sábado, 28 de diciembre de 2019

Día de los inocentes

Cuando era niña, los 28 de diciembre veía "El inocente", con Pedro Infante y Silvia Pinal. Cuando crecí, en este día buscaba la plana de noticias falsas del periódico (periódico en papel: qué cosa).

Lo que sigue igual es que hoy cumple años mi mamá.

No recuerdo celebrar su cumpleaños, siendo yo niña o adolescente. Hace rato leí que aprendemos a ser hijas cuando somos mamás y a ser mamás cuando somos abuelas. Yo estoy de acuerdo. Quién sabe si seré abuela, pero las abuelas a mi alrededor me hacen pensar que por ahí va la cosa y he vivido una especie de comprensión/identificación empática en relación con mi mamá, desde que mi cría era bebé.

Mi cría: pedacito de cielo. Ahora, pega a otros. Evito algunas situaciones sociales que sé que nos traerán más estrés que otra cosa. A veces, es muy difícil. Con ella se trata todo de ella, pero aprovechando que este es mi espacio, comparto algo que me ha resultado impactante:

Hay estudios, según los cuales, no es raro que los papás o mamás de niños en el espectro autista hayan estado también en el espectro autista sin ser diagnosticados; antes se sabía mucho menos sobre esto y las niñas solían no ser diagnosticadas correctamente por prejuicios de género. Y yo voy recordando y sacando conclusiones: mi forma literal de comprender, incluso en la edad adulta; mi ansiedad en situaciones sociales, que llegaba a la somatización; mi inadecuación social que aprendí a representar como torpeza pero que partía de no poder interpretar las reacciones afectivas de los demás; mi discapacidad para hacer amigos hasta bien grande y la forma en que asumía la amistad cuando pequeña. Un psicólogo dijo que me portaba como me portaba porque convivía con puros adultos en casa y se quedaron con eso cuando por supuesto que no convivía con puros adultos en casa: crecí con mis primos. No dimensionaron qué tan súper difícil me resultaba saludar ni les pareció que hubiera que hacer algo con el hecho de que para jugar con mis primos necesitara indicarles qué hacer y qué decir.

Cuidamos de las crías con los recursos que tenemos. B recibe atención de todo un equipo de profesionales... Y mi mamá me escucha cuando llamo para contarle que vi a su nieta trabajando, en el salón de clases; me lee cuando le escribo que estoy desesperada; sostiene económicamente su atención médica y con eso me sostiene a mí, como si fuera más mi madre que nunca, siendo abuela.

Silvia Parque

domingo, 22 de diciembre de 2019

Casi Navidad

¡No escribo aquí desde septiembre!

Si me hubieran dicho, hace tres años, que dejaría de escribir por tanto tiempo en el blog, no lo habría creído; pero la vida me tiene "en otro lado"... Consideré eliminar el blog, no porque no quisiera volver, sino porque me daba pena que estuviera sin atender. Pensé, sin embargo, que al final es mi espacio y me recibiría cuando regresara. ¡Y aquí estoy!

La verdad es que satisfago una parte de mi necesidad de escribir a través de la página de Facebook en la que hago Oriflame; otro tanto de mi necesidad de comunicarme lo estoy satisfaciendo con los videos de Opinión Manzanas. Y entre las clases en la universidad, el trabajo con tesistas y demás, no extrañé mucho publicar acá; a veces quería comentar algo, hablar de tal cosa, pero enseguida me ocupaba de algún pendiente para antier y perdía las ganas de entrar y teclear. Lo que sí extrañé es la blogósfera: leer los comentarios de las personas que me hacen favor de pasar por aquí y las entradas de sus blogs.

No se piense, sin embargo, que me la paso trabajando 24/7; tengo trabajo, gracias a Dios, pero desde que tomo fármacos para la ansiedad, soy incapaz de pasar dos noches seguidas sin dormir, así que mi cuerpo modera las jornadas laborales. Lo que me tiene más ocupada es mi niña. Al parecer, se encuentra en el espectro autista. Saberlo ha sido de lo mejor que nos ha pasado porque nos ha permitido implementar acciones eficaces. Vivirlo es complicado. Hace unos días tuvo una crisis en la calle por primera vez: se pegaba a sí misma e intentaba morderme o morderse. Es difícil; pero ahí vamos, visitando especialistas y haciendo lo que nos toca de la mejor manera que podemos. Afortunadamente, otra vez me llevo estupendamente con el papá: estando cada cual en su casa, nos vemos con gusto; la pasamos bien cuando llega a quedarse en mi casa e incluso ya me quedé una noche en la suya: fue tan amable, que acondicionó una recámara para mí.

Soy feliz. Gracias a Dios he pasado de la economía de subsistencia a una especie de economía "al día" que no es donde quiero estar, pero que representa una mejora increíble respecto a mi situación de hace un año. Ha sido un buen 2019 y será un mejor 2020.

Silvia Parque