viernes, 13 de septiembre de 2019

"Niña"

Hace unos días, calculé que hace más de un año, B no me llama "mamá". Puede que hace mucho más de un año porque siempre fue muy raro que dijera "mamá". Como sí canta, hoy canté usando la palabrita para oírla repetirla, aunque no me estuviera hablando.

Ahora que volvió a la escuela, me impactó oír a las niñas y los niños de su salón. No es que yo no tuviera conciencia clara de la situación, pero oírles me hizo querer más oírla a ella.

Y esto no se puede apurar. Así que me puse algunos puntos sobre las íes.

He estado queriendo a mi niña "de regreso": a la que yo tenía; como si la que tengo no fuera quien es

Pero nuestra vida no es un proyecto. Me detuve.

Ayer la pasamos bien. 

En la tarde, ella andaba vestida de Mowgli y le pregunté si era una niña o una salvaje. Fue a subírseme encima y le pregunté si era una niña o una calabaza. Lo pregunto desde que era bebé. "¿Eres una niña o una calabaza?" "¿Una calabaza naranja o una verde?" Por lo de "¿qué te pasa, calabaza?" Es algo festivo. 

Y respondió: "niña".

Silvia Parque

martes, 10 de septiembre de 2019

Entrevista con la maestra

Colegio, Carnaval, Educación, Infantil
De la colección de NatAlia Quntana en Pixabay.

Ayer tuve la entrevista de inicio de curso con la maestra de B.

El fin de semana estuve pensando cómo le presentaría mis demandas, porque me queda claro que cuando las personas se sienten atacadas se ponen a la defensiva y cuando se sienten criticadas suelen sentirse atacadas. Además, valoro como "de alto rango honorario" a las ocupaciones alrededor de la educación infantil, así que trato de conducirme con toda la consideración de la que soy capaz.

Resolví exponer preocupaciones en lugar de presentar demandas y, en todo caso, hacer peticiones lo más concretas posibles; sobre todo, llegar con una actitud de escucha, con la mente abierta. Y creo que funcionó.

Descarté que tuviera una actitud negativa hacia B; además, me pareció sinceramente interesada y dispuesta a dedicarle el esfuerzo necesario. Me gustaron sus propuestas y el modo en que asumió que alguna de ellas es cuestionable, pero es lo que se le ocurre y lo que puede implementar.

Cuando terminó con el formato que iba llenando con mis respuestas, preferí no decir nada sobre las cuestiones puntuales que me apuran de su trato al grupo (un niño dijo que "les grita mucho", a una niña la regañó y la dejó sin estrellita por platicar -el segundo día del curso, en segundo grado-) porque noté diferencias; por ejemplo, ya fue a recibir a los niños al inicio de la jornada para saludarles. Tal vez los primeros días pasó por un mal momento o recibió retroalimentación. Creo que lo mejor es darle el beneficio de la duda y estar atenta. Puede que se vaya "soltando" y/o vayamos conociendo lo bueno que tiene "su modo".

Solo le dije que estaba preocupada de que B no pudiera hacer un buen vínculo con ella, ya que seguramente B no pondrá de su parte, por lo que ese vínculo dependía de ella -de la maestra-. Si alguien me pregunta qué me respondió, la respuesta sería "nada". Pero no se quedó callada ni me ignoró; hizo algo así como trazar una hipótesis de trabajo a partir de mi declaración.

Lo que te implica emocionalmente, te espejea.

La maestra de B es exactamente como yo soy en otra dimensión: como yo habría sido de seguir un camino que cambié por otro. Hay suficiente de ella en mí como para que nuestro encuentro sea una buena lección.

Claro que me habría gustado una maestra alegre, cariñosa y enfocada en resaltar lo positivo; pero creo que es aceptable con que no sea adusta y respete las necesidades de las criaturas. Solo toca asegurarme de llenar a B de muestras de afecto para que, en palabras de Gary Chapman, su tanque de amor esté lleno.

Silvia Parque

viernes, 6 de septiembre de 2019

Septiembre de inicios

Inició el mes de mi cumpleaños y tengo ánimo de celebración. No tengo condiciones, como otros años, para hacerme una fiestita o un regalo diario, pero de alguna manera me celebro cada día, a veces con decisiones para mi bienestar.

B inició el ciclo escolar y su nueva profesora, el primer día de clases, fue capaz de estar hablando conmigo de perdida una media hora sin mencionar una sola de las características positivas de mi niña. Lo primero que preguntó fue: "¿Cuál es su diagnóstico?" Una diferencia abismal con la maestra anterior. No sé si es consuelo, pero no es personal: mientras las otras maestras abrazan y usan esa entonación clásica de las educadoras para saludar bonito, esta maestra es... seria.

Yo he vuelto a la corrección de estilo, exploro los recursos digitales para "expandir los negocios", sobre todo para hacer la red de mercadeo y mañana regreso a la docencia. Daré clases en la primera universidad que llega a la ciudad más cercana a mi colonia-isla. Estoy emocionada por eso. Tenía un par de meses con la cosquilla de volver y gracias a Dios se abrió esta oportunidad que económicamente está lejos de lo ideal, pero me queda perfecto porque las clases son solo los sábados y ahorita sería complicado otra cosa, con mi niña.

He comido desordenadamente, me he desvelado mucho, no he hecho ejercicio hace demasiado tiempo y continuamente me siento sobrepasada por las demandas que implica el ser mamá; pero con todo, me siento bien conmigo misma.

Silvia Parque