Si duele hacer ejercicio cuando una no se ha movido en mucho tiempo, si duele estirar las piernas después de un viaje largo en autobús, duele muchísimo más cambiar la posición vital con la que una se ha parado a sostenerse en la vida. Moverse de ahí plantea la posibilidad de cambiar de identidad. Con los años nos volvemos más de esto y menos de aquello, cambiamos gustos, modos, mejoramos en ciertas cosas y nos enviciamos con otras, pero nos mantenemos siendo lo que quedó construido cuando teníamos cuatro o cinco años. Cambiar eso es hacer la revolución; creo que es lo más grande que pueda una hacer por una misma: refundarse.
Silvia Parque
Refundarse, qué gran palabra, me encanta. Yo nunca me he refundado, sigo siendo la que era con 4 años. Tu sí?
ResponderEliminarBeso
Es una buena palabra :) Yo creo que estoy en eso, Matt.
Eliminar¡Un beso!
Ya lo hemos hablado muchas veces, tienes toda la razón, como acaban de comentarme en un blog que acabo de descubrir y que me ha entusiasmado "Saber algo -o creer saberlo- no implica poder ponerlo en práctica".
ResponderEliminarPor cierto, te lo recomiendo, creo que podría gustarte, igual ya lo conoces, no se... es éste:
http://100-mentiras.blogspot.com.es
Hay un paso entre saber algo, y saber que se sabe ese algo; luego hay otro para hacer algo con eso que se sabe.. Iré a darme una vuelta a ese blog :) ¡Gracias, Inma!
EliminarSí¡yo quiero!
ResponderEliminar:) Pian pianito ;)
Eliminar