jueves, 30 de octubre de 2014

Pensarlos vivos

"Para mí no están desaparecidos, para mí fueron raptados
por los uniformados que son policías muncipales de Iguala, Guerrero".
Emiliano Navarrete, padre de José Ángel

Ayer por la noche oí la conferencia de prensa que ofrecieron los padres de los estudiantes de Ayotzinapa, desde un Centro de Derechos Humanos. [AQUÍ hay una recopilación de frases relevantes.]

Lloré las dos veces que oí a los padres hablar de encontrar con vida a sus hijos. Estoy más llorona que de costumbre, así que no sé si es para llorar, pero sentí que se me hundía algo adentro. La exigencia de encontrarles con vida, en mi caso como entiendo que en el de otros tantos, es cuestión de principios. Deberían estar vivos, por lo tanto, se exige recuperarlos con vida. Pero ni esos otros tantos ni yo suponemos que estén con vida; sobre todo después de conocer presuntos dichos de implicados. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que otra tanta gente puede efectivamente esperar que regresen con bien a sus casas, y aunque yo pienso que todo es posible, no es lo que creo que pase en este caso particular. Ojalá me equivoque. El caso es que pensar en la esperanza real de padres y madres que todos los días se preguntan si su hijo estará comiendo, si le estarán maltratando, que todos los días tratan de dormir con la falta del abrazo que necesitan dar, me parece la cosa más triste del mundo.

Silvia Parque

miércoles, 29 de octubre de 2014

Lealtad incómoda

La lealtad incluye que te mantengas del lado de las personas con quienes estás, así sea incómodo, sea injusto para otros, o no te parezca bien cómo se están portando las personas con quienes estás. Por eso hay que cuidar mucho donde construimos lealtades; pueden salir muy caras. Yo prefiero quedarme con lo indispensable -tal vez inevitable-: la familia en primer lugar, las amistades hasta donde llega cada amistad, y las relaciones laborales o de negocios, que son mucho más simples que las anteriores.

En el trabajo se trata de mantenerte decente, y desarrollar prudencia a la luz de la cultura organizacional. Con los clientes es cosa de respetar acuerdos, incluidos los implícitos. En los dos ámbitos puede haber complicación, pero creo que no se compara con lo que pasa en la amistad o en la relación familiar. Con los amigos y la familia, sí que puede ponerse complicado. Supongamos que una mujer queda en medio de una pelea entre su esposo y su hermano; personalmente, piensa que su hermano tiene razón y que además, su esposo ha sido grosero. A mi juicio, haría bien en tratar de demostrar su punto de vista ante su pareja, pero su lugar es junto a él, a pesar de lo que sienta. Evidentemente, no hablo de asuntos delincuenciales o criminales.

Permanecer leal a alguien, no significa participar con esa persona en lo que esté planeando o haciendo; significa estar a su lado con disposición a apoyarle en lo que no quebrante nuestros principios (la primera lealtad es con una misma).

Silvia Parque

Las manos suaves

Como todo el mundo sabe, no nací para las tareas domésticas. Pero me di a la tarea de dejar habitable la recámara, lo cual significó: ordenar la ropa, limpiar dos muebles y barrer el piso. Nada más. Para que se entienda mejor el tamaño del trabajo, la recámara debe tener unos diez metros cuadrados. Antes de eso, había lavado a mano cinco pares de calcetines, un top y un brassiere. Nada del otro mundo; pero mis manos están deshechas. Traté de devolverles la normalidad con una exfoliación rápida, usando el viejo truco del shampoo con azúcar, y no funcionó. Tengo una crema para manos con la que he estado conforme, pero también me ha fallado. Escribo disfrutando la suavidad de las teclas, y sintiendo mis dedos rasposos cuando me detengo. Una pequeña desgracia.

Silvia Parque

La mesera X

Desayuno con frecuencia en un restaurante económico cercano a mi casa. Sus enchiladas verdes y chilaquiles verdes, son muy de mi gusto. Antes, comía de vez en cuando ahí -quiero decir, a la hora de comer-; pero fui haciéndolo cada vez menos, y antier que fui, me perdieron con un agua que me supo a jabón, y una milanesa con empanizado demasiado grueso y aceite escurriendo. Pero sus desayunos, me gustan.

Como he dicho antes, el servicio en esta parte del mundo, tiene otros parámetros. En mi rancho, se trata al cliente lo mejor posible, y se entiende que el negocio -cualquier tipo de negocio- está en función de las necesidades de quien paga por el producto o servicio. Acá, no. Después de pelearme, molestarme, e incomodarme con esta expresión de la cultura queretana, la acepté. Considerando, pues, los parámetros de acá, el servicio de este lugar donde desayuno con frecuencia, está bien. Excepto cuando toca atención de la mesera X.

La mesera X no sonríe, y cuando dice sus breves líneas, las suelta en forma mecánica, de modo que quedan apabulladas por su mirada de fastidio. Si hay que interactuar para pedirle algo, parece que una es un niño malcriado, y ella, una maestra regañona. A veces, parece estar de mal humor, y a veces, nada más no parece de buen humor. (Según yo, aumenta la probabilidad de que me atienda otra persona, si me siento adentro del local -tienen mesas afuera-.) Al principio, me caía mal; pero la he visto tantas veces, que ya no me cae mal. Me ha tocado verla atender otras mesas y he podido confirmar que la cosa no es personal. Hasta parece que se esfuerza, pero es como si se esforzara por soportar, no por "hacerlo bien". Hoy la vi interactuar con sus compañeros. No tiene un trato agradable, y los demás responden a eso. Me causa curiosidad qué hace ahí. Tendrá necesidad del dinero, no habrá podido conseguir otro trabajo... Ojalá que acabe en un lugar donde pueda estar a gusto.

Silvia Parque

martes, 28 de octubre de 2014

Diminutivos

Hoy supe que "Larry" es un diminutivo de "Lawrence"... Tan bien que puede sonar "Lawrence".

En español, voto por agegar "ito" o "ita" al nombre, para convertirlo en diminutivo: "Anita", "Danielita". Ya se verá cuando sea muy ridículo llamar "Rodriguito" a un muchacho de 1.79. Pero los nombres que sustituyen al nombre, no me gustan. "Beto" le quita la elegancia a "Roberto", "Alberto" o "Rigoberto". ¿Qué es "Toño" comparado con "Antonio"? O "Pancho", "Paco" o "Quico", comparado con "Francisco". En mi gusto, solamente se salvan "Teté" para Esther, y "Lola" para Dolores.

Luego está la práctica de "cortar" los nombres. En ese caso creo que no se oye mal, y que se logra el toque cariñoso de la familiaridad, pero que también nos privamos de la belleza del nombre completo. Compárese "Lety" con "Leticia" o "Gaby" con "Gabriela".

Silvia Parque

El contento contrafantasmas

He concluido que cuando te afecta negativamente, lo que hace o deja de hacer una persona con la que ni tienes relación ni quieres tenerla, es que no estás suficientemente contenta. No es que estés frustrada o amargada; pero suficientemente contenta no has de estar, porque cuando una está suficientemente contenta, ni se fija en quien no le importa. Por supuesto, esto no aplica si la persona te hace algo que objetivamente afecta tu integridad, tus cosas o tus relaciones; o sea: no estoy hablando de ex parejas acosadoras o de ex compañeros que lancen campañas difamatorias en tu contra. Hablo de cuando terminas una relación de cualquier tipo con alguien, de modo que preferirías no volverle a ver, pero por chismosa o por azar, te enteras de cosas suyas y te disgusta que le vaya bien o que continúe por su cuenta con planes que hizo contigo o que pretenda hacerse pasar por alguien que no es, o lo que sea. Si te disgustas, te implicas; si te implicas es que te sigue importando y si te importa, te mantienes "psicológicamente" en una relación en la que no querías estar. ¡Una relación que ya no es!

No podemos controlar la sensación y al sentimiento podemos darle cauce, pero tampoco ejercemos pleno dominio sobre él. Si te enteras de que el mal jefe que estuvo abusando de ti, ha sido promovido, es esperable que los ojos se te vayan hacia arriba y frunzas el ceño. Quisiéramos que el mundo nos hiciera justicia, poniendo a todos en el lugar que les corresponde, a partir de lo que nos han hecho o dejado de hacer. Pero si te enteras de que el mal jefe lo que acabo de decir, mientras te entregan el premio mayor de la lotería, ni los ojos ni el ceño van a ocuparse del asunto. A lo mejor piensas o dices "¡Que le den!", pero con la sonrisa de millonaria, intacta. Si estás suficientemente contenta, no te afecta.

Según yo, si logramos una condición de bienestar estable -lo que no es igual a estar siempre sonriente-, creo que conseguimos liberarnos de las personas del pasado, cuya presencia no queremos ni en la mente. Aunque una "condición de bienestar" no es igual que el "contento", la alegría y el gusto son muy útiles para conformarla. Estar contenta te protege de los fantasmas: te hace inmune a su poder.

Silvia Parque

Sobre los derechos reproductivos del hombre y lo no legislable

ESTE texto habla sobre los derechos reproductivos del hombre. En resumen dice que en tanto se asume que un hombre tiene responsabilidad sobre el producto en caso de embarazo, debe tener un derecho equiparable al que tiene la mujer de renunciar a la maternidad (donde es legal el aborto). Se asienta que es injusto que la mujer pueda decidir por su cuenta abortar o dar al niño en adopción sin considerar al hombre, siendo que si decide continuar con el embarazo, también sin tomar en cuenta al hombre, este deberá asumir responsabilidades al menos económicas.

El autor, Carlos Rodríguez, inicia con "Quería comenzar esta entrada declarando abiertamente que soy pro-elección. Es decir, estoy a favor del aborto". Luego deja claro que su texto no se trata del tema "aborto sí o aborto no". Me parece que tiene sentido su inicio y hago lo mismo: declaro abiertamente que soy pro-elección; estoy en contra del aborto, pero a favor del libre y seguro acceso al aborto. Y esta entrada no se trata de "aborto sí o aborto no", sino de la situación del hombre, eventualmente el padre, en esto de decidir sobre los hijos a tener.

Me parece que el curso de la civilización nos ha hecho llevar al ámbito del Derecho cuestiones que se tramitarían mejor en el ámbito de lo privado y de los afectos. Difícilmente se podría dar marcha atrás, por lo que ahora tenemos que quebrarnos la cabeza para ver cómo creamos leyes y normativas aceptables. Creo que esto es un derivado de la fantasía moderna de que podemos controlar todo, de modo, por ejemplo, que logremos "hacer justa" la vida, en un entendido de justicia un poco, por decirlo así, "chato".

No voy a ser original plantando las siguientes situaciones; supongo que muchos lo habremos hecho, ante lo que viven los conocidos, lo que se ve en la televisión, lo que sabemos que pasa o suponemos que pasa por ahí:

Un hombre es de algún modo engañado por una mujer, y acaba siendo padre sin haber querido. Hay múltiples variantes: la mujer es una desconocida, es su pareja nada más sexual, es su pareja estable, es su esposa con la que tiene diez años casado. El engaño ha sido que ella le ha dicho que toma la píldora o que son sus días no-fértiles o que no se preocupe de nada y que no se volverán a ver... En cada caso caben multitud de posibilidades, las circunstancias pueden ser de lo más variadas y lo que se dice y hace tiene diferentes significados, dependiendo el contexto. Pero supongamos el caso de la mayor inocencia por parte de él; supongamos que él ha usado un condón que ella, como villana de telenovela, ha pinchado sin que él se dé cuenta; luego lo confiesa, así que ni siquiera hay duda: no ha sido "un accidente". Supongamos por ponerle más pinta de abuso, que ella es una mujer hecha y derecha, de treinta años, mientras que él es un joven inexperto de veinte primaveras. ¿Es injusto que él tenga ahora la responsabilidad de la mitad de la manutención de un hijo que ella planeó sin tenerle en cuenta? Porque se le puede agregar hasta que lo planeó para "sacarle dinero". Pues sí: sería injusto.

Deberíamos seguir pensando en estas cosas para ver cómo la legislación puede proteger a todos, hombres y mujeres. Pero no supongamos que lograremos, con instrumentos humanos, "imponer justicia" en todos los casos. ¿Es injusto que en una pareja donde ambos engendran un bebé, ella sea la que sienta las náuseas -o la mayor parte de las náuseas- en el embarazo? Depende de cómo se mire... a lo mejor es que no es cosa de justicia o injusticia, o que estamos entendiendo mal qué es "lo justo". Puede decirse que en este caso se trata de algo "natural" y que, lo que se desea "hacer justo" es lo relacionado con los actos y el comportamiento. Pero es que, nos guste o no, en los actos y el comportamiento hay mucho no racional y no voluntario, que no es justificación para lo reprobable, pero que simplemente no es legislable.

Silvia Parque

sábado, 25 de octubre de 2014

El verdadero cansancio

Es más fácil seguir adelante frente al hambre o el dolor, que con verdadero cansancio. A menos que el hambre o el dolor lleven al casi desmayo, es el verdadero cansancio el que llega a desconectar el cerebro.

Silvia Parque

Responder con la identidad

DICE el Primer Ministro de Canadá, a propósito del reciente atentado en Ottawa
En los días que siguen habrá preguntas, enojo, y posiblemente confusión. Esto es natural; pero no podemos dejar salir lo peor de nosotros [...] Quieren que nos olvidemos de quienes somos, pero no lo olvidaremos [...] nos veremos inundados con fotos y videos mostrando lo que pasó hoy; pero hay uno en particular que todos deberíamos recordar: la imagen de canadienses ayudando y protegiendo canadienses. Eso es quienes somos realmente y quienes debemos seguir siendo.
Silvia Parque

"¿Y si fuera tu hijo?"

En estos días de protestas, abundan las consignas. Puede ser chocante, entre otras cosas, porque a veces repetir mucho algo, lo vacía de contenido. Pero hay una que me parece especial: "¿Y si fueran tus hijos?"

Pueden importarnos la libertad, la dignidad, esto o lo otro; podemos sostener y defender principios por una cuestión ética, por ideología, por mera necesidad existencial; pero muchos están ocupados en cosas muy prácticas, en llevar comida a la casa, en lo que pasa en su alrededor más cercano; no están para reflexión ni para batallas; sin embargo, hasta los que menos quieren verse enredados en manifestaciones, hasta los que piensan que para cambiar el país lo que hace falta es que cada cual se ponga a trabajar, ¿no se estremecen de pensar "y si fueran tus hijos"... tus hermanos, tus sobrinos, tus amigos?

Si tu hijo fuera "levantado" por policías y ninguna autoridad te dijera qué pasó con él, ¿te sentarías a esperar con calma que lo busquen? Y si un mes después siguieran "sin encontrarlo", ¿seguirías sentado? Y si hubiera quien "vio" que los policías entregaron a tu hijo a criminales, ¿pedirías amablemente, a quien corresponda, que por favor te diga algo? ¿Le pondrías más ganas al trabajo, pensarías en terminar la prepa y empezarías a leer media hora al día, porque eso es lo que va a sacar adelante al país?

Qué bien que el mundo se alarme porque han desaparecido estudiantes en Guerrero. Ojalá que nadie con buena voluntad se atreva a decir que "en algo andaban metidos", como se ha dicho de tanta gente asesinada, o de la que no se sabe qué pasó... Cómo si el hecho de que "en algo anduvieran metidos", dispensara el abuso y la violencia, o la ineptitud del Estado. Pero habría que notar que los desaparecidos en el país son miles. Habría que recordar que las historias de terror han sido una tras otra, archivadas y olvidadas. Sergio Aguayo relata AQUÍ, el caso de 400 desaparecidos en Allende, Coahuila, en marzo del 2011. La cifra parece un error de dedo al escribir. Ya es impactante que 400 personas desaparezcan; aterra que no pase nada porque hayan desaparecido.

Vivos los queremos.  

Silvia Parque

viernes, 24 de octubre de 2014

En todos lados

Antes de irme del gran rancho donde vivía, me cansé de oír que "en todos lados pasan cosas". Pasarán cosas, pero no las mismas, ni de la misma manera. Es una falsedad peligrosa porque normaliza lo que esté pasando, en función de que "pasaría en cualquier lado".

Las personas suelen creer que lo que hay donde viven, bueno, malo o neutral, está en todos lados. Se quita conociendo personas y conociendo lugares. Conocer lugares es más difícil porque no cuentan los viajes tipo-turista, en los que nada más se pasea por la zona bonita. Lo que sí cuenta es conocer personas confiables que conozcan otros lugres.

Silvia Parque

La tapadera al revés

Fui por un licuado de fresa. La mujer que me atendió, lo sirvió en un vaso desechable, que tapó con la tapadera al revés. No es la primera vez que veo que alguien lo hace así, pero esta vez me doy cuenta de que queda mucho mejor tapado. Herméticamente tapado. Sé que sí está al revés, porque la tapadera tiene palabras que quedaron hacia abajo. Pero si es mejor así, ¿está al revés? Tenemos una visión tan cartesiana que "al revés" significa "mal".

Tantas cosas en la vida se dan o se hacen "al revés"...

Silvia Parque

jueves, 23 de octubre de 2014

Unas cosas y otras cosas

Están los miedos de "cosas" a las que hay que temer, y los miedos de "cosas" a las que no habría que temer. De estos últimos, yo tengo experiencia en relación con miedos asociados a experiencias con personas. Hay quien teme, por ejemplo, al rechazo, y no se anima a presentar propuestas, tal vez amorosas, tal vez de negocios. Yo he temido encontrarme con personas que me lastimaron; en algún momento temía hasta encontrarme con escenarios y objetos varios asociados a la lastimadura, así que vamos de gane. Hoy me encontré con ese temor otra vez, después de mucho tiempo de libertad. Me digo: "estoy en otro momento" y me ocupo de lo que estoy haciendo...

Silvia Parque

Día del médico

Todos tenemos historias con médicos: de terror, de comedia negra, de drama... pero también hay historias de amor. Creo que el amor es básicamente desear y hacer lo bueno para otro, y que si bien cada cosa puede hacerse con amor, el ejercicio de algunas profesiones donde se trabaja con personas, deja ver con más claridad el acto de amor. Y ahí están los médicos, escuchando, pensando, cuidando, aliviando. Qué bendición pueden ser en la vida de los demás. ¡Gracias, a ellos y a ellas!

Silvia Parque

Mover las cosas: estampa en la librería


Supongamos que hay un sitio donde "desaparecen" unos muchachos y se les supone muertos. Ahora supongamos que en la búsqueda, encuentran cuerpos y más cuerpos, pero no son los de ellos. En México, no es raro. Ni es raro que entre los criminales estén las personas a cargo del gobierno y del orden. Lo verdaderamente inusual sería que la indignación se mantuviera hasta que el asunto se "resuelva" y estaremos rayando en el milagro si hay acciones civiles estratégicas que verdaderamente "muevan" las cosas.

Pero ayer fui a la librería y la encargada hablaba con una jovencita, al parecer familiar suya. La joven, universitaria -por lo que me enteré escuchándoles-, le contó que no habría clase al siguiente día porque pararían actividades en apoyo a las protestas. La mujer de mayor edad dijo: "qué barbaridad, tanto tiempo que están perdiendo". Al rato, la joven le contó de un estudiante muerto en el Festival Cervantino, en Guanajuato: "dicen que lo mataron los policías, pero yo no creo; seguro estaba drogado". La encargada -la mujer mayor- tampoco creyó la acusación.

Silvia Parque

miércoles, 22 de octubre de 2014

Alguien como la Maestra Lucy, para estos días

"La fuerza es el derecho de las bestias".

Creo que AQUÍ hablé por primera vez de este incidente en el que mi maestra de Español fue una estrella. En realidad, no recuerdo si el curso era realmente "Español" o algo como "Literatura". La recuerdo a ella y cosas importantes que aprendí sobre lo que se había escrito en el mundo. Tuve muchos malos profesores, pero un puñado de excelentes maestros por los que valió la pena haber pasado exactamente por esas escuelas con butacas en mal estado.

La recuerdo a ella porque es para no olvidarse. Llegaba cada día a hacer bien su trabajo y a educarnos con el ejemplo. Creo que tenía el respeto de todo el grupo porque hacía algo muy raro entre las personas adultas: nos veía y nos trataba, ella a nosotros, con verdadero respeto. Las prácticas autoritarias están tan arraigadas en nuestra cultura, que las personas no se dan cuenta de cómo son irrespetuosas con quienes están de algún modo sujetas a su autoridad. Los adolescentes huelen esta falta de respeto que tampoco pueden identificar claramente porque son parte de la misma cultura. Y responden. Así nosotros, en esa escuela, hace muchos años.

Habíamos sido castigados por algo que hizo uno solo, si bien rodeado por unos cuantos que le festejaron el chiste. Fue injusto para todos los que ni siquiera vimos qué había pasado, pero era una práctica disciplinaria efectiva.

El castigo era una leyenda escolar que todos conocíamos y lo administraba un profesor que era malo enseñando, pero que servía para inspirar miedo. Ahora me queda claro que había goce en ese miedo del que hablábamos con emoción y que hubo cierto encanto en vivir el temido y famoso castigo.

En el marco de esta experiencia, el Director irrumpió en nuestra clase de Español. No recuerdo qué dijo; pero sí recuerdo la expresión enojada en su cara y mucho más recuerdo la expresión corporal de los muchachos que se sentaban atrás y se echaron hacia adelante, el gesto de varios de nosotros a punto de abrir la boca. Entonces, nos vio la Maestra. Puedo asegurar que nos vio a cada uno; no sé cómo hacía eso pero era capaz de hacerlo en la misma mirada, al mismo tiempo.

Habría que decir que la Maestra Lucy tenía una mirada mágica.

Llegaba todos los días a escribir una frase notable en el pizarrón y a dar la misma instrucción: "Cópieme y parafraséeme en un minuto, por favor" (una amiga la imitaba y le quedaba igualito). La clase seguía con lo que hubiera que hacer, a menudo algún ejercicio escrito; cuando estábamos en eso, mirando nuestros cuadernos, si quería llamarnos usaba su mirada. A veces era suficiente con eso. Volteábamos e íbamos. A veces, debía inclinar un poco la cabeza y usaba su dedo índice para hacer la señal de "ven", hasta que volteábamos. Supongo que hay que decir, que a menudo contaba con el apoyo de las miradas expectantes de todos los que sí se habían dado cuenta que estaba llamando a alguien. Así que ahí estaba ese alguien, siendo mirado por dos, cuatro y luego diez personas, hasta que lo sentía.

Ese día su mirada fue más poderosa que nunca, con su dedo llamándonos a leer las palabras en el pizarrón. Pocas veces he vivido tan a flor de piel lo que pueden hacer las palabras en los cuerpos. No sé cómo se sintieron los demás porque ni siquiera se habló del asunto: tan completamente lo "arregló" ella. Pero creo que nos sentimos fuertes en el silencio, nos sentimos superiores portándonos como gente de razón. Le ganamos sin pelear a esa persona que no nos había tratado con respeto. Sé que es una conclusión infantil, pero teníamos catorce años.

Ojalá siguiera tratándose de cosas así: "de ganar", de sentir que queda puesta la razón, de algún modo, en algún lado. Cuánto me gustaría que hubiera alguien señalando la frase correcta detrás del líder autoritario para quitarle su poder y poner las cosas en su lugar: poner a los grupos tratados con injusticia por encima de lo que está mal. Es tan otra cosa cuando el poder es tal y tanto, que mata y arrasa. Pero quiero seguir creyendo que es posible no entrar en la dinámica de pelear con el mismo tipo de fuerza que usa quien empezó a aplastar.

En aquel ciclo escolar -a lo mejor en el siguiente-, ese profesor que enseñaba mal y nos intimidaba, fue detenido por violencia doméstica y la nota con su foto salió en el periódico. Alguien o algunos sacaron copias de la nota y la pegaron por toda la escuela. En ese entonces me pareció un acto "feo", pero no "malo". El hombre se ufanaba con nosotros de sus infidelidades o de tratar con rudeza a su hijo pequeño. Así que cuando vi que se le señalaba, la verdad es que me dio algo de gusto. ¿Quién espera que salga algo bueno donde se siembra amenaza?

Las personas responden. Los grupos responden. Los pueblos, a veces, también. Y es tan poco natural de un colectivo responder con lo mejor de la inteligencia, que da miedo contemplar tanta necesidad de responder.

Silvia Parque

Vivos los queremos

Hoy es un día más, rico en manifestaciones de apoyo a la gente que busca a su gente en este país donde pueden desaparecer a decenas de un golpe, porque pueden. Es otro día para sumarse a la indignación por esa violencia que no es parte de la vida, sino fermento de descompostura.

Es un día para tomar la opción de decir algo, aunque sea algo tan breve y con tan poca profundidad como esto, solo para honrar a los que sí han dicho cosas por las que se les ha dado muerte. Un día para recordar al que desapareció y a los que fueron asesinados sin que nadie hiciera marchas o parara actividades por ellos.

Si no entiendes porqué usamos tanto la frase "todos somos", es un día para preguntártelo desde el corazón. (Tal vez comprenderlo cambiaría el mundo)

Vivos los queremos.

Silvia Parque

martes, 21 de octubre de 2014

Nueces

En mi tierra hay nueces; hay nogales, pues; por tanto, hay nueces. En invierno había trocitos de nueces en los ponches.

El proceso de pelar nueces es mucho menos difícil que el de pelar piñones. Pelar piñones es la cosa más difícil del mundo, entre los diversos procesos de pelar algo. Pero las nueces son más comunes, por lo que es más común lidiar con la necesidad de pelar una nuez, y yo a veces llego al colmo de la debiluchez.

Comprar nueces sin cáscara es más caro; pero, además, tiene su encanto tenerlas completas. Supongo que me gustaría, como cuando era niña, pelar un par, y que alguien más pelara las demás.

Silvia Parque

Sobre considerar la adopción

Ojalá fuera tan sencillo como esos reactivos en los exámenes escritos, en los que hay que unir una frase de una columna, con un término en otra columna. Si hay niños sin papás, y personas que quieren ser papás pero no pueden tener niños, una se pregunta porque no está habiendo el abrazo correspondiente.

Hay que tener claro que entregar a un niño o niña en adopción no puede ser tan sencillo como regalar arbolitos en la plaza, confiando en que serán plantados y cuidados porque las personas dicen que lo harán. Tampoco debería ser un calvario de burocracia. Ojalá se revisaran continuamente, con mucho cuidado, los criterios con los cuales trabajan las entidades públicas y privadas que tienen vela en el asunto.

Creo que no hay amor más grande, más parecido al Amor con mayúscula, que el que nace y crece en la maternidad y la paternidad. Estoy convencida, por eso mismo, de que la decisión de tener hijos, y todo lo que hay alrededor de ella, debe ser completamente libre, y tratado con el mayor de los respetos. Creo también, que la decisión de continuar un embarazo, previendo dar a la criatura en adopción, es una decisión de amor que merece todas las bendiciones por parte de todo el mundo -aunque la bendición no sea algo que haya que merecer-. Y por supuesto, no es menos amoroso tomar como propio al hijo que está ahí. Tal vez, el modo no ordinario en que llegan estos niños a las vidas de sus papás, haga extraordinario el amor de los papás que han adoptado.

Sí entiendo porqué algunas personas con problemas para concebir, no consideran adoptar. Nada es para todos. He escuchado a algunas mujeres comentar que no se imaginan llegar a querer al niño adoptado como a un hijo suyo. No lo juzgo. En cosas de querencias no se manda, y lo que no es, no es. Pero a mi corazón sí le parece extraño. Porque desear vivir un embarazo es normal, y también es normal querer participar del extraordinario proceso por el que tus genes y los de otra persona, bla, bla... Pero lo que se juega en el embarazo, por más increíble que sea, es el preludio para amar al hijo toda la vida, no para maravillarte de que tenga los ojos del papá, sino para comprometerte con su educación, para esforzarte por darle lo que necesita, para abrazarlo con todo el amor del que seas capaz; para eso no se necesita haberlo llevado en el vientre, ¿y no es eso -o su equivalente-, lo que está deseando vivir, quien quiere ser papá o mamá?

Silvia Parque

Día del orden

El estudio es un caos. Hay cosas sobre el suelo -que no van en el suelo-, demasiadas cosas sobre la mesa de trabajo, y se acumuló una multitud de tickets y papelitos diversos que deben ir a la basura.

Mi agenda, afortunadamente, tiene con qué llenarse de actividades en relación con compromisos de trabajo; pero está vacía porque no hizo falta usarla, en la reciente temporada de un par de cosas por hacer y una cita a la semana.

Así que ha llegado el día del orden. Lo he mentalizado desde el fin de semana: martes.- ordenar el estudio y la agenda. Martes, día del dios romano de la Guerra. Hará falta música, y limonada.

Silvia Parque

sábado, 18 de octubre de 2014

Después de cinco días sin internet

Después de cinco días sin internet, aprendí que el mudo material está bastante bien, también. Y confirmé que  lo mejor de estar conectada es la cercanía con las personas.

Silvia Parque

domingo, 12 de octubre de 2014

Arreglatodo

No deja de sorprenderme el modo en que Dios me saca de apuros; de cualquier clase. Hay personas a las que una sabe que puede llamar cuando pasa tal cosa o tal otra: en lo personal, puede ser el pariente que te va a apoyar así esté a cientos de kilómetros de distancia; pero en otras cuestiones, está por ejemplo esa persona que podría reparar prácticamente cualquier cosa, que si no tiene la herramienta adecuada, se las va a ingeniar con lo que encuentre por ahí, y si nunca había visto un artefacto como el que se ha descompuesto, eso no le impide desarmarlo, averiguar qué hay que hacer, y hacerlo. Conozco a alguien a quien se le puede encomendar cualquier tarea del tipo llevar y traer (que lo hará puntualmente, con cuidado, y si no encuentra lo que se le pidió en donde se le dijo que estaría, buscará dónde encontrarlo). Es genial que haya gente así. Pero unos son buenos para una cosa, y otros para otra, todos fallan alguna vez, y además una no puede estar pidiendo varios favores consecutivos, al menos, sin que se dé una situación incómoda. Están por supuesto, los que sacan de apuros porque se les paga por hacerlo, pero cuando el apuro es grande, suele incluir apuro por pagar para salir del asunto. Dios, en cambio, es un arreglatodo amoroso perfecto, siempre dispuesto.

Silvia Parque

sábado, 11 de octubre de 2014

Lo mismo que lleva a un lado, hace girar para el otro

Estoy cansada, y trabajo. Es un proyecto realmente interesante que disfruto; pero ahora mismo, no podría sino llamarlo "trabajo", porque estoy cansada y sigo en ello, en función de que tengo un compromiso de entrega, y sobre todo, en función de cuánto ese compromiso se relaciona con el dinero que recibo a cambio del trabajo.

Es curioso: tengo que ocuparme de esto justo en este momento -ya no se puede dejar para después-, porque circunstancias fuera de mi control -al menos, fuera de lo que percibo bajo mi control-, me impidieron ocuparme de ello antes. Pero esas mismas circunstancias son las que hacen importante que me ponga a hacerlo, a pesar del cansancio.

Creo que así pasa muchas veces. Los estudiantes se desvelan para estudiar la noche antes de un examen, cuando hubieran podido estudiar un poco cada tarde; pero han estado hablando del futuro con el novio o la novia, se han besado en lugares públicos y privados de modo que nada podía ser más importante; y justo importa acreditar la materia, porque importa graduarse para estar más, de mejor manera, con ese novio o esa novia que quita el tiempo.

Silvia Parque

viernes, 10 de octubre de 2014

Identidad corporal

Algunos nos distanciamos del cuerpo, no por iluminados ni espirituales, sino porque nos apropiamos de él como objeto de uso; hasta que viene alguna experiencia, algún evento, que nos trae a la identidad corporal. Entonces, si el cuerpo se resiste, por ejemplo, a trabajar, o en la mayor de las locuras, a comer o a dormir, todo se hace muy extraño; porque si antes se practicó o no, el autodominio, porque si funcionó o no, ahora se trata de otra cosa, desconocida...

Silvia Parque

Mujeres con chiquillos

Casualmente, llegué a una nota periodística que es más bien una lista de mujeres, profesoras todas, acusadas y enjuiciadas por haber tenido sexo con menores de edad. Entre las edades que se mencionan, figuran los "33 años" de una mujer arrestada por tener sexo oral con un muchacho de catorce. Yo tengo 34 recién cumplidos, y me imaginé a un chiquillo de tercero de secundaria...

No sé cómo ocurre que -creo yo- para la mayoría de las personas, van dejando de ser sexualmente atractivos los muy jóvenes. Empiezan a aparecer como "niños" -o "niñas"- quienes se distancian de nosotros en la edad... y pensé en cuántos años forman esa distancia. Porque a mí se me puede antojar un muchacho -disculpe la vulgaridad de la expresión-; pero cuando pienso en un muchacho, pienso en un hombre de 25 años...

Creo, la distancia en edad que hace que usualmente no te pueda gustar un "muchacho", es la que haría posible que fueras su madre. Supongo que la posición de persona adulta, hace que incluso si el muchacho se viera tan crecido como para parecer un hombre, la mujer común se sentiría más empática con su madre -del chico, se entiende-, que atraída por él. Si avanzamos más en las edades de ambas partes de la "pareja": digamos, si él tuviera 30 y ella 49, aunque ella podría ser su madre, la cosa cambia, porque en tal caso, la vida sexual de él, no es en absoluto de la incumbencia de su mamá. Así que creo que tal vez haya una especie de pacto social materno, entre mujeres. No me tomo muy en serio, pero se me ocurre.

Silvia Parque


NOTA: Me doy cuenta de que no hago una declaración en contra del abuso sexual a los chicos; no creo que hubiera dejado de hacerla, de haber leído una nota que tratara de muchachitas; así que, para que no falte: tener sexo con menores de edad es abuso sexual en nuestra cultura: dejemos que los adolescentes crezcan en paz; protejamos a los que nos quedan cerca.

¿A dónde van los blogs de mi lista de lectura?

Habrá unos catorce blogs en mi lista de lectura. No lo sé porque no puedo contarlos: no están. A veces pasa así. Cuando pasa, actualizo la página (refresh), aunque casi nunca funcione. Lo que funciona es acceder a "algo": a "entradas", "diseño": a algo que quite la página de inicio y ponga otra; cuando regreso  -a la página de inicio-, ya están. O no. A veces hay que hacerlo más de una vez.

Eso me lleva a reflexionar sobre la inutilidad de las cosas que hacemos porque debieran funcionar, aunque sabemos que no funcionan (en este caso, actualizar la página). Supongo que la única ocasión en que funcionó, se queda guardada en la memoria, y brilla, atrayentemente, atándonos al intento. Luego están todas esas cosas que dejamos que funcionen como no deben, porque es cansado intentar que todo marche idealmente.

Silvia Parque

jueves, 9 de octubre de 2014

Más cariñito

Las soluciones están sobrevaloradas. Casi todas las soluciones son simples: ¿Tu hijo hace berrinche? Ahí están las opciones que puedas sacarle al conductismo. ¿Tu relación de pareja no funciona? Ahí está el montón de propuestas para reanimar una relación o para terminarla sin quedar destrozado. ¿Eres pobre? ¿Te has retrasado con el pago de impuestos? ¿La que se ha retrasado es tu menstruación? ¿Estás gorda? ¿Tienes una pequeña herida en el pie rodeada por granos morados?

Normalmente hay soluciones para todo; lo que pasa es que conocerlas no soluciona. Así que creo que ofrecer soluciones está bien para quien se especializa en eso (espero que el médico sepa qué hacer si tengo una herida en el pie rodeada de granos morados), pero creo que la gente necesita más halagos, más abrazos, más palmaditas en el hombro; hasta más rebanadas de pastel y tazas de café caliente.

Silvia Parque

Sobre el limón y la limonada

El limón es bueno. Tiene propiedades limpiadoras, pero hablando de él solamente como alimento, es genial. Puede estar sobre la carne, puede usarse como postre con azúcar, y por supuesto, es el alma de la limonada.

La limonada es buena. Está la limonada con agua mineral y hasta otras cosas; pero la limonada simple, es más que suficientemente buena. Agua, un poco de azúcar y un poco de limón; apenas un poco, y ya está su encanto.

Silvia Parque

miércoles, 8 de octubre de 2014

Si nada más no están

Yo soy una persona de "estar a gusto". Amo estar en la cama, ver películas ligeras y leer los blogs de personas que simplemente cuentan qué pasa en sus vidas. A mí me gusta hablar del efecto de los Doritos Nachos; me gusta escribir de cómo nadan mis tortugas. No veo noticieros porque estoy convencida de que son las mismas cosas miserables una y otra vez, y la mayoría novelan más de lo que informan, e informan solamente lo que a las personas poderosas no les sienta mal que se sepa. Me cansé de una carrera de grados académicos, antes de iniciarla; no quiero el éxito que queda claro para el mundo, porque básicamente, fundamentalmente, soy una persona de "estar a gusto". Amo a mi familia y a otra gente, y eso conlleva interesarme de modo que a veces, hay que salir de la comodidad para trabajar, para orar por ellos, para compartir una pena. Pero hago cuanto está en mis manos por pasarla bien: no plancho mi ropa, me procuro chocolate. Vivo lo mejor que puedo, en un lugar donde hay demasiados perros de la calle, demasiadas personas sin techo, demasiados enfermos sin la medicina que necesitan. Me resisto a la injusticia y a la violencia, volviendo a sonreír con todo y lo que esté pasando en el mundo. Abro mi espacio en mi casa y con mis palabras. Así que mi casa tiene arte en las paredes, y publico, por ejemplo: "qué bien que la luz del sol entra tanto, tan llenándolo todo, tan cada día sin falta".

Trato de que este no sea un blog para comentar las cosas terribles que pasan, principalmente por respeto a esas cosas terribles, porque aquí nada más cabe comentar, y es chocante como el dolor y la muerte se convierten en "tema" mientras hay vidas detenidas, fragmentadas, machacadas por ese dolor y esa muerte apestosa. Pero a veces, tengo que escribir esto. Por ejemplo, si estudiantes van a botear para conseguir con qué ir a manifestarse a otra ciudad, por cualquiera de los muchos motivos para manifestarse, y como si tal cosa, les desaparecen. Encuentran a uno sin rostro. Y no solo no pasa nada, sino que otra vez no pasa nada. Nada más no están.

Vivos los queremos.

Silvia Parque

Depende quién mata

La gente se muere. No pasa nada, aunque eventualmente nos duela. Mueren jóvenes y mueren niños y niñas; mueren las personas buenas y quienes querríamos que vivieran para siempre. Pero si la gente muere porque la matan, sí pasa algo: algo que no debería pasar. Y según como la maten, cuándo la maten y por qué la maten, pasan cosas diferentes. Luego está quién mata. Si mata el que debiera proteger, se descompone el mundo.

Silvia Parque

martes, 7 de octubre de 2014

El sifón

Para los que no lo saben, un sifón es una especie de aspirador; es común usarlo para limpiar peceras (para aspirar el agua sucia). En mi aprendizaje con este artefacto, he concluido que: lo que no queremos lograr es lo que ocurre cuando introduces el tubo del sifón completamente vertical, de modo que hay vacío dentro de él, y no pasa nada (no aspira). Entendiendo que de ese modo ocurre lo que no queremos, es posible invertir mentalmente la operación, para saber de qué modo ocurre lo que sí queremos. Es posible; pero no he podido.

Silvia Parque

Acompañar

Es casi un arte acompañar dejando que el otro se ocupe de sí mismo, tan ocupado que no nos esté mirando, que esté mirando su asunto. Es casi un arte hacer sentir la presencia sin interrumpir el proceso del otro, sin interferir con sus afectos metidos en eso que le ocupa. Es difícil, no siempre es posible.

Silvia Parque

Los animales no son personas

Los animales no son personas. Aunque parezca evidente, porque no son seres humanos, creo que no es ocioso recordarlo, a la vista de algunas defensas de los animales, que me parecen un tanto disparatadas -como nota: "persona" no es lo mismo que "ser humano"-. Los animales son seres vivos. Desde mi visión, son seres vivos a quienes debemos cuidado por nuestra posición superior en la escala evolutiva. Sí: posición superior; no somos iguales. ¿Que nosotros inventamos esa escala? Pues sí: así como creamos la cultura entera. ¿Que algunos animales se portan mejor que muchos humanos? Pues sí, penosamente, y de cualquier forma: primero están las personas. ¿Que es injusto para los animales? Posiblemente; es más: probablemente -"probable" no es lo mismo que "posible"-. Nosotros creamos la escala de valores; no solo "administramos" la justicia: la creamos, y "el que parte y comparte, se queda con la mejor parte"; lo digo con cinismo por falta de otro recurso, pero así lo veo.

Estoy en contra de usar a los animales como cosas: son seres vivos; claramente sienten dolor, y sea o no que sientan sufrimiento -"sentir dolor" no es lo mismo que "sufrir"- está mal molestar a otro ser vivo, es malo causar dolor, y es inhumano sujetar a un ser vivo a un dolor continuo. Por lo tanto, no pueden gustarme los experimentos con animales, que siquiera les causen incomodidad. Pero que no me gusten no quiere decir que no los acepte, si no hay otro medio descubierto para investigar sobre algo que eventualmente pueda servir para paliar un dolor humano. Me parece execrable el modo en que se trata, en muchos rastros o equivalentes, a los animales con cuyos cuerpos nos nutrimos. Admiro a las personas que en oposición a formas inhumanas de cría y de matanza, dejan de comer carne, en tanto no pueden asegurarse de que la carne llegó a su mesa tras un proceso aceptable. Creo que eso debería hacer una persona que piensa lo que expuse que pienso; pero yo pongo primero mi necesidad de proteínas y mi estilo de vida, que no es solamente "gusto", que es también necesidad cultural -no por "cultural", menos "necesidad"-. Y no acepto que mi chuleta venga de un "asesinato". Por último: hay una diferencia importante entre matar para comer, y divertirse molestando, causando dolor, y/o matando. Pero tampoco voy a llamar "asesino" a un cazador o a un torero, aunque a veces sienta ese impulso.

Todo esto, porque estaba pensando en las mascotas. Mi abuela, de tiempos en los que la gente era más ruda, no podía entender cómo se podía gastar dinero en una mascota; conocía a una señora que le compraba buena carne a sus perros, y mi abuela la criticaba, diciendo que cómo hacía eso, con tantos niños sin poder comer carne. Yo no pienso como ella: los animales de casa se convierten en "parte de nuestra familia", y corren con nuestra suerte: si podemos comprarles el mejor alimento, si podemos comprarles un gran sofá para su uso exclusivo, no hay algo malo en ello. Pero he puesto "parte de nuestra familia" entre comillas. No son familia humana. Es muy triste, pero sí: son sacrificables. Y no: el abuelo viejo y enfermo, el niño latoso, el tío con hábitos extraños, no son sacrificables. Con esto no quiero decir que esté bien que la gente se deshaga de sus animalitos -por ejemplo, cuando dejan de ser cachorros simpáticos-: creo que eso pasa usualmente porque la gente es irresponsable, y que habrá que ver cada caso, pero generalmente, el abandono o desprendimiento tienen de fondo algo que se merece un "tache". Pero no: los animales no son igual que las personas.

Silvia Parque

lunes, 6 de octubre de 2014

Hacer crecer el querer

Algunas personas se burlan del rey del Principito, que ordenaba al sol que saliera, al amanecer -o que se pusiera, justo al atardecer, no lo recuerdo-. A mí me parece inteligentísimo, y creo que el mismo principio aplica con las personas. A la gente no hay que pedirle lo que no está en su naturaleza, o dicho con mayor propiedad, lo que no corresponde a su modo de ser... vaya: lo que no les nace. Esto no salva a nadie de todo lo que no quisiera hacer, y debe hacer: los niños han de aprender a leer y a hacer cuentas, aunque si por algunos fuera, solo cantarían y bailarían; las personas adultas habrán de encontrar la manera de hacerse cargo de sí mismas, aunque prefieran ser un hongo colorido al lado de un lago; no me refiero a eso. Aunque también un poco: porque debemos cumplir con "algo", llevar a cabo una función o atender una tarea, pero habría que dejar a cada cual que lo hiciera a su modo... Sin embargo, yo a lo que me refiero es a las relaciones personales. Tampoco a todas: hay unas fundamentales cuyos "deberes" están llenos de implicaciones trascendentales: ser padre, ser madre, ser esposo o esposa. Un esposo, por ejemplo, habrá de dar soporte emocional, aunque lo suyo sea más bien brindar ayuda práctica; ni modo: es parte del paquete. Pero un amigo, una amiga, un tío, una tía, los primos, los hermanos, no tienen una serie de "cosas por cumplir". Está el amigo con el que se hace esto, y el amigo con el que se hace lo otro; el que no te va a acompañar al hospital, pero te puede enviar flores. Aunque parezca que acompañarte junto a la cama en la enfermedad, vale más; creo que el gesto de las flores, salido de la buena voluntad, en realidad no vale menos. Cada cual da, no precisamente lo que tiene, sino según su ser, y apreciar la diversidad nos hace posible querernos: hacer crecer el querer en nuestra vida.

Silvia Parque

sábado, 4 de octubre de 2014

Personas - cosas

Leía ESTE artículo, escrito por la madre de un niño que se ve diferente a los demás, y me quedé pensando en lo siguiente:
[...] les enseñamos desde el nacimiento a diferenciar las cosas. Ponemos un puñado de bloques rojos juntos, y al poner uno verde, les decimos que busquen el verde, el diferente. Ordenamos las formas que se ajustan a través de un solo agujero. Nunca van a poder encajar una figura redonda en un agujero cuadrado. Esto no está mal, está bien darse cuenta de las diferencias; así es como identificamos una cosa de otra. Enseñamos lo que debemos enseñar mediante estas herramientas. Pero estos son objetos. Podemos hacer que destaquen y elegir el más adecuado y el que se adapte. Pero esto no se lo podemos hacer a la gente, o a los niños.
La diferencia más importante que debemos aprender es: personas - cosas. Parece sencillo. Cuando mi pequeño primo tuvo una fase agresiva -más inquieta que agresiva-, le dio por pegar a su hermana mayor; ni siquiera es que pelearan, realmente, solo "le dio por pegar"; por supuesto, no se le permitió hacerlo; pero además, le compraron una "pera", una especie de saco de boxeo pequeño. Así que: está bien golpear un objeto que esta hecho para eso; está mal golpear a una persona. Pero la cosa se pone más compleja, cuando usamos los servicios que nos presta una persona, cuando nos beneficiamos de la relación con una persona, o cuando simplemente trabajamos con gente; a veces, para quien está en una posición de poder, "el otro" de pronto parece una "cosa". A veces, las personas administran sus vidas como si ellas mismas fueran objetos-acomodables.

Silvia Parque

Mac'Ma Natta

Recibí una bolsita de galletas Mac'Ma "Natta", por mi cumpleaños, hace casi una semana. La verdad es que no se me antojaron, pero aprecié el gesto especialmente, porque me encantan las envolturas con gracia: esta es metálica, en blanco, con letras azules muy elegantes [MIRE QUÉ LINDO]. Hoy las redescubrí. No pude abrir la bolsa con las manos, así que clavé un cuchillo, porque cuando me hago a la idea de que comeré algo "ahora", cada segundo que posterga el "ahora", se hace muy difícil. Así que clavé el cuchillo...

Olía bien. Se veían bien. Pero cuando las probé... no lo habría imaginado. ¡Qué delicia delicada, deliciosa! Qué diferente.

Silvia Parque

jueves, 2 de octubre de 2014

A escribir

Llegó un correo que había estado esperando, y no me di cuenta. A menudo veo en mi bandeja de entrada, correos de remitentes que son organizaciones que me envían información, y no los abro sino cuando tengo tiempo y ganas de atender sus mensajes. Confundí el correo que estaba esperando con uno de éstos, y pasaron más de diez días antes de que lo abriera, ayer.

Apliqué para tres ¿empresas? que pagan por escribir artículos, y me respondió una de ellas -en otra, tendría que entrar a su plataforma para ver si hay respuesta, pero entré cuando hubo pasado el tiempo que ellos señalaron, y no había "sí" ni "no"-. Los que me envían el correo me aceptaron, y me hace ilusión. Me dieron una buena "calificación" por mi texto de prueba, así que puedo situarme en una "buena tarifa" -dentro de lo que hay-. Ahora sigue gestionar mi perfil en su plataforma. No es como ser la columnista estrella de una revista de gran circulación, pero es dedicarme a lo que me gusta. Se siente bien trazar un círculo alrededor de una y decir: "de aquí soy".

Silvia Parque

miércoles, 1 de octubre de 2014

La planta alien

Yo tenía una maceta con tréboles. En algún momento, se secaron, los corté, y renacieron... quiero decir: los corté, y nacieron más tréboles: crecieron, se multiplicaron, y crecieron más. Entonces, se secaron, y los corté, entrando de nuevo en el maravilloso ciclo de la vida de los tréboles. Y nació algo. Creció. Fue siendo evidente que no era un trébol. Tenía un pequeño compañero que también creció. Han crecido. Ahora no sé qué tengo.

Silvia Parque

Cobrando

Hace mucho, pero mucho tiempo, en una galaxia lejana, realicé un trabajo y no cobré anticipo. Por contar la anécdota completa: me retrasé unos días en la entrega; pero entregué el trabajo, fue recibido y no fue pagado. Además de lo que eso puede incomodar, me molesta haberme puesto a transcribir -a eso no me dedico-, pretendiendo que cuando llegara la hora de corregir, pudiera hacer un buen trato con esa persona. También recuerdo con molestia que por esos días, un amigo me pidió un préstamo y yo accedí con gusto; el día que debían pagarme, mi amigo y yo esperamos y esperamos para que yo pudiera prestarle, hasta que confirmé que no iba a recibir nada "en ese momento". Tampoco al día siguiente, al mes siguiente... y debe haber pasado más de un año.

Como por no dejar, hace un par de meses, le cobré a esta persona. Respondió a mi llamado, diciendo que se comunicaría. Insistí y lo mismo. Volví a insistir y ahora me dice que nos pondremos de acuerdo; pero se ha atrevido a llamar "truco de mercadotecnia" al hecho de que he dado formato al texto, según él para tener más cuartillas por las cuales cobrar. Le definí qué es una cuartilla y lo invité a buscar por sí mismo en internet o a consultar con cualquier catedrático o editor. Por supuesto, las personas no tienen por qué saber qué es una cuartilla; suelo advertir qué es al hacer un presupuesto. Ha pasado tanto tiempo, que no recuerdo si en este caso quedó registro de la advertencia, pero estoy segura de que antes de entregar el trabajo y al entregarlo, se manejó el importe que se me adeudaba, sobre el que no se discutió nada hasta ahora: más de un año después.

Hace poco, hice un trato con una persona que conozco, en la que confío. Me envió los archivos sobre los que voy a trabajar y acordamos qué días me depositaría un tanto y otro tanto del pago por el trabajo, así como qué días le enviaría un solo archivo de vuelta, trabajado. Por supuesto, mi envío sería un tiempo prudente después de recibir su primer pago. El día que me hizo este primer pago, me contactó, animado, para preguntarme cómo iba y platicar al respecto. Le dije que todavía no podíamos platicar porque apenas empezaría a trabajar; le comenté algo así como que no empiezo hasta confirmar que se ha realizado el depósito bancario. Sé que entendió porque es una persona que hace negocios, pero me parece que su ánimo decayó y mejor así: menos animados y con mayor claridad.

Silvia Parque