Los niños chiquitos causan gracia aprendiendo esto: un niño de dos años puede querer helado de un sabor y helado de otro sabor al mismo tiempo: no uno detrás del otro, no la mezcla de los dos, sino uno y otro al mismo tiempo; pueden querer cargar en sus manos cinco cosas cuando en sus manitas no caben más de dos. Pueden querer mojarse y permanecer secos (aunque eso tiene tal vez más relación con el hecho de no entender la relación causa y efecto).
Las personas adultas suelen hablar de la necesidad de la renuncia cuando algo es inconveniente o menos conveniente que otra cosa. Sin embargo, hay veces que se requiere renunciar a algo, siendo las opciones igual de "convenientes". Por poner un ejemplo simplón, puede ser tan buen plan para un sábado salir al cine, al teatro, a una exposición, a un restaurante especial, a visitar a un amigo... Descartando lo que guste menos, lo que requiera condiciones o recursos que no se tienen, lo que "salga caro" en comparación con otras cosas, pueden quedar dos, tres o más opciones, digamos "empatadas", y habrá que elegir una. Así pasa también con cosas mucho más importantes.
Silvia Parque
Cada elección es una renuncia a otra opción. La vida es un camino con infinitas bifurcaciones, y con cada elección, vamos avanzando hacia algún lugar personal o de logros o metas.
ResponderEliminarRenunciar se hace difícil para los niños, peor no te engañes, siempre cuesta, porque queda la duda de qué habría pasado si hubiera hecho tal cosa . Un abrazo
Estoy de acuerdo contigo :)
EliminarUn abrazo, Albada.
La vida es un continuo decidir. Lo que hay que ser es positivo para valorar lo que de bueno que tiene la opción elegida con respecto a las otras. Recuerdo son una sonrisa de pena aquella frase (creo que de Charlie Brown) que decía más a menos así: "Hoy he tomado 5000 decisiones y todas mal".
ResponderEliminar:) :) Esta clase de "sonrisa de pena" se siente de algún modo bien...
EliminarPienso como tú: hay que valorar la opción elegida.
Eso en economía tiene un nombre: el coste de oportunidad. Por explicarlo sencillo, cuando inviertes en algo el coste de oportunidad es aquello en que no inviertes en su lugar. Se estudia y se analiza.
ResponderEliminarPues ese mismo concepto es extrapolable a todas las decisiones en la vida. Pero no se suele estudiar ni analizar...
Un beso!
¡Me gusta mucho aprender palabras, expresiones y conceptos! Gracias :)
EliminarYo creo que a efectivamente, suele no estudiarse ni analizarse muchas veces; sin embargo, otras tantas, aunque tampoco se le estudie ni analice,se le da muchas vueltas y la persona se aturde al grado de no poder decidir...
¡Un beso, Matt!
Mi vida ha sido eso, renuncia pura y voluntaria.
ResponderEliminarA los 15 años el doc me iba a operar pero entré en pánico. Me dio un tratamiento de por vida, no coma esto, esto, esto y esto.
Y todo esto.
Aprendí a comer frugal, natural y simple. He permanecido sana, gracias a Dios que me ha ayudado a vivir así, aunque algunas veces igual caigo en las papas fritas. Renunciar es solo una disciplina en beneficio de algo mejor.
Parece que fue una estupenda decisión: la más sana. Evitaste un riesgo a cambio de prácticas saludables, tal vez un tanto restrictivas, pero por lo que cuentas, tampoco algo súper severo.
EliminarCreo que más veces de las que quisiéramos, nos encontramos con que la renuncia es a algo que no es tan claramente "algo mejor". Porque entre una vida completamente sedentaria y hacer algo de ejercicio, está claro que lo segundo es "mejor" para la mayoría de las personas; pero a veces es muy difícil saber si realmente una opción es mejor que otra :S