Le doy clase a grupos que disfruto mucho; pero más allá de lo bien que la paso, vengo a contar algo cursi: de verdad les quiero. Estos días me he preguntado cuál será la dinámica que configura este afecto, porque podría decirse que verles continuamente a lo largo de un ciclo escolar y en muchas ocasiones a lo largo de varios ciclos escolares, nos lleva a conocernos y entonces va surgiendo el cariño. Pero, recibo grupos a los que no conozco de nada e inmediatamente les quiero. Supongo que es la posición en la que me encuentro, la situación... A veces, pasa todo un semestre y no logro aprenderme el nombre de Fulanito y de Fulanita; pero sé cosas sobre sus potencialidades, sus necesidades, su estilo, etc., y sinceramente quiero que estén bien, que les vaya bien, y hago todo lo posible por contribuir a ello.
Silvia Parque
Cada grupo de estudiantes merece una estrategia, y es bonito que el profesor se lo plantee.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Sí! Y los que tenemos acá vienen con tantas ganas... Un abrazo, Albada.
EliminarEso está bien. Sí interactúas con los alumnos y hay buena sintonía con ellos, es un resultado natural.
ResponderEliminarBesos.
Sí... Lo que despierta mi curiosidad es cómo llega el afecto antes de que interactúe con ellos, antes de que haya buena sintonía. Un poco como a los hijos que se les quiere antes de conocerlos...
EliminarBesos, Alfred.
No es cursi. Es un lujo para ellos que sientas así. El problema para ti puede ser que te impliques tanto en sus problemas que los añadas a los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que sí llego a sentirme implicada, pero no como para que sea problemático :)
EliminarUn abrazo, Macondo.
Es genial amar el trabajo que una hace.
ResponderEliminarY además que te paguen, doble bendición.
Yo también disfruto de mi trabajo, creo que somos privilegiadas. :)
¡Sí! Un privilegio. A mí no me puede que llegue el lunes ni estoy pensando en cuánto falta para que sea viernes :)
EliminarAbrazo, Ojo humano.
disfruto lo que tu creas
ResponderEliminarQué gusto.
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