, 15 de noviembre de 2022

Urgencias

Quería contar sobre mis clases, sobre esto y aquello, pero nada fue tan poderoso como para hacerme un espacio y traerme al blog, en medio de las muchas cosas por hacer... Hasta hoy.

Yo preparaba dulce de guayaba: agua, guayabas partidas, canela -en polvo porque no tengo entera- y piloncillo triturado. Salí de la cocina, contestaba un mensaje y oí el golpe de la olla al caer, seguido por gritos de dolor. La niña se echó encima el agua que estaría empezando a hervir.

Afortunadamente, el preparado todavía no se convertía en esa clase de líquido parecido a la miel, que se habría pegado a la piel. Afortunadamente, no le cayó en la cara, no le lastimó los ojos. Pero fue una quemadura de segundo grado. Gritó, gritó y gritó de dolor. Hace rato, después de un ratito dormida, se despertó a gritar y patalear de dolor. 

Me descuidé.

Hace días le he estado diciendo que los actos tienen consecuencias, que lo que hacemos provoca cosas y que decir "no lo vuelvo a hacer" no quita las consecuencias provocadas. 

Ojalá pudieran "quitarse" las consecuencias; pero no. 

Dijeron que tardaría unos siete días en formarse una costra. Se espera que todo esté bien, con el favor de Dios. No parece que vaya a ser sencillo...

En el caos, tratando de mojarla, "inundé" la casa. Al regresar fueron un par de horas sacando agua y el impacto de ver papeles importantes mojados. No he querido ni ver cuáles exactamente son ni cómo rescatarlos: estoy cansada. 

Silvia Parque

6 comentarios:

  1. Vaya disgusto, espero que superes todo lo sucedido y puedas descansar. Un abrazo

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    1. Gracias, Ester. Mi niña me enseña mucho a trascender las cosas. La pasa fatal en las curaciones (llevamos dos), pero luego se pone contenta.
      Un abrazo.

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  2. ¡Mucho ánimo! ¡Todo irá bien! Lo peor ya ha pasado.
    Un abrazo.

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    1. ¡Gracias, Macondo! Así será. Son siete benditos días de curar y según el pronóstico, entonces habrá una costra. Necesitamos que deje de estar al rojo vivo y con el favor de Dios...
      ¡Abrazo!

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  3. Estimada Silvia. Lamento mucho lo que te ha sucedido.
    Tengo un hijo que fue quemado en la calle a los 9 años y sé cuánto duele como madre. Ruego a Dios que te ayude y puedas sacar a tu hija sana totalmente de este accidente.
    Estaré orando por ti. Dios te abrirá puertas de bendición para ti y para ella.
    Un abrazo.

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    1. ¡Muchas gracias, Ojo humano! En Dios confío. Nada más tremendo que los gritos de dolor de una cría. Cuando le limpio, patalea, defendiéndose y se le salen las lágrimas. Pero no dejo de sentirme agradecida por lo mucho que pudo pasar y no pasó.
      Gracias por ese abrazo, lo necesitaba :)

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