Me gusta este año. Lo inicié recibiendo mi diagnóstico de autismo, lo cual ha sido impactante. A pesar de que ya me trataba a mí misma, reconociendo y respetando mis características como autista, tener el diagnóstico profesional ha sido removedor: primero, la sensación de cuánto pudo ser diferente de haberlo sabido antes; luego, el abrazo profundo y sanador a la niña que fui; la validación de mi identidad, una especie de liberación...
Y tenemos "Flowers", que me ha hecho comprarme una rosa amarilla que está justo atrás de mi laptop en este momento.
Y vuelvo a la universidad, que es mi lugar feliz. Me han dado unas materias de lujo y me ilusiona continuar haciendo cosas en la Unidad de género, en el café literario.
La niña es feliz y crece. Quedó atrás la quemadura que tanto la hizo sufrir; ahora lidia con lo que probablemente sea soriasis -ojalá no-. Pronto cumplirá 8 años y dejaré de contar cosas como esas; tendré que encontrar cómo expresarme respecto a mi maternidad, mi experiencia que la incluye, respetando su privacidad.
Le digo que es una hija de posdoctorado y yo soy una mamá de prekinder. Mi reto de la temporada es encontrar energía para jugar con ella, para hacer las cosas de la escuela... y no me gustan los retos... pero toca...
La escuela en casa (homeschoolling) se está convirtiendo cada vez más en educación desescolarizada (unschooling); pero no suelto a la institución que nos está amparando con el currículum porque necesitamos esa entidad de fuera que me mantiene en orden, que me hace revisar qué estamos haciendo, qué habría que hacer. Además, contar con una comunidad es valioso. (Estamos con Libereco).
Y sobre comunidades, la estrella de nuestra familia es la del centro terapéutico de B. Llena mi corazón verla con amigas y con amigos, saberla parte de algo donde ha puesto su corazón. Ojalá más niñas, niños y jóvenes autistas tuvieran un lugar así de bonito en donde sean no solo respetados, sino celebrados.
Gracias por continuar por aquí, a pesar de la ausencia de más de un mes. Les quiero y les deseo un feliz año :)
Silvia Parque
Una noticia impactante que veo llevas muy bien.
ResponderEliminarBienvenida anuestro musdo bloguero, te hechaba de menos. :)
Feliz 2023!!!
¡Gracias, Albert! :) :)
EliminarTe veo pletórica y lo celebro. Ojalá siga todo tan bien o mejor en este año recién estrenado.
ResponderEliminar¡Gracias, Macondo! Abrazo.
EliminarQue bien que tengas un diagnóstico que acompañe el conocimiento que tu ya tienes sobre ti, conocerte te ayudará y ojalá que publiques de vez en cuando. Unos abrazos
ResponderEliminarSí, ha sido bien importante conocerme mejor. ¡Espero publicar más! Gracias, Ester. ¡Abrazos!
EliminarPrimero Feliz Año, y sobre le diagnostico es solo una etiqueta, yo jamás me he hecho un análisis, pero siempre he dicho que soy un social selectivo, no de muchos amigos, me molesta el ruido, y otros detalles, pero prefiero dejarlo así, al final la vida sigue igual...
ResponderEliminarabrazos!!!
¡Feliz año, Carlos! Todavía es enero, así que vale :D
EliminarLos diagnósticos son etiquetas muy especiales: permiten acceder a recursos en muchos casos; en el mío, permite una enunciación política y comunicarme efectivamente con las personas respecto a mis necesidades. Incluso habiéndome "autodefinido" autista con anterioridad, para mí la vida no siguió igual después del diagnóstico; saber me permitió sanar heridas de mi historia de vida. Saber hace diferencias.
¡Abrazos!
Un buen comienzo de año, seguro. No hay nada mejor que saber. Por organizarse :-)
ResponderEliminarUn abrazo
¡Así es! Un abrazo, Albada.
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