jueves, 31 de diciembre de 2015

Feliz año nuevo, B

Querida B:

Por primera vez, vas a vivir un año en el que no naciste. Confío en que luego vivirás otros: muchos; en algunos, al final, yo no andaré por el mundo mientras tú sigues brindando en las nocheviejas.

Ahora apenas te enteras. Se mueve tu rutina y hay adornos brillantes. Seguro, mañana tu papá te explica cómo todo lo que estaba en el 2015 pasó al 2016 -o casi todo-, así como te lo ha explicado de lunes a martes, de martes a miércoles, y los demás días. No sé si te abrazaremos a medianoche, porque ya estás dormida, pero cuando lo hagamos mañana, sentirás que te amamos y te diré que te deseo que pases en brazos todo el tiempo que quieras, que siga estando buena tu leche, y que mamá llegue a entender tus palabras tan bien como papá; que espero que tu mejor amigo ya no te pegue, y que siempre que caigas, debajo haya algo acolchado.

También te deseo cosas que no voy a decirte, que son para después...

Deseo que crezcas sabiendo que fuiste soñada, deseada y buscada, y que todo el tiempo asumas que eres la niña más amada del mundo (por eso llevas ese nombre). Pero también deseo que cuando crezcas y busques mi oscuridad entre tus incongruencias, asumas comprensivamente mis faltas y el daño que te haya hecho.

Deseo que vivas el amor de una pareja. No es necesario para que seas feliz o plena, pero es maravilloso y yo lo deseo para ti: que te amen con amor del bueno, una persona especial que te valore incluso más de lo que papá y yo lo hacemos. Y que hagas una familia.

Deseo que te conozcas, te quieras, te gustes, y seas libre. Esa libertad me va a dar miedo, pero la deseo para ti sin restricciones; siempre que primero te conozcas, te quieras y te gustes, lo que hagas con tu libertad va a terminar bien. Yo he gozado y sufrido la mía, y sigo en el camino de encontrarla construirla; no es sencillo, pero ahí voy a estar para lo que se te ofrezca.

Deseo por último, aunque es lo más importante, que tengas una relación personal con Dios. Que yo pueda habértelo mostrado como un padre amoroso. Que le consultes cada decisión importante y mantengas comunicación con él todo el tiempo. Que le ames.

Feliz año nuevo, hija, y feliz año siguiente a este año nuevo, y los que vengan.

Silvia Parque

lunes, 28 de diciembre de 2015

Así nomás

Todos los días tengo presente a la muerte. Empezó con el embarazo y se acendró con el nacimiento de B. No es que tema que alguien muera (aunque sigo revisando que B respira cuando tiene un rato dormida). Es el efecto de saber que no soy la última generación, el efecto de sentir mi cuerpo usado por la vida.

Todos los días tengo presente la intrascendencia de mi persona (o de cualquier persona). Ocurre al mismo tiempo que me sé lo más importante del mundo para alguien cuya vida es lo más precioso que pueda existir. Es como si todo lo viera desde lejos, y apareciera como el acto de una obra escolar.

Silvia Parque

sábado, 26 de diciembre de 2015

El pavo

La noche del 24 preparé por primera vez una pierna de pavo. Usualmente prefiero el cerdo (pierna o lomo) para Navidad, pero me pareció que el pavo era "más-más" navideño, y por eso, más apropiado para la primera navidad de mi niña. Ella no lo comió como lo preparé para los adultos, pero también su versión estuvo deliciosa, y creo que ha destronado al resto de sus platillos favoritos. Es bien carnívora y harinívora, como su madre.

Silvia Parque

viernes, 25 de diciembre de 2015

Llegó y dejó los regalos

Hoy B encontrará bajo el árbol los regalos de Santa Claus. Tal vez ahora no haga diferencia entre los que recibió en la pre-navidad, los que recibió ayer por la noche y los que encontrará al rato; pero con el tiempo sabrá que esos fueron de Santa, y se meterá en la magia.

También llegarán los Reyes Magos, porque a esta casa es bienvenido cualquier personaje de buena voluntad.

Creo que me hace más ilusión que cuando esperaba mis regalos...

Silvia Parque

miércoles, 23 de diciembre de 2015

De la cama a la cuna: segunda temporada de colecho

Al amanecer del día de hoy, quedó formalmente declarado el fin del colecho en nuestra familia... como lo hemos vivido. Pasamos a la segunda temporada.

Hace tres noches, acosté a B en su cuna por una razón práctica que no recuerdo, pero que probablemente era que la cama estaba sin tender y llena de cosas, y que también probablemente fue afectada por la idea de su padre, de que a ella le convendría tener "su espacio" -como si una bebé de ocho meses pudiera querer más espacio para dormir que el de mamá... [ahora noto una posible proyección en la declaración del papá... y ahora noto la proyección en la mía...]-

El caso es que hace tres noches, en su cuna verde junto a la cama, la niña durmió profundamente, desde que la acosté hasta que hubo que despertarla para darle medicina, en la madrugada, y se volvió a quedar dormida hasta la mañana. Que así dormía más a gusto, dijo el papá. Que así dormía toda la noche, añadió. Que podía ser que en la cama le diéramos codazos o cualquier cosa que hiciera que despertara varias veces, declaró con rotunda seguridad. Yo sé que los bebés despiertan varias veces porque son bebés, aunque haya bebés que duermen toda la noche; pero hay que tener la mente abierta...

¿Y si no la oigo? 
¿Y si tiene hambre y no me doy cuenta?
¿Y si...?

Pero también yo dormí con una comodidad que nunca extrañé, pero que me vino muy bien.

La noche siguiente ya no fue tan impresionante, y B hizo sus tomas nocturnas de costumbre, así que me tranquilicé: sí la oigo, sigue pidiendo teta si quiere, y puedo llegar a ella y tomarla en brazos de inmediato. *En este punto hay que mencionar que la cuna está más o menos a medio metro de la cama.*

Para la tercera noche, el papá mencionó unas tres veces que la extrañaba; pero la verdad... yo no. Sí siento algo en el estómago cuando pienso en llegar a perderme la sonrisa de cuando despierta, pero al menos en estos tres días, he estado frente a ella justo a tiempo para disfrutarla. Y recuperar la parte que ocupaba en la cama, que ya era más que la tercera parte, se ha sentido muy bien. Es evidente que no duerme mejor en la cuna. Pero tampoco peor, y no parece a disgusto, ni asustada, ni nada por el estilo. Esta última noche, como se acostó temprano, al despertarla de madrugada para darle su medicina, ya no se quería dormir, así que la acosté en la cama; estuvo ahí buen rato, medio dejando que durmiéramos, y cuando volví a darle teta y se quedó dormida, la devolví a la cuna. Creo que los tres lo disfrutamos, así que sera así: visitas a la cama cuando se ofrezca. A nuestro ritmo.

Silvia Parque

martes, 22 de diciembre de 2015

Seguimos poniendo la Navidad...

Increíblemente, en casa seguimos con la "puesta de la Navidad". El arbolito, el nacimiento y casi todo lo demás, están listos; pero faltan un par de detalles, y limpiar: la mugre de las áreas no decoradas envía vibraciones que estropean los villancicos.

Leyendo "casi todo lo demás" y "áreas no decoradas", podría dar la impresión de que tengo una casa grande, que ahora está llena de adornos... en realidad, yo digo "mi casa", pero es un departamento, que es la parte de arriba de una casa: es pequeñito y tiene pocos muebles; sin embargo, mantenerlo en condiciones decorosas me cuesta como si fuera un castillo medieval. Ya tengo experiencia tomando el ritmo en el quehacer doméstico, pero cualquier cosa fuera de lo ordinario, descompone todo. Santa y los Reyes podrían ponerse de acuerdo, y contratar para mi un empleado doméstico.

Silvia Parque

lunes, 21 de diciembre de 2015

Poniendo el árbol de navidad

Cuando era niña, en mi casa llegaba la navidad el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. Luego cambiaron las cosas, pero cuando estuve por mi cuenta, me quedé con esa fecha como el arranque de la temporada.

Este año, B y yo estábamos en el rancho grande el día 12, así que mi hogar tuvo que esperar por  la decoración navideña, y cuando volvimos, nos encontró resfriadas: lo que antes habría estado en una tarde, lleva tres días y sigue inconcluso... pero hoy será.

Usualmente no gasto en decorar: reúso y creo. El año pasado hice el árbol con una hoja de papel bond y me encantó; tenía adornos tomados de bolsas de regalo del año anterior, y detalles en verde puestos con marcador. Pero este año se trata de impresionar -en el sentido original del término- a B, así que su papá trajo un árbol más alto que él, blanco con plateado, y habrá esferas de vidrio y luces (sin que falte lo hecho por nuestras manos). Todavía falta un rato para terminar, pero ya hay botas colgadas en la pared, y regalos al pie del árbol.

Silvia Parque

domingo, 20 de diciembre de 2015

Viaje, resfriado, Navidad

El fin de mis vacaciones en el rancho grande coincidió con la intensificación de un resfriado en B. Su resfriado anterior fue como deben ser: unos días de moquitos y de estar pachucha, y tan tan; éste, en cambio, no tuvo consideración, y se envalentonó más con el viaje de regreso.

No sé si ella me contagió algo, pero yo también me resfrié, y si puede ser cansado cuidar a un bebé, cuidar a un bebé enfermo estando enferma, está de antología. Ya nos sentimos mejor, pero tengo un cansancio que duele.

Con todo, han sido días muy bonitos, y de aprendizaje. La "puesta de la navidad" en casa se ha retrasado, pero con suerte hoy estará lista. Es un árbol como nunca imaginé, igual que mi vida; me gusta y me sorprende, igual que mi vida.

Silvia Parque

jueves, 10 de diciembre de 2015

Por acá en el norte

Estoy de nuevo en el lugar donde nací y crecí.

Llegó un momento en el que dejé de pertenecer a este lugar. Nos pasa a muchos, cuando nos vamos de un sitio. Pero también se deja de pertenecer a la gente, a los núcleos.

Un día, una va por la vida sin pertenecer. Una tarde, una se pertenece a una misma.

Silvia Parque

lunes, 7 de diciembre de 2015

Cómo seguir dando pecho entre mordidas, pellizcos y jalones

Como la mayor parte de los bebés al pecho -según he leído-, B comenzó a morderme antes de tener dientes. Como escribí en su momento [AQUÍ y ACÁ], opté por un "no" firme, seguido de retirar mi teta cada vez que lo hacía.

Íbamos bien, creo, y entonces llegaron sus pequeños y afilados dientes... Creí que me mordía con ellos, porque vaya que si son poderosos -le sacaron sangre al dedo de su padre-, pero no: me pellizca, y duele muchísimo. Cundo empezó a tocarme con sus deditos, en vez de solo estar quieta, me pareció lindo; pero ahora intenta manipular la teta de un modo que resulta en pellizco. Con los dientes, la gracias es que si se desprende rápido, me raspa-como-rasgando con ellos. Así que estamos en periodo de condicionamiento. Pero tengo que retirar mi teta muchas veces, y me da pena. Además, no sé si realmente está entendiendo por qué la he guardado; si no lo entendiera, nada más pensará que la ha perdido, así como así... Y luego, ¿cuánto tiempo después la devuelvo? ¿Unos segundos, unos minutos o hasta la siguiente toma? ¿La dejo con hambre? Porque normalmente le doy biberón después de la teta, pero si le doy biberón habiéndosela quitado sin que ella terminara, ¿no dejará de querer mi teta? Mi teta que tantas ganas tiene de darle leche...

Silvia Parque

domingo, 6 de diciembre de 2015

No me gusta

- No me gustan las fuentes saltarinas que conozco, y me disgusta que sean las mismas en cada ciudad.
Casi siempre prefiero las plazas antes de las remodelaciones.

- No me gustan muchas de las estatuas de los espacios púbicos*, aunque me parecen simpáticas casi todas.
Y no me gusta buena parte del trabajo de Sebastián.

- No me gusta el maquillaje de la mayor parte de las mujeres que se saben maquillar, sobre todo el de "ocasiones especiales".
Tampoco me gusta como sale la gente en la mayoría de las fotos del tipo "sociales".

- No me gusta la mayor parte de los poemas que andan por ahí; de hecho, leo muy pocos poemas: suelen aburrirme.
Tampoco me gusta leer libros de divulgación sobre temas en los que tengo formación.

- No me gustan los chícharos, los pimientos, los chiles verdes, la salsa catsup, el pulpo como lo conozco, los moluscos, el coctel de camarones, el menudo, las tripitas, ni la sopa de cebolla.
Aunque lo que llaman "sopa aguada" sí me gusta, prefiero otra cosa, si puedo elegir.
Y no me gusta que el cereal se ablande por remojo.

- No me gusta sentir el cabello húmedo o mojado sobre la piel, ni que el amarre de las cintas de los zapatos quede diferente en un zapato y otro. Y me disgusta sobremanera si se hace espuma al cepillarme los dientes.
Tampoco me gusta estar sin calcetines; aunque haga calor.

Silvia Parque

* públicos, públicos, públicos...

sábado, 5 de diciembre de 2015

Causa, motivo, dirección, sentido

Hay que recordar por qué y para qué.

Hay que revisar los porqués y los para-qués.

En todos los ámbitos. Cada tanto...

Silvia Parque

viernes, 4 de diciembre de 2015

B en reunión

Hoy he tenido una reunión con el equipo de mi mayor cliente, y B nos acompañó, en mis brazos. Había estado en una reunión anterior, pero entonces era muy pequeña, y estuvo mamando casi todo el rato. La verdad es que temía que esta vez se complicara, porque está en una edad en la que de pronto parece tener pulguitas. Pero no: comió un poco de amaranto, tomó un poco de leche en biberón (ya había tenido teta), y platicó un poco cuando tuvo algo que opinar; nada que interrumpiera.

Desde que nació, ha estado presente en la mayor parte de las consultas que he dado. Si hace falta que amamante, lo hago. Mi trabajo es enteramente compatible con su presencia. Espero conseguir que siga así cuando ya no quiera estar en brazos.

Por supuesto, no todos los trabajos -ni todas las tareas de un trabajo- se pueden realizar con un bebé por ahí; pero muchos, sí.  ¿Por qué no normalizar la presencia de mamás con bebés en los ambientes laborales o de negocios?

Silvia Parque

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Compromiso con la identidad

Nos comprometemos con nuestra identidad. Es un fenómeno que me ha llamado la atención desde que empecé a notarlo. A veces juega a favor, a veces en contra, según la identidad elegida o impuesta que ha sido asumida.

Oí a Antonio Escohotado decir que se había propuesto ser muy inteligente, y que en el camino realmente se hizo muy culto.

Silvia Parque

martes, 1 de diciembre de 2015

Publicidad engañosa

Ahora que terminará el programa En familia con Chabelo, gente culta con conciencia social le recuerda a los demás que Chabelo en realidad no ha sido "amigo de todos los niños" sino de todas las marcas que anuncia, y denuncia que su oferta de entretenimiento no es más que influencia consumista.

Como con cada señalamiento a programas de televisión, canciones o demás productos chatarra, me pregunto por qué señalan como si hubiera un engaño macabro. Parecen niños de siete años desencantados porque juzgan que han sido engañados con el asunto de Santa Claus. ¡Pues claro que el hombre estaba ganándose la vida! Claro que su programa era un comercial en extenso. Pero se le puede cambiar al canal, se puede apagar la televisión, y/o se puede educar a los hijos.

A mí la cuestión con Chabelo me parece muy clara: te anuncio una marca repetidamente porque quiero que compres un producto, o que lo compren tus papás... Esos papás que deberían enseñarte que no porque alguien diga que es tu amigo, es tu amigo; menos si es un adulto al que nunca has visto en persona.

En el mismo tenor, la guerra contra la comida chatarra busca regular la manera en la que se hace publicidad a estos "alimentos". Entiendo que les parece mal que haya publicidad dirigida a una audiencia infantil. Pero, insisto: en lugar de censurar a los vendedores, ¿no se trataría de que los papás se hicieran cargo? Otra cosa es la publicidad ya engañosa. Porque no considero engañoso que quien te venda un producto, te diga: "es lo más delicioso del mundo y si lo saboreas serás feliz por siempre". Hay un acuerdo cultural tácito por el que los adultos comprendemos que el vendedor exagerará y añadirá propiedades metafísicas a su producto. Como son los adultos quienes deben tomar decisiones sobre lo que llega a los niños, ¿cuál problema con eso? Pero: sugerir que un producto me hará ver simpático es una cosa, y sugerir que es saludable cuando no lo es, es otra cosa. Las radiografías de El poder del consumidor alertan sobre casos como el de Quick o Bonafont Kids, cuya composición los hace no recomendables para niños.

Ayer me topé en Facebook con comentarios sobre Chabelo, y hoy con la información sobre el Quick; pero fue algo más lo que me llevó a escribir esta entrada...

Había estado pensando en cómo los medios digitales facilitaron dar una imagen falsa de las instituciones educativas. Cuando estaba en la universidad, un compañero tomó una foto de la biblioteca, que la escuela utilizó en su publicidad. La imagen hacía que la pequeña biblioteca con recursos modestos, apareciera como grande y surtida. Pero era realmente una foto de la biblioteca, tomada desde el mejor ángulo para cubrir un objetivo comercial. Me parece aceptable porque finalmente, la publicidad se dirigía a jóvenes que pretenden ingresar a una escuela de educación superior; podrán discriminar, se supone. Pero hay otras posibilidades en los medios digitales y las redes sociales. Veía la página de un bachillerato que conozco, y para nada da la imagen de la escuela que en realidad es. Casi por morbo fui a la página de facebook de una estancia infantil en la que trabajé, y tampoco se nota "cómo son realmente". Tal vez no tengan fotos públicas de los niños por respetar su privacidad; pero no hay fotos de las instalaciones o de la comida que sirven. En cualquier caso, eso no era algo que necesitara ocultarse -no estaba mal-; pero el trato del personal, sí; la filosofía real con la que se trabajaba, también -al menos cuando yo los conocí-. Sin embargo, su página se nutre de frases optimistas y de sentencias Montessori. Me imagino a los papás yéndose con la finta.

Dicen en la película "Heredar el viento": "Siempre que veas un algo limpio, brillante, reluciente, con manchas púrpuras, fíjate lo que hay debajo de la pintura".

Silvia Parque