lunes, 7 de octubre de 2013

Perdonarse a una misma

Es más difícil perdonarse a una misma que a cualquier otra persona. Creo que, tal vez por aquello de que la práctica hace al maestro, cuando una falla repetidamente sobre la misma cuestión, se hace menos difícil perdonarse a una misma; puede que sea porque las fallas repetidas muestran la falla constitutiva sobre la que somos lo que somos.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Lo hemos comentado a veces, al final no se trata tanto de perdonarse a una misma como de resignarse y aceptar que por mucho que se intente siempre se termina cometiendo el mismo fallo, un poco aceptar que en determinados aspectos una no tiene remedio.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mmm... hay que aceptar para resignarse, pero la resignación tiene un dejo de desesperanza que no me gusta; es posible una aceptación en la que se resignifique la cosa de manera que no haya necesidad de resignación. Yo no me resigno. Si se requiere resignación, me muevo o muevo la cosa. Creo que justo el perdón para una misma, para los demás en su caso, es un punto clave para que no sea necesaria la resignación, para dis-culpar la cosa, para limpiarla de lo que hace necesaria la resignación...
      ¡Besos, Inma!

      Eliminar
  2. Perdonarse es complicado. Hace falta mucha voluntad. Un beso.

    ResponderEliminar