sábado, 15 de septiembre de 2018

Otra oportunidad

Este mes de cumpleaños, la celebración no está siendo festiva al modo tradicional. He estado pensando.

Pienso y pienso.

Pensé un poquito en el pasado y me permití un ratito de la fantasía de haber hecho algo diferente, pero el gusto no me duró: no puedo dejar de tener conciencia de que B no estaría aquí si cualquier cosa hubiera sido de otro modo. Traté con cambiar "algo" después de la fecha en que nació, pero se me ocurrió que si cualquier cosa no hubiera sido como fue, tal vez eso habría cambiado su crianza y ella no sería exactamente la niña que es ahora.

Luego pensé en el futuro. Un poquito de mi fantasía favorita: la casa de mis sueños. La he remodelado. Tenía años soñando con la misma casa. Ahora es otra.

Y pensé en cómo pasar de donde estoy a donde necesito estar, pero las respuestas en realidad las conozco, así que no me entretuve mucho.

Pienso en la persona que soy y mi relación con mi alrededor.

He dejado de decirle a B que recoja sus juguetes. No los recoge porque no he sido suficientemente consistente creándole el hábito y porque yo misma no soy ordenada, así que en vez de insistir, me detengo y observo cómo funcionamos.

Pierdo mucho tiempo. Fue ocurriendo en la medida en que tenía menos trabajo y seguramente no ayuda a que tenga más trabajo (no es que quiera trabajar más, pero me urgen más ingresos). Pierdo energía en Facebook y Twitter, así que le pongo nuevas reglas a mi paso por ahí.

Pienso en los blogs como parte de pensar en mí. Más de lo que quisiera admitir, escribo y publico aquí porque es muchísimo más fácil que ocuparme de los proyectos de escritura que me dedico a abandonar y recuperar. Y eso me lleva a considerar por primera vez en la vida: ¿realmente quiero escribir? ¿No lo habría hecho ya, si tanto quisiera hacerlo? El papá de B me dice que Proust no había escrito ni una línea de En busca del tiempo perdido cuando tenía mi edad. Le digo que seguramente podía mantenerse a sí mismo y me responde que era un noble, así que la cuestión no aplica. Yo pienso en que a mi edad, mi mamá ya había pagado mi carrera en una escuela particular. Cada cual su camino, pero...

Recuerdo los días y noches escribiendo en la adolescencia, apasionada con lo que estaba haciendo. Solo he vuelto a sentir esa pasión cuando me metí en el proyecto laboral de mi vida, que avanza a paso lentísimo: tan lento que no tiene para cuándo concretarse. Porque siempre pasa "algo". Siempre. Una complicación. Un problema. Un "algo". Una cuestión de salud, de dinero, de la casa, en relación con la niña, conmigo, "algo" pequeño, mediano, grande que me interrumpe y cuando quiero continuar en lo que estaba, no puedo: me paralizo; mejor escribo una entrada, leo algo, comento algo, me sigo "preparando" (es un trampa seguir preparándose).

Voy a darme otra oportunidad.

Silvia Parque

15 comentarios:

  1. Interesante y común esa situación. Uno se boicotea los grandes proyectos, porque son costosos de tiempo invertido. Se llama procrastinación y todos lo hacemos. La excusa son los hijos pequeños, las urgencias cotidianas que no son importantes pero importan y hacen poner pausas una y otra vez en el proceso de llevar acabo el proyecto. Piensas y repiensas en el por qué, pero es así. Ser mujer con hijos chicos es la causa por la que más proyectos profesionales se estancan.

    No importa. Acabará por salir maduro y redondo, ya lo verás. Un abrazo grande y date tiempo y benevolencia al juzgarte

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    1. A mí me parece de lo más interesante; es muy común, pero no todos lo hacen y entre quienes lo hacemos, creo que algunos destacamos: MUCHO posponer, mucha incapacidad... No creo que los hijos pequeños estanquen los proyectos profesionales en los casos de personas con recursos más allá de lo básico, aunque sí creo que pueden ser el pretexto perfecto. Bueno, el primer año de vida, el bebé realmente puede absorber a la mamá; pero después, una elige; con mayor o menor margen de maniobra, pero una elige. En mi caso, mi hija puede servir como pretexto perfecto porque elegí estar en casa con ella y porque es más inquieta que otras niñas, pero está claro que es un pretexto porque igual me boicoteaba antes de que existiera. Y es que tal vez he sido demasiado benevolente en esto conmigo... pero, pues, me toca estar de mi lado... Así que me quedo con tus últimas líneas :)

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  2. A mí me sucede que tengo gafada la lectura de El Quijote. Varias veces en mi vida me he puesto a leerlo de principio a fin en su versión completa y en todas ellas ha sucedido algo para que tuviera que interrumpir su lectura antes de terminarlo.

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    1. Yo lo intenté dos veces. La primera vez, la verdad es que no me enganchó. Pero la segunda vez sí, lo estaba disfrutando y "algo" pasó...

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  3. ¿Será que a todos nos pasa algo parecido¿
    Porque he tenido muchas veces esos sentimientos y percepciones que describes..."siempre pasa "algo"...es la historia de mi vida, he intentado un montón de proyectos pero ahí están, algo los detiene...
    ¿Qué hacer¿...No tengo una respuesta y por lo que veo se está muriendo mi teclado que no quiere escribir los signos...ay...

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    1. Ay, Ojo humano, espero que tu teclado haya "vuelto en sí".
      Usualmente me consuela saber que no soy la única en algo que no me gusta, pero en este caso no, más bien me apena... Porque si se trata solo de no terminar de leer El Quijote, como en el caso de Macondo (con lo que también coincido), pues bueno, es una pena, pero qué se le va a hacer, la vida de para lo que alcanza y una hace lo que puede... son como proyectos "extra", me parece: es una pena no concretarlos, pero bueno... Sin embargo, si se trata de los proyectos que surgen de los sueños en los que se ha empeñado el alma, los proyectos en los que hay un compromiso de la realización del ser, entonces es más que una pena... Creo que mi Pastor diría que la respuesta al "¿Qué hacer?" está en recordar o recuperar la identidad...

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  4. Estaba pasando por aquí, revisando contenidos de mi interés. Recién comienzo en esto de Blogger, pero quería saber si habían más personas hablando de la vida. De todas esas cosas cotidianas que nos roban el sueño y llegué a tu Blog.

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  5. Creo que se trata de no pensar mucho y ponerse a ello. La gente que más se paraliza y autoboicotea suele ser gente de mucho auto análisis, algo egocentrica, que se dedican mucho tiempo a observarse.
    Mientras que las personas más enfocadas y con éxito en sus objetivos, suelen ser pragmáticas y resolutivas, más volcadas al exterior que a su interior.
    Todo esto Silvia, es mi humilde opinión en base a lo que he ido observando y además porque entre mis cinco mejores amigos, tengo dos casos extremos de cada perfil, en los que funciona exactamente así.

    Creo que es dificil luchar contra uno mismo, el carácter y temperamento con el que nacemos.
    Por eso te sale ser benevolente contigo, porque en el fondo sabes que eres así y haces lo que puedes con cómo eres.
    Ahora bien sí creo que ante una motivación muy grande, y ninguna mejor que pensar en él bienestar de un hijo, se puede salir de lo que a una le sale de natural, y moverse de forma más resolutiva hacia donde quiere estar.

    En cualquier caso, mucho ánimo y muchos besos

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  6. Decía Picasso que la inspiración si existe, pero debe encontrarte trabajando.

    Cada quien con sus prioridades Silvia. Que bello espacio el de observarte e ir avanzando a tu ritmo, irte estancando en el momento adecuado y fluyendo de nuevo cuando debe ocurrir.

    No todos funcionamos igual, y qué bueno que veas tus ritmos, tus momentos y tus herramientas !!!

    Un beso a ambas!!! :*

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  7. ¡Hola!
    A mí me pasa a veces, en cambio otras decido dejar de boicotearme y ponerme a ello, pero hay momentos, y circunstancias...
    Yo creo, por ejemplo, que tiene mucho mérito que lleves tantos blogs, yo con uno ando loca.
    Un abrazo.

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    1. Gracias por la buena voluntad, Marigem :) Hace bien :)
      Es verdad que hay momentos y circunstancias. Creo que a veces me pesa un bloque grande de tiempo que podría considerarse "perdido", pero es más útil verlo no como un bloque grande sino como varios momentos, algunos de los cuales tienen circunstancias muy especiales...
      Un abrazo.

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