La semana pasada tuve dos interacciones afortunadas con mujeres, en relación con B.
Se me ocurrió que era buena idea caminar a la escuela (su centro terapéutico), en lugar de tomar un camión. Pasamos por un puesto de dulces y B quiso algo. Como el camino iba a ser largo, accedí. Le pedí que eligiera. Estaba ya por tomar una paletita, cuando detuve su mano: Solo podía pagar con un billete grande y a esa hora, probablemente la señora del puesto no tendría cambio. Efectivamente: no tenía cambio. Le expliqué a B que no podíamos comprar porque tal y tal, que ya tendría una paletita después de la escuela, a lo cual respondió mirándome como si no le estuviera dando razones suficientes. Repetí la explicación, con el mismo resultado. Y la señora me dijo que tomara la paleta, que ya se la pagaría "a la vuelta". Terminó con: "Para que no vaya batallando con la niña" o algo así...
Unos $4, le quedé a deber. Ambas sabemos que puede que no vuelva a verme. Dejó ir la paletita porque supo que tenía poder para hacer que esa situación fuera mejor para nosotras.
Esa misma tarde o la siguiente, fuimos a la tienda, a dos casas de nuestra casa y B quiso, de nuevo, una paletita. En lo que la dependienta la sacaba de la vitrina, B tomó gel desinfectante para sus manos. Es una fan del gen desinfectante y ha costado enseñarle a moderarse; un día antes, ahí mismo, en la tienda, se había puesto mucho en la mano y al recibir su paleta, la había mojado en el gel y se la había llevado a la boca. Fatal, porque es básicamente alcohol. En esta ocasión, también se había puesto bastante más de lo recomendable y la dependienta, paleta en mano, le dijo: "Ah, no, no te la doy hasta que te limpies" y le dio papel higiénico. Le habló a la niña, no a mí; le habló con normalidad, no gruñéndole ni aleccionándonos con los aires de superioridad de quien se encarga de algo con una cría porque sus padres inútiles no lo están haciendo. Yo lo aprecié mucho.
El cuidado es responsabilidad de todas las personas decentes; más, el cuidado hacia quienes se encuentran en una situación o circunstancia de vulnerabilidad.
Silvia Parque
Una buena tienda para visitar, el trato para con los niños no siempre lo saben gestionar.
ResponderEliminarSí :) Son buenas personas. Les he visto atender a niños que llegan solos y son amables.
EliminarPor la vida te encuentras con gente normal.
ResponderEliminarBesos
Gracias a Dios. ¡Abrazo, Alfred!
EliminarLos padres que más pendientes están de sus hijos —como tú— son los que más agradecen esos detalles que deberían ser habituales.
ResponderEliminarGracias, Macondo :) Deberían serlo, sí.
EliminarAbrazo.
Todos nos hemos de cuidar unos a otros. Porque ese hoy por ti mañana por mi es cierto.
ResponderEliminarUna buena anécdota. Un abrazo
En algún momento necesitamos que nos cuiden o que cuiden a uno de los nuestros :)
EliminarMe encanta " el cuidado es responsablidad de todas las personas decentes", genial !
ResponderEliminarSiempre pienso en eso de: "¿Acaso soy el guarda de mi hermano?"
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