sábado, 30 de enero de 2021

Cuerpo entero

Ayer, en medio de todo el trabajo del mundo, me di vacaciones. Se presentó la oportunidad y, sin haberlo planeado, me di la tarde y la noche y me sentí feliz -muy consentida- y reconstituida. La última vez fue después de navidad, así que estoy calculando que requiero una escapada al mes...

Tanto entonces como esta vez, me vi de cuerpo completo. En casa no tengo espejos grandes, así que no puedo verme entera. Fue como volver a ver a alguien querido después de mucho tiempo. Me llama la atención que recordé mi imagen de un mes atrás, cuando pude verme de cuerpo entero; pero durante ese mes transcurrido no tuve mi imagen en mente... Cuando iba a casa de mi abuela, antes de la pandemia, sí tenia mi imagen "fresca". O sea: me olvido de cómo me veo.


Silvia Parque

viernes, 22 de enero de 2021

La sertralina y yo

 


Esta es una captura de pantalla de la página de "PLM", una editorial médica (https://www.medicamentosplm.com/Home/AboutUs), en la entrada que dedica a la sertralina.

Cuando estaba en la universidad y empecé a estudiar sobre la violencia, evidentemente me topé con la violencia de género; así conocí una idea que entonces me revolucionó el entramado sobre el tema: el consumo de alcohol no causa la conducta violenta de hombres contra sus parejas mujeres, como era común creer. Una vez que entiendes cómo funciona, parece de lo más evidente; pero si tienes mi edad o más años, habrás crecido escuchando que Fulano le pegó a su novia o a su esposa porque estaba borracho. Me recuerdo como de 19 años, leyendo que una persona tan borracha como para realmente no saber de sí, no tiene capacidad motriz para pegar -y atinar-; el borracho está desinhibido, pero ningún borracho come lumbre y, en todo caso, el hombre que sabe qué efecto tiene el consumo de alcohol en él y lo consume, está decidiendo ponerse en la situación de vivir ese efecto -si no puede evitar consumir, sí podría evitar consumirlo estando con su pareja-.

Siempre pienso en eso en relación con mi necesidad de sertralina.

Una tarde, hace como dos años, llamé al número de emergencias porque no podía más. Mi hija lloraba y yo estaba a punto de estallar. Me dieron una excelente atención de primeros auxilios psicológicos y casi al colgar comencé a buscar un psiquiatra o un neurólogo para hacer una cita. Ya había ido con un neurólogo años atrás; me diagnosticó Trastorno de Ansiedad Generalizada, me recetó medicina carísima y yo salí de un hoyo de aquel momento. Esta vez, la receta fue mucho más accesible: neupax y sertralina; pero el neupax me duerme y eso no es compatible con cuidar una niña y trabajar, así que solo tomo la sertralina. Luego, B tuvo su propia receta y estuvimos bien... Tan bien, que a veces olvido cuánto necesitamos, las dos, tener lo que nos han recetado.

A veces, me quedo sin sertralina un par de días y no pasa nada; pero esta vez me quedé sin sertralina como una semana y coincidentemente, B se quedó sin lo suyo. Malo. Muy malo. Ella de lo más irritable y yo de lo menos paciente al mismo tiempo. Le grité en más de una ocasión cada uno de estos tres días. Cada vez me disculpé con la consciencia de que la disculpa, cuando no hay cambio de conducta, es manipulación: cada vez sentí que "me ganaba" la desesperación. Le pedí a gritos que por favor dejara de quejarse y de llorar. ¿Y saben cuánto le hace daño la sobrecarga sensorial a una niña autista? Bastante. ¿Y saben qué tanto sobrecarga sensorialmente una mamá gritando? Mucho. Gritar es maltratar por más que lo hayamos normalizado. Si yo necesitaba gritar, podía salir unos segundos y gritar al aire, pero todavía no consigo construir ese muro infranqueable que me impida el grito, como sí hay un muro infranqueable que me impide pegar -ni se me ocurre, vaya: no tengo que proponerme no hacerlo porque no está en mi universo de posibilidades-.

Habrá ese muro, como que me llamo Silvia. Y no vuelve a faltar sertralina en esta casa, haya que hacer lo que haya que hacer.

Silvia Parque

martes, 12 de enero de 2021

Economía doméstica

Una configuración de variables me convirtió en una persona que economiza súper bien en cuanto a la comida. Me hace sentir satisfecha de mí misma, aunque me queda claro que a mi mamá le daría pena verme envolver el picadillo que salió del burrito de mi hija para llevármelo. ¡Pero le preparé un huevo increíble con ese picadillo!

Me molesta desechar lo comestible, así que trato de no hacerlo. ¿Ramitas de las espinacas?, ¿un bocado que sobró? En algo podrá aprovecharse; por ejemplo, en un caldo. ¡Amo los caldos! Son de lo más barato, sustancioso y nutritivo. Teóricamente, podrías hacer un caldo con agua y un pedazo viejo de cebolla... no saldría bueno, pero podrías. 

Nunca necesito los ingredientes exactos o completos para preparar algo; tal vez lo preparado ya no pueda nombrarse "X", pero será comestible y a veces la nueva versión es realmente buena. Me asombra todo lo que lamenta, el papá de mi hija, no tener un ingrediente u otro cuando va a cocinar.

Silvia Parque

miércoles, 6 de enero de 2021

Muy regaladas este Día de Reyes

Nunca en la vida había estado tan ocupada como ahora, por eso hace tanto que no escribía aquí; pero esta es como una "mi casa" virtual, un espacio muy mío. Una vez alguien dijo que era como un diario público y no en mi caso, pero entiendo esa impresión porque aquí vuelco intimidades. El caso es que es aquí donde puedo y quiero publicar lo MUY FELIZ Y AGRADECIDA que estoy por el desarrollo de B; no solo aquí, sino con ustedes, mis amigos blogueros, que tanto cariño nos han dado.

Como saben, B tiene Síndrome de Turner. Hace ya años, cuando su pediatra endocrinóloga indicó iniciar el tratamiento con hormona de crecimiento, no respondió bien y, como a pesar de la disminución en el ritmo de crecimiento seguía creciendo, la doctora consideró prudente suspender las inyecciones y esperar. Luego, vino lo que podríamos llamar el "shutdown" que nos llevó al diagnóstico de autismo, así que pensamos que era mejor no agregar el elemento hormona a lo que estaba viviendo, dado que, gracias a Dios, seguía creciendo.

Ayer la llevé al consultorio particular de la doctora porque ya tenía más de un año sin que la viera presencialmente. Con la pandemia se suspendió la atención que recibía en el sistema de salud pública y habían pasado como nueve meses de una consulta telefónica. Yo sabía que crecía por la ropa y los zapatos; pero ¿sería significativo?, ¿suficiente? ¡Pues crece bastante! Los genes de la familia de su papá le ayudan con la estatura; pero por esa vía o la que sea es Dios encargándose, como se encarga siempre de todo lo que pongo en sus manos

La doctora me advirtió que, en general, como a cualquier niña con ST, estaría indicado hormonarla; pero sugirió seguir esperando porque su tamaño la coloca en el percentil 75 de niñas con ST . Eso la deja en el percentil 5 de niñas sin ST, pero ser la más bajita de su salón no es discapacitante. Por lo demás, sus varios exámenes -análisis de sangre- dicen que es una niña saludable. Y siempre recuerdo la lista de las comorbilidades posibles, de todas las complicaciones de salud recurrentes en las niñas con ST, que ella no padece.

De Dios es la honra, la gloria y el poder.

Silvia Parque