Vuelvo al blog con la vuelta a la normalidad. Entre la niña enferma y quedarme sin internet, los días anteriores fueron muy interesantes. Tan movido ha estado todo, que ayer no me di cuenta de que era día 18, y no celebramos los 10 meses de B: ya será hoy, y espero que el principal motivo de celebración siga siendo su salud: tiene un par de días que ha tosido un poquitito, y me perturba la posibilidad de que sea el retorno del bicho. Al principio fue gracioso, porque imita la tos de su padre, pero hoy en la madrugada ya no fue imitación. Ojalá pudiera fumigar la casa, como el padre se fumiga la garganta con salbutamol. En el supermercado y en la calle, he oído a la gente hablando de sus infecciones en la garganta o de las de sus parientes/conocidos. Yo me puse mala junto con la niña, pero a mí se me quita solo; usualmente hago gárgaras con yodo y nada más, pero esta vez ni tiempo me dio, y mis defensas hicieron todo el trabajo. Espero que cuando B crezca, su cuerpo también funcione más o menos así. Por lo pronto, si dentro de muchos -muchos- meses se vuelve a necesitar darle medicina, pediré que si se puede, sea inyectada: más rápido el efecto, más rápido el trance penoso, y sin la preocupación de que esté devolviendo lo que ha comido.
Así contado, pareciera que no paso por los momentos muy bonitos que estoy pasando. B me maravilla en su relación con el mundo. Ayer ha puesto la cereza en el pastel, gateando. Ya tenía semanas desplazándose a voluntad, pero reptando. Ayer extendí su "campo" colocando una colcha en el suelo, y lo estrenó saliendo de ahí hacia las bolsas de la ropa sucia. Yo estaba sentada, justo acomodando la ropa, y lo vi: brazo pierna, brazo pierna; nada más; pero sé que es el comienzo.
Silvia Parque
Me alegro de que esté mejor. Un beso.
ResponderEliminarGracias. Un beso, Susana.
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