sábado, 30 de agosto de 2014

Mis figuras públicas favoritas

Este es el top 3 de mis figuras públicas favoritas:

1. José Mujica (nacido en 1935), presidente de Uruguay.
2. Guillermo del Toro (nacido en 1964), cineasta mexicano.
3. Jimmy Carter (nacido en 1924), expresidente de Estados Unidos.

Silvia Parque

Brad Pitt y Angelina Jolie

Opino que no tenemos idea de lo que pasa en la vida privada de las figuras públicas; ni cuando exhiben "mucho" de lo que les pasa. Si Fulanita o Perengano hace o deshace, lo único que conocemos es el hecho sucedido -en caso de que sea cierto-; no sabemos cuál es la situación ni la circunstancia, así los medios publiquen historias de la niñez del susodicho o susodicha y la opinión de quienes sí les conocen. No tenemos idea de las batallas interiores que lidian, ni sabemos lo que hay en su corazón.

También creo que es natural sentir interés por los "cuadros humanos". Al leer o escuchar que Fulanita o Perengano hicieron o deshicieron, una supone, conjetura, valora, etc. Es un ejercicio mental aceptable si no tiene el propósito de sacar punta a una flecha para acribillar. Aunque Fulanita o Perengano estén a miles de kilómetros y no les pase nada por lo que una piense o diga, pensar mal es pensar mal, hablar mal es hablar mal, incluso haciendo justicia a "la verdad". Pero bueno: lo mismo vale al revés. Al tener por buena a una persona que es figura pública, habría que recordar que en realidad no conocemos lo que hay detrás de lo que se ve. A veces se reflexiona bien poco, cuánto del supuesto oro puede ser pintura dorada.

La larga introducción es cosa de mi neurosis. En realidad, quiero hablar de la simpatía que me producen Brad Pitt y su relación de pareja. Tengo la impresión de que el hecho de que tal relación iniciara cuando Brad Pitt estaba casado con otra, colocó a la esposa actual como bruja -que haga el papel de "Maléfica" no debe ayudar mucho-. La infidelidad no me parece poquita cosa -para nada-; pero yo lo que "veo" desde mi lejanía, es que él la ama; es más: siento que la adora. Me gusta eso y creo que tiene que haber algo muy bueno en una mujer que es querida de ese modo (aunque lo "muy bueno" fuera nada más ese amor que se le está dando).

Enterarme de su boda me hizo recordar una declaración "tipo carta" que se atribuye al actor y me encanta:
Mi mujer se enfermó. Ella estaba constantemente nerviosa [...] 
[...] Se volvió muy delgada y lloraba continuamente. No era una mujer feliz. [...]
No dormía bien, conseguía dormir solo por la mañana, y se cansaba rápidamente durante el día. Nuestra relación estaba a punto de romperse. 
Su belleza se le iba; tenía bolsas bajo los ojos, estaba perdiendo la cabeza y dejó de cuidar de sí misma. [...]
Perdí la esperanza [...] Pero entonces decidí actuar. [...]
Empecé a consentirla con flores, besos y cumplidos. La sorprendí y la atendí a cada minuto. Le di muchos regalos y vivía solo para ella. Hablaba en público solo de ella. Incorporé cada tema en su dirección. La alababa frente a ella misma y frente a nuestros amigos.
No lo creerás, pero floreció. [...]
En realidad, Brad Pitt no escribió nada de lo anterior; pero no importa. Me encanta lo que expresa el texto, tal vez porque he estado "enferma" y he visto cómo hace milagros cubrir de amor a una persona. Carta aparte, veo amor en grado de admiración, en el apellido compuesto que llevan sus hijos, con el de ella por delante (Jolie-Pitt). Él la acompañó en el proceso de una doble mastectomía y no se espera menos, pero eso vale. Ojalá les vaya muy bien.

Silvia Parque

viernes, 29 de agosto de 2014

O todo o nada

Hay una fina capa de polvo sobre mi tocador; parejita, homogénea, delicada. Cuido no colocar nada sobre ella; no querría que un objeto se empolvara; pero sobre todo, no quiero deshacer las cualidades de la capa; si deja de estar parejita y homogénea, y de dar la impresión de algo "delicado", el mueble me parecerá sucio.

Silvia Parque

Sacar la basura

La basura hay que sacarla todos los días. Si esto no puede ser, se requiere un bote de basura con una tapadera que embone bien; mínimamente, las bolsas de plástico habrían de quedar bien cerradas; de hecho, conviene que los restos de comida se metan en una bolsa anudada, dentro de otra bolsa. Si no se tienen cuidados de este tipo, la basura despide mal olor y atrae bichos.

Lo mismo ocurre con muchas experiencias que son basura para el alma.

Silvia Parque

jueves, 28 de agosto de 2014

Curso de Etnografía, hace muchos años

Ayer encontré un "documento" de cuando cursaba la licenciatura. El tema giraba en torno a la cultura y las clases sociales. No había una lista de referencias, ni referencias en el cuerpo del texto. Parecía un mamotrejo para estudiar. Al principio, reconocí "mi voz". Luego, noté que era un documento sin edición hecho por varias personas; no quedó duda cuando llegué a la última parte y encontré faltas de ortografía.

Tal vez fue el acordeón para una exposición... Todo era tan lejano.

Silvia Parque

La triste entrevista a la esposa de Ferriz de Con

Hace unos días, me entero por un TT, que el señor Pedro Ferriz de Con, quien nunca me ha caído bien, que no me gusta como comunicador, y con cuyas ideas no coincido, engaña a su esposa con una mujer joven. Veo un video con un audio que es evidencia del asunto, y ahí lo dejo.

Hoy, me pica la curiosidad encontrarme una entrevista que Fernanda Familiar le hace a la esposa de Ferriz. La señora se llama Dore Híjar, y con una entereza admirable, sale en defensa de su matrimonio y de su familia; pero también en defensa de él, y eso me parece que hay que ponerlo aparte...

Como comentario al margen, confieso que luego de la entrevista, lo que me pica ya no es curiosidad, sino morbo, y voy a ver/oír las conversaciones de los amantes. Luego de recetarme las tres que encuentro, me da pena conmigo misma, siento mayor empatía con la esposa, y empiezo esta entrada...

Ya he dicho que Ferriz nunca ha sido santo de mi devoción. No se me hace raro que engañe a su esposa, aunque por cierto, no es la primera ni la última que pasa por eso. En lo que me quedo pensando es en la dichosa entrevista...

La mujer dice que primero está su familia, que él y ella están enteros, y en otras palabras, que nada los va a destruir como pareja. Por todo eso: ¡Bien por ella! El matrimonio vale; el amor perdona; la estabilidad pesa, y mucho más que puede agregársele a esta lista. A lo que voy es: en todo lo que le oí, se expresa como si simplemente, a él le hubieran hecho algo malo... y pues sí, lo dañan al sacar a la luz algo privado -mal por quien lo hizo, y la verdad es que también "mal" por quienes vimos/oímos-. Pero el caso es que cometió adulterio. Uso la palabra porque corresponde al sistema de valores que ha enarbolado el susodicho. Ella -la esposa- no se pone en plan de estar en oposición a esos valores; simplemente pasa por alto lo que a él le conviene que sea pasado por alto. Y está muy bien si de esa manera resuelven su asunto de pareja; pero hacer pública esa "resolución", como se ha hecho -Ferriz tuitea extractos de la entrevista con el hashtag #YoApoyoAFerriz-, me parece que es invitar a una colusión social con el macho que tiene dos mujeres al mismo tiempo -habiendo una que no lo sabe-.

Ojalá que hablar, ayude a la señora a seguir adelante. No soy la única que piensa que esta entrevista "fue una idea pésima"; pero si en algo le ayuda a sentirse mejor, enhorabuena.

Por su parte, Fernanda Familiar: estupenda, anteponiendo el respeto a otros afanes. Me quedo con su forma de concluir la entrevista:
Entendamos que el amor, la incondicionalidad, sí existe [...] Muchos matrimonios pasan lo mismo, pero pocos realmente se quedan con esas raíces y con esos destellos de amor que son los que realmente importan [...] son un honor como familia [...] de verdad, Dore, no deseamos que a ninguna mujer le pase eso, pero si le pasa, deseamos que tenga la fuerza que tú tienes.

Silvia Parque

Berrinche privado

A veces, me enojo. Y a veces, cuando me enojo, hago berrinches. Son del tipo: decir lo que pienso, hacer el cuerpo hacia adelante, y volver a decir lo que pienso, sin filtro. Si me explayo, el decir lo que pienso puede alargarse.

Hace meses, "el filtro" siempre está ahí y recibo la señal de "alarma: detente". Pero a veces de cualquier manera hago berrinche. Desde mi percepción, que por supuesto, es la única que tengo, siempre me enojo por una buena razón... que frecuentemente no valga la pena echarme a perder el rato, es otra cosa; pero hay una razón a la que corresponde el enojo. Sin embargo, nunca hay razón para el berrinche; se justifica porque apenas me ando ejercitando en autodominio, y aunque tuviera mucha práctica, soy humana; pero la verdad es que cuando escudriño por qué decir lo que se me viene a la cabeza, y por qué hacerlo de ese modo, me doy cuenta de que no tenía una necesidad realmente irreprimible de expresarlo, ni se ganaba nada con decirlo; lo que es más importante: lo que digo en el berrinche, ¡no es el motivo del enojo!, y lo peor: como no es el motivo del enojo sino una queja descompuesta: deslegitima el enojo -para el que sí había razón-. Creo que es así porque en estado emberrinchado es muy difícil que algo salga bien.

Así que he llegado a la conclusión de que soy muy mayor para más berrinches; los que sean necesarios, los haré en privado, nada más para mí misma. Acaso puede ser con una amiga. No con la persona implicada en el enojo.

Silvia Parque

miércoles, 27 de agosto de 2014

Enhorabuena por el carnicero

Me agrada el carnicero.

En principio, hay que mencionar que es educado, amable, y sonríe. Deberían ser características de rigor en alguien que atiende clientes; pero no pasa mucho por acá. Aparte de eso:

- Cierra la cantidad a favor mío; no redondea a la cifra cerrada más cercana, sino que pasa, por ejemplo, de $15.78, a $15.00.
- Sigue la buena práctica de dar pilón y no un poco, sino generosamente, aunque mis compras son pequeñas.
- Me avisa de buena gana cuando me estoy yendo sin que me haya dado el cambio.

Hoy nos hemos despistado. Me cobró la carne de otra señora, la pagué y me la dio. Afortunadamente, me alcanzaron cuando apenas me había alejado unos metros. Sentí que somos del mismo equipo porque a pesar de que fue más de lo que pensaba gastar, tomé la bolsita y ya me iba, muy a gusto.

Dios prospere su negocio.

Silvia Parque

La prudencia y la intuición en el cuidado de las tortugas

Las tortugas toman el sol. No toman el sol todos los días, por lo que no me gusta perturbar "su momento". Necesitan secarse por completo para no tener hongos, y los rayos del sol fortalecen su caparazón... pero necesito ir al supermercado...

Toman el sol en su pecera, en la escalera que da a la cochera del departamento de abajo. Hay una reja que separa del mundo a esta "propiedad privada"; pero nunca las he dejado ahí sin alguien en casa. Tengo poca experiencia en prudencia, así que opto por seguir mi intuición.

Silvia Parque

Hacer que el otro pueda

Hacer que una persona "pueda", es apasionante.

Yo amé la docencia por la satisfacción que me producen dos cosas: estar permanentemente aprendiendo, y ampliar las posibilidades de otros. Mi vocación va por esa vía; pero reconozca el "ampliar posibilidades", en el terapeuta siendo instrumento para que una persona camine, o en el médico siendo instrumento para que una persona oiga.

Cuando el papá o la mamá consiguen que su niño ate las cuerdas de los zapatos, o que ande en bicicleta, seguramente también sienten una satisfacción de ese tipo, aunque más profunda y gozosa, con un orgullo mucho mayor.

Silvia Parque

martes, 26 de agosto de 2014

Para sentirse mejor

Esto no va para los que no pueden hacerlo. Para los deprimidos con diagnóstico: un saludo y un abrazo virtual: lo malo se pasa.

Esto va para los que nada más se "sienten mal":

Deje de hacer lo que esté haciendo, y métase a bañar. Incluso si ya lo hizo: otra vez. Tome un vaso de agua fresca. Salga a caminar un rato. Ponga en la tele o en la compu, algo que le dé risa. El cuerpo y la mente reaccionan a lo que hacemos con ellos.

Silvia Parque

El otro no tiene por qué saber

A mí me cuesta guardar silencio cuando se trata de afectos profudos. Pero muchas veces, no tiene sentido decir todo lo que una piensa o siente, o todo lo que una sabe, y creo que casi nunca resulta bien hacer cosas que no tienen sentido. En esos casos, lidio con la necesidad de exponer lo que mi alma grita; no de expresarlo de algún modo, sino de hacérselo saber a alguien en particular. A medida que paso más "días ordinarios en paz", menos difícil me resulta ejercer autodominio sobre mis palabras. Pero "menos difícil" está lejos de "más fácil".

Silvia Parque

A las moscas no les gustan las espinacas

Las moscas son atraídas por el dulce; pero como se juntan y reproducen en la basura, podría creerse que les gusta todo. Ya había notado que los frijoles no les llaman la atención, pero de cualquier modo, los sobrevuelan: exploran: prueban. En cambio, ni se acercan a las espinacas.

Hay unas mosquitas pequeñitas que se reproducen como si de ellas dependiera la salvación del mundo, cuando se queda por ahí una cebolla a la mitad, o cuando un pedacito de cáscara se ha separado de su fruta. También ellas se deslindan de las espinacas.

Silvia Parque

lunes, 25 de agosto de 2014

Ilusiones y alegrías

Una tiene tiene pequeñas ilusiones, pequeñas alegrías; una ilusión mayor, un sueño, una especie de proyecto para convertir la ilusión del sueño, en realidad. Y una pastorea las alegrías, las alimenta, las cobija; las mantiene en lugar seguro cuando algo puede amenazarlas. Se hace duelo rápido y un funeral sin aspavientos para las pequeñas alegrías muertas (a las ilusiones muertas hay que enterrarlas rápido para que las ilusiones vivas no vean y no mueran las alegrías). Se cuida especialmente a las pequeñas alegrías e ilusiones recién nacidas. Eventualmente, sin embargo, ilusiones y alegrías pequeñitas y pequeñas, podrían ser sacrificadas por la ilusión mayor; todos en esta casa, nos enfilamos en el proyecto.

Silvia Parque

No me gusta Winnie Pooh

No me gusta Winnie Pooh. Me gusta el tinglado de la historia; creo que me gustarían mucho los libros originales, y me gustó aquella vieja película en la que el libro-cuadro de la pantalla se inclinaba hasta estar en posición horizontal, para que Tigger pudiera bajar del árbol al que había subido con el cachorro de canguro. Creo que me gusta el resto de los personajes en el Bosque de los cien acres, y me complace haber recibido el mensaje de que está bien que alguien sea torpe y tonto; no tengo nada contra del osito: nada más no me gusta... creo que su disneilandidad le hace perder puntos en mi ranking. En cambio, me gusta Kissyfur. Me gustaba  y me gusta.

Silvia Parque

Respirar profundo antes de comer

Cuando tengo hambre, lo cual suele ocurrir cada vez que es hora de comer, algo pasa, y se retrasa el momento. No algo terrible que retrase el momento durante una hora. Suele ser una cosa pequeñita que me aleja un par de minutos, de meter la cuchara al plato. Por ejemplo, toco las micas de mis lentes, y se ensucian. O derramo algo de agua del vaso que me he servido. Casi nada, pero teniendo hambre y teniendo el plato servido, no es algo que una quiera que pase. Me doy cuenta de que es un patrón y estoy dispuesta a romperlo.

Silvia Parque

domingo, 24 de agosto de 2014

Plátanos

Tengo, gracias a Dios, un kilo 300 gramos de plátanos, menos un plátano.

Podemos comer todo el plátano que se nos antoje, antes de que oscurezca. Fijé una medida arbitraria de un plátano y medio, como máximo para comer de noche.

Es que mi tatarabuela murió de una congestión por excederse con plátanos, y era de noche. Así que ahora es algo de lo que se cuida mi familia.

Silvia Parque

sábado, 23 de agosto de 2014

"Limpieza profesional para lentes"

Limpio las micas de mis lentes con un líquido especial que, según la etiqueta: conserva el anti-reflejante, mata gérmenes, es antiempañante, antiestático y desengrasante. Tres días usando agua en lugar del liquidito, me han hecho corroborar que el producto es la gran cosa.

Al frente de la etiqueta aparece el escudo del IPN y al reverso, hasta abajo, la leyenda: "orgullosamente mexicano". Qué bien hacer algo bueno, que honre nuestro origen.

Silvia Parque

La matanza

Una computadora de mi casa fue vendida al camión del "fierro viejo". Como esos niños amenazados con el ropavejero, pero sin amenaza y con cumplimiento. Había otras salidas dignas, pero esta vía daba unos pesos, y al fin, la máquina que no sirve está muerta. Pero el monitor, el teclado y el ratón, servían. Tan de otro tiempo, los pobres, que no podían conectarse a un CPU de los actuales.

Había pensado en hacer una maceta, del monitor. Pero esto se hizo, me pareció un buen trato, y me complació encontrar desocupado el espacio que ocupaba la computadora en el piso del estudio.

Entonces salí, y escuché. No quise asomarme, pero vi al hombre inclinado golpear el monitor, tan duro, tan fuerte. Escuché el vidrio quebrarse. Vi los restos de cosas apiñados en el camión.

Silvia Parque

Peligro

Antes, cuando estaba muy loca, era común que me lastimara la lengua con una esquina de una muela. Ahora no pasa, pero la tentación llega de vez en cuando, y a veces paso la lengua por esa esquina peligrosa. Sé que no debería pasarla por ahí, porque si tallo una vez, no será una vez.

Silvia Parque

viernes, 22 de agosto de 2014

El Ken humano, el gusto y la atracción

Yo tuve Barbies. Verdaderas Barbies de Matell, y muñecas imitación, que los adultos llamaban Barbies -como si lo fueran-. También tuve un Ken, y como tenía a la Familia Heart completa -con "papá"-, tenía dos muñecos-hombres en total.

Hasta ahí el preámblo.

Hoy vi al Ken humano, y declaro que no me gusta. 

Entiendo que mi gusto o no gusto, no tiene importancia, y que él no tiene intención de gustarme, ni a mí, ni a ninguna mujer; pero he querido publicar que no me gusta.

Y hago una diferencia entre: a) la calificación de algo como "bonito" o de alguien como "guapo", b) el gusto y c) la atracción.

Hay personas con una serie de características dictadas por los cánones occidentales; por ejemplo: rasgos simétricos y proporcionados; son guapas. Puedo decir que una persona es guapa, independientemente de que me guste o no.

El gusto es algo así como el cumplimiento de las características de la lista personal para diagnosticar "guapura". Si tiene lo que está en mi lista: me gusta.

Y luego está la atracción.

La atracción es otra cosa.

Es más difícil de definir porque no tiene relación directa con la apariencia. Atrae alguien por lo que es, por como es... y por cómo se ve "siendo eso". Hay una nota sexual porque se ven implicados los humores del cuerpo, así se trate de mujer-mujer y una sea heterosexual.

Y bueno: cuando hay décadas de experiencia en ser atraída, creo que una empieza a poner características de las personas que le atraen, en la lista personal que identifica a las personas que gustan.

Silvia Parque

Tortillas

Yo vengo de un rancho en el que hay carne, tortillas de harina, y manzanas. Pero siempre he sido una mujer de tortillas de maíz. Mi abuela y yo teníamos un nombre ridículo para la tortilla de maíz caliente -enrollada- con mantequilla y sal -siempre llamamos "mantequilla" a la margarina-. No comía con tortillas, pero es que tampoco comía muchas cosas... Cuando migré al sur encontré un país de maíz: huaraches, sopes, gorditas, tlacoyos, tlayudas; la variedad del "maíz quebrado" y el maíz de colores; el lujo de las tortillas de maíz hechas a mano -en mi rancho no hay de eso, somos muy-más de máquinas para todo-... Yo compro comunes tortillas de la tortillería, y cuando se puede, del supermercado -mucho más baratas-; como sea, las amo.

Silvia Parque

jueves, 21 de agosto de 2014

Buscar los lentes

Hoy he buscado mis lentes dos veces. No me pondría una cadenita como las que usan las personas mayores, pero sería lo apropiado. Si necesitas lentes, es difícil, sin lentes, ubicar algo que es, en su mayor parte, transparente. Usualmente cuento con ayuda para encontrarlos; cuando estoy sola, puede ser desesperante. Pero es raro el día que no pasa. Ayer me preguntaba cómo es que mi amiga, intolerante a la lactosa, puede olvidar que se pone mal cuando consume algo preparado con leche. Pero es lo mismo que perder mis lentes. ¿Cómo es posible?

Silvia Parque

Física

Por mi culpa, se han vencido patas de silla. Tuve que entender que las sillas no son para columpiarse -ahora lo hago muy poco, por el bien de las sillas-. Pero hoy he librado a una cajita de cartón, de mi cara de yeso que tenía encima: y la cajita, como si nada. Tal vez eran tres kilos, tal vez más; no hago bien la diferencia entre tres y siete kilos, o quince. La Física y yo tenemos mucho camino por andar.

Silvia Parque

La diferencia

"La diferencia entre un superhéroe y un supervillano, es un superpapá". 
Magdiel Miranda

Todos somos fastidiados de alguna manera por un papá o una mamá; viene con el paquete. Mi mamá me fastidió durante varios años -mientras me dejé- con el designio explícito: "eres diferente". Entre el poder de su palabra, y la evidencia de mis diferencias, no tenía escape. Y no me gustaba.

Pasé del citado no-gusto, a cierta desesperanza. Siendo como yo era, no podía relacionarme con normalidad. Me apartaba, y no ayudaba, por ejemplo, que mi mamá prohibiera que yo hablara "como los demás niños": yo había de decir las palabras correctas y completas. Mi abuela tampoco ayudaba en eso; mis hábitos eran inusuales incluso para el resto de la familia; por ejemplo: no sé de cuál sería la ocurrencia, pero como a los ocho años, yo cenaba a las seis de la tarde, cuando los demás niños jugaban, y no para jugar después, sino para irme a la cama. Creo que no se quejan de que les salí rara, porque al cabo de los años, han de saber que estaban fraguando rareza...

Como cinco años de diván, costó mi reeducación en el tema "yo y los demás" (así, con el burro por delante). [Por cierto, buena parte de los honorarios de mi analista, fueron pagados por mi buena mamá.]

Finalmente, aprendí que puedo equivocarme, como todos; que tengo las necesidades comunes a la generalidad de las mujeres; que las consecuencias determinadas para ciertos actos, también se aplican para mí. Y el proceso de verme como los otros fue a la par del aprendizaje de que esos otros son personas.

Descubrí mi singularidad, y la fui queriendo. [Entretanto: caos, crisis, reinicios; amor.]

Entonces, crecida, elijo la diferencia. No la que a todos nos toca -nadie es igual a alguien más-, sino la que veía mi mamá: la que ella dijo.

Silvia Parque

miércoles, 20 de agosto de 2014

El habla

En los inicios del Psicoanálisis, se hablaba del método de Freud como "la cura del habla". Hablar cura. Tanto, que a veces no tenemos ni que decirle el mensaje a la persona para quien va dirigido; basta con decirlo: sacarlo del alma. Otras formas de expresión hacen lo mismo: sacan del alma lo que está haciendo daño adentro -o lo que podría llegar a hacer daño-; pero la expresión verbal está tan intrincadamente enlazada con nuestro "ser humanos", que el habla cura de manera singular.

Silvia Parque

Viraje

Leo que la doctora Jomeini va a dedicarse más a escribir y menos a la medicina; que va a vivir más como mamá y como pareja. Me emociona: no soy la única loca. E inmediatamente corrijo: ella va a dedicarse menos a la medicina, lo que hace suponer que seguirá contando con un ingreso por ahí... aunque lo dejara: tiene un modo de vida estable; ya vende libros, de hecho. Así que de loca, nada; valiente, sí: entre más estabilidad, más difícil virar.

Sigo leyendo: "Os iré contando lo que se siente cruzando las nubes con el vértigo como una bufanda al cuello. ¿O tal vez os vea flotando a mi lado y os salude con la mano y una sonrisa?"

Yo no quiero que me cuenten. Quiero que me saluden, mientras cruzo mis nubes. Si no puedo hacerlo del modo sensato, será como pueda. Caer sería menos desdichado que no haber iniciado el viaje. Lo pienso y me resuena la prédica del domingo: "No se arrastra la bendición". Hay una trampa de consuelo en valorar lo bueno de intentar. Viviendo en el privilegio, gozando del favor de otros, no cabe emprender "intentando". Es como casarse "a ver si resulta".

Silvia Parque

martes, 19 de agosto de 2014

El momento

Yo puedo perder tiempo valioso cuando es momento de actuar, ya sea preparándome, reflexionado o simplemente en estado de "no hacer". Es pérdida de tiempo porque el momento es para otra cosa. No hay pérdida, sino inversión y buen empleo, cuando la preparación, la reflexión y la no-acción se dan en su momento.

Cabría suponer que luego de tiempo de preparación y reflexión, una sabe qué hacer. Pero en todo caso -no necesariamente-, una sabrá qué hacer respecto a eso sobre lo que estuvo reflexionando y para lo que estuvo preparándose; en todo lo demás cabe la ignorancia y la interrogante. Y es que el momento de actuar requiere siempre una actuación múltiple: la casa, la familia, el negocio, los amigos, la calle; lo material, lo espiritual, lo mental; todo llama al mismo tiempo.

Silvia Parque

A ver si nos ubicamos

Creo que es bueno observar que no se pierde nada importante en el mundo, cuando perdemos algo en lo que no se nos va la vida... Pienso en que se dice, que los circos y los zoológicos son la única oportunidad para que muchos de nosotros estemos cerca de animales salvajes.

He estado dos veces en un zoológico; la primera vez era jovencita y recuerdo poco: el oso polar amarillo por el clima de Guadalajara... la segunda fue una experiencia increíble... la verdad es que fue bueno para mí ver; pero al mismo tiempo fue penoso. Un animal que está "hecho" para correr rapidísimo en amplios territorios, ¿cómo puede "estar bien", confinado a un espacio donde no puede hacer lo que "está hecho para hacer"? Un animal que está "hecho" para vivir en manada, ¿cómo puede "estar bien" solo, o solamente con un compañero? Me parece mal que vivan así, para que nosotros tengamos experiencias increíbles. Más en tiempos donde hay medios para que conozcamos sobre ellos como realmente son: en su hábitat. 

Seguramente hay buenos zoológicos que operan como reservas, en las que los animales pueden vivir en relativa libertad, y reciben cuidados apropiados. Seguramente ignoro cosas que hay que saber sobre el cautiverio de animales salvajes que son exhibidos; así que no digo que siempre sea "malo". Me enfoco en la justificación a la que hago referencia: que "está bien" porque con eso disfrutamos o aprendemos. Como si nuestro disfrute y nuestro aprendizaje fueran indispensables... Yo valoro mucho la búsqueda de conocimiento, pero creo que es fácil observar que la amplia mayoría de las personas que vamos a un zoológico, no salimos de ahí a escribir una monografía sobre los rugidos de los felinos. 

Silvia Parque

Restos y marcas

El té blanco deja una capa café sobre el agua y sobre el vidrio, como una hoja seca o como el ala de un insecto.

El agua intenta quitar la pintura de la pared, por aquí y por allá; en pocos lugares lo consigue, pero donde lo intenta, deja una marca.

Mi cuerpo tiene treinta y tres años, y pasó los últimos tres, haciéndose de marcas: lunares, manchitas, lo que me niego a llamar estrías.

Silvia Parque

lunes, 18 de agosto de 2014

Tres notas sobre la "inocencia"

- Sucede con el pasado, que no se quita. Cuando empiezas a saber, no puedes dejar de saber. Cuando algo ha ocurrido, no puede no haber ocurrido. Por esa imposibilidad de volver a un estado inicial, la inocencia original no se recupera; pero creo que se puede crear y sostener una especie de condición de inocencia.

- Estaba pensando en la palabra -"inocencia"- después de ver una película estadounidense, porque me asombra haber oído y leído, toda la vida que "not guilty" se traduce o se dobla como "inocente", cuando literalmente significa "no culpable": y la declaración de "no culpable" es muy diferente a la de "inocente".

- A esto se le cruzó mi tema de la semana: hacer sencilla mi relación con Dios. Soy parte de una Iglesia que enseña a vivir la fe sin religiosidad, con la buena educación de no ir por la vida "dando bibliazos" a la gente. Pero creo que mi tendencia positiva a esquematizar, me pone en piloto automático rumbo a ese legalismo que nunca he querido. Me cuido de eso. 

Silvia Parque

Mensaje de Outlook

Me ha llegado un correo electrónico del remitente "EL EQUIPO OUTLOOK", con asunto: "[Ref.: 164584] Login Email / Confirmar cuenta". Dice que para no desactivar mi cuenta, necesitan una serie de datos personales.

La verdad es que pensé que podía no ser una estafa, así que busqué en Google "mensaje de Outlook". Llegué a ESTE artículo, de Cecilia Casado para El diario vasco; es del año pasado, pero se refiere al mismo mensaje. Una de las personas que le hace un comentario, da toda una serie de señales que permiten identificar un correo no confiable.

Silvia Parque

Despiste

Aparece un mensaje en la pantalla, y el iconito de la energía muestra un signo de admiración amarillo. La laptop necesita que la conecte o busque "otra fuente de energía". Siempre me hacen pensar, esas opciones. ¿Qué otra fuente de energía podría encontrar? Podría tener otra laptop con la batería cargada: quitarle la batería y colocarla en la laptop necesitada...

Termino lo que estoy haciendo y me levanto. El cable y el regulador están en la sala. Voy a la sala y tomo las bocinas; regreso; conecto y continúo en lo que estaba. El iconito de la energía tiene un peligroso tache en rojo. ¿No acabo de conectarla? Mi abuela se preocupa cuando le pasan cosas así, pero yo estoy más o menos acostumbrada.

Silvia Parque

sábado, 16 de agosto de 2014

Un día

Un día se ve bien lo que hay alrededor. No hay preocupación. El corazón está tranquilo y se ríe con cosas pequeñas.

Un día todo está bien.

Silvia Parque

Almuerzo frugal

Hoy almorcé pan con mermelada de fresa, y estoy por beber té blanco. La combinación se siente bien, aunque apenas se está calentando el agua. Reacomodé los muebles, y la nueva disposición también armoniza con el almuerzo.

 El pan eran rebanadas de un bolillo: tres. Cuando era niña, me sorprendió descubrir que el pan blanco "de caja" (de marca) era un pan rebanado. La mermelada habría estado perfecta sin azúcar, pero es bueno que no haya sido perfecta, para no creerme mucho, y que no falte el toque excesivo del fin de semana.

Silvia Parque

Mucha gente

Tengo sueños muy llenos y animados, que olvido al rato de que me levanté. Esta noche fue algo inusual, por la cantidad de gente -¿personajes?- involucrados: desconocidos, familiares, personajes de películas que no he visto ni sé que existan, personajes de historias que no sé si sean películas o series, gente del último trabajo en el que estuve, y lo más extraño: la sensación de la presencia de gente en la cual estaba pensando en el sueño.

Por cierto, a mis hermanas y a mis primos, menores que yo, siempre los sueño más jóvenes de lo que son ahora. A los amigos de toda la vida, los sueño apenas un poco mayores que adolescentes. Supongo que es la imagen mejor impresa en mi memoria... Conozco a una persona en silla de ruedas, que en sus sueños, nunca está en silla de ruedas.

Silvia Parque

viernes, 15 de agosto de 2014

Bajar la cabeza con dignidad

"Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza [...]" Hebreos 12:11

"Que el justo me hiera con bondad y me reprenda; es aceite sobre la cabeza; no lo rechace mi cabeza [...]" Salmos 141:5

No me gusta que me señalen lo que está mal en mí. Supongo que a nadie le gusta como que lo "disfrute"; sería medio perverso... Tengo dos buenos escudos para lidiar con eso; de los mejores frutos de mi adolescencia:

1) Fui muy bien entrenada para recibir y aprovechar críticas sobre mi trabajo; lo extrapolo a otras áreas del "hacer", y con eso ya no hay problema.

2) Descarté a la mayor parte de la gente, como autoridad sobre mí: lo que cualquiera diga sobre mi persona, lo considero una opinión que puedo tomar, dejar, e incluso no percibir -es posible-. Así no hay calado, y tampoco hay problema.

Pero a unas cuantas personas, les confiero autoridad para decir: "fuera de lugar", "tache", "excesivo", "insuficiente". Casi siempre tienen algo de razón. Cuando su visión me sorprende y enoja, tienen la razón completa.

Silvia Parque

Sacar la pata

Sería bueno tener el tino y la astucia para no meter la pata; pero como eso se desarrolla lentamente, y por más que se desarrolle, va a topar con un límite, creo que destaca, entre todas las habilidades, la de sacar la pata de donde se ha metido.

Como los niños chiquitos que desarman un reloj para ver qué tiene adentro, creo que hay una edad en la que metemos la pata más y más profundo, como para ver qué pasa, hasta dónde llega el hoyo lleno de lodo. Pero una se cansa de estar saliendo y limpiándose, y empieza a querer salir rápido de donde no se siente bien.

Silvia Parque

La triste historia con Fulano o con Mengano

Más de una vez he pensado en cómo sería mi vida, si me hubiera quedado con Fulano o con Mengano. No habría podido ser, de ninguna manera, por las razones que hicieron que no fuera. Pero nada más como ejercicio de imaginación, lo he proyectado, entro en detalles de la cotidianidad y es divertido. Entonces sale mi vena dramática y me molesto -digo que es mi vena dramática porque, ¿qué necesidad de molestarme en mi propia imaginación?-: me empieza a molestar la casa, la familia política o sus amigos, nuestra convivencia; entonces extraño mi realidad y me asusto. Ahí estoy yo, en la dimensión desconocida y tengo que hacer daño a buena gente para armar como sea esta realidad de acá, que no existe en ese mundo donde me metí por tonta, quedándome con el Fulano o el Mengano que no eran.  

Silvia Parque

jueves, 14 de agosto de 2014

¿De quién es?

¿De quién es la foto: del fotógrafo, del modelo fotografiado, del dueño de la cámara, de quien paga el revelado y la impresión, de la persona para quien significa algo? Habría que pensar en las diferencias entre "propiedad" y "dominio".

Cuando se separa una pareja que ha hecho vida en común, separar las cosas suele implicar preguntarse "de quién es" esto o aquello. ¿Es de quien lo compró, de quien deseaba que se comprara, de quien lo usó, de quien siempre se comportó como "dueño" de la cosa, ante la aceptación tácita de la otra persona? Habría que pensar en qué es el "derecho".

¿De verdad es justo que la tierra sea de quien la trabaja y las máquinas de quien las opera? ¿Son de quien las ama? ¿No cuenta quién pagó por ellas, quién paga por darles cuidado y mantenimiento? Es pregunta, nada más. Me lo puedo preguntar de un terreno desocupado. ¿Es de quien lo necesita y lo ocupa, o de quien lo heredó y figura como dueño ante la autoridad? Habría que pensar en la posibilidad de regular donde hay perversión de origen.

Silvia Parque

Sueño 1: la cocina y la hora de comer

Un aparato o utensilio para cada función imaginable. La estufa en módulo central: arriba, una buena campana, discreta. Un cuarto completo de alacena. Un refrigerador enorme, y un congelador aparte. Macetas con hierbitas y chiles. Un librero para los recetarios. El piso de cerámica con textura rugosa.

Toques de gris y azul. Mucha luz del sol.

Yo dirijo, pero un empleado hace las tareas repetitivas, como lavar y pelar verduras, o cortar pedacitos de lo que se ofrezca. Desaparece para el momento mágico de la creatividad: eso me gusta hacerlo sola. Pongo la mesa, pero el empleado reaparece para traer lo que haga falta. Él recoge y lava los trastes.

Silvia Parque

El enorme escarabajo panza arriba

Un enorme escarabajo apareció en el estudio. También apareció una especie de mosquito grande hermoso, pero voy a hablar del escarabajo.  [ Telma: por supuesto, pensé en ti ;) ]

En mi casa se trata lo mejor posible a los insectos, teniendo en cuenta que muchos deben morir por el bien de la familia humana, y que algunos mueren para complacencia de la parte reptil de la familia. Por ahí están dos cuerpos de arañas, que me apena tirar a la basura. Fue muerte natural. Pero así los apreciamos: como para no tirarlos luego-luego (tuvimos toda una "colección" en cajitas con sal).

Volviendo al escarabajo: estaba panza arriba, y por supuesto: lo puse panza abajo. Al ratito vi que había bajado un pequeño escalón y estaba panza arriba otra vez. Seguramente la caída había sido todo un evento (lo habrían puesto en la facción "Osadía", en el mundo de "Divergente"). Lo puse panza abajo. Y un par de minutos después, lo encuentro panza arriba, de nuevo.

Me pregunto a qué estamos jugando. ¿Debería voltearlo? ¿Cómo se volteó panza arriba, otra vez? ¿Es la forma de morir del escarabajo? No quiero interferir con su proceso de muerte... o con su aprendizaje de dónde van las patas, para poder caminar. Y no me voy a pasar la mañana volteándolo. Pero no puedo dejarlo así: lo volteó otra vez.

Y otra vez...

Silvia Parque

miércoles, 13 de agosto de 2014

La Historia romana y nuestras reformas

Durante la vida del Claudio de Graves, hasta donde llega "Yo, Claudio", parece que el nieto adoptivo del emperador Augusto, era más bien de ideas republicanas, que se cuidaba de guardar donde no se vieran.

A propósito de las "libertades populares", el historiador Polio, le dice: "Todavía no podemos tenerlas. Las cosas tienen que empeorar antes de poder ser mejores". 

Leyendo sobre las recientes reformas "laboral" y "energética", parece dicho para estos días.

Silvia Parque

El amor en la compra de útiles escolares

En mi casa, gracias a Dios, la escuela era algo "asegurado". Nunca dejé de tener todo lo que necesitaba, cada ciclo escolar. De hecho, nunca pensé en seguir estudiando como una "opción": era lo que iba a pasar. Ahora sé que no aprecié el tamaño de la inversión que se realizaba en mí y no agradecí suficiente los esfuerzos que implicaba. Mi abuela nos contaba que Fulano de Tal, no me acuerdo si conocido suyo o de mi abuelo, iba a la escuela descalzo y como no podía comprar cuadernos, usaba el reverso de los almanaques para hacer sus apuntes. Aunque siempre me han gustado las historias, recuerdo que me fastidiaba un poco el tono con el que a veces lo contaba: ese tono de: "tantos-niños-que-no-tienen-qué-comer-y-ustedes-que-no-quieren-la-sopa".

Ahora lo veo diferente. 

Sé de una persona que se acaba de mudar a la ciudad y está ingeniándoselas con el dinero que trajo, en lo que empieza a tener ingresos acá. Tiene dos hijos en edad escolar y yo me he preguntado estos días si ya lo tendrá todo cubierto. Seguramente sí, porque es de un medio socioeconómico en el que los papás mueven cielo, mar y tierra para que sus hijos vayan a la escuela bien vestidos, bien calzados y con todos los útiles de la lista. En cambio, conocí una familia también "inmigrante", que decidió dejar a las tres hijas sin estudiar lo que restaba del ciclo escolar más un año más, por no poder con la carga de cuotas, uniformes y etcéteras. Nunca había visto algo así de cerca. Me parecía inaceptable: escandaloso. Si tenían techo y los dos papás trabajaban: ¿cómo no mandaban a las niñas a la escuela? Me faltaba mucho qué aprender sobre las dificultades. [Por cierto, esas personas extraordinarias me dieron en qué sentarme cuando no tenía en qué y me compartieron su comida cuando tuve hambre.]

Conocí a una mamá que iba comprando un cuaderno cada semana hasta que completó los de todas las materias, un mes después del inicio de clases. No puedo recordar quién era ella, cuál era nuestra relación o en dónde estábamos cuando la oí contarlo; pero es inolvidable el gusto con que lo dijo. Qué llena de amor estaba. 

Silvia Parque

No se dé tanto gusto

En el último mes, he visto un promedio de trece películas a la semana y esta experiencia me ha permitido corroborar que una de las peores cosas que le pueden pasar a un director de cine es tener necesidad de darse gusto.

Me queda claro que los grandes directores hacen a su modo, de ahí que una película pueda identificarse como "suya". Supongo que eso les hace sentir satisfacción. Pero el gusto que se dan es a favor de la obra; la necesidad de la obra es la que determina qué se va a hacer; claro que la visión para detectar la necesidad de la obra está en función del modo de hacer del director, pero el enfoque es diferente al de quien solo se da gusto para darse gusto a sí mismo -y no dar gusto a la obra: darle integridad-. Hay malas decisiones de dirección que se deben a que el director siempre quiso hacer esto o aquello y no quiere perder la oportunidad. 

Me recuerda al tesista para quien resulta imprescindible citar todo lo que ha leído, como los cantantes que por hacer garigoles con su voz, dejan de lado el sentido de la canción. 

Silvia Parque

martes, 12 de agosto de 2014

El matrimonio en los tiempos de Claudio

Dice el Claudio de Robert Graves:
Recuerdo que en una ocasión escuché  dos de las libertas de mi madre hablar del matrimonio moderno desde el punto de vista de una mujer de familia. ¿Qué ganaban éstas con él?, se preguntaron. La moral era tan disipada, que nadie tomaba ya en serio el matrimonio. Es cierto que unos pocos hombres chapados a la antigua lo respetaban lo bastante como para tener prejuicios en contra de la acción de engendrar hijos en ellas por amigos o servidores de la casa, y que unas cuantas mujeres chapadas a la antigua respetaban los sentimientos de sus esposos lo suficiente como para cuidarse de quedar embarazadas sólo por ellos. Pero por regla general, en la actualidad toda mujer bien parecida podía acostarse con cualquier hombre que se le diese la gana. Si se casaba y luego se cansaba de su esposo, como sucedía habitualmente, y quería divertirse con algún otro, podía tener que vérselas con el orgullo o los celos de su esposo. Y, en general, tampoco se veía en mejor situación financiera después de casase. Su dote pasaba a manos de su esposo, o de su suegro como amo de la casa, si éste todavía vivía. Y un esposo o un suegro eran por lo común una persona más difícil de manejar que un padre o un hermano mayor cuyos puntos flacos la mujer conocía desde hacía tiempo. El casamiento sólo representaba irritantes responsabilidades caseras. Y en cuanto a los hijos ¿quién los quería? Se entrometían en la salud y las diversiones de una mujer durante varios meses, antes del nacimiento, y aunque tuviera una nodriza para ellos, necesitaba tiempo para recuperase del desdichado asunto del parto y con frecuencia sucedía que su silueta quedaba arruinada después de tener dos [....] Y del esposo de una dama, si ésta lo quería, no podía esperarse que se mantuviese alejado de otras mujeres durante el período de embarazo de ella, y de cualquier modo prestaba muy poca atención al niño cuando éste nacía. 
Silvia Parque

Mancha nuclear

La taza de mi café, ha formado el símbolo nuclear en mi mesa de trabajo, durante la tarde.

He estado teniendo en cuenta la importancia de limpiar, mantener en orden; pero esto me hace sonreír, y sonreír siempre acomoda mis prioridades.

Silvia Parque

Zapatos de goma y calcetas hasta arriba

Para contextualizar:

1) En mi casa eran muy obedientes, al menos, en lo que yo podía darme cuenta, que era en lo relacionado conmigo.
2) Se valoraba mucho la escuela y el estudio -que no es lo mismo- y se tenía en gran estima la figura del profesor.

Así que: se hacía lo que la escuela pidiera, instruyera, dictara. Tampoco es que fueran zombies. No habrían permitido que se me castigara injustamente, ni nada por el estilo; pero si la escuela decía que el uniforme incluía zapatos de goma, yo iba a llevar zapatos de goma. Y si al ciclo escolar siguiente, nadie recordaba eso; en mi casa sí se acordarían.

Fui parte del dos por ciento de las alumnas de mi escuela secundaria que llevaba las calcetas estiradas hasta abajo de las rodillas. Mi mamá decía que el uniforme incluía calcetas blancas, largas y que yo iba a llevar el uniforme. No rebatí. Estaba de acuerdo en que había un uniforme reglamentario y que yo quería pertenecer a la institución; me parecía que podía ponerme en contra de cosas que me importaban más, así que siempre llevé las calcetas hasta arriba.

Ahora que inicia un ciclo escolar, quisiera alentar a esos papás y mamás que creen que harán daño a sus criaturas por hacerlas cuadrarse a los reglamentos, a que incorporen la filosofía en el asunto. En mi caso era un problema ontológico: ¿sigue siendo "el uniforme" sin calcetas largas?

Por cierto, me subía la falda para que quedara más corta, doblando la tela de la cintura. Tampoco pasa nada. Aprendí que había límites, que unos eran más importantes que otros, que una se pone en riesgo cuando transgrede los que decide transgredir. Al adolescente le toca hacer eso como al bebé meterse las cosas a la boca. Es tarea de los papás poner los límites que consideren necesarios: no los borren, ni los estiren porque el muchacho o lo muchacha llegaron a la edad de respingar: ¡que respinguen! Que se las ingenien. Que haya algo que romper y que sepan que a algunos bordes, mejor no acercarse.

Silvia Parque

lunes, 11 de agosto de 2014

Necesito una silla

Como gran parte de mi vida transcurre frente a la laptop, descubro que la necesidad de una buena silla, se va haciendo imperiosa. Me levanto de tanto en tanto para mover el esqueleto, airear las ideas, y que los ojos descansen; pero no es suficiente: una sensación de concentración de tensión y cansancio, se acumula en partes de mi espalda; es extraño: unos días arriba, otros días en medio; otros, abajo.

Oficialmente, "la silla" se ubica en el número uno de las "cosas por comprar".

Silvia Parque

Mala ortografía

Trabajo con algunos cuestionarios de orientación vocacional, respondidos. Un estudiante escribe que le gustaría ser esto, lo otro o "piloto abiador", así: con "b". Yo asumo que nunca ha buscado siquiera imágenes de pilotos porque se habría enterado cómo se escribe "aviador". Si las ha buscado y no se ha enterado, tiene un problema.

No soy del bando de los fanáticos ortográficos; me importa para mi propia escritura -mucho-, para la escritura de mis estudiantes, cuando los he tenido -mucho, también-; me importa en cuanto a lo que representa para el sistema educativo y para la comunicación. Bueno, la verdad es que sí me disgusta que se escriba mal; pero no tengo algo "personal" contra las personas con mala ortografía. Leo declaraciones con aires de superioridad intelectual contra la gente que escribe mal y contra su mala escritura y pienso que el asunto se desproporciona. Hay gente que va por las redes sociales corrigiendo a otros o burlándose de ellos. No lo entiendo: si a una le parece que es mejor relacionarse con personas que saben escribir bien o a las que al menos les importa cómo escriben, ¡pues elige esas personas para interactuar! Con evitar a las demás, ya está.

Yo interactúo con algunas personas con mala ortografía, que valen mucho la pena. Creo que es de buena educación, no fijarse, como una no se fija cuando a la otra persona se le sale la lonja del pantalón a la cadera: tal vez así le gusta, tal vez es su único pantalón y tiene que ponérselo: será asunto suyo. 

Pero leo a este chiquillo, que tiene un promedio regular de bachillerato, y pienso: "¿de verdad crees que quieres ser piloto aviador?" Y luego me pregunto: "¿y si de verdad quisieras?" Y me impacta.

Silvia Parque

Regale algo bueno en su negocio

Vendí Avon cuando era jovencita. Básicamente, le vendía a mi mamá... el caso es que en la reunión de capacitación, me contaron que el señor que inició el negocio -AQUÍ me vuelvo a enterar que es David McConnell- originalmente vendía libros, y para vender más, preparó unos perfumitos que obsequiaba en las compras. A las mujeres les interesaba más el perfume que el libro, y de ahí en adelante...

Tengo presente el tema del regalo "en-la-compra-de", porque hoy recibí pilón sobre un regalo estupendo.

Por mi casa hay muchos negocios de pollo preparado. En donde compro, hay pollo asado, rostizado, y en barbacoa; las tres opciones son buenas, pero en esta familia se elige la última, porque con esa opción, el paquete incluye nopales y consomé, y su consomé está buenísimo. Como en mi cocina, lo usual es preparar sopa de sobre de la que está lista en diez minutos, el dichoso consomé es una dicha. Así que la elección se hace por el regalo. ¡Y hoy la ración fue del doble de lo usual!

Los que venden cursos por internet, regalan alguna clase de documento, casi siempre un e-book, sobre el tema del que conocen. Ahora he visto que hay autores/editoriales -de los que venden en línea-, que permiten la lectura de las primeras páginas de sus libros, a ver si el lector se interesa y compra. ¡Como las probaditas de queso y demás, en el supermercado! Me parece estupendo.

Silvia Parque

sábado, 9 de agosto de 2014

Informe especial: lluvia con rayos y tentativa de inundación bajo control

Cae una lluvia torrencial, con rayos y truenos. Me impresiona. Tal vez no sea realmente "torrencial" allá afuera, pero por la inclinación del techo, se ve un torrente caer por mi ventana del estudio -que no tiene filtro ni estorbo, porque no tiene cortinas ni rejas-.

Cuento los segundos entre cada par rayo-trueno. Me gustaría que hubiera más segundos, y que los rayos no parecieran entrar por la ventana. ¡Pero qué bonitos son!

Aquí adentro, el agua ya hizo su recorrido por el piso del estudio, pero esta vez he movido rápido lo que podía estropearse, y no lo he movido sin pensar, de modo que no hay zona de desastre.

Las tortugas saben que llueve. Me gustaría saber cómo lo viven, y poder describir cómo es que sé que saben que llueve...

Ya se calma el cielo, como si no hubiera hecho un escándalo hace apenas unos minutos. También me gustaría saber cómo vive el cielo estos arrebatos. ¿Se destroza una nube, cuando hay un trueno enorme?

No sabría qué hora es si no tuviera reloj;  el cielo tiene un precioso gris muy claro, que disfraza la hora.

- Fin del informe -

Silvia Parque

Livia

La historia de sí mismo, contada por el Claudio de Robert Graves, podría ser, hasta la mitad del libro, la historia de Livia. De hecho, en las páginas 42-43 de mi edición de Círculo de lectores, Claudio tiene la cortesía de disculparse por escribir tanto sobre su abuela y se justifica: "es inevitable". Aquí, algunas citas sobre ella:

En principio:
El nombre 'Livia' está vinculado con la palabra latina que significa malignidad [...] nadie la quería de veras; la malignidad impone respeto, no cariño. Poseía la facultad de que la gente comúnmente desenvuelta se sintiese consciente de sí en su presencia, consciente de sus defectos morales e intelectuales.
Ya se sabe lo que puede hacer la ambición y a la Livia expuesta por Graves no le faltaba de eso: 
La mayoría de las mujeres tienen tendencia a poner un límite a sus ambiciones; algunas, muy pocas, se fijan un límite audaz. Pero Livia era la única que no ponía límite alguno a las suyas y sin embargo se mantenía perfectamente serena y fría en medio de lo que, en otra mujer, habría sido juzgado como una locura ilimitada.
Como corresponde a una cultura patriarcal, aunque esta mujer tenía gran poder, tenía mucha mayor influencia que poder.  
Todos sabían que Livia mantenía a Augusto en un puño y que, si bien no estaba realmente atemorizado de ella, por lo menos se cuidaba de ofenderla.
En pocas palabras: "Augusto gobernaba el mundo, pero Livia gobernaba a Augusto". El autor pone en boca de Póstumo, la siguiente opinión sobre este emperador-esposo:
Es extraordinariamente débil en lo que a ella respecta. ¡Imagínate: hace casi cincuenta años que vive con ella, y todavía cree hasta la última palabra que le dice! 
Con los signos de admiración bien ganados: "¡Mi abuela Livia era astuta!"

Silvia Parque

Evolución

Antier se despostilló la uña de mi dedo pulgar de la mano derecha, y la corté. Es cualquier cosa para una persona normal; pero en mí es una señal de evolución, porque no corté todas las uñas, sino solo esa. Admití, acepté, asumí, que quedara diferente, y he vivido con eso dos días, sintiendo como la existencia del dedo y de la mano, se comprometen en la experiencia de la diversidad.

Silvia Parque

viernes, 8 de agosto de 2014

¿Y si no fuera?

Sentí que una pestaña se metió en mi ojo derecho; no es raro; tampoco es de todos los días, pero no es raro, y es incómodo porque la sensación puede durar toda la tarde.

El caso es que acabo de pensar: ¿y si no fuera una pestaña? No es que piense que pueda ser algo malo, pero cualquier cosa que fuera, ¿y si toda la vida he pensado que es una pestaña, y no? Sería muy interesante. Como cuando descubrí que los nudillos de mis dedos de los pies, no eran nudillos, eran callos.

Silvia Parque

Mi mamá me enseñó

Mi mamá me enseñó a leer. No había notado que no me enseñó a escribir. Me enseñó a leer cuando tenía dos años, así que yo leía cuando entré al jardín de niños; supongo que ahí aprendí a escribir. En realidad, no aprendí a leer con sentido sino hasta el primer grado de primaria, pero la precocidad de mi lectura mecánica, sí me resultó ventajosa; le agradezco por eso.

También me enseñó a pedir perdón. Nunca me habló sobre la importancia de pedir perdón, pero me pidió perdón dos veces, muy importantes. Obviamente, no hablo de las disculpas como forma de cortesía; seguramente nos dijimos "perdón" muchas veces, por educación -por cierto, las formas de cortesía me las enseñó mi abuela, pero todo lo que no aprendí "en ese ámbito", no fue su culpa, sino cosa mía-. Hablo de la valentía de ver que una hizo algo que no está bien, y de asumir la responsabilidad por eso.

Porque también me enseñó a ser responsable. No minimizo el efecto de las múltiples influencias positivas que tuvo mi crianza, en este aspecto; pero mi mamá fue clave para que yo aprendiera que nada más yo era responsable por mí; incluso si "alguien" me hacía algo o si "algo" me pasaba, nada más yo era responsable de mi reacción. Nunca se me ha ocurrido verlo de otra manera; nunca me ha pesado, tampoco; siempre me ha traído sosiego, porque siempre he entendido que entonces puedo ocuparme de cambiar mi situación, porque puedo cambiar mi actitud.

Tal vez esa fue una de las formas en que me enseñó la libertad... porque me enseñó la libertad, mejor que todo lo anterior. Me dejó probarla, y me abrió el camino cuando la asumí. Siempre fui libre de expresarme y de elegir, y ella siempre ha sido respetuosa. El momento cumbre de nuestra relación, en materia de libertad, es una muestra de su generosidad; le dije que quería que siguiera manteniéndome económicamente, pero quería mandarme sola: no pedir más permisos y decidir por mi cuenta. Dijo que sí, creo que dije "gracias", y nada más.

Hace meses, tengo muy presente que lo más valioso que me enseñó, es a tener fe. La fe de mi mamá es increíble, y he descubierto que tenía que ser mi mamá, para que me pusiera en el corazón una semilla de esa fe.

Silvia Parque 

Alegría

Se menosprecia la alegría. La gente defiende la libertad, al menos habla muy bien de ella y quisiera tener recursos para defenderla; a la dignidad la ponen junto a la libertad y ya la tiene hecha. (Los pueblos defienden su soberanía porque la gente defiende la libertad y la dignidad.) A la alegría, muy rápido se le hace a un lado; queda mal estar alegre cuando parece que todo va mal; da pena su brillito entre inocente e ingenuo, a un lado de la preocupación y la ocupación. La paz sí se aprecia; no tanto como para guardarla en perjuicio de la libertad y la dignidad, pero se lamenta mucho su pérdida.

A mí ni la libertad, ni la dignidad, ni la paz, me harían sentido sin la alegría. Defiendo que no hay obligación de alegría ni de felicidad, pero eso no significa que no las elija para mí y las desee para los míos.

Me dispongo a permanecer alegre, en medio de lo que pase. Me alegra que Dios exista y saber que seguiría existiendo aunque nos matáramos todos. Me dispongo a volver a sonreír y a adorarle cada vez que conozca una noticia terrible, cada vez que caiga en la cuenta de que me equivoqué otra vez. Es mi pequeña rebelión personal; creo que ahí van mi libertad y mi dignidad.

Silvia Parque

jueves, 7 de agosto de 2014

Ocupando mi lugar

Una persona que sabía pensar bien, tuvo la generosidad, una mañana, de acercarse a platicar conmigo. Por ese tiempo empezaba a inquietarme no estar siendo/haciendo/teniendo lo que se esperaría que fuera/hiciera/tuviera.

Recuerdo la completa certeza con la que dijo que yo era muy joven, que no me preocupara.

No sé si pasaron semanas, meses o un par de años, pero sí dejé entrar la preocupación y acepté el sistema de medida-de-personas de todo-el-mundo. Me alegra haber salido de ahí. Han pasado años de esa conversación y ahora sí no me preocupo.

Silvia Parque

Nubes

En este momento hay una sección del cielo en color gris oscuro; está cargada con la lluvia que el aire anuncia insistentemente. Siempre me ha llamado la atención cuando ocurre como ahora mismo, que el color no llena el cielo, pero no se desvanece, no palidece: la enorme nube, o el conglomerado de nubes que parece una sola, está delimitado y donde termina, hay una franja de nubes blancas que deja pasar la luz del sol y se deshace para dar paso al cielo azul claro. Es decir: desde mi perspectiva, hay una mole de gris oscuro, una cinta blanca, y luego azul claro. El azul claro no se asusta y el gris oscuro permanece en su lugar; podría pensar que es una poderosa cinta blanca, pero no hay un elemento manteniendo a raya a los otros. Cada uno es todo lo que es, está donde ha sido puesto, y es maravilloso.

Llueve. Ya se nota que son varias nubes grises. Ya no están bien delimitadas Se deshacen, pero no como se deshacían las nubes blancas, en el cielo; se deshacen hacia abajo, hacia nosotros.

Silvia Parque

Lo que me han enseñado mis amigas

De mis amigas, he aprendido cosas prácticas, como que es buena idea incluir rodajas de pepino en los sandwiches, o que conviene cortar las hojas secas de la plantas. Las he visto hacerlo o las he oído hablar sobre el tema, y aprendo. Pero hay algo que me han enseñado de la vieja manera, como profesoras dictando una clase: su visión de mí.

Es la gran cosa cuando alguien que sabe de qué pie cojeas, enlista características que puedes reconocer en ti, y declara que eso vale.

Silvia Parque

miércoles, 6 de agosto de 2014

Leer, estudiar, conocer

Leo, estudio, porque tengo curiosidad: quiero saber. Ni cuando fui "niña de dieces" tuve interés en la "virtuosidad" del estudio en sí mismo. En ese entonces quería sentirme querida, como toda niña y niño, y si para eso servía obtener buenas calificaciones, y para eso había que estudiar, pues estudiaba y sacaba dieces (gracias a Dios que en mi ambiente, quebrar ventanas no servía para sentirme querida, si no, habría quebrado ventanas).

El estudio escolar me gustaba porque estaba metida en la carrera de saber cosas; porque se disfruta hacer lo que a una le sale bien; pero era, sobre todo, trámite. Mi pasión estaba en las enciclopedias, en los libros de otras cosas; los pobres libros de texto quedaban contaminados por la mecánica "meter información - sacar respuestas correctas". La escuela contaminaba esos pobres libros, que eran muy buenos; al principio del curso los ojeaba y los hojeaba, y sentía interés por todo...

El caso es que me gustaba enterarme, y pensar, e imaginar, y cuando me enteraba, pensaba e imaginaba y quería enterarme de más. Así que muchos creyeron que yo era disciplinada, en el sentido de privarme de gustos para hacer lo indicado; pero no, estaba haciendo lo que me daba gusto hacer. Y amo poder seguir haciéndolo.

Silvia Parque

"Cómo convertir un dragón en mosca", por A.

Cuando mi amiga A. publique su libro "Cómo convertir un dragón en mosca", va a estar en la lista de "los más vendidos". Van a entrevistarla en "¿Qué tal, Fernanda?" y para la segunda edición, cuando se traduzca al inglés, va a empezar a cobrar por conferencia. Entonces, colgada de su fama, voy a escribir la precuela: "Cómo convertimos en dragón a una cualquiera". El título será puro gancho; enseguida voy a disculparme por lo que sugiera la frase "una cualquiera"; voy a explicar que no se trata de ofender a nadie: que es nada más una broma que nos gasta el lenguaje al sintetizar la idea de "una mujer igual de humana que tú, que es cualquier persona y no rostiza a nadie". ¡Vaya! Me incomoda usar la frase, pero es que el título suena bien...

La idea original es que damos importancia a personas cuya presencia no querríamos en nuestra vida o al menos, cuyo comportamiento tiene un efecto que no querríamos en nuestra vida; pero al darles importancia, las mantenemos presentes; a veces, esa importancia es lo único que las hace presentes. Y esa misma importancia atribuida, las hace crecer, a veces en su ego, a veces en los poderes que adquieren en nuestra imaginación. ¡Y vaya si podemos tener imaginación, cuando se trata de eso! De ahí que tenemos dragones y dragones... con lo cual pienso: podíamos sacar una serie completa a partir de una tipología: "Cómo convertir en mosca, al dragón con alitas de mariposa", "Cómo convertir en mosca, al dragón que vuela en círculos"...

Silvia Parque

Sin ganas pero sin queja

Cada mañana, me levanto a hacer ejercicio. Todavía no llego a la cantidad de minutos que pueda provocar un efecto notable en mi cuerpo; pero ya hice el hábito. No considero la opción de omitir el "uno, dos, tres...", y no me fastidia; pero nunca siento ganas de empezar, y de hecho, casi nunca siento ganas de continuar haciéndolo, mientras lo hago. Recuerdo dos días, probablemente los primeros, en que "sentí ganas": no más. Hoy me di cuenta de eso, y pensé que está bien. A veces me imagino con más energía para las cosas que sí me dan ganas de hacer, y me gusta pensar que esa energía alcanza para ejercitarme, digamos, "con ímpetu"; pero en la mañana, no ha sucedido que alcance. Y bueno, creo que así pasa con algunas cosas: no todo tiene que "gustar" digamos "sensitivamente", es decir: algo puede gustar porque es bueno, porque es correcto, aunque no se disfrute del modo en que se disfruta una golosina.

Silvia Parque

martes, 5 de agosto de 2014

No todo el café me inflama

Soy una persona inmune a muchas cosas, gracias a Dios. No me contagio de resfriados, gripes o similares. Puedo comer en donde sea, sin preocuparme por mi estómago. He llegado a los treinta y tres años sin hacerme intolerante a la lactosa y sin reflujo. Mis hormonas hacen de las suyas, pero muy rápido aprendí a surfear por sus altibajos. Estoy muy agradecida por todo eso, y por lo mismo, me resisto a aceptar que el café me inflama.

He pasado por episodios de colitis; en el último, no podía usar más que uno de mis pantalones, porque ninguno me cerraba; pero tomé cartas en el asunto, y sanseacabó. Esas "cartas en el asunto" incluyeron prescindir del café durante dos semanas. Y como quien no quiere darse cuenta, he venido observando, desde que terminó la abstinencia, que sí: el café me inflama.

La buena noticia es que no pasa con todo el café. Primero pensé que era cuestión de cantidad, pero no. He puesto atención y creo que se trata del grano. [Antes de continuar, dejo anotado que el frappé tampoco me hace nada; no entiendo por qué, si la temperatura no puede ser el problema...] Según parece, el buen café se porta muy bien. Así que la entrada podría titularse "Mi vientre se ha vuelto pijo". Continuaré la investigación hasta tener mayor seguridad.

Silvia Parque

Hasta que te encuentre

ESTA abuela recuperó a su nieto, robado treinta y seis años antes. ESTA madre encontró a sus hijos, quince años después de quedarse sin ellos.

¿Cuánto tiempo se sigue buscando a una persona?

¿Cómo se organiza la vida de quien busca a alguien? Porque habrá que trabajar, descansar, comer, entretenerse... seguir viviendo. Y sin embargo, si es madre, imagino que cada minuto estará presente la falta del hijo, de la hija. ¿O no será cada minuto? ¿Habrá horas, días, semanas enteras de pensar en otra cosa?

Las imagino encarando las miradas de quienes no comparten su esperanza...

Debe haber mucha entereza para seguir en la búsqueda cuando el caso se da por cerrado hasta para los familiares. No sé si les pasará por la cabeza dejarlo por la paz; si las moverá en diferentes momentos, el amor, la culpa, el coraje, la fe.

Silvia Parque

El crítico

Yo soy de blog. Me paseo por Facebook y Twitter, y espero seguir explorando los espacios virtuales, sobre todo ahora que preparo mi página web para trabajar. A lo que voy, es a que Youtube no es precisamente lo mío. Oigo y veo un montón de cosas por esa vía; pero prácticamente no uso "el canal" que se me asigna con las cuentas de Blogger o Gmail; no sigo a vloggers ni me gusta el ambiente que hay en los comentarios de habla hispana, que son los que realmente conozco. Pero ayer me presentaron algo que me encantó. Ya no tengo edad para decirle a un crío "¡soy tu fan!", pero con diez años menos, puede que se lo dijera.

ESTA es la primer "review/crítica" de una película, en el canal Occidental Image (de hace un año).

Yo lo primero que vi fue su crítica de Alien; más de veinte minutos de compartir verdadero interés por el tema. Luego vi la de El cisne negro, y hoy, la de Alicia en el país de las maravillas. Ahora puedo sostener que me encanta. Hasta me emociono, de verdad. ¡Hay que ver sus ojos! ¡Todos sus gestos! En principio, el acento extranjero me cae bien; pero además, me gusta su frescura, es mucho más autenticidad que desfachatez. Evidentemente: me resulta simpatiquísimo; pero lo que más me gusta es que destila gusto y seguridad. Está muy lejos de hacerlo a la perfección; la cuestión es que lo hace con autoridad. Porque la autoridad se asume. Y a mí eso, cuando es en buena lid, me encanta.

Silvia Parque

lunes, 4 de agosto de 2014

Tesoros en las personas

Hoy me topé con ESTE video, de un chico que ha vivido en la calle, y sorprende en un "concurso de talento". Ya había visto ESTE OTRO, de un dueto que es mirado "hacia abajo" hasta que realiza su ejecución. Por principio, no creo ni dejo de creer en las historias de este tipo que aparecen en los medios masivos; digamos que creo porque prefiero creer, pero no me sorprendo si hay distorsión de la realidad -o engaño tal cual- (como no me sorprendo, no me decepciono). Esto es un preámbulo para decir que lo que enseñan estos videos, vale lo mismo si acaso las historias de vida de estas personas en particular, no son tal como se expusieron.

Hay tesoros en las personas. El único modo de no pasar de largo frente a ningún tesoro, es no pasar de largo por ninguna persona.

Silvia Parque

El lugar en donde las tortugas toman el sol

Mis tortugas tienen el espacio que necesitan. No tanto como el que ellas y yo quisiéramos, pero suficiente y más o menos apropiado (más "más", que menos). Ocupan un acuario, un terrario ("tortuguero" sería una palabra más adecuada, pero no se confunda con los pequeños contenedores en los que suelen vivir las tortuguitas), un comedero y una pecera en la que toman el sol (además, una vez al mes -más o menos-, andan libres durante unos días -una de ellas pasea, y la otra se resguarda y ya no sale hasta que voy por ella-).

El acuario es de un tamaño que les permite nadar a lo largo, ancho y alto; sobrepasa la medida recomendada para ejemplares del tamaño de mis tortugas. Sé que estarán mejor en un lugar todavía más grande, así que está en los planes darles eso y todo lo que pueda hacerlas felices, en la versión reptil de felicidad. Creo que queda claro que son importantes para esta familia, y las cuidamos. Pero desde que las saco a tomar el sol (porque en su casa no les da directamente), supongo que alguien podría verlas, y pensar que viven hacinadas.

El fenómeno de la apariencia es interesante.

Mis tortugas toman el sol en una pecera donde caben las dos, y una piedra grande en la que también caben las dos. Pueden caminar un poquito -muy poco-, pero no nadar. Pasan unas cinco horas diarias ahí, unos cuatro días a la semana. Parece mucho tiempo, pero a las tortugas les gusta estar quietas mientras toman el sol, en el agua o sobre la piedra. No es lo mejor, pero creo que es suficientemente bueno. En el acuario pueden nadar a gusto. Y sin embargo, alguien podría pensar que "pobrecitas".

Silvia Parque

Verduras hidropónicas

Por mera gracia de Dios, estos días, por segunda vez, consumo verduras hidropónicas, para más señas: regadas con agua de pozo profundo; exactamente: tomate -aquí lo llaman jitomate- y lechuga. Son relumbrantes de bonitas: tan simétricas, con colores tan firmes... tan perfectas, que sospechaba podían tener ese sabor genérico de muchas de las frutas estadounidenses. Pero no. Y tampoco son de un simétrico artificial; es como si fueran naturalmente perfectas. Y son deliciosas. Para mi gusto, significativamente más ricas que las verduras "normales".

Silvia Parque

sábado, 2 de agosto de 2014

Locke

Acabo de ver la película Locke. Me parece la mejor del mundo.

En ochenta y tantos minutos, habla sobre la vida, las relaciones humanas, todo... Me cuesta pensar al actor como actor, o suponer que no hubo más personas y ambientes: yo vi a todos los personajes y todos los ambientes que fueron mencionados. Excelente trabajo.

AQUÍ la reseña de Cinéfilo Club. Pero yo le doy un diez.

Silvia Parque

Comida casi lista

Doy gracias por las buenas ideas de comida-casi-lista. Ahora mismo frío pechugas rellenas de queso y jamón -empanizadas-. Fácil, rápido, rico. Demasiadas calorías para hacerlo a menudo; no tan económico; pero fácil, rápido, rico.

Silvia Parque

viernes, 1 de agosto de 2014

Mujeres, madres de familia, tesistas

Todas las mujeres, madres de familia, con las que he trabajado en la elaboración de sus tesis, sea en acompañamiento o consultoría, son interrumpidas por sus hijos y/o marido, en el tiempo que dedican a su labor de tesistas. Todas, han optado en algún momento por la estrategia de empezar a trabajar "hasta que los demás se queden dormidos", lo cual evidentemente resta horas a su propio sueño. Cabe mencionar que en ninguno de los casos ha habido niños pequeños. Afortunadamente, casi todas han llegado también al momento de marcar límites, y decir: "por favor, déjenme trabajar".

Silvia Parque

El acuario tiene el agua limpia

Veo a las tortugas desde mi mesa de trabajo. Puedo verlas bien porque el agua está limpia. 

Es una maravilla lo que hace el sifón, limpiando el acuario. Es increíble todo el tiempo que pasé ignorando que existía. No me asombra lo que tardé en aprender a usarlo, porque así a veces tardo en aprender; ¿pero no saber que existía? ¿No haberme topado con nada sobre sifones entre tanta página que exploré, para conocer de las tortugas? ¿Que ningún tendero me haya ofrecido uno, cuando compré implementos para el acuario o alimento? No los hago responsables; parece que es un objeto tan común en la cultura occidental, que me correspondía saber de su existencia. 

Así se nos pasan de largo cosas buenas. Así también, las encontramos.

Silvia Parque

Sin agua - con agua

Estuve sin agua corriente varios días; volver a contar con ella ha sido una alegría.

Ahora, cuido que no se desperdicie. Las instalaciones de la casa tienen sus detalles simpáticos, y si hay que llenar un balde de agua, el chorro sale por un lado, mientras un chorrito sale por otro lado; usualmente dejaba que el chorrito se fuera, pero ahora pongo un recipiente para juntar esa agua y también aprovecharla. Eso supone estar al pendiente del recipiente, lo que me quita tiempo; pero no importa. El punto es que no volvió la misma normalidad. Hoy amanezco con sed y noto que he estado tomando poca agua; mucha menos de la que bebía. Casi nunca entramos de inmediato, perfectamente ajustados, a una realidad nueva.

Aprendemos, para bien y para mal, de lo que nos pasa; hay que desaprender lo que aprendemos para mal, sobre todo lo que se aprendió en automático -que es como suele aprender el cuerpo-.

Silvia Parque