- Entrar a la cocina.
- Entrar al estudio.
- Entrar a la recámara sola.
- Entrar al baño sola.
- Comer lo que no es comida.
- Tirar la comida fuera de la charola.
- Manotear a las personas (incluida ella misma).
- Morder a las personas.
- Impulsarse hacia atrás en la sillita para comer.
- Pegarse en la cabeza.
- Huir del cambio de pañal.
- Bajar las manos al "área de cambio de pañal".
- Ponerse de pie en la bañera.
- Jalar cables.
A eso hay que agregar que la hora de dormir se instala aunque ella tenga ganas de fiesta, que papá come delante de ella cosas que ella no puede comer, que hay que esperar a mamá muchísimas veces durante lo que parece una eternidad, etc., etc.
¿Cómo se puede dudar de la necesidad de ser gentiles con alguien que pasa por semejante proceso?
Silvia Parque
Jajajajajajaja la verdad es que los pobres tienen miles de restricciones impuestas. Pero es por su bien, especialmente en la edad de nuestras nenas tienen tanto peligro, con la motricidad suficiente para llegar a todo y sin conocimiento para discernir lo peligroso de lo que no lo es.
ResponderEliminarUn beso
Sí, Matt, a veces paso un buen rato en que es "esto no, lo otro tampoco, eso ni se te ocurra...", y pienso: "pero si ahí están todos sus juguetes !!!"
Eliminar¡Un beso!
Los juguetes han perdido la emoción de la novedad y hay que experimentar sensaciones distintas. Es humano que así suceda, aunque sea inconveniente o incluso peligroso.
EliminarBesos.
¡A sacar juguetes nuevos, entonces! Todavía tiene guardados unos cuantos :D
Eliminar¡Besos, Macondo!
Guárdale esos y sácale los que tienes guardados y cuando se aburra haces lo mismo a la inversa. Los anteriores cobraran de nuevo interés.
EliminarBesos.
¡Pero claro! Tienes todísima la razón !!!
EliminarBesos, Macondo :D