jueves, 31 de octubre de 2013

Lo verde

Ver que va naciendo una hojita me resulta esperanzador.

Una ramita en un árbol me parece un claro signo de "todo está bien".

Y es que en el reino vegetal se hace más evidente que todo está bien, porque queda más cerca y por eso más claro, que si la planta muere, alimenta a las demás en un ciclo de vida sin dramatismo.

No puedo evitar dolerme cuando por ejemplo, los árboles viven en un cuadrito de tierra asfixiado por el pavimento, ¡pero con qué dignidad lo viven!

Silvia Parque

Café en pijama

Para variar, he pedido el capuccino con sabor almendra. Por moderarme, lo he pedido chico... pero ya estaba fuera de la cafetería cuando lo probé y regresé a ponerle otros gramitos de azúcar (así que no hubo moderación). Me recuerda el amaretto preparado en el laboratorio del bachilleres. Me hace sentir bien, como la pijama que traigo puesta... una de las bonitas pijamas nuevas (una es fresca, otra no, otra es calientita).

Siempre ha sido buena combinación: pijama y café; pero ésta es especialmente buena.

Silvia Parque

miércoles, 30 de octubre de 2013

La tortuguita estaba dormida

La tortuguita estaba dormida. La tomé con las dos manos, me la acerqué, le dije cosas bonitas. No pude resistirme a darle un beso en el caparazón, apenas un roce, casi nada. Tardó en despertar y movió sus patas con energía. La eché al agua.

Silvia Parque

Estar bien o estar mal

Decía que la vida no es obligatoria. Que tampoco es obligatoria la felicidad. No "tenemos que" estar bien. Hay quienes dicen que se lo debemos a Dios, pero si me figuro un Dios al que sea posible deberle algo, completo la figuración con la seguridad de que nos perdona la deuda.

Está en nuestra naturaleza orgánica conservar la vida, y creo que normalmente está en nuestra configuración psíquica querer vivir, en nuestros corazones el anhelo de felicidad, y en todo nuestro ser la capacidad de disfrutar el bienestar. Pero habemos unas personas menos normales que otros; también a veces por entero o en algún aspecto, enfermamos, nos trabamos, nos embotamos, y no solamente no estamos bien, sino que no podemos o no nos sentimos capaces de estar bien, o para mayor sorpresa de la gente cuerda: no queremos estar bien. Podemos querer estar bien, o no querer. Hay un exceso de juicios duros contra quienes no quieren. Porque probablemente todos "quisiéramos" estar bien, digamos, del modo en que nos gustaría (con tal deseo cumplido, con determinados recursos que ahora no existen...); pero no es tan extraño que no queramos estar bien sin eso.

Creo que tal vez no hay ejercicio del libre albedrío en esto de estar mal o estar bien, si la persona no se ha visto en la disyuntiva, y elige considerando de verdad las dos opciones. Tampoco es que todos tengan que ejercer su libre albedrío en este asunto; debe ser bonito ir por la vida siempre por el camino de lo positivo, sin más. Yo prefiero explorar y elegir. Nada más hay que tener cuidado con la exploración; si se le pone reserva al "estar bien", con mayor razón al "estar mal".

Silvia Parque

martes, 29 de octubre de 2013

Trámites para obtener un título de posgrado en la UAQ

La serie de trámites para obtener un título de posgrado en la Universidad Autónoma de Querétaro, es largo y tiene varias -importantes- áreas de oportunidad. Pero si se quiere tener un óptimo desplazamiento de un paso al otro, no hay sino que poner atención y hacer las cosas a su debido tiempo.

Conmigo, todo el personal administrativo y por supuesto, el académico, ha sido amable y ha tenido múltiples consideraciones. Lo que complica las cosas es que yo me equivoque en lo que lleva una carta, que olvide el papel X, ¡que haga las cosas en el último momento...!

Pero bueno: si hubo tesis, haré que haya lo que le sigue. Dios mediante.

Silvia Parque

Apreciar-agradecer

Estos días he recibido la nada original sugerencia de apreciar lo que tengo. Como soy creyente, apreciar se me junta con agradecer. Como traigo el alma adolorida, aprecio-agradezco todo el tiempo, como si le diera masaje continuo a una pierna lastimada.

Siempre agradezco por algunas cosas, al despertar y antes de dormir. Pero ahora la lista es larga, y lo hago todo el día. En el momento en que voy a pasar del dolor al sufrimiento, agradezco lo que vea: la botella de agua, las teclas del teclado, mis uñas sanas ni tan cortas ni tan largas. Puedo ir por la calle pensando: "gracias por la acera", "gracias por los zapatos". Dios sabe que lo hago como estratagema, pero igual es dar gracias porque es honesto: la misma tendencia que tengo a encontrar errores en ciertos ámbitos, la tengo a encontrar bien y bueno todo, fuera de esos ámbitos. Me funciona.

Silvia Parque

lunes, 28 de octubre de 2013

No se sufre en el presente

Por más que haya cosas importantísimas y dolorosas, no hay sufrimiento que aguante una dosis mínima de tiempo presente. El sufrimiento es por algo pasado o por algo que se presume ocurrirá (si es por algo en el futuro probablemente esté liado con ansiedad). No hay "aquí y ahora", motivo para el sufrimiento. Puede haber causas múltiples para el dolor. Pero tomando conciencia del momento exacto, del segundo en curso, no cabe el sufrimiento... a menos que traigamos algo del pasado -incluyendo algo que "acaba de ocurrir"-, o algo del futuro -incluyendo algo que está "a punto de pasar"-. A veces, sin embargo, sufrimos. A veces no podemos dejar ir ni dejarnos llevar.

Silvia Parque

Decidir estando triste

Creo que las mejores decisiones son las que salen del corazón. Pero no se toman buenas decisiones cuando una está muy triste, porque la tristeza acalora cuando es grande, y el calor nubla la vista del alma. Ni siquiera se trata de no pensar bien -que también cuenta-, sino de no tener conciencia. Igual pasa con el enojo, pero no sé si con la alegría; creo que no; creo que cuando una está muy alegre, se aclara la vista del alma, y la emoción da brillo al deseo del corazón, lo apuntala para que pueda dirigirnos el camino. La tristeza, no. La tristeza lastima al corazón, llega a romperlo; entonces, ¿cómo va a decir algo? Apenas se queja, el pobre. Apenas balbucea. Hay que confiar en lo que haya dicho cuando pudo hacerlo.

Silvia Parque

No hay mal que dure cien años

...aunque haya reportes que tarden cien días en estar listos.


Todas nos equivocamos y seguro casi todas tenemos rachas en las que cometemos más errores de los acostumbrados, o días o procesos en los que casi todo sale mal. Es un momento para salir a tomar aire y ¡cómo no!, para premiarnos por sobrevivir, bien o mal, al día, proceso o racha de error.

Puede ser cansado, puede ser frustrante; pero pase lo que pase, seguro no se acaba el mundo y seguro la racha, el día o el proceso terminan por terminar, como quiera que sea.

Para verlo en perspectiva, conviene tener problemas más grandes. Eso es lo bueno de tener una vida complicada: siempre hay algo mayor con lo cual comparar el problemita del momento.

Silvia Parque

domingo, 27 de octubre de 2013

Lavar la ropa


Lavar la ropa a mano me gusta mucho cuando es por jugar -y en realidad, puede ser por jugar cuando una quiere-. Ahora mismo nada me gusta mucho -ni poco-, pero he lavado la ropa indispensable para la semana, y me doy cuenta de que eso significa mucho más que una marca de "hecho" en la lista que no hago, de cosas por hacer. Usualmente significa que una espera ponerse esa ropa y que una se asume estando en el mundo, donde es necesario ir vestida y con ropa limpia. Es un gesto de buena voluntad para con una misma.

Silvia Parque

La tortuga que cae, me levanta

No tengo la menor idea de cómo rayos ha caído de no sé dónde. Tengo días sin ocuparme de ellas, sin culpa porque sé que se las arreglan, pero hago la cuenta de que tal vez sean ya cuatro días que una, y tres días que la otra está fuera del agua, mismos días que no les he dado de comer.

Soy responsable de esas vidas porque las traje a mi vida. Nuestra maquinaria psíquica es increíble, y hace cosas muy calculadas para que cuando sea necesario levantarnos y movernos, tengamos motivo para hacerlo.

Silvia Parque

De la no obligatoriedad de la vida

La vida no es obligatoria. Se elige vivir cada día y es posible elegir no vivir, en cuyo caso, es posible terminar con la vida o guardar el cuerpo vivo debajo de la cama o en un horario de oficina. Es posible terminar con la vida rápido o lento, o muy lento con alcohol o cigarro o hasta comida. Cada cual elige lo que le resulta mejor, según su condición y posibilidad, al grado de que casi puede decirse, que cada cual elige lo que le toca.

Ni la vida, ni la felicidad, ni ninguna de esas cosas buenas y valiosas son obligatorias. Podemos tomarlas o dejarlas ir. Una parte de ellas se nos regala y se nos retira; pero me interesa la parte que tomamos y dejamos ir. Yo creo que si llegamos al mundo sin que tuviera que ver con nuestra voluntad -entonces inexistente-, es bueno que nuestra permanencia sí tenga que ver con nuestra voluntad. Un día, una se da cuenta de que está aquí puesta y puede decidir seguir viva o no. No creo que esté mal quitarse la vida. Que sea un desperdicio o que muchas veces sea una tontería, es diferente; pero "malo", no creo, excepto en el caso de la gente que hace espectáculos que dañan a otros, como las mamás que se matan delante de sus niños o simplemente no arreglan qué pasará con ellos si ellas faltan. Pero un hijo de vecino que no le haga falta a nadie, no creo que sea "malo" que se mate.

Espero que no se entienda como alentador para el suicidio; no me parece "bueno" matarse; siempre que sé de alguien que se ha dado muerte -o lo ha intentado-, se me ocurren formas en las que habría podido sentirse mejor (la gente casi nunca se mata porque quiera morir, ese es el problema: se mata para dejar de vivir lo que está viviendo).

Solamente digo que "malo" no me parece. ¿A quién le deberíamos algo, en caso de morir por nuestra propia decisión? Allá los que reclamen, con sus problemas, una ya se habría convertido en deudora incobrable.

Silvia Parque

sábado, 26 de octubre de 2013

Como en el espejo mágico de Harry Potter

Algunas personas se gastan la vida tratando de ser las mejores en algo. Cuando dejó de interesarme ser "muy buena" en una cosa u otra y hacer una exitosa o siquiera aceptable "carrera", pensé haberme librado de la ruedita del hámster. Yo no "lucho", no "enfrento batallas", no tengo interés en "superarme a mí misma" o "sentir que logré", así que pensé que era más libre que otros.

Pero hay personas que nos gastamos la vida mirando el reflejo de un sueño. Ahí se puede quedar una, como drogada.

AQUÍ, la "ficha técnica" del espejo de Oesed.

Silvia Parque

Feriecita

En la Alameda se instaló una pequeña feria, creo que nada más porque sí. Había gente, aunque los juegos mecánicos estaban más bien medio vacíos. Se movían lento y no parecían, en absoluto, simular alguna dimensión de ultra-aventura... pero cuando era niña, todos me daban miedo, excepto el de las sillitas voladoras. Para el adulto regular, yo no podía resultar divertida.

Cuando me acerqué al juego de las canicas, en menos de un minuto y sin emplear particular habilidad matemática, noté que -dada la cantidad de canicas y la puntuación posible- no hay modo de ganar el premio mayor. Me recordé disfrutando mucho hacer rodar las canicas; hasta pregunté cuánto por un juego; pero resolví no arriesgarme a pagar y que Sabina tuviera razón en que "al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver".

Enseguida estaban los peces de plástico. Alguna vez intenté pescarlos, pero eso ya me resultaba estresante. Aunque sigo siendo la misma, al menos creo que ya no me estresa nada equivalente a eso.

La instalación ocupa un espacio como un pasillo amplio, si es que se le puede llamar "pasillo" a un camino o andador en la alameda. De regreso, noté que en cada casetita de la rueda de la fortuna está pintado un lugar especial de la ciudad: el templo de San Agustín, Santa Rosa de Viterbo, Plaza de Armas... No creo que nadie le pusiera atención, pero era una cosa muy bonita. Aprecié lo verde del pasto y pensé bien de mí.

Silvia Parque

viernes, 25 de octubre de 2013

Notas sobre la casa


Las tortugas llevan su casa a cuestas. Los fantasmas no pueden tener hogar. Que falte el baño puede arreglarse, pero sin cocina no es casa.

Ahora vivo en una casa peculiar, que siempre tiene las ventanas abiertas. Cuando doy señas para encontrarla digo que es amarilla, pero podría ser que se viera más la parte rosa de la fachada.

Mi abuela se dedicó a su casa; se daba a la familia, pero se dedicó a su casa. Ahora vive en la casa de una de mis tías. El tiempo pasa volando.

Independientemente de lo económico, comprar una casa, rentarla o construirla -venderla o tirarla-, tiene significados profundos no solamente por lo que implica en un proyecto de vida: la casa es territorio extendido del cuerpo.

Qué momento, cuando te da las llaves de su casa.

Silvia Parque

miércoles, 23 de octubre de 2013

Si estás muy cansada

Si estás muy cansada, hasta lo que se disfruta se disfruta medio en cámara lenta. Si llegas a estar exhausta, a la cámara lenta puede agregarse un pixelado vital mientras vas perdiendo el sentido...

Silvia Parque

martes, 22 de octubre de 2013

Dulce para el ego 2: a mi modo

Como la honorable ganadora que soy, del muy apreciado Liebster Award, me corresponde premiar a once blogs con menos de cien seguidores, y hacerles once preguntas. Pero muy a tono con mi temporada rebelde, me quedo con los "unos" que forman el "11"; supongo que el segundo "uno" es una confirmación de que está bien la idea que me dio el primer "uno", y elijo un solo blog, que está entre los que más visito y que siempre me deja satisfecha: Cinéfilo Club.

Como se trata de cine, las preguntas van por ahí. Ya que es un blog con una estructura muy definida, no espero que su autor responda en una de sus entradas, sino que, si gusta, responda acá, en el comentario. Tampoco le paso la estafeta de premiar blogs, pero estaría bien que nombrara un par que también traten sobre cine, de los que él sea seguidor.

   1. ¿Cuál es la primera película que viste? Al menos, la primera en tu
       memoria.
   2. ¿Por qué hacer un blog sobre cine?
   3. ¿Qué elementos crees que son importantes en una reseña crítica?
   4. ¿Cuál es tu película basada en un libro, favorita?
   5. ¿Mejor película de terror?
   6. ¿Mejor película de comedia?
   7. ¿Mejor película de drama?
   8. ¿Mejor película de acción?
   9. ¿Peor película?
   10. ¿Palomitas, dulces, chocolates, cacahuates?
   11. ¿Solo o acompañado?

Silvia Parque

Dulce para el ego

Tengo el enorme gusto de anunciar que MC, del blog And I'm calling your name, I don't know my own. tuvo el detallazo de concederme el bien ponderado Liebster Award, lo cual me lleva a responder las siguientes preguntas:

1. Cuando terminás de leer, ¿pasás inmediatamente a otro libro o dejás que se asiente el que terminaste?
2. ¿Qué preferís: libro en papel, libro virtual, blogs, todos?
3. ¿Sos de buscar autores desconocidos?
4. ¿Leer o escribir?
5. ¿Algún personaje o libro que te haya marcado o no puedas olvidar?
6. ¿Te gusta comentar con otra persona sobre tus lecturas?
7. ¿Leés en voz alta?
8. ¿Te gusta compartir el momento y el lugar con otro mientras leés/escribís o preferís hacerlo en soledad?
9. Tu lugar favorito para leer/escribir.
10. Tu momento del día para leer/escribir.
11. Tu escritor favorito.

Para empezar, menciono que mi gusto por lo ajeno me hace disfrutar mucho transcribir las palabras de ese español no mexicano que incluye lo de "pasás" y "sos". Es como jugar, hasta que tengo la conciencia de que  verdaderamente estoy en contacto con personas de lugares bien lejanos al de mi posición geográfica; cuando caigo en la cuenta, me asombro; eso me fascina. Y bueno...

1. Casi siempre estoy leyendo varios libros al mismo tiempo, así que cuando termino uno, sigo con otro que esté leyendo.
2. En papel, ciento por ciento; sin embargo, actualmente la mayor parte de mis libros son archivos electrónicos. Alguna vez tuve una biblioteca que era un tesoro; desde que la perdí no siento apego por los libros-en-físico, pero sigo prefiriéndolos.
3. No busco autores ni lecturas, tengo siempre bastantes "en espera".
4. Escribir. Malamente; pero decididamente.
5. Creo que los que me marcaron realmente, no son ni de lejos los mejores o los que más me gustan; son por ejemplo, unos libritos infantiles de cuentos muy resumidos, sin nombre de autor o de compilador, de una edición muy económica... los leía muchas veces; dejaba pasar el mayor tiempo posible antes de la siguiente lectura, para no tenerla tan fresca...
6. No. Ni me gusta decir de que se trata lo que estoy leyendo, ni opinar sobre libros; otra cosa es entrar en una conversación fluida y que se hable de un libro, entonces, si la conversación me invita a hacerlo, puedo querer compartir mi parecer. En todo caso, preferiría expresarme por escrito.
7. En general, no.
8. No. Pero la respuesta a esta pregunta, como a la 6 y a la 7, tiene excepciones en relación con la vida en pareja.
9. Para leer, la cama; por eso me encantaría tener una de esas "plataformas" para llevarme la laptop a la cama. Para escribir, mi mesa de trabajo.
10. Por mí, para mí: ¡cualquier momento! Pero ahora que tengo un trabajo de tiempo completo, es mayormente posible en las noches, más bien ya bien entrada la noche.
11. Luis Kimball.

Silvia Parque

lunes, 21 de octubre de 2013

Locos, rotos

Entre las muchas cosas que se dicen de la locura, está la premisa de que el loco de verdad no se da cuenta de que está loco. Algo así como la negación del alcoholismo en el alcohólico. Es cierto.

En otra dimensión de la realidad, pocas cosas más aterradoras que esas familias felices con gente feliz que está "muy bien", tan rota por dentro o tan sin forma por dentro, que su contacto con otras personas siempre linda con el daño.

Silvia Parque

Tres mieditos

Del menor al mayor, a continuación se presentan tres miedos no profundos, no importantes, pero que pueden ser muy apremiantes:

- Primero, los clásicos: buscar y no encontrar a la primera el celular, las llaves o la cartera; en el siguiente nivel: efectivamente no encontrarles.

- La duda al imaginar que pudiste haber adjuntado y enviado el archivo equivocado... o que pudiste enviar el correo al destinatario equivocado.

- La sensación de que está a punto de llegar tu menstruación, en el trabajo, sin "protección"... o sin ropa interior.
Silvia Parque

domingo, 20 de octubre de 2013

Salir

Como disfruto mucho lo que hago frente a la laptop, como duermo extra los días que no trabajo, como hay fines de semana en que es necesario dedicarle un buen rato a eso de barrer, lavar y asociados... como a veces consentirme va en plan yo-conmigo-misma-y-nada-más... soy capaz de transitar del viernes por la tarde al lunes por la mañana, sin haber salido más que al patio de la casa.

Pero no es bueno. Así que salgo, camino, veo cosas y a personas, y vaya que si resulta bien sentir el aire en la cara, hablar en vivo, la calma del paseo, la novedad del afuera

Silvia Parque

Aceptar no es resignarse

Aceptar no es como resignarse; la palabra "resignación" puede tener un significado original de "cambiar de signo", pero ordinariamente se emplea como una aceptación tristona y con la cabeza gacha, de cosas que no querermos. Aceptar puede ser alegre, o al menos armónico.

Creo que cuando lo que hay es resignación, es que no ha habido rendición; el deseo fue derrotado y la voluntad está resentida. Creo que rendirse es necesario a veces, haya habido derrota o no: rendirse como acto de la voluntad, dejando al deseo en paz, sin pretender omitir o negar la presencia o la importancia del objeto del deseo. Es justo dejar el deseo en paz, soportar que esté sin cumplirse, lo que permite la alegría, lo que hace que no sea resignación.

Silvia Parque

Condiciones administrativas del aprendizaje vital

Como trabajo con índices de aprobación y cosas por el estilo, me han estado rondando paralelismos entre la vida y las condiciones administrativo-académicas de la universidad. Repetir el curso de la asignatura que reprobaste ya implica un costo económico -además del tiempo extra-, llevártelo a "especial" pone las cosas  más difíciles: a veces hay que cumplir pre-requisitos para poder inscribirte / aprobar una asignatura específica. La gran diferencia es que en la vida no te "dan de baja"; puede que una se rinda, pero eso lo hace una misma.

Donde trabajo, se determinó limitar la carga académica de los alumnos con determinada cantidad de materias reprobadas. Y así es también en la vida: si traes varios pendientes por resolver, la temporada siguiente se tratará básicamente de eso.

Dentro de poco, se espera tomar alguna medida para poner en orden a los alumnos que dejaron pasar el tiempo sin cursar las materias que les correspondían (una cosa es reprobar y otra no haber cursado). Como en la vida: puedes ignorar u omitir algo por lo que te toca pasar, pero en algún momento, algo te va a obligar a pasar por ahí.

Silvia Parque

sábado, 19 de octubre de 2013

Hoy toca

Hoy es el día contra el cáncer de mama. Prefiero pensar en salud, pero lo importante es que estas campañas hacen que, al menos tocando las fibras del miedo y de la empatía, pensemos en nuestros cuerpos y nos ocupemos de hacer lo posible para conservarlos en buena condición.

Como han dicho mucho por estos días, el cáncer de mama puede detectarse a tiempo a través de la autoexploración. A pesar de que es fácil, rápida, gratis y no duele, muchas mujeres* no se exploran, y muchas no lo hacemos con la disciplina que se requiere. Por eso es útil que el tema esté en el aire, que esté el recordatorio presente. Para mi fortuna, tengo una "bolita" en un seno hace más de seis años; la tarea de monitorear que siga del mismo tamaño, me hace no dejar que pase demasiado tiempo entre una autoexploración y otra. Promover la práctica también ayuda; me hace "sentir obligada" a hacer lo que estoy diciendo a otros que convendría que hagan. Hoy toca.

*Muchas más mujeres que hombres cursan con este cáncer, y por eso a ellas se dirigen las campañas.


Silvia Parque

Ni eso ni otras cosas

Trabajo con datos e información. Pero me rodean las personas y a veces toca atender alguna. Esta profesora, grande como una mamá gallina, la mar de buena gente, me abruma por su extroversión. Me toca hacerle segunda, apoyando su regaño al alumno. No me gusta regañar gente crecida, pero bueno...

Entonces pregunta: "¿tú quisieras hacer un doctorado, verdad?" con ese tono que implica que yo, como todo el mundo, quiero hacerlo. Respondo que tal vez más adelante; no quiero distraer del speech motivacional que tal vez ella quiera llevar por rumbo progre. Pero continúa, más como afirmación que como pregunta: "¿pero quieres hacerlo?" Y digo que no, que no me interesa.

Quise. Ahora no quiero. Todo puede suceder en la vida, pero no es algo que me esté interesando. Cambiar de rumbo ha significado deshacer compromisos identitarios pesados, y eso incluye pasar por encima de mis suposiciones sobre lo que otros puedan esperar de mí. Como efectivamente el mundo espera cosas de cada cual, es posible enredarse en estas preguntas-afirmaciones que, como olas, te van llevando a donde se supone que debes ir.

Silvia Parque

Nada más de un lado

Cuando contamos algo que ha sucedido o describimos algo, a menos que reproduzcamos literalmente la versión de alguien más, estamos dando cuenta de nuestra versión. No es el hilo negro ni el agua caliente, pero es común que haya desencuentros por olvidar esto. ¡Vaya!: en un choque, el conductor A, el conductor B y el testigo, tendrán cada cual su versión; por similares que sean, diferirán un poquito, al menos por la perspectiva desde la cual se construyeron. Ya hablé AQUÍ de la frase "desde mi punto de vista".

Cuando escuchamos lo que alguien opina o concluye sobre lo que hemos contado o descrito, sería bueno que tuviéramos en cuenta si esa persona solamente ha conocido nuestra versión, y a su vez, si esa persona está tomando en cuenta que solamente conoce nuestra versión.

Silvia Parque

viernes, 18 de octubre de 2013

Para un rato

Visualizar mis vacaciones en la playa, me hace recordar que no me gustaría vivir ahí. Disfrutaría mucho una breve temporada en algún poblado cerca del mar, pero no en la playa... ni muy cerca del mar.

Hace unos siglitos, las personas no pretendían ni preferían vivir en la costa; lo hacían por necesidad.

Silvia Parque

La figura de la "familia feliz"


Creo que existe lo bonito. Sé que es posible estar bien y pasarla bien. Conozco el amor y me consta su relación estrecha con esas cosas: bonito, bien-bueno... pero no creo en las "familias felices" y no me gusta su estereotipo.

Me molesta la figura de la "familia feliz" porque modela perfección: todos perfectamente bien avenidos y ni un trapo sucio. Imagino mujeres frustradas y frustradoras, tratando de conseguir eso de sus imperfectas familias. Sé además, que la idea de que todo es miel en la vida familiar impidió mucho tiempo abordar problemas como el de la violencia en la familia.

Mi aversión, reitero, es con la figura; sin duda hay familias felices -conozco varias- y lo celebro.

Silvia Parque

El plan

Los sueños pasan a ser una visión cuando los asumimos como anuncios de lo que nos corresponde. Si abrimos la puerta a la imaginación, florecen ideas que para materializarse, necesitan pasar por "el plan".

Un plan requiere al menos algo de estructura; lo más importante es ubicar qué se va a hacer, qué se necesita para hacerlo, y establecer lugares y fechas (para cada cosa que será hecha). Si no hay un cronograma, o al menos una calendarización, es muy probable que las cosas se dejen siempre para después.

Silvia Parque

jueves, 17 de octubre de 2013

Naturaleza

Para una persona completamente urbana, la naturaleza puede ser un misterio. La oscuridad de la noche es casi un mito. Y cuánta falta puede hacerle a un cuerpo, que sus pasos sean pasos sobre tierra, tierra de raíces de árboles. 

De ahí somos: alejarnos demasiado tiempo de ese origen, debe hacernos perder algo...

Silvia Parque

miércoles, 16 de octubre de 2013

Dejar dicho

Después de leer "Y si me muero, plim".

Hay que dejar dicho, cuando una está sana y en pleno uso de las facultades mentales, lo que una quiere que pase en caso de una condición médica en la que una no pueda tomar decisiones.

Hay que dejar dicho cómo una preferiría que fueran los momentos cercanos a la muerte y lo que una prefiere que se haga con su cuerpo muerto.

Silvia Parque

Plancha en tapete y bicicleta

¿Quién necesita un marido cuando hace "plancha en tapete"? De haber intuido cómo sería el sufrimiento, no habría reparado en el costo de la mensualidad del gimnasio...

Di unos pasos recuperando el cuerpo. Subí a la bicicleta y me alegré.

Silvia Parque

No joda hoy, que no estoy de humor

Yo: calle tal, número tal
El taxista: ¿a qué altura?
Yo: está enfrente de X, casi llegando a Y y Z
El taxista: ah, si; es mejor que nos digan así "enfrente de X" o "cerca de tal"

Bien. Expresa una preferencia. Hizo una pregunta normal, recibió una respuesta pertinente y hace un comentario.

Yo: ah, sí

Vale. Caso cerrado. ¡Pero no! Tiene que aleccionar...

El taxista: sí, ¿por qué si no, cómo?, con el número no se puede saber

Lo sensato sería escucharle como quien oye llover, pero no estoy de humor...

Yo: hay algunos que sí saben
El taxista: no

Ni siquiera tiene afán de ser grosero; simplemente, le parece natural negar lo que estoy diciendo y omitir el hecho de que soy su cliente. Sobre lo último, ni hablar; tuve que aceptar que por estos lados del mundo, "el cliente" no es pensado, visto o tratado como "el cliente" ni de mi rancho, ni de cualquier libro sobre organizaciones / ventas / mercadotecnia. Pero hoy no estoy de humor. 

Yo: sí, hay algunos que sí saben
El taxista: sí... nada más los adivinos

No le enseñó su mamá a quedarse callado. Omito decir que podría simplemente observar la numeración y dar con el número, o arreglárselas de cualquier manera, puesto que él es el taxista. Recuerdo a la serie de taxistas con ínfulas con los que he viajado...

Yo: no; los que conocen la calle, los que conocen la colonia y cómo va la numeración: en qué calle empiezan o terminan tales números, o de qué lado de la acera están los pares o impares
El taxista: ah, sí, lo de pares e impares

Recuerdo también al mejor taxista del mundo, que me llevó y me trajo por años, haciéndome la vida más fácil.

Silvia Parque

martes, 15 de octubre de 2013

Dos menos cero

Si tienes dos tortugas en una habitación, puertas cerradas, y ventanas muy altas y con mosquitero, al cabo de un rato, debes tener dos tortugas en la habitación. Con seguridad, la tortuga que no se ve, no ha desaparecido.

Silvia Parque

Gadgets encantados

Hace un par de meses ESCRIBÍ que mi blog con vistas dinámicas no me dejaba responder a los comentarios. Exploré por aquí y por allá, sin hacer caso a la sensata sugerencia de Dolega, de entrar en un foro de blogger para que me dijeran qué hacer. No lo resolví. Un día, estuvo resuelto.

Ahora no puedo agregar gadgets al costado del blog. Y mi alma tipo tetris busca con afán que la extensión de las entradas sea la misma que la extensión de la barra lateral. En lo que mágicamente se resuelve, respiro.

Silvia Parque

Para la calma

Debe hacer falta una madurez superior para tener calma sin fe. O sangre fría no natural. A mí lo que consigue darme calma es la idea de que estoy en manos de Dios y que por tanto, todo va a estar bien, que de hecho, todo está bien justo como está, así no pueda entenderlo. Pero hay otras cosas que ayudan: el ejercicio es de lo que más. 

Hace años usé psicotrópicos para calmar la ansiedad; tenía poco de haberlos dejado cuando noté, saliendo del gimnasio, que la sesión especial con la caminadora me estaba provocando lo mismo que la mitad de pastillita carísima con la que había estado ayudando a mi cerebro a dejarme en paz. Casi es inevitable: cosa de las endorfinas.

Silvia Parque

lunes, 14 de octubre de 2013

Hamburguesa entera

Cené aproximadamente 9/10 de hamburguesa. La compré por culpa del aroma, pero no estaba mal cenar media hamburguesa; podía almorzar la otra mitad mañana y en ese caso habría sido hasta económicamente apropiado. Sabía que debía partirla primero y apartar la mitad a reservar. Al menos partirla, para no poner a mi voluntad a detener a mi boca entre una mordida y la siguiente. La próxima vez...

Silvia Parque

domingo, 13 de octubre de 2013

Fechas

El doce de octubre pasó sin pena ni gloria por este año de mi vida; no es que alguna vez me hubiera importado sentidamente, pero al menos figuraba mientras estaba en la escuela o estaba cerca de quienes iban a la escuela. [En cambio, hoy que es día trece recuerdo cosas mías...]

Nunca participé de la emoción que el sistema escolar parecía querer hacerme sentir ante fechas de eventos históricos. Sí me gustaba el pretexto para saber: que tocara investigar y escuchar al respecto -aunque fuera poco y parco-. Ahora me parece necesario fijar fechas y fijarnos en ellas para recordar, y en ese sentido, me apena un poco no haber leído al menos un articulito sobre algo en relación al doce del presente.

Silvia Parque

El agua y el sol en la pared

Ayer había un arcoíris en el piso. Hoy, el sol provoca que el agua del acuario mueva figuras brillantes en la pared, como agua de luz, justo encima del cartel de sol con pájaros y peces. Si pasa una nube, se acaba el reflejo; si se va la nube, regresa. Podría bajar las cortinas para bajar el calor, pero aunque la tortuga pequeña no estuviera desplegando su elegancia tomando el sol, no querría perderme el espectáculo de la pared.

Silvia Parque

Diva

Me acompaña una pequeña muñeca que se llama "Diva". La palabra está escrita en la pechera de su vestidito y asumí que es su nombre. Tiene unos pocos cabellos amarillos, zapatos negros y un bolso blanco. Lleva los labios pintados. No lo sabe, pero no tiene nariz ni orejas -ni le hacen falta-. Usualmente se echa en mi cama, recargada en mi frazada de princesa, a contemplar el mundo. Casi siempre está muy satisfecha de sí misma. Hubo un tiempo en que se avergonzaba por haberse ensuciado y yo le prometía que la metería a bañar, pero aunque no he cumplido mi promesa, ya no le importa estar un poco sucia -entre menos le importa, menos sucia se ve-.

Silvia Parque

sábado, 12 de octubre de 2013

Estrenando casa

Las tortugas han estrenado casa con inquietud. La de mayor tamaño persigue a la otra; no pelea; la quita, se le para encima, se queda enseguida. Nadan que es un gusto verlas. Tal vez estén explorando: no paran de un lado a otro.

Es un espacio mucho más grande que el anterior. Tiene un filtro silencioso, lo cual hace una gran diferencia para la humana que vive con ellas. También tiene un par de piedras grandes y una plataforma inclinada, lo que permite que trepen y descansen. Ahora no tienen espacio suficiente para posarse a secarse las dos, pero lo tendrán la semana que viene (no hay problema porque salen a pasear a la habitación).

Silvia Parque

Conversar

Cuando crecí, encontré mi lugar en donde pude conversar a mis anchas, interesada, a gusto, con verdadera interlocución. Luego encontré compañeros de diferentes dimensiones del viaje, y compartí el mundo. No me refiero a los amigos porque con ellos usualmente se trata de lo personal; me refiero a las personas con las que se habla sobre "temas" o "asuntos" -que pueden estar ligados a lo personal, pero que son... "un tema"-.

Recuerdo entrañables conversaciones con uno de los señores del asilo en el que hice prácticas profesionales, deliciosos ratos llenos de las imágenes de la plática del velador de la universidad, trayectos de lo más amenos con mi taxista de cabecera. Ni qué decir del trío de brujas que me enseñó el mundo de poder hacer... Ahora van tomando espacio las conversaciones públicas a través de las redes o del blog...

Creo que la edad cuenta. Entre más años, más cosas por contar, y usualmente más ganas de hacerlo.

Silvia Parque

Despertar dos veces

Primero, la alarma del despertador del teléfono.- Encender la computadora. Ir al baño. Revisar los comentarios del blog. Notar que es relativamente temprano. Volver a la cama.

Luego, el timbre que anuncia una llamada.----- Responder. Hacer un plan. Preguntar la hora y concluir que es relativamente tarde. Notar lo bien que se está en la cama. Salir de ahí.

Silvia Parque

viernes, 11 de octubre de 2013

Linterna

El protagonista mira un álbum fotográfico con una linterna. Atrás de él, durante un par de segundos, se ve la luz de algo como una linterna, de alguien que le mira a él. En mi puerta un círculo de luz desaparece en lo que volteo.

Ya no garantiza nada dejar la luz prendida para ver una película.

Silvia Parque

Tiempo de calidad

Dolega escribe -como solo Dolega-, lo que le hace pensar la frase "tiempo de calidad". Susana comenta que con esas palabras se excusan quienes solamente dedican media hora a sus hijos...

Coincido en que muchos papás sin tiempo seguramente usan lo de "calidad vs cantidad" para tranquilizar sus conciencias; pero otros muchos también han de usarlo para ofrecer -o al menos tratar de ofrecer- a sus hijos lo mejor de sí mismos, en la forma en la que pueden ofrecerlo: por ejemplo, en poco tiempo -habría que discutir cuánto es "poco", "mucho" o "suficiente"-. [En este punto recuerdo que para determinar si hay eyaculación precoz, no importa tanto en qué minuto -¡o segundo!- se dé la eyaculación, sino la satisfacción de la pareja en relación al momento en que se da.]

Me parece chocante emplear la expresión "calidad" para los asuntos de las relaciones humanas, y más para hablar de las relaciones familiares, con lo que tienen de íntimas. No me gusta esta visión ingenieril de hacer eficaz y eficiente lo que tiene tanto que ver con los afectos. Pero tiene su mérito... permite señalar que no por estar ahí estás acompañando, y que a pesar de no estar todo el tiempo, puede ser valioso cuando estás.

No todo el tiempo es de calidad. Amar y estar físicamente al lado de alguien, no necesariamente quiere decir que se le esté poniendo atención, y ponerle atención no necesariamente quiere decir que se le está dando lo que necesita (apoyo, comprensión, límites...). Los ejemplos no podrían ser más que caricaturas, pero queda claro que hay personas muy concentradas en sí mismas como para poder observar al otro, así como hay personas demasiado rígidas como para que una sucesión de "dice /dijo" sea verdaderamente una conversación.

El tiempo de calidad es el que se le dedica al otro con todos los sentidos puestos en esa persona, con interés en el encuentro, en el más amplio sentido de la palabra "encuentro". No es posible que todo el tiempo sea "de calidad". Pero no es bueno que falte.

Silvia Parque

Cosas agradables con las personas

- Una llamada por la mañana, nada más para saludar.
- Platicar con calma.
- El ofrecimiento de un pequeño servicio (como: "¿te hago un té?").
- Reír hasta perder el aire.

Silvia Parque

jueves, 10 de octubre de 2013

De la dimensión desconocida en casa

De pronto, cuando menos te lo esperas, te das cuenta de que hay un tenedor bajo tu trasero; entre tu trasero y el asiento, para ser exactos. Recuerdas cómo te explicaste la incomodidad, y alucinas con que viste el asiento sin ningún tenedor, antes de sentarte. Sabes que hay una explicación lógica para la aparición, pero en el fondo sientes que esa explicación aburrida no puede tener sentido. El tenedor simplemente apareció, tal vez tenga un mensaje...

Silvia Parque

Lo que llena

Creo que una de las pistas para encontrar la vocación está en la sensación de estar en el aquí y el ahora. Cuando hacemos cosas que nos apasionan de manera que las hacemos por "hacerlas" y no para conseguir algo con ellas (pago, reconocimiento, sensación de logro, beneficio para otros), estamos haciendo exactamente eso para lo que estamos hechos. 

Podría parecer que esto incluye lo que se hace por jugar, porque lo que nos llena vocacionalmente se vive como un juego; la diferencia está en que el juego se asume con una duración determinada (que va a terminar). Hay juegos que enganchan y es posible dedicarles felizmente horas, días o semanas; pero el juego finalmente satura; lo que nos llena vocacionalmente, no. [Si hay un juego que de verdad no satura, habría de convertirle en forma de vida.]

Silvia Parque

Ensalada

Con las verduras no es lo mismo una por una, que juntas, ni es lo mismo juntas que bien revueltas.

Fui de esas niñas que separaban y no se comían las verduras del plato. Todavía no pienso en una verdura cuando pienso en algo rico. Es cosa de hábito: he probado verduras deliciosas, en platos deliciosos; sin embargo, no están en mi variedad imaginaria de "antojos". Pero amo las ensaladas. Adoro una ensalada bien preparada. El único "pero" que puedo encontrarle a una ensalada, es que no se prepare sola. Todos esos pasos de lavar, desinfectar, pelar, picar, no me resultan apetecibles. Pero, ¡ah! los resultados finales. ¿Y qué más se le puede pedir a una ensalada que tiene carne? ¿A una que tiene frutas y frutos secos? ¿O queso...? No tienen que tenerlo todo al mismo tiempo, claro. ¡Y los aderezos, aceites, vinagretas...! Son como el colmo del lujo ensaladesco.

Silvia Parque

miércoles, 9 de octubre de 2013

Cosas que molestan

Las molestias que se guardan, fermentan hasta que se vuelven veneno y/o hasta que encuentran la forma de salir, casi siempre voluptuosamente. Por eso hay que ocuparse de ellas. En primera instancia sería mejor no molestarse; pero los seres humanos comunes y corrientes nos molestamos.

Sería bueno, por supuesto, soltar y dejar ir lo que molesta; no hace falta ser budista para conseguirlo, basta con que las ganas de estar bien le ganen a las ganas de tener razón o de poner todo en su lugar. Pero para la mayoría de los seres humanos comunes y corrientes -de los que hablaba en el párrafo anterior-, habrá molestias en relación con aspectos donde estamos emocionalmente atorados, que no vamos a dejar ir con facilidad, por muchas ganas de estar bien que creamos tener. Para "esas" hay que crear modos de desahogo. Yo escribo largas cartas de reclamo, y voy resumiéndolas hasta que quedan un par de líneas: siendo un par de líneas, las molestias son digeribles.

Silvia Parque

Quinto día en el gimnasio

Tercer día consecutivo. Cara menos roja que el día anterior. Cuerpo más cansado. 

El gimnasio, como los zapatos, o es a la medida o se le abandona. Como conocer a un tipo agradable: no es lo mismo el primer día de novedad y el segundo día de ilusión, a lo que viene después...

Por lo pronto, parece que el circuito es lo mío: cada ejercicio se detiene antes de que sea demasiado pesado y decididamente antes de que me aburra.

Silvia Parque

La alegría del otro

Si no te pasara nada bueno, o nada lo suficientemente bueno como para que le pongas atención en medio de tus males, siempre podrías contar con que a alguien más sí le pasa algo bueno, y alegrarte por eso ya sería algo bueno que te estaría pasando. Si no puedes alegrarte por lo bueno que le pasa a alguien más, tal vez sea el momento de buscar ayuda profesional, si quieres sentirte mejor.

Silvia Parque

martes, 8 de octubre de 2013

Preparando la mudanza de acuario

"Qué pobreza la mía, no poder tener un rayo entre los dedos"

Cuando dos o más tortugas ya no caben en el mismo espacio, pelean. Para saber que están "peleando", y no solamente interactúan cual animales salvajes que son, hay que tener instinto de madre humana de reptiles, y sentir el estremecimiento que anuncia "están peleando". Qué imperiosa necesidad de separarlas de inmediato; como Bernarda Alba cuando quería tener un rayo entre los dedos.

Silvia Parque

Alguien preparó hot cakes

Los aromas de comida deberían guardarse, del mismo modo que no se cuenta el dinero delante de los demás. Qué mejor campaña publicitaria para un puesto de tacos o de hamburguesas, que el atrayente olor a esa mezcla entre cebolla y tocino, que hace pensar en buena carne. Pero ese es un negocio. Si el vecino va a asar costillitas y no te va a invitar, debería contener los olores de sus manjares. Claro que al asar en el patio o en el jardín, los olores salen al espacio público y qué se le va a hacer: en lo público cada cual tiene que apañárselas con sus antojos. Pero cuando se comparte la cocina con otras personas, habría de haber un extractor, no para los malos olores sino para los buenos; o eso, o invitar a cenar.

Silvia Parque

Glorias

Yo creía que las glorias eran de Michoacán, pero AQUÍ dice que son de Nuevo León. En el rancho grande de donde vengo nunca faltan los dulces de leche, porque contamos con los mejores productores de dulces tradicionales mexicanos, en nuestra capital del mundo y futuro puerto marítimo; pero hacen dulces con sabor más suave. Las glorias tienen más fuerza, desde su empaque rojo. Se ven mejor las que no tienen etiqueta, las que están envueltas en simple celofán.

Silvia Parque

lunes, 7 de octubre de 2013

Perder en el cambio

No diré nada nuevo con lo que sigue: en los subtítulos y más en los doblajes de las películas, usualmente se pierde mucho. Y está la cuestión de los títulos...

Es cierto que además de traducir, hay que adaptar el título a la cultura en la que se va a distribuir/mercar la película; pero hay veces que se pierde mucho. ¿Cómo comparar "Sometimes they come back for more" con "Infierno blanco"? Y si bien no pasaba nada con cambiar la escalera por las paredes, en "The people under the stairs" / "La gente detrás de las paredes", sí importaban los corderos (que se conservaron para España) en "The silence of the lambs" / "El silencio de los inocentes".

Silvia Parque

Perdonarse a una misma

Es más difícil perdonarse a una misma que a cualquier otra persona. Creo que, tal vez por aquello de que la práctica hace al maestro, cuando una falla repetidamente sobre la misma cuestión, se hace menos difícil perdonarse a una misma; puede que sea porque las fallas repetidas muestran la falla constitutiva sobre la que somos lo que somos.

Silvia Parque

Meter la pata

La metida de pata es un fallo difuso que tiene que ver con exceso o deficiencia, con la imprudencia de lo inadecuado; lo que no era bueno que fuera en ese tiempo, modo, lugar, o con esa persona... más "lo que no era bueno que fuera", que "lo que no debía ser". 

Mientras nos equivocamos más en las áreas en las que no somos especialistas o en lo que no ponemos atención, las metidas de pata son más propias de los asuntos centrales en nuestras complicaciones vitales, y son más comunes justo en aquello a lo que le ponemos demasiada atención.

Mientras que la palabra "equivocación" refiere específicamente la elección o acción que no es un acierto; la ilustrativa expresión: "meter la pata", refiere toda la animalidad del dueño de la pata y la brutalidad de la situación. Aunque resulte festiva para usarla con cuestiones serias, me parece que debería valorarse la gravedad a la que refiere: una vez metí el pie en una alcantarilla y fue terrible: perdí mi zapato y quedé impactada. 

Silvia Parque

domingo, 6 de octubre de 2013

El control de sensaciones y sentimientos

Las sensaciones y los sentimientos no tienen la lógica de la racionalidad, sino de la emoción; ambos escapan del control pero no de la misma manera. Las sensaciones son una reacción automática del cuerpo, por lo que son completamente ingobernables -se puede trabajar en la interpretación que se hace de ellas-. Los sentimientos tampoco piden permiso ni rinden cuentas; pero se moldean y pueden alimentarse o desalentarse.

Con un poco de calma, podemos tener control sobre lo que hacemos en relación con nuestras sensaciones y sentimientos. Podemos decidir cosas tomando en cuenta lo que nos hacen saber. Podemos movernos de las situaciones que los provocan o crearnos situaciones que los provoquen. Así que tan perdidos no estamos. La sensación de estar perdidos en la emoción se da porque lo emocional opera con la estupefacción, como el mundo de los magos: de pronto estamos molestos o aterrorizados, y el mundo entero es un mundo injusto o peligroso, como en los sueños.

Silvia Parque

El orden y la limpieza de cada cual, pero no mucho

Una habitación ordenada y limpia, en donde las cosas se pueden apreciar mejor, abre el espacio mental para apreciar mejor, también, los procesos que lleva una por dentro. Se trata del orden y la limpieza de cada cual, con los parámetros de cada cual; pero mejor que no sea demasiado: mucho de eso, provoca una sensación de control que no hace bien.

Silvia Parque

El momento de poner manos a la obra

Un día llega el momento en que es necesario poner manos a la obra; por ejemplo, con un trámite que se ha dejado para después, o con un tratamiento que se ha estado evadiendo. O no llega, claro. Si llega es porque se presenta una de las siguientes dos condiciones: hay consecuencias negativas a punto de ocurrir por no poner manos a la obra, o ya están ocurriendo; o bien, sentimos el impulso natural de poner manos a la obra con el primer punto/cosa que constituya el asunto sobre el que hay que poner manos a la obra, y el primer punto/cosa lleva al segundo y al tercero.  

Silvia Parque

sábado, 5 de octubre de 2013

La función de las cucharas

Los tenedores y los cuchillos pueden sustituir a las cucharas en casi todo lo que no es una función privativa de las cucharas.

Vaciar polvo en una botella es una función privativa de una cuchara. Puede ser llevada a cabo por una espátula o por casi cualquier cosa capaz de recoger el polvo, mantenerlo encima y dejarlo caer; esto incluye la parte plana de algún tenedor o cuchillo; pero la sustitución es ineficiente.

Silvia Parque

Pensar en carretera

Viajar sola en carretera es bueno para pensar. Lo mejor es que el camino no sea demasiado largo, para que el cuerpo no se queje e interrumpa la reflexión. Por lo mismo, es importante que el asiento sea cómodo.

Los paisajes ayudan. La atmósfera atípica ayuda.

Silvia Parque

Dicen que los psicólogos dicen

Escribe la doctora Jomeini que: "La anestesia tiene la culpa de todo". Su entrada, motivada por un comentario en Twitter, me recordó la cantidad de comentarios sobre el trabajo de los psicólogos, que me han provocado torcer los ojos. No es porque haya estudiado Psicología: soy la menos psicóloga de los psicólogos que conozco; además, la gente se refiere siempre a los psicólogos clínicos o educativos, y yo no estoy en ese conjunto. Pero a veces, yo que sostengo que el sentido común es una construcción social a la que se invoca para despreciar las idiosincracias, me siento tentada a pedir un poco de sentido común...

Primero está el "los psicólogos dicen" y "la psicología dice", en el que "los psicólogos" son los psicólogos que salen en el programa de televisión para entretener por las mañanas, y "la psicología" son textos de divulgación, firmados por psicólogos como los que salen en la televisión, en los programas para entretener por las mañanas. Seguramente hay excelentes profesionales en la televisión para entretener; pero la mayoría de los que he visto/oído en México, no lo parecen, o bien, sus intervenciones están tan acotadas por la tontería presentada antes, y la tontería presentada después, que se pierde lo profesional que hayan compartido. Luego está la descontextualización que abona a lo ya referido; las personas se quedan con el único punto que captaron/entendieron, y nada más. Por supuesto, esto es más responsabilidad del profesional que divulgó, que de las personas, pero es molestito. Y ahí tenemos "que los psicólogos dicen que no hay que dar ni un manazo a los niños, que se trauman". En los cuatro años que tardé haciendo la licenciatura; en los dos años que duré haciendo el posgrado, y el resto de los años que he pasado rodeada de psicólogos, nunca he oído a uno solo decir eso; es más, ni siquiera los he oído usar la expresión "se trauman". Pero a muchas personas les gusta mucho usar expresiones que les suenen "psicológicas". Y aunque haga falta leer un montón y formarse durante años en la reflexión y el análisis con profesionales que a su vez tienen años pensando en las nociones, conceptos y principios con los que trabajan, para poder usarlos como es debido, va por ahí la gente hablando de la bipolaridad o del narcisismo, como si tal cosa. No creo que las palabras haya que reservarlas para quien tiene un título profesional: claro que no; pero es que falta tanta educación, que luego se hacen barbaridades con ellas -con las palabras-. Y la gente no solamente habla de los temas, sino que critica, con la misma convicción con la que el señor critica al director técnico del equipo de futbol, lo que haya opinado un psicólogo sobre el tema, y claro que pueden hacerlo, pero me hacen... hacían... torcer los ojos.

Silvia Parque

jueves, 3 de octubre de 2013

Flor amarilla y un sobre

Hay una flor amarilla sobre mi mesa. La mitad del tallo largo está metido en una botella de plástico a la que se le han evaporado unos tres dedos de agua. Algunos de los vivísimos pétalos de la corola se están doblando, en señal de que la flor ya no está en plenitud. Es un poco de color cumpleañero.

Junto a la botella hay un sobre largo con un rótulo cariñoso; dentro hay un boleto para el concierto del año. Hubo que recoger la mesa para poder tenerlos -al sobre y a la flor-, uno junto a otro, alegrándome. Sería bueno limpiar, pero con recoger fue suficiente.

Así pasa con otras cosas también; para tomar lo bueno hay que poner las cosas en su sitio, quitar las que estorben, aceptar que las superficies no queden impecables.

Silvia Parque

miércoles, 2 de octubre de 2013

La sed

La sed es peor que el hambre. No es la pura sensación: el organismo puede pasar más días sin comida que sin agua. La sed es desesperante. Abrir la tapa de un garrafón puede ser como luchar por la vida; puede haber daños.

Silvia Parque

martes, 1 de octubre de 2013

I did it

La elección estaba muy acariciada; los pros y contras de la decisión estaban muy pensados. Cuando se presentó el momento, esta mañana, a raíz de una propuesta, me lancé: anuncié que dejo el trabajo con el fin del periodo escolar.

Me dedicaré a darme gusto, básicamente.

He estado trabajando en lo que serán mis fuentes concretas de ingresos; pero lo más importante es que me dedicaré a darme gusto. Yo nací para eso. Otras personas son trabajadoras y responsables; yo soy una consentida; llegó el momento en que me sentí culpable por eso y quise entrar en el mundo de los trabajadores y responsables, pero no se me da. Sé que nací para darme gusto porque a diferencia de la mayor parte de la gente, estoy convencida de que eso me corresponde.

Pienso en las personas que viven soñando con su jubilación y no puedo aceptarlo para mi vida. Pienso en los planes sensatos que implican ahorrar y crear las condiciones para "después" y me parece que mi vida es "ahora", no después. Entiendo que mi soltura al respecto tiene que ver con que no tengo compromisos; pero estos días he pensado que si tuviera un hijo, sería un motivador más grande para hacerme exactamente la vida que quiero.

Silvia Parque