sábado, 8 de diciembre de 2018

Hija enamorada de su papá y mamá en lo suyo

Tal vez estos sean unos brazos de abuelo, pero la foto es linda.

Llegó el momento. He sido excluida del primer plano en la vida de mi hija. Ahora prefiere a su papá y no lo estoy asumiendo con gracia.

La verdad es que su relación es adorable. El problema es que ha coincidido con un aumento significativo en el tiempo que no estoy con ella y eso ha hecho que no solo aparte de mí su atención como consecuencia de que se enfoque en él; además se distancia de mí, molesta o "sentida" porque yo me ocupo de otras cosas mucho más que antes.

Hasta hace poco, usualmente trabajaba de noche y apenas una o dos veces al mes pasaba una o dos tardes completas de la semana corrigiendo un texto; ahora estoy continuamente ocupada. Y seguirá siendo así. Me doy tiempo para recibirla cuando llega de la escuela, casi siempre para jugar un rato y casi siempre para acostarla a dormir; obviamente hacemos las comidas juntas y compartimos el espacio cuando hago cosas de la casa; es más de lo que tienen otras niñas, pero mucho menos de lo que ha tenido. Su primera reacción ante este cambio fue castigarme con el látigo de su indiferencia durante un ratito, cuando yo "regresaba". Me pareció justo. Adaptativo. Pero en eso estábamos, cuando al parecer descubrió que su papá es mucho mejor compañía que yo.

Y sí es maravilloso con ella. Además, no es uno de esos papás que solo juegan; él cuida y educa... con más paciencia y creatividad que yo. Francamente, está siendo mucho más eficiente que yo. Y me conviene. Soy la primera beneficiada cuando hace que ella se lave las manos o guarde los juguetes. Lo otro... su "romance"... también debería darme gusto. De hecho, mientras fue "montándose", yo lo disfrutaba mucho; pero ahora tengo la sensación de que no es justo. Entiendo lo que hay que entender. Y "nadie dijo que la vida fuera justa", decía mi mamá. Pero &g#f!*x#

"¿Si sabes que es una etapa y se le pasará, verdad?", pregunta. ¿En serio? Pensar que tengo un posgrado en psicología y nunca me enteré de que podría pasar algo así. Gracias por avisarme.

"Ella te quiere mucho", dice. ¿O sea que podría parecer que no me quiere? ¿¡Parece que no me quiere!? Porque sí se siente como que no me está queriendo, pero soy una mujer adulta que entiende el afecto infantil...

Lo peor es cuando trata de integrarme a una escena, pidiéndome que haga mal tercio o pidiéndole a ella que me invite o me diga algo o lo que sea. Sé que trata de cuidar la relación madre-hija y de hacerme sentir bien, pero lo primero no es necesario y lo segundo no funciona. Simplemente, me inventaré una dignidad y la usaré para vivir este duelo. No va a ser sencillo porque soy complicada.

Uno de los elementos que complica esto es la culpa.

Hasta hace muy poco, todas mis "ausencias" se debían al trabajo. Alguna vez, con poca frecuencia, me tomaba una tarde para ir a un café o algo así; pero la dinámica era otra; ella no resentía eso. Esta semana, por primera vez, dormí en otra casa -la de mi abuela-, sin ella, y no fue por trabajo. Fui a un evento que terminaba a una hora que ya no me permitía regresar a donde vivo. Podría decir que era un evento en relación con mi ocupación, pero la verdad es que fui a pasarla bien y eso hice. Sentí culpa desde que lo decidí hasta que me subí al camión para viajar a la ciudad. El resto del tiempo, no, porque estoy entrenada para hacer la culpa a un ladito; pero sé que por ahí se queda, agazapada. Afortunadamente, B se encargó de mostrar su inconformidad y eso me hizo sentir mejor en ese sentido. Pero planeo otras salidas, noches incluidas, enteramente de placer. A ver cómo nos va.

Silvia Parque

12 comentarios:

  1. Siempre me ha llamado la atención lo buena madre que eres, pero por lo que comentas observo que estás pasando por un momento en el que miras con lupa las cosas, para ver si eres capaz de encontrarles el lado negativo. Y como eres inteligente, se lo encuentras. Ya pasará, no te agobies.

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  2. Por estos lados se observa bastante ese sentimiento acerca del padre. Una amiga sufrió mucho cuando se separó y la niña vivía llorando hasta bastante mayor la ausencia del papá que se fue a otra ciudad. Me causaba extrañeza ese sufrimiento.
    Y he visto ese apego de los niños a las madres (a veces hasta obsesivo) y de las niñas ...en fin, habría que visualizar -como tú- algo de la psicología humana.
    Qué bueno es para tu hija el disfrute con ambos. Estoy segura que crecerá sin ningún "síndrome".

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    1. Creo que a veces nos vinculamos con los hijos o hijas de maneras que no corresponden, "tomando" de esa relación una suerte de "provisión de afecto" que debemos darnos a nosotras mismas o en todo caso, tomar de una relación de pareja. Yo he tratado de ser consciente de cuánto "tomo" del afecto de B, para que nuestra relación se trate del cuidado y el amor que debe ir de mí hacia ella; pero, mira, me desplaza un poquito y lo resiento :S Hoy, sin embargo, me dediqué sobre todo a estar con ella y puede decirse que "volvió a mí", así que a la hora de comer, cuando yo todavía estaba en la sobremesa, pero ella ya había terminado, pretendió apurarme y subirse arriba de mí para jugar y yo pensé que era un buen momento para que prefiriera consentirse con el papá XD
      Espero que, con el favor de Dios, nuestras fallas y faltas sean compensadas por nuestro amor.

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  3. Me hace recordar a un vídeo de una niña que quería casarse con su papá. Era de unos cinco años y enternecedora.

    Enhorabuena por ese papá para la niña. Un abrazo

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    1. Me imagino :) Esas miradas de amor son "lo más" :)
      Gracias, Albada. Realmente no puedo tener queja en cuanto al papá de B como papá, en todo lo que se refiere al trato; doy gracias a Dios por eso.
      ¡Un abrazo!

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  4. A igualdad en todo, el trato incluso, una nena siempre va a elegir a su papá ja. No sufras!! Besos

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    1. Agrégale que realmente su papá es más paciente y dulce. ¡Ya qué! XD
      Besos.

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  5. A mi me ha pasado con las dos niñas que han estado hiper pegadas a mi y demandantes de mi atención hasta los años. A partir de ahí, se han girado hacia el padre, pareciendo en ocasiones preferirle a él. Siempre lo he llevado mal, porque objetivamente yo me dedico mucho más a mis hijos que mi marido. Por decisión propia y con gusto, pero da rabia ver lo fácil que se lleva el afecto el padre. Ya se que es un sentimiento feo por mi parte porque además también me alegro de su buena relación pero... Ya escribí de esto hace tiempo cuando la mayor echaba tanto de menos al padre en uno de sus viajes de trabajo y yo era como: ¡estoy aquí al cargo de todo sola, valóralo!
    Son sentimientos inevitables para mi
    Pero qué duda cabe que tanto para los hijos como para nosotras lo ideal es un buen padre al que quieren.

    Con el niño no me ha pasado esto. Él siempre ha preferido estar conmigo, aunque ha jugado mucho con el padre y se llevan genial, pero nunca he notado esa debilidad que tienen las niñas por su padre. El niño no ha sido hasta hace un año aprox, cuando ha empezado a tener arrebatos adolescentes que yo no se gestionar, cuando le he visto más cómodo y cómplice con su padre. Pero son momentos muy puntuales y recientes.

    En tu caso, me alegro de que tu hija tenga tan buen padre. Y me alegro de que no sólo trabajes y hagas de madre, sino que también tengas ratos para ti, para tu diversión y necesidades. Eso es salud y acaba repercutiendo en positivo para las dos.

    Un beso

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    1. ¡Ay, Matt! No sabes qué gusto, pero qué gusto me da oír que también has vivido esa sensación de que no es justo y ese desagrado por ser desplazada; ya que eso me dé gusto es feíto, pero así son las cosas de la identificación :S "mal de muchas, consuelo efectivo" XD
      Claro que una entiende que es de lo mejor que quieran al papá, que es bueno para toda la familia, pero... se siente lo que se siente...
      Es peculiar cómo a pesar de los cambios sociales, sigue dándose con frecuencia este acercamiento de las niñas al papá y de los niños a la mamá.
      Me cuesta imaginar los arrebatos adolescentes de tu niño, como que lo tengo muy presente como "niño"... Conozco una familia en la que justo la adolescencia marcó el peor momento para la relación de los niños con el papá y de la niña con la mamá; yo elucubraba que como animales que somos, el macho-papá marcaba su territorio y no quería otros machos (cachorros crecidos que dejan de ser cachorros), y la hembra-mamá lo mismo; pero ya ves que si cada cabeza es un mundo, cada familia es un universo XD
      Sobre el tiempo para mí, realmente creo que los primeros dos años no me hacía falta, no lo extrañaba -salvo una ida a tomar café muy de vez en cuando, dos tardes al año de ver una película, muy mínimo-; como que yo estaba muy bien instalada en ser una mamá a una bebé pegada; pero luego, coincidiendo con mi necesidad de destetar, fue creciendo mi necesidad de un espacio para mí, de diversión adulta, de otras personas. Creí que B estaba resintiéndolo, pero su papá me hizo notar que no es el tiempo que trabaje o salga lo que resiente, sino el tiempo que estando con ella no la miro a los ojos, me impaciento, no platico. Ya hice "ajustes" en eso y se nota. Realmente es un buen compañero para mi maternidad y un buen papá en todo lo que respecta al trato que le da.
      ¡Un beso con mucho cariño! Qué gusto leerte.

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    2. Igualmente, Silvia, también es un gusto leerte a ti.

      Qué bien que hagáis tan buen equipo en ser padres para vuestra hija. Yo creo que al final os complementáis muy bien, que es lo que más importa.

      Yo también he sentido con mis tres hijos ese apego brutal de ellos a mi y de mi a ellos, hasta los dos años. Y a partir de ahi yo también he sentido necesidades propias al margen de ellos

      Un beso

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    3. :) :) Sobre el equipo que hago con el papá de B, ya sabrás que muchas veces no somos muy coordinados o eficaces que digamos. Era muchísimo más armónico todo, cuando B era bebé: cuando se trataba solo de criar y no de educar; al pensarlo siempre recuerdo que tú mencionaste algo sobre eso, que el tiempo de criar se pasa rápido y le siguen muchos años de educar, siendo esto mucho más complicado; no obstante, a pesar de las dificultades, creo que sí, nos complementamos bien :)
      ¡Un beso!

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