Pidió la canción del monstruo, que es ESTA.
Fui a ponerla, pero ya que estaba aquí sentada -en la computadora-, aproveché para ver algo en Facebook.
Entonces, volteé y vi a la niña encima de la barrita de la cocina. Fui para allá. Todo nuestro coco estaba en el piso y la superficie de la barra estaba rayada con marcador permanente. Me puse como ogra y le grité. Le dije unas cuatro veces que tiró el coco, tiró el coco, tiró el coco... rayó la mesa, rayó la mesa... Y estaba yo en mi berrinche cuando me pregunta con verdadero interés, con buen tono, educadamente: "¿por qué te enojaste?"
No sirve gritar a los niños. (Está claro que sirve para amenazar y lastimar, no sirve para educar).
Yo no lo hago, no porque no sirva, sino porque es violento y sé que está mal; pero con estas cosas me resulta evidente que no sirve para mis propósitos.
Un día me dijeron "a veces, hace falta gritarles". Claro que no. A ella no le "hace falta", ni le ayuda a aprender, ni nada bueno. Y no es que la mía sea especialmente dotada: a ninguna criatura le "hace falta".
Silvia Parque
me recordas que otros dicen que hay que pegarles de vez en cuando ja... asustarlos un poco si, tienen que respetarnos algo jaja.,... saludos...
ResponderEliminarMi amiga repostera me dijo que los niños son como la masa del pan, a la que hay que pegar para que quede bien.
EliminarNaah, ni un susto a propósito, que el respeto llega también desde la confianza y el recoocimiento ;)
¡Saludos, JLO!
Me qkedo muí claro qk ni los gritos ni los golpes funcionan lo único qk traen es desobediencia y actitud negaticva
ResponderEliminarY si una es honesta con una misma, se siente bastante mal ;) Gracias a Dios hay un camino amoroso.
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