jueves, 20 de septiembre de 2018

La escolarización de la niña

En la colonia-isla en la que vivo hay un jardín de niños y una primaria. Ya he comentado características que no me gustan de este sitio y de sus habitantes (la violencia normalizada, la suciedad en las calles, el vandalismo). En cuanto inició el ciclo escolar me di cuenta de que la escuela no es un botón de muestra de "eso", sino al contrario: es lo mejor que tenemos -ahí sí hablo en plural-. 

La adaptación de B al jardín de niños fue tan increíble que en realidad no parece haber habido "adaptación". Llegó como pez a nadar al agua. Era justo su momento, la maestra parece ser justo lo que necesitaba y el sistema que llevan le viene de perlas, aunque mi ideal sea otro. Esto me permite dejarla con confianza y gusto, sin embargo:

Su escolarización ha sido buena para mí no solo porque esté conforme o contenta con eso que ella tiene, sino por lo que me ha traído a mí -valga la redundancia-.

Dos cosas son fáciles de compartir:

Hacer que la niña esté lista para salir de la casa a determinada hora me obliga a levantarme temprano. Hace años que había perdido esa costumbre. Si me llego a levantar "tarde" es un tarde que de todas formas es temprano porque necesito haberme puesto de pie antes que ella.

Tengo una especie de "prueba objetiva" de que "funciono" como mamá. No tengo la estabilidad económica que mi hija necesita, mis complicaciones existenciales y las de mi sistema nervioso no juegan a su favor y cada vez es más difícil que me ponga de acuerdo con su papá respecto a ella (antes podíamos diferir en todo, pero estábamos de acuerdo en lo que concernía a la niña); sin embargo, me siento bien porque ella va cada día bien presentada a la escuela, llega a tiempo, lleva su almuerzo saludable y lo que haya indicado la maestra. Para alguien que no consigue dos noches seguidas sin trastes sucios en la tarja, es un logro que la criatura tenga uniforme limpio cada día. Hay cosas más importantes que eso, pero sentirme satisfecha por "eso" ayuda cuando me siento incapaz frente a las cuentas por pagar y esa clase de cosas adultas con las que la mayoría parece entenderse tan bien. 

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Hacer de mamá es muy difícil, aun teniendo pareja estable y estabilidad económica. Me alegra ese orgullo porque la niña vaya limpia, alimentada y sana cada mañana al cole. Es la primera disciplina que es buena inculcar, la puntualidad y estar a la altura de sonde vamos.

    Qué bien que la niña vaya contenta, ,seguro que aprovecha la convivencia con otros niños, y lo que le enseñen. Felicidades. Un beso

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    1. Tienes razón.
      Me doy el gusto de sentirme satisfecha ;)
      La verdad es que B no hace mucho caso de sus compañeros, desde lo que alcanzo a notar, pero precisamente por eso creo que le hace mucho bien estar ahí. ¡Vaya que si le gusta!
      Gracias, Albada.
      Un beso :)

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  2. Es un agrado leer las historias con tu hija, he recomendado tu blog a una amiga que recién tiene un bebé de 1 añito, seguramente le servirá.
    Además tu hija me recuerda mucho lo que viví de niña con mamá, las dos solas en el mundo, ella luchando por el pan diario y yo nunca me di cuenta de las carencias hasta que fui adulta, mirando hacia atrás valoré los esfuerzos de ella para que nada me faltara. Siempre agradezco a Dios por mi madre y valoro mucho que tú te parezcas a ella en el amor que tienes por la niña. De verdad, nunca olvidará tus esfuerzos.
    Un abrazo.

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    1. Ay, Ojo humano, qué bonito siento lo que dices. Me emocionas de verdad, lo aprecio mucho, realmente. Tocas mi corazón y lo apachurras (bonito).
      Ojalá tu amiga pase por aquí ;)
      ¡Un abrazo!

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