Este "quédate en casa " que parece interminable me trae una severa desubicación temporal. De por sí, no soy precisamente la reina de la ubicación... Cada vez tiene menos sentido distinguir "entre semana" y "fin de semana". Cada vez son más relajados los horarios para comer y dormir en esta familia.
También estoy más a gusto cada día. A pesar de que un ventilador murió. A pesar de la plaga de moscas. A pesar de que nada asegura el regreso a clases presenciales en septiembre. De ayer a hoy, no dormí; a veces nada más el exceso me hace posible; pero soy feliz.
Silvia Parque
Eso es lo único importante, que seas feliz.
ResponderEliminarLo más importante, sí :)
EliminarEstamos igual, querida Silvia.
ResponderEliminarYa no tengo ansiedad de calle, he descubierto que el hogar es un lugar donde lo paso muy bien.
Se feliz.
Hogar, dulce hogar :)
EliminarAbrazo, Ojo humano.
Tranquilidad, esta etapa la superaremos. Paciencia, porque es muy caprichoso este virus
ResponderEliminarA cuidarse. Un abrazo
Hace falta leerlo (que lo superaremos). La verdad es que yo soy muy casera: las medidas más bien me afectan económicamente, me puede lo difícil que está siendo para mi abuela y quisiera que B no dejara de convivir con otros humanos; pero pues gracias a Dios estamos bien, tenemos un techo y oportunidades.
EliminarUn abrazo, Albada.
A mí también me sucede que cada vez es más parecido el fin de semana que el resto, para bien y para mal.
ResponderEliminarYo voy a hacerle un monumento al ventilador. Me puse uno en el techo de la habitación y prácticamente no lo apago. Tampoco en invierno, porque tengo calefacción de comunidad de vecinos friolera.
Celebro tu felicidad.
Gracias, Macondo :)
EliminarTambién me pasa que cada vez es más difícil tener claro qué hice cada día...
De los ventiladores, el que me quedó bueno me complace por potente, pero me cansa por ruidoso, entonces no podría tenerlo todo el día; si no, lo haría trabajar mucho más. De noche, no; de noche tiene que estar terrible para que yo deje un ventilador prendido; de hecho, antes ni la ventana abierta. No es que me dé frío necesariamente, pero fácil amanezco con la garganta irritada.