miércoles, 31 de agosto de 2011

Desencuentros

Ojalá las personas siempre pudiéramos encontrarnos... En realidad, creo que si se busca a otro con persistencia, el encuentro llega, de alguna forma, en algún sentido -nadie se "encuentra" en la víspera-... la cosa es que a veces, en la cotidianidad, las citas no se concretan, y parece deseable que sí hubieran tenido lugar.

Incluso hay llamadas telefónicas que son un fracaso.

Silvia Parque

martes, 30 de agosto de 2011

El tiempo se escurre

Tengo serios problemas para entender distancias, tanto en el espacio como en el tiempo. Para mí puede ser un verdadero misterio el número de kilómetros entre una ciudad y otra, aunque conozca el dato. Pero es peor con el número de meses o años entre eventos. Y la dificultad crece cuando hay que huirle a los plazos, sea porque una fecha límite marca una última oportunidad o porque algo en la vida va a durar nada más hasta el cuarto para las doce.

Viviendo en el ambiente universitario, los plazos se refieren a la administración del ciclo escolar. La vida se divide en semestres y estos en "parciales" que van conformando el sentido de la "evaluación final", con su examen, trabajo, presentación o lo que corresponda. Así que de pronto, ahí están los primeros parciales, anunciando que el tiempo se escurre; que lo necesario es siempre para "ya".

Igual llegan las celebraciones de cumpleaños (alcanzar el primer cuarto de siglo fulmina, por ejemplo, cualquier ilusión fantástica de iniciar carrera como gimnasta olímpica).

Hay semanas que van corriendo hasta otro lunes, llegando al lunes siguiente, rumbo al lunes que viene y con completa desconsideración por parte de la vida: pasa un mes. Al final de agosto, los pendientes siguen en el mismo estado con el que han visto pasar el calendario. Pero suena una alarma, llega un aviso...

Silvia Parque

lunes, 29 de agosto de 2011

¿Cuántas veces se debe volver a empezar?

Chica Tirado En El Pasto, Niña, Piernas, Naturaleza

Pienso en eso que dijo Jesús cuando le preguntaron cuántas veces había que perdonar a un prójimo. Se supone que "hasta setenta veces siete" quiere decir: siempre. Una y otra vez y la siguiente.

La frase me empezó a rondar cuando me preguntaba cuántas oportunidades debía darme para volver a empezar lo que echo a perder. Es otra forma de preguntar cuántas veces debiera una perdonarse a sí misma: porque no se puede volver a empezar -no es un verdadero comienzo "nuevo"- instalada en la deuda, la culpa o la vergüenza.

La cosa puede ser faltar al gimnasio, comer chatarra... abandonar la tesis.

Yo siento como si metiera la pata hasta el fondo de un charco, me cayera de nalgas y salpicara a los demás cada vez que dejo que la ansiedad por alguna cosa se vuelve abrumadora. Evadirme rumiando "eso pasa por rondar el charco" o castigarme dejándome puesta la ropa enlodada, parece más digno y llevadero que hacer conciencia, pedir las disculpas necesarias -por ejemplo, a mí misma- y seguir adelante.

Silvia Parque

viernes, 26 de agosto de 2011

Bye

Soy mala para despedirme.

Tuve que aprender que había que hacer algún trámite de dar vueltas entre el aviso de que una se va y la retirada efectiva. Yo solía simplemente decir "adiós", "hasta luego" o lo que correspondiera e inmediatamente después: me iba. En las reuniones, sigo empleando el "adiós a todos" en lugar de la despedida individualizada en la que se multiplican besos y frases. (Cuando niña, odiaba esperar a que los adultos se despidieran).

Me ocurre casi al revés con un par de personas, especialmente con una muy importante. La despedida suele parecerme demasiado rápida, suele dejarme un hueco: una sensación incómoda que explico suponiendo que faltó expresividad, claridad o algo. Si es posible, trato de remediarlo con una nueva despedida: llamo, alcanzo, detengo a la persona o me regreso. Es algo impráctico y a veces, tonto.

Silvia Parque 

jueves, 25 de agosto de 2011

Sueño retrasado

Llevo un par de semanas muy cansada. Tiene que ver con un par de meses con memorables desvelos. Se puede huir de las consecuencias de muchas cosas, pero creo que el cuerpo siempre cobra. Mejor que sea sin intereses.

Silvia Parque

miércoles, 24 de agosto de 2011

Soy creyente

No soy optimista, ni humanista, ni me gusta el mundo Disney -aunque siga apreciando a Pixar-.

Soy creyente, en el sentido religioso del término: creo en Dios, con mayúscula. Uno que entiendo no-indispensable para explicar las cosas; una creación humana tan real como la consecuencia lógica de que el participio de crear implica necesariamente, la existencia. 

Y pienso: qué lejos se está de Dios en algunos lugares. Y le encomiendo a mi gente. Y me pongo en sus manos. Creo que eso sirve.

Silvia Parque

martes, 23 de agosto de 2011

lunes, 22 de agosto de 2011

"Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón"

De un cartel publicado AQUÍ, por Jose Gomez (sin acentos).
Lo primero que disfruté de Almodóvar, hace ya varios años, fue "¡Átame!". Me gustó cada una de las cuatro pelis que vi después; pero ésta, la quinta en mi lista, queda marcada como algo especial.

Dijo Olvido Gara que la rodaron en tres años, en lo que iba permitiéndolo el presupuesto, y que gran parte del público de ese tiempo no terminaba de verla. Es el primer largometraje de Almodóvar.

El caso es que está chafa y eso no le quita lo genial que proyecta. Así que me cae bien porque estoy, precisamente, haciendo las cosas como salgan. Creo que sólo salen de esa manera. Tuve que empezar asumiendo que lo haría mal porque el riesgo de que resultaran mal era demasiado inquietante. Actualizar un blog diariamente es un ejercicio para lograrlo: sólo es operativo si es rápido, no admite un montón de revisiones; no importa demasiado. Y en realidad así es con todas las cosas, ¿qué importa tanto como para tener que ser perfecto?

Este viernes toca "La ley del deseo".

Silvia Parque

domingo, 21 de agosto de 2011

Dibujar corazones

El amor tiene que dejar algo bueno -no digo que tenga obligación, sino que así es-; si es, deja algo bueno. Puede doler alrededor, puede llevar a lastimar, puede ser nefasto. Las relaciones, peor -no son el amor-: algunas destruyen, algunas no deberían haber sido ni en la imaginación. Pero el amor está bien, y siempre deja algo bueno.

- oyendo a Rosana cantar "Aquel corazón"-

Silvia Parque

viernes, 19 de agosto de 2011

Noche en el Corral de Comedias

Hoy se estrena "Sueño de una noche de verano" en el Corral de Comedias. Es un placer nada más estar en el bellísimo patio de la casona llena de teatro, sentarse entre tanta madera y oler el café de olla que empieza a acomodarse en las mesas antes de la primera llamada (oler el queso, el jamon... pero el café huele primero). Que haya función, además, es la gran cosa.

En un par de meses, he tenido el gusto de reír a carcajadas con el "Parque bicentenario", "Los XV años del Corral" y "Se casó Tacho con Tencha la del ocho", además de quedar con la boca abierta ante las luces y malabares del "Cabaret Circorral". Ya disfruto lo que habrá en este sueño de Shakespeare. Pagaría por dormir temprano después de los desvelos de la semana; pero no hoy, que es noche de teatro.

Link para ver más sobre el Corral de Comedias...

Silvia Parque

jueves, 18 de agosto de 2011

Recuadros en la pantalla

Amo la ocupación de la que obtengo dinero. Me cuesta llamarla "trabajo", para empezar porque no soy empleada de las organizaciones en la que presto servicios, pero sobre todo porque asocio la palabra al esfuerzo del sudor de la frente, y yo en lo que hago me plazco a mis anchas. Claro que a veces -muchas veces- me canso; pero con el mismo cansancio que deja el desvelarse en un maratón de la serie de tele que una sigue.

Por supuesto, todo tiene su detallito. Oía decir a otros que hacen lo que yo, que no les gustaba la parte adminstro-burocrática del asunto: llenar reportes, cotejar listas, firmar actas. Para mí, también eso estaba bien. Me gustan las oficinas; me gusta lo que hay en los archiveros de las oficinas, y me gusta contribuir a llenarlos. 

Entonces aparecieron las plataformas de internet: una, y la nueva y la siguiente; la red acaparó los formatos de papel y los llenó de secciones pre-llenadas y de opciones ajenas a mis importantísimas necesidades de creación. Entiendo lo de salvar árboles. Entiendo los beneficios administrativos. Sé que esto es lo conveniente. Pero no me gusta.

[Por ejemplo, hoy, estoy cansada.]

Silvia Parque

miércoles, 17 de agosto de 2011

Exhausta

Está la flojera, un desgane de actividad, que activa la evitación de esfuerzo; generalmente no se acompaña por carita feliz y no tiene relación directa con el sueño.

Está la modorra, una amable prisión de entumecimiento corporal que se presenta, por ejemplo, al dormir de más; no le hace daño al buen ánimo, pero lo mantiene en suspenso. Si es verano, puede enlentecer los parpadeos hasta convertirlos en siestas.

Y está el cansancio, digamos, efectivo, de los cuales hay muchos: el cansancio energetizante después del ejercicio, el alegre cansancio después del baile, y entre otros: el cansancio usurero, que cobra las malpasadas interés sobre interés; éste resulta especialmente gravoso, por cualidades como su capacidad para llenar de materia densa, la parte superior de la cabeza.

Silvia Parque

martes, 16 de agosto de 2011

Siguientescena

Tengo sobre la mesa el programa del 4o Festival Internacional Alternativo de Artes Escénicas Querétaro 2011. Es un objeto muy agradable: formato en diseño no ordinario, impresión en papel para tocar, colores para volver a pasar la vista. De pasadita y para aprovechar el catálogo, una oferta de espectáculos directo al botón de la sonrisa interior que dice: "amo vivir en esta ciudad", y que además se sonríe de sí misma en la oronda satisfacción de vivir justamente en el centro del centro.

Silvia Parque

lunes, 15 de agosto de 2011

Papás de ahora

Hace unos años, le oí a una terapeuta que salió en el programa Diálogos en confianza, una frase que se me quedó grabada:
"'Descubrí que mi papá tenía otra familia con cinco hijos.' Hay que decir otras cosas, porque en México es como decir 'se come tamales el día de la candelaria'."
El tema no era ajeno a mi experiencia porque el donador de esperma que contribuyó a mi hechura nunca la hizo de padre; conocía yo a muchos hijos que no tenían gran trato con su papá o como en mi caso, no lo habían tenido nunca. Pero luego empecé a conocer a los padres. Excelentes personas que se dedicaban amorosamente a su familia, ignorando al "hijo por accidente" que tuvieron en la adolescencia tardía, o que se dedicaban amorosamente a su familia "dos", ignorando a la que fuera familia "uno", o un caso particularmente interesante: excelentes personas que se dedicaban amorosamente a su familia "a" y que mantenían a una familia "b" como en vida de segunda clase. Y a pesar de que digo excelentes personas en un tono un poco irónico, es nada más un poco irónico, porque de algunos de estos hombres que me son cercanos, puedo asegurar que son realmente personas más que tratables y como digo, realmente amorosos con la familia de la que sí se ocupan.

Creo que en la mayor parte de los casos en nuestra cultura, el hombre quiere a sus hijos a través de la mujer que es la madre de sus hijos, es decir, que ella lo hace vincularse con la cría; si no está vinculado a ella, no se vinculará con los hijos que ella tenga. Me gusta pensar que ahora puede ser diferente para una generación de hombres que está participando de nuevas formas de asumir su masculinidad y que tienen en ello, una oportunidad de asumir la paternidad, también de otros modos.

Silvia Parque

domingo, 14 de agosto de 2011

Me gusta Debussy

No sé cómo se pronuncia, ni reconozco los nombres de las melodías cuando las oigo, ni nada. Pero me gusta mucho. Puedo oírlo enojada, contenta o tristísima, o nada más dejarlo como música de fondo mientras hago otra cosa; más bien, es de lo poco que escucho no sólo como música de fondo. Hoy busqué su imagen y me pareció muy familiar.

Silvia Parque

viernes, 12 de agosto de 2011

¿Cuál problema?

Té negro, cáscara de limón, té verde, cardamomo, cocoa, flor de hibisco, malva silvestre. ¿Media cucharada cafetera en 350 ml de agua? Mejor una cucharada y media en unos 80 ml... Mmmm...

Todo está bien...

Un poco de exceso está muy bien, de vez en cuando.

Silvia Parque

jueves, 11 de agosto de 2011

Ocurre en efecto

Ni las cosas, ni las personas, ni las relaciones, son las mismas después de que han necesitado remedio. Lo que pasa nunca medio pasa; ocurre en efecto y eso por sí mismo, ya es un efecto (luego, a veces, hay más efectos). Pensé en el ejemplo tan conocido de las cicatrices, que incluye el corolario de que algunas, duelen. Dice Impendere Vitam Vero, respondedora de Yahoo, que duelen porque el tejido queda delgado, lo cual genera mayor sensibilidad. Que ni qué.

Dice Psique93, también en Yahoo Respuestas: "Una cicatriz aparece cuando el tejido epitelial es desgarrado (no cortado), entonces el espacio dejado por la herida es «tapado» con tejido fibrilar [...] Así pues, una cicatriz es una alteración permanente de la apariencia dérmica [...]" Yo digo que en los asuntos con las personas, dejan cicatriz los eventos que provocan una experiencia cuasi-ininteligible, dada la naturaleza de la relación, lo inesperado de los actos o la magnitud del daño... desgarre, pues... Tratamos de sanar la cosa empleando recursos (un buen concepto de una misma, abrazos de buenos samaritanos...) que nunca son del material que forma lo lastimado. Finalmente, estas cicatrices son una alteración de la imagen propia, que intenta representar al mismo "yo" que había, y que ya es otro, porque es un "yo" al que le pasa o ha pasado "eso".

Impendere agrega que se cicatriza mejor cuando las células tienen mayor capacidad para dividirse, y que se cicatriza peor ante algunas lesiones. De igual modo, en los asuntos con las personas, unos bien evolucionados producen naturalmente, nuevas imágenes de sí mismos; pero hay cosas que están canijas.

Silvia Parque

miércoles, 10 de agosto de 2011

Peso de la parafernalia

Voy a salir. Ya antes fui y vine, en la mañana; cargaba en los lóbulos de las orejas, aritos de plástico como de 3 cm de diámetro. Cuando llegué, prendí la lap y me ocupé, hice una cosa, otra; a la tercera me quité los aretes; luego me solté el cabello. Ahora vuelvo a colgar las arracadas y pongo a la liguita sujetadora a trabajar. Pesan. Poco. Me gusta usarlas pero me pesan y en cuanto llego, las quito.

Silvia Parque

martes, 9 de agosto de 2011

RAE

Escribía sobre las quesadillas fritas que cené y busqué el significado de "ingerir"...

Soy adicta a la página de la Real Academia Española, por culpa de su bonito diccionario. Me es necesario no sólo conocer el uso de una palabra sino también poder definirla; si no puedo definirla, la busco en el diccionario. Lo amo. No creo que tenga verdades o que compendie el conocimiento; no es un libro de ciencia o filosofía, ni una obra literaria (Bierce, Flaubert y demás del tipo son cosa aparte). Tampoco es La Enciclopedia, a pesar del intento de los diccionarios enciclopédicos.

Es mi juguete favorito. Hay unos malos; pero no tanto, si se entiende que son nada más lo que son.

Recuerdo que le decían al hombre con más palabras que conozco: "¿vas a saber más que el diccionario?" ¡Y claro que sabía más que el diccionario! ¿Qué va a saber el diccionario? "Sabe" definir (fijar con claridad, exactitud y precisión la significación de una palabra o la naturaleza de una persona o cosa). Lo valioso en la "sabiduría" de un sujeto particular es la comprensión de la imposibilidad de cada definición última (o absoluta): eso pesa. La opacidad de los objetos y la indeterminación de las concepciones pesan tanto, que vienen muy bien la claridad, exactitud y precisión de los significados de diccionario.

Silvia Parque
Pasea por el diccionario de la RAE dando click aquí.

lunes, 8 de agosto de 2011

Tesis

Desarrollo Icono, El Desarrollo Del Concepto De, Código

Está abierto el archivo. Es lo más difícil. Lo segundo más difícil es leer el texto.

En cambio, volver a escribir es fácil. Adelanto. Me creo mucho. Los trámites hasta el siguiente grado académico aparecen como pequeñas diligencias; todo está bien: lo que no quepa en la tesis, sobre todo porque no lo sepa, me asegura un futuro de ensoñación filosófica a cuenta de alguna universidad en la que seguro sirven café.

Calculo para cuando estará lista -hace dos años es "ya casi"-.

Entonces, pasa algo: una cosa del trabajo requiere más tiempo: confío en que soy eficiente, pero rompo el ritmo.

Luego hay algún acabose: una gripe, un viaje de vacaciones... Siento culpa los días de retiro, pero la culpa no me mueve.

Pensé en fundar un grupo de apoyo, pero me complacía demasiado imaginando la exposición de mis circunstancias: ya nos veía en pleno regodeo con las siniestras implicaciones de estudiar nuestros objetos.

Como no hay modo de evitar los acaboses, la cosa está en no romper el ritmo. Pretendo llegar a una dinámica tesística regular.

Silvia Parque

sábado, 6 de agosto de 2011

Verde carretero; la entrada a El Cimatario

Hoy pasé por la carretera Querétaro-Huimilpan (...aunque yo iba en sentido Huimilpan-Querétaro). Fueron minutitos llenos de verde y de diferencia; de lo más agradable. Hay un tramito loco en el que puede dejarse el automóvil en "neutral" y éste sube solo (sí, como todas las "subidas", hacia arriba): "el columpio", le dicen. Una sonríe. Pero lo rico es el paisaje arbolado, qué gusto.

Silvia Parque

viernes, 5 de agosto de 2011

"Para todo hay un tiempo señalado" (Ecl. 3:1)

No se me da la paciencia, no se me da la calma, no se me da esperar. Al contrario. No me afecta gran cosa tomar turno en fila india ni el retraso en los servicios. Y puedo armar rompecabezas para alucinados o explicar diez veces el error lógico de la inducción. Son los asuntos con las personas...

En mi casa es indispensable un buen suministro de té de hierbas. Alivia desde el vapor.

Mejor entre más caliente, para dejarlo entibiar.

Silvia Parque

jueves, 4 de agosto de 2011

Notas repasando el "socioconstruccionismo"

- Nada más se puede ser persona con los otros y en un mundo simbólico.

- Instituimos la incomprensión con la condición humana.
- - Si se mira al otro hay alguna posibilidad de comprender.

- Antes de mirar está el contacto, el cuerpo, la sensación. Se es, en parte, fuera del lenguaje y ahí -afuera- podemos conectarnos aunque no nos encontremos.

Silvia Parque

miércoles, 3 de agosto de 2011

De Ernesto Sábato

En la página 68 de mi edición de El Túnel, inicia un pasaje que me resultó familiar. Un amigo del protagonista le invita a una reunión...
-¿De qué Sociedad? -pregunté con oculta ironía, pues me revienta esa forma de emplear el artículo determinado que tienen todos ellos: la Sociedad, por la Sociedad Psicoanalítica; el Partido, por el Partido Comunista; la Séptima, por la Séptima Sinfonía de Beethoven."
Una reunión, pues, de psicoanalistas; muchos y elegantes, según describe.
El departamento estaba atestado de gente idéntica que decía permanentemente la misma cosa. Escapé entonces a la calle. Al encontrarme con personas habituales (un vendedor de diarios, un chico, un chofer), me pareció de pronto fantástico que en un departamento hubiera aquel amontonamiento.
Al menos, según creo, los psicoanalistas se asumen élite. La cosa es más chocante con los que llevan el apellido de lo social, se uniforman con huaraches y pantalones gastados o faldas amplias, encuentran valiosísimas las prácticas religiosas con reminiscencias de tema indígena y miran con suficiencia a las señoras que van a misa. Me recuerdan a los políticos dándose baños de pueblo, pero sin la consciencia que sí tienen los políticos.

Silvia Parque

martes, 2 de agosto de 2011

Entre locos te leas

Hace cosa de unos meses leí "El túnel", de Ernesto Sábato. El librito, en la versión de editorial Rei, cumplía el requisito de mis últimas lecturas: ser un librito: poco más de cien páginas.

El relato comprehende de tal manera una locura que comparto, que en mi empatía con el protagonista resulté ofendida por la desconsideración de un Paul Engle, quien le supone "un verdadero neurótico nacido para matar". Hice una errática asociación con Plath y su herida de imperfección.

Silvia Parque

lunes, 1 de agosto de 2011

Temporada de moscas

Por: Carl Offterdinger
Hay plaga. Están hasta en la recámara.

Ayer en la madrugada había un criadero en una taza que se quedó con restos de algo: unas siete de diferentes tamaños, todas en la primera infancia.

Debe ser el cambio climático.

Decían que una bolsa transparente con agua las ahuyentaba porque las hacía ver sus muchos ojos y se asustaban con la imagen. Están los insecticidas amigables, que la dejan a una y casi siempre también a ellas, continuar dentro de la habitación. También hay soluciones creativas, como el plato con refresco envenenado que vi en un día de campo. O la tecnología, como la raqueta eléctrica que hace coro al último zumbido de su víctima.

Yo uso el matamoscas convencional, lleno de gérmenes.

Pienso en el sastrecillo valiente.

Silvia Parque