viernes, 24 de julio de 2020

¿Más vale una nalgada a tiempo que un delincuente en la cárcel?

Pues si fueran las únicas opciones: sí; pero no lo son. Este falso dilema es parte de las premisas que arman el aparato romántico del maltrato infantil. AQUÍ te contamos lo que Alejandra y yo pensamos sobre el tema, en el último video de Opinión Manzanas.

En otro orden de ideas, pero dentro del mismo gran tema, escribí "Familias con estrés de pandemia: 3 pautas para tratar bien a niñas y niños", que Psicogrupo publicó ACÁ. Es un artículo breve que termina con mi "confesión" sobre cómo vivo el compromiso del buen trato.

Pásenle con confianza :)

Silvia Parque

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias, Ojo humano :)
      (Tardamos mucho porque yo estoy aprendiendo a usar Prezi, así que aprecio mucho tu comentario).

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  2. Un tema muy delicado, hay que pensarlo muy bien antes de dar un cachete, que casi siempre resulta contraproducente. A veces es más una descarga de la tensión de los padres que para corregir una travesura.
    Saludos.

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  3. La nalgada no funciona, pero no poner limites tampoco, porque sin límites, será la sociedad quien les enseñe a ser socialmente aptos. Y lo hará, seguro.

    Un abrazo

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    1. No poner los límites necesarios es negligencia y como tal, maltrato. Lo peor es que hay casos en que la sociedad tampoco les enseñará a ser "socialmente aptos"...
      Un abrazo, Albada.

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