sábado, 30 de mayo de 2015

Google en la crianza

B duerme junto a mí. Hace ruiditos. Ahora mismo menos que ayer y menos que antier, cuando busqué "mi bebé se queja dormida" en Google (concluí que son gases).

Me pregunté cómo hacía la gente antes de Google: antes de internet. Una amiga me contó que alguien que ambas conocemos, buscó en Youtube cómo cambiar el pañal de un bebé, con su primer bebé.

Ya sé que antes, las familias nucleares solían tener más físicamente cerca a la familia extensa. Además, la socialización de una niña incluía aprender sobre el cuidado de bebés. A ver qué pasa en unas décadas.

Silvia Parque

viernes, 29 de mayo de 2015

Pegadas

Estamos diseñadas para no querer separarnos. Mi cuarentena terminó ayer, pero me siento más necesitada de su cercanía, que el día en que nació. Ahora sonríe más, parece que me mira.

Ya sé que no le pasará nada por dejarla unas horas. Es que no quiero. Si a veces, esperando que termine de peinarme, en brazos de su papá, podría convencer a los vecinos de que no ha mamado en tres días...

¿Que si tuviera que ir a trabajar tendría que dejarla...? Pues si tuviera un empleo convencional, tendría tres meses de incapacidad, así que de igual modo, en este momento, estaríamos pegadas. Y luego, pues... resulta que no tengo que ir a trabajar: que puedo acomodarla sobre mi pecho mientras tecleo... Tampoco tengo otros hijos. [Un día, una de las dos querrá más espacio.]

¿Que así no es la vida? Depende la vida de quién...

Mañana voy al dentista. Entre ir, dejar que me saquen una muela, y regresar, supongo que pasará casi un par de horas. Además, habrá que darle una toma en biberón o con cuchara, en lo que mi organismo elimina la anestesia. Por eso mismo, porque estas cosas pasan, es que aprovecho...

Silvia Parque

Todo lleno

Un bebé llena la vida de presente. Son pura realidad.

Silvia Parque

Mi todo está bien

Soy una firme creyente de que "todo está bien". Eso a veces se confunde. Encontrar "todo bien" no significa no observar lo que falta, lo que es imperfecto o lo que, llanamente, "está mal". Significa que me sobrepongo a eso y estoy bien yo, y contemplo que el universo sigue estando bien, como ha sido siempre.

Lo anterior puede prestarse a mayor confusión. No significa que nunca me lamente o que no decaiga; significa que en medio del abatimiento, asumo la convicción de que todo está bien: así, por "mal" que esté.

Silvia Parque

jueves, 28 de mayo de 2015

El cambiador

Por ahí, en internet, hay listas varias sobre lo que hay que comprar -o no hay que comprar- cuando se va a recibir a un bebé. Yo doy fe de que una de las cosas más útiles que tengo, y de uso más que frecuente, es un objeto nada llamativo, modesto como él solo:
el cambiador. 
Una especie de superficie de tela plástica, para cambiar a la bebé sobre ella. Gran cosa.

Silvia Parque

Comer con otras palabras

Matt ha hablado AQUÍ de las "palmeras de chocolate", y yo le he dicho que por aquí no hay de eso. Efectivamente, no me ha tocado toparme con una tentación de ésas, pero oyendo videos de recetas, me entero de que las "palmeras" son las "orejas". De haber mirado mejor la foto en la entrada de Matt, lo habría sabido...

También he aprendido que las "frutillas" son "fresas"; las "arvejas", si no estoy mal, son "chícharos", y la "crema de leche" es lo que aquí llamamos "media crema".

Silvia Parque

La práctica de elegir

Estoy practicando mucho hacer elecciones. B demanda toda mi atención; mientras duerme, trabajo, así que no hay espacio para lo que no sea atenderle o trabajar. Sin embargo, la vida sigue con todo lo que no es bebé ni trabajo, así que hago que quepa lo que no tiene espacio; por ejemplo, esta entrada. Para eso, elijo todo el tiempo:
¿lavarme la cara o peinarme? 
¿barrer o prepararme una bebida? 
¿perseguir a la mosca o poner en orden lo que hay sobre el buró?

Esta práctica mejora la habilidad para establecer prioridades.

Silvia Parque

miércoles, 27 de mayo de 2015

Bien dicho, manuelalcazar

Porque una cosa lleva a otra, me encontré leyendo "7 aspectos fundamentales que no te habían contado sobre el psoas". El psoas es un músculo, y yo no tengo gran interés en los músculos, por lo que di una ojeada a los primeros párrafos y me fui a los comentarios.

Me gusta leer comentarios de cualquier cosa. Creo que porque me interesan los "tipos humanos"; me llama la atención cómo mira, interpreta, participa e interactúa la gente. En esta ocasión, encuentro un comentario de alguien que critica el articulito, y una respuesta por parte del autor del mismo, parte de la cual comparto enseguida:
Posiblemente esa falta de pudor al publicar información esté al mismo nivel que su desconocimiento en relación a lo que es un blog personal o como (sic) funciona la comunicación a través de la red. Esto no es más que un ejercicio de reflexión compartida sobre el método Pilates el ejercicio (sic), el cuerpo y el movimiento. De ahí que comentarios como el suyo, sean publicados. Porque pueden servir para mejorar esa información, debatir o aclarar aspectos que puedan ser erróneos. Pero nadie entrega el carnet que habilita para escribir en la red. Ni para charlar con un grupo de amigos. Hay otros lugares donde se sienta cátedra, se justifica por qué y se afirma con rotundidad. Los espacios para la enseñanza formal, entre los que evidentemente no se encuentra este blog. No sobrevalore lo que por la red circula ni a quienes en ella escribimos. Pero tampoco infravalore el criterio de quienes pueden leer ésto (sic). 
Creo que si bien hay que tener cuidado con lo que publicamos, también hay que disfrutar las libertades que nos dan los espacios que ocupamos.

Silvia Parque

martes, 26 de mayo de 2015

El dolor de un chef que se precie

Dicen que los niños vienen con una torta bajo el brazo, y la mía llegó con una cocina. Ahora, mi afición de oír videos de recetas en Youtube, se hace más emocionante. Cuando haya entregado el trabajo que estoy haciendo, le dedicaré todo el tiempo que pueda, a divertirme preparando todo lo que he soñado. Por lo pronto, las recetas siguen siendo mi ruido de fondo, o mi entretenimiento cuando ceno sin otro adulto. A veces, encuentro perlas, como la siguiente frase:

"A mí me da dolor en el corazón cuando veo que alguien quiebra los espaguetis" [Dicho AQUÍ.]

Silvia Parque

lunes, 25 de mayo de 2015

La hora de dormir: nuestro colecho (rodó1, rodó2)

Tengo la idea de que el colecho sería "lo natural", si algo pudiera ser "natural" en la crianza humana. Dormir con la cría en sus primeros días, me parece cuasibiológico porque el cuerpo de la madre segrega sustancias que la vuelven loca por el bebé, al grado de que muchas no querriamos dejarlo ni un momento. Luego, la madre va volviendo en sí; pero por cuestión de supervivencia, la cría querrá estar cerca de ella. Entre estas creencias y cierta ensoñación de familia, yo quería que mi bebé durmiera con papá y mamá. Pero como he contado AQUÍ, al descubrirla una noche, con la cara pegada a mi cuerpo, me asusté pensando que podría asfixiarse. Así que llegó la cuna, cortesía de una prima mía.

B se iría acostumbrando a lo que necesitáramos acostumbrarla, pero a su ritmo, así fuera un ritmo que nos pareciera muy lento, desde nuestra perspectiva soñolienta. Y efectivamente: pintaba para ser un ritmo muy lento... Aunque pareciera dormida, en cuanto la dejábamos en la cuna, despertaba llorando.

Ya habíamos tenido varias largas noches con mucho llanto de bebé, cuando tomé conciencia de algo que no era realmente nuevo. Una noche desperté, y vi que habíamos estado durmiendo ricamente, las dos, no sabía yo por cuánto tiempo: ella sobre mí. Se queda profundamente dormida sobre mi pecho, después de comer. Creo que siempre que come bien-bien. Y es delicioso sentir su calor y su respiración... Fue maravilloso hasta que me di cuenta de que, dormida, dejo caer un brazo que hace de soporte para ella... y el observador elucubró: ¿y si se mueve y cae? ¿y si cae de la cama? Afortunadamente, más vale una vez colorada que cien descoloridas: pasé la peor de las noches, intentando no dormir, con ella comiendo y durmiendo como si nada; al día siguiente decidí que no volvería a pasar por lo mismo: disfrutaría su cuerpito sobre el mío, sin preocuparme. Tal vez por cansancio, el encargado de seguridad de la familia no opuso resistencia.

Entonces, una noche de éstas, volvió a rodar. Abrí los ojos y estábamos en una posición diferente a la que teníamos en el último de mis recuerdos. Yo la sostenía bien, pero no podía saber si ella había rodado hacia la izquierda, o yo la había acomodado así. ¿Y si hubiera rodado para la derecha, y se cae de la cama...? Porque yo duermo del lado derecho...

Resolví que esperaría una media hora cada vez que la niña se durmiera, para llevarla a la cuna; en ese tiempo, esperaría que entrara en sueño profundo... Pero sería volver a empezar: volver a tenerla dormidita sin dejarme dormir a mí... Recapitulé: esto es para no aplastarla/asfixiarla y para que no se caiga... Miré la cama y me pregunté por qué me coloco yo a un lado en los momentos en que no hay alguien del otro lado, ¿por qué no me coloco yo en medio, para que en caso de caer/rodar la niña, haya colchón tanto hacia la izquierda como hacia la derecha? El papá casi siempre llega tarde a dormir; ella podría quedarse en la cama hasta que él llegara... Pensé: "vamos a armar una estrategia completa".

Lo primero sería lo más biológico o material, aunque es lo que menos creo que afecte: no más exceso de chocolate para mamá, por si acaso. Luego, habría que hacer mayor diferencia entre el día y la noche: alargarle un poquito sus ratos de estar despierta, darle un poquito más de actividad. Pero el centro de la estrategia sería un cambio de enfoque: si de cualquier manera va a despertar a comer, y varias veces; mejor pasarla lo mejor posible, asumiendo eso. En el primer turno, podemos ocuparnos: una película, leer, seguir trabajando. En el segundo, puedo dejarla sobre mí. Y en el tercero, para el rato en la cuna... a grandes males, pequeños remedios: yo no quería que nada hiciera competencia a mis tetas, y me gustó mucho ser un chupón humano, pero necesitamos procurarnos descanso; llegó un chupón con una rana. La idea es usarlo solo por la noche: a ver...

Compramos el chupón ayer, y estaba dispuesta a estrenarlo; pero a la hora en que la llevé a la cuna, y lloró, ya había amanecido; además, estaba llorando por hambre.

Silvia Parque

jueves, 21 de mayo de 2015

Es así

A mi niña le gusta la calle. No le gusta el cambio de pañal. Le gusta estar bañada, pero hasta hace poco, no le gustaba bañarse (parece que ya no le incomoda).

A mí me gusta ella, completita.

Silvia Parque

miércoles, 20 de mayo de 2015

Caminito de locura

Antes de mi hija, yo tenía una mañana, una tarde y una noche, delimitadas tanto por la luz del día como por la hora del reloj: a cada una le correspondían ciertos eventos y actividades. Muchas veces, no me alcanzaba el tiempo para lo que era necesario hacer; sin embargo, había una danza más o menos coordinada entre el tiempo y yo. Ahora, no.

Silvia Parque

martes, 19 de mayo de 2015

Una sola perla de éter

Decidí usar perlas de éter para "sacar el aire" del vientre, por consejo de la estilista de mis últimos cortes de cabello. Buscando en Google, aprendí [AQUÍ, por ejemplo] que tienen los usos más variados, incluyendo lindes con la brujería... Yo opté por colocar una perla en mi ombligo y dejarla ahí todo el día. Se supone que se retira por la noche, pero reventó por la tarde y me envolvió de olor a éter. Estaba amamantando y me asusté: ¿qué tal si se embriagaba la niña? Terminé de amamantar antes de separar el cuerpito de mi cuerpo, confiando en que mi abuela dejó pronto de percibir el aroma. Apenas la retiré, se expandió un olor muy fuerte. Quién sabe cuánto habrá olido...

No más perlas de éter.

Silvia Parque

lunes, 18 de mayo de 2015

Un mes

Hoy, hace un mes, llegó B. En el momento justo, como llega cada niño, aunque nosotros lo vivimos como si se adelantara, porque la esperábamos más o menos para estos días.

Al principio fue miel sobre hojuelas... debería decir Zucaritas con leche helada, porque las hojuelas no me gustan con miel. Con las semanas se acumuló el cansancio, hicieron ruido los pendientes de trabajo y gracias a Dios, sus pulmones le permitieron llorar mucho más fuerte. Mi idilio paradisíaco terminó. Aparecieron incomodidades del posparto, el subidón de emoción dio paso a una vulnerabilidad del tipo de la de antes de parir y poco a poco, la problemática de otros asuntos, que se había detenido, se desperezó y volvió a ocupar su lugar.

Hoy inicia una nueva etapa porque puede dejar de considerarse "recién nacida", aunque sigue usando pañales de esa talla. Se fue mi abuela, que estuvo cuidándonos todo este mes.

En verdad estoy muy agradecida porque ella está bien; pero más que contenta, estoy de ánimo ondulante, pensando en lo que he aprendido y en lo que debo poner en orden en mi vida.

Silvia Parque 

domingo, 17 de mayo de 2015

Un niño

En las noticias de hoy, describen cómo cinco adolescentes torturaron y asesinaron a un niño, básicamente porque sí, allá por mi rancho. He reescrito esta entrada para no decir aquí cómo fue, y he eliminado el enlace a la nota... al fin este no es un blog informativo.

Hay personas indignadas porque los menores son inimputables. En la nota se menciona que uno de los chicos tiene déficit de atención. Ni de lejos se entiende el problema social del que esto es parte. Y cuánto falta la presencia de Dios.

Silvia Parque

jueves, 14 de mayo de 2015

Historia de amor en tres canciones

ACÁ, una Historia de amor en tres canciones, que hace tiempo tenía ganas de ensamblar. No creo que le molestara a Joaquín Sabina.

Silvia Parque

El cuerpo y respetar límites

Ya no más atracones para mí. Con la edad empezaron a sentarme mal los excesos de comida; pero ahora mi organismo está mucho más estricto: apenas me paso de lo que es "suficiente", y me siento sobrecargada... es de esperarse; pero antes no era así. Tal vez sea porque estando fajada, le cabe menos a la barriga. Penosamente, entenderlo no me ha llevado a comer tal y como es debido; cada día pienso que un poquito más de eso que está tan bueno, no es demasiado; pero ahora "un poco más" de lo que era suficiente, está siendo demasiado.

La lección del mes es: hay límites que no son ajustables.

Silvia Parque

Recuperación de la cesárea

Después de haber estado un rato drogada fuera del quirófano, me llevaron a la habitación. Un camino muy interesante; muy diferente de vuelta a lo que había sido de ida, horas antes, con la niña dentro.

Llegué al cuarto sin poder mover las piernas, pero sintiéndome excelente.

Cuando pasé de estar medicada por vía intravenosa a tomar pastillas, se me indicó empezar a caminar, y ahí empezaron las dificultades: los primeros pasos los di completamente encorvada. Sin embargo, no tenía dolor; la ciencia de la anestesia a mi servicio se encargó de facilitarme ese par de días para poner toda la atención en la jamía.

Ya en casa, me sentí más recuperada a cada momento. Los pasos cortitos se hicieron normales, y de cansarme muy rápido pasé a cansarme rápido solamente en circunstancias específicas, como luego de caminar con la niña en brazos. Cada día iba sintiéndome mejor, así que eso le dije a mi ginecóloga en la siguiente consulta.

Luego, hubo que dejar los analgésicos. Ahí descubrí el hilo negro. No había tenido dolor porque no había dejado de estar drogada. Sin medicina, hubo un par de sentidos "ay-ay-ay". Pero no mucho más.

Entonces, según mi percepción, la mejoría se detuvo. Volví a necesitar dar pasos pequeñitos, a tener dificultad para estar en varias posiciones, y en cierto momento, no pude ni sostenerme en pie. Fue un poco decepcionante porque ya me habían quitado los puntos, y me habían contado que eso marcaba el inicio de la recuperación completa. Pero la doctora dijo que era normal: que me habría esforzado de más, que pasara más tiempo en cama.

Yo tengo mis hipótesis. Primero, creo que la evolución de esto, como muchos desarrollos naturales, es en espiral y no en línea recta; hay días para adelante y días de un poquito para atrás. También creo que de algún modo me siento mejor en la medida en que más apretada esté; al principio estaba bien fajada y al quitarme los puntos, relajé -literalmente- el apretamiento. A esto se le suma el cansancio; no es lo mismo cómo se sienten dos noches sin dormir bien, que tres semanas sin dormir bien, y una cosa afecta a las otras... Pero tal vez lo más importante, por evitable y porque me enseña una lección, es la falta de respeto a los límites: creer que "no te agaches" es "procura no agacharte demasiado".

Ahora me cuido mejor. De nuevo me siento bien. Confío en estar pronto, como nueva.

Silvia Parque

miércoles, 13 de mayo de 2015

Sed extraña

Un bicho le ha picado a mi sed, y no se me quita con el agua. Debe ser algo grave. Hasta me he reconciliado con el Nestea, con todo y que no es el que fue...

Silvia Parque

El dentista ha sentenciado

El dentista ha sentenciado que debe quitar un pedazo de muela, y restaurar otras cuatro piezas. La extracción no puede esperar mucho porque estoy sintiendo dolor cada día. Esto va a costar un dinerito y va a ser por lo menos incómodo.

Así que, estimado lector, me permito aconsejarle:

Si usted sabe que tiene que atender sus muelas: no lo deje para mañana, hágalo ahora, después será más caro, en más de un sentido. Y si usted es flojo y/o displicente: no caiga en la tentación: no vaya a la cama sin haberse lavado los dientes.

Silvia Parque

Consejos

Un bebé es una especie de imán para los consejos. Hoy me he cortado el cabello, y la estilista me ha aconsejado ir dejando de darle de comer a la bebé por la noche, para que se acostumbre a que la noche es para dormir. A mí casi me suena a sacarla a dormir al patio. Mi niña pasa en brazos todo el tiempo que es humanamente posible, y tenemos la clara intención de hacer de ella una consentida. Ya he oído a las personas que piensan que es mejor que no se acostumbre a los brazos, que es mejor que no le haga mucho caso por la noche, y eso me parece sensato; no lo tomo, pero me parece bien: bueno para otros niños que no son mis hijos. ¿Pero dejarla pasar hambre? Una de mis tías me ha dicho que a sus hijos no los dejaba quedarse chupeteando la teta. Lo entiendo perfecto; yo amo que se quede chupeteando después de comer, que suelte la teta hasta que ella quiera y quedarnos juntitas, ella dormida de satisfacción. Si por falta de gusto o por lo que sea, la mamá retira al bebé apenas ha comido, pues bueno: ya ha comido. ¿Pero dejarle con hambre? ¿Para que nos deje dormir? Nunca.

Así, ayer vi a mi casero y me dijo que es mejor no cargarla mucho -lo que escucho y descarto- y que podríamos salir al parque cuando el clima está agradable, que no estuviera yo muy encerrada. Y caí en la cuenta de que he estado encerrada, no en la casa, sino en la recámara. Tiendo tanto al sedentarismo, que la cuarentena me queda a la medida. No se supone que ande de arriba para abajo, pero un poco de "afuera" es necesario para la salud mental. Hasta hoy por la mañana, había salido tres veces: una vez con mi doctora,  y dos veces con el médico de la niña; la última de esas veces, aproveché para ir al supermercado; salió muy bien porque usé uno de los carritos para discapacitados. Teniendo en mente el consejo de mi casero, y aprovechando los últimos días de mi abuela apoyándome, decidí ir hoy al dentista y a hacer unas compras. Cuando me cansé, nos detuvimos a recuperarnos en un café, lo que redondeó el paseo. Por si fuera poco, al regresar a la casa, me animé a dejar a la niña por primera vez, para ir a cortarme el cabello (tengo la estética enseguida). Al final, es bueno que la gente diga lo que considera atinado; mientras sea con respetito... por ejemplo, la estilista también me aconsejó usar perlas de éter antes de fajarme, para "sacar el aire" del vientre, y en eso sí le haré caso.

Silvia Parque

martes, 12 de mayo de 2015

Buscando

Tomo calcio cada día. 500 mg de la marca de Farmacias del Ahorro. Mi abuela me preguntó cómo sabe, y no pude decirle. "Sabe como un refresco", le dije; pero eso, ¿qué hace saber?

Lo he pensado desde la primer tableta disuelta que tomé. No sé si es un poco ácido, como refresco de lima... Me disgusta no tener la expresión que me hace falta... según yo, el embarazo me afectó la capacidad verbal, y volvería en mí después de parir... tal vez cuando empiece a dormir mejor.

Silvia Parque 

Evolución de mis tostadas

Cuando era niña, mi idea de comer tostadas era exclusivamente comer tostadas de aguacate, aunque en mi casa también hacían tostadas de frijoles.

Cuando era una niña pequeña, solo comía tostadas de aguacate con queso; luego, mis tostadas llevaron también zanahoria. Ya conociendo otros lugares del mundo, mis tostadas dieron paso al tomate (que por acá es "jitomate").

Me gustan más que nunca.

Silvia Parque

La Señoradelseñor

Hoy tocó la puerta la Señoradelseñor. Toca con una piedra, y siempre me pregunto si se habrá detenido a levantarla en el camino, o será la misma piedra de la última vez... de la que también podría preguntarme si habrá sido levantada del camino... porque nunca he visto si la tira o la guarda en su bolso...

Viene a mi triste casa porque no muchos la aguantan. Hace como que pasaba por aquí, y dice que llegó porque yo insistí mucho en que cuando pudiera, pasara un momentito para no sentirme tan sola... A mí me cae en gracia. Tiene cinco hijos y cinco hijas; todos, monadas para presumir si es día de presumir, y fichitas que le secaron la vida, si es día de contar desgracias. De qué sea día, depende de los estímulos que reciba; en cualquier caso, la Señoradelseñor siempre tiene algo de su historia para contar, que deje como poca cosa a lo que acabe de ocurrir; por ejemplo, si hay diez muertos en Pueblomar, a ella se le murieron dos sobrinos que eran como sus hijos, y que valían por diez muertosdehambre. Y es que a ella se le dan mucho los cálculos en cuanto a las personas; tiene tasados a los yernos y a las nueras, y sabe hacer equivalencias. A veces suma peras con manzanas y le quedan mandarinas, pero tiene el cálculo muy practicado.

Silvia Parque

lunes, 11 de mayo de 2015

La violencia obstétrica y los médicos

Sigo en Facebook la página "Yo soy médico #17". Me da la impresión de que cada vez que, en ella, se habla de violencia obstétrica, tanto los médicos como las personas "afines" a la página, responden a la defensiva, describiendo la gran labor que hacen los ginecólogos del país, en un sistema de salud fallido; es común que además, señalen la negligencia de los pacientes y la ignorancia del "público en general". Pero la violencia obstétrica, aunque se ancle en el sistema de salud, también es responsabilidad de cada médico, enfermera o técnico que trata a las mujeres-pacientes, con menos respeto del que debieran (y el respeto que deben es respeto total). Su gremio se enriquecería con disposición para reconocer fallas y carencias.

Silvia Parque

viernes, 8 de mayo de 2015

Artículos extraviados

Todos sabemos que en las casas de los humanos desaparecen los cubiertos y los calcetines. Pero en mi casa, el día de hoy he tomado nota de la no-presencia de mi cargador del celular, de un pequeño pingüino de papel de diseño original, y de una tabla de madera que iba a convertirse en repisa.

Silvia Parque

jueves, 7 de mayo de 2015

Somos como todos

He estado aprendiendo en los últimos años, que lo que aplica para los humanos, aplica para una y para los humanos alrededor de una. Es cosa de eso que se le dice a la mamá convencida de que su chico es algo fuera de este mundo: "sí; todos los adolescentes son vulnerables a la tentación, excepto el tuyo". Así, el alcohólico cree que él sí será capaz de dejar la bebida cuando quiera solamente por desearlo...

Silvia Parque

miércoles, 6 de mayo de 2015

La buena libertad de no justificar

Afortunadamente, crecí. Una de las mejores cosas que le pueden pasar a un ser humano: vivir lo suficiente como para considerar que "está crecido". No digo nada de la madurez, no estoy hablando de lo que un grupo social considere que es "ser adulto"; con "estar crecido" basta para algunas cosas: cumples 18 años, por ejemplo, y puedes votar y hasta ser votado.

Hay quien dice que no hay verdadera libertad porque nadie puede hacer lo que le dé la gana sin consecuencias; es cosa del concepto que se tenga de "libertad". Para mi, ejercer la libertad es de lo mejor que puede pasar al crecer. Y de lo mejor de este ejercicio es que una está exenta de la obligación de justificar sus decisiones. Claro que hay que explicar cosas a la pareja, a un jefe, a un cliente; pero en general, una elige cómo vivir y no tiene por qué justificarlo frente al mundo.

No obstante, cuando se levanta una crítica -de las no solicitadas-, un señalamiento en tono de "corrígete: vive como nosotros decimos", o un alud de sugerencias o una sugerencia solita repetida con insistencia -más si es repetida con superinsistencia-, tendemos a justificarnos: a querer convencer al otro de que nuestro modo tiene tanto derecho como el suyo. Pero, ¿por qué darle espacio a quien no está dispuesto a reconocer nuestro espacio? Si el juego no me gusta, mejor no juego.

Silvia Parque

De esto no, pero de lo otro, sí

A mi niña no le gusta incomodarse. A nadie le gusta; pero a mi niña, menos que al resto del mundo. Y es como la princesa del cuento de La princesa y el guisante, que se incomodó con el guisante debajo de veinte colchones. (Podría pensarse que así son los bebés, pero conozco otros bebés... no he pasado una noche cuidando a ningún otro, pero conozco algunos.) A mi B, parece como si cualquier cambio de una cosa a otra, le incomodara. Pero también es muy resistente; es a prueba de fallos de papás primerizos y mamá poco habilidosa.

Lo que se hereda no se hurta. Unas por otras.

Silvia Parque

El Vendedordepiedras

En la ciudad Mercazul hay mil millones de habitantes. Desde mi ventana solo puedo ver unos cuantos cientos de miles en las caras de unos diez o veinte (porque hay clones de cuerpo y clones de alma, desde que se legalizaron las abducciones de espíritu).

Ahí está el Vendedordepiedras. Era bueno conversar con él, antes de que montara su tienda de piedras. Hablaba de los sedimientos como si fuera la cosa más apasionante del mundo, así que una se interesaba y acababa viendo con interés a las piedritas dispuestas en su caja. Pero puso la tienda, empezaron a tratarlo como experto y ahora se dedica a descalificar las piedras preciosas de los joyeros: que si qué tontería pagar tanto por algo, que si el gusto por el brillo solo nos recuerda que somos primates... unos cuantos miles de amigos le aplauden sus frases medio agudas; como son clones clase B, no les alcanza la memoria para notar que aplauden la misma frase del mes anterior. Porque el Vendedordepiedras es el mayor repetidor de la ciudad; todos son repetidores, pero el Vendedordepiedras, el que más.

Silvia Parque

martes, 5 de mayo de 2015

Mercado libre

Intento comprar en Mercado Libre. A quienes les hago preguntas sobre sus productos, me responden rápido. Sin embargo, cuando me decido, hago click en "comprar" un artículo, y me comunico con el vendedor al correo que me da la página, éste tarda en responder... Supongo que unas horas no cuentan como tardanza, pero como nunca he hecho esto antes, temo no haber hecho lo correcto...

Silvia Parque

lunes, 4 de mayo de 2015

Colecho, crianza en brazos, lactancia materna.- el encuentro con la realidad

Que conste que sigo pensando que lo bueno que se dice del colecho es como se dice y no creo que sea significativamente peligroso; pero como todo, no es para todos y no resultó para nosotros.

A B se le preparó un lugar en la parte central-superior de la cama, sobre una de sus sabanitas. Y no quedó mucho espacio para dos cuerpos adultos. Pensé que esa incomodidad pasaría cuando libráramos la etapa "recién nacida", así que no le di importancia; de cualquier manera no esperábamos dormir muy cómodos por un tiempo... Lo crucial fueron dos sustos que me llevé una noche:
* Primero, despertar y no verla, para descubrir que estaba junto a mí - pegada a mí, con su cara entre el colchón y mi cuerpo; no sé si rodó o yo la habré jalado.
* Luego, descubrir que la había tapado como si estuviera al revés, es decir, le cubrí completamente la cabeza creyendo que eran los pies. Creo que es menos probable que yo permanezca dormida si me levanto de la cama y doy un par de pasos antes de verla.

Ya espero un bambineto que están por heredarle.

Con la crianza en brazos me va mejor, aunque tampoco es como lo imaginé. Amo cargarla y podría pasarme el día echada con ella, solo que:
1. Lo único que parece gustarle más que estar en brazos es estar en los brazos de una persona que esté caminando; recuperándome de la cesárea, esa persona no puedo ser yo: creí que sí hace unos días y mi cuerpo replicó ostensiblemente. Sí puedo caminar, pero no es lo mismo dirigirme de un punto a otro, que ir y venir, una y otra y otra y otra vez. 
2. Mi "baja por maternidad" no puede ser muy extensa: necesito regresar al escritorio y al teclado. Probé tenerla en brazos y escribir solo con una mano, pero no es operativo. Planeo trabajar con ella encima en un fular, pero cuando sea un poco mayor; ahora me da la impresión de que se perdería "ahí" -es tan pequeñita-. Entretanto, aprovecharé la ayuda de mi abuela...

Lo que sí es como en mis mejores sueños es lo de amamantar. Eso da para otra entrada...

Silvia Parque

sábado, 2 de mayo de 2015

Quitarse rápido

Ya no hago berrinches... digamos, berrinches con pataleta. Sin embargo a veces, cuando me enojo o me pongo triste, me estaciono ahí un rato.

Es normal. Pero creo que se puede evolucionar al "no estacionamiento". Sentir la tristeza, sentir el enojo; dejar que pasen. Yo todavía las retengo en el ejercicio sinsentido de tener la razón en lo que más bien habría que pensar qué conviene.

Silvia Parque

viernes, 1 de mayo de 2015

Del cansancio y el estado alterado de conciencia por embobamiento

Entre las "etiquetas" para las entradas del blog, están:
"cansancio" y "exhausta".

Recuerdo que cuando trabajé en administración escolar con tiempo completo por la mañana, y también daba clases por la tarde, sentí que llegué al límite en la capacidad de armonizar esfuerzo y bienestar; podía estar realmente cansada, sobre todo por la sensación de no tener tiempo libre suficiente. El tiempo libre revitaliza.

Recuerdo también que trabajando en la universidad, si hacíamos jornadas extraordinarias por algún evento, me agotaba. Es que a mí no se me da lo de estar de pie, caminar, tratar con gente... lo mío es de escritorio...

Y está el tiempo en que revisaba una pila de trabajos de investigación, toda la tarde y buena parte de la noche, por varios días consecutivos... y el tiempo de apurarme a terminar la tesis porque estaba en el límite de "ahora o nunca"...

Bueno: pues no tenía idea de lo que estaba hablando, con eso de "cansancio"...

¡Vaya que no quiero menospreciar el cansancio del resto del mundo! Hablo solo por mi experiencia: 
Nada es más cansado que cuidar a un recién nacido. 

Puede que tampoco haya nada más bonito... al menos nada tan cansado y tan bonito... Pero el caso es que es de lo más cansado y noto una trampa que lo hace posible: alteración de la conciencia. Creo que vivo bajo el efecto del embobamiento por bebé. Puede dolerme la cabeza de cansancio y si me preguntaran si estoy cansada, diría que "un poquito", porque durante la mayor parte del tiempo, no lo siento: está ahí, mi cuerpo lo vive, pero una parte de mi conciencia opera por encima de él, relegándolo...

Silvia Parque