El frío duele. Y mata.
He visto a B tiritar de frío en breves momentos, en el baño o saliendo del baño; habrán sido segundos o minutos, pero por supuesto: me encargo; la cubro, froto mis manos sobre su cuerpo, la abrazo. No quiero que mi hija se enfríe un momentito. Así que pienso en la gente que tiene a sus hijos pasando frío y se me encoge el corazón.
Ahora mismo me duelen los dedos de las manos, ayer me dolieron los dedos de los pies. Se pasa con que los mueva. A los pies los puedo cubrir con doble calcetín. Podría cortar los extremos de unos guantes para usarlos dentro de la casa. Al rato me meto bajo las cobijas y ya está. Pero si a mí me duele, ¿cómo estará la gente con casas en mal estado, la gente que está en la calle?
Silvia Parque
Por aquí también ha llegado el frío, aunque le ha costado hacerlo. Ha habido días de noviembre con gente en las playas.
ResponderEliminarPues ya que llegó, a abrigarse bien :)
EliminarDebe ser bonito ir a la playa con frío, solamente a pasear, a sentir los zapatos apropiados hundirse en la arena húmeda.