Hace unos días, con mi niña dormida, cené apresuradamente. Yo comía, hablaba, caminaba, y de cierta manera vivía rápido, en otros tiempos, hasta que todo se complicó y quise mayor tranquilidad. Cuando nació B, sin embargo, necesité comer rápido para volver a atenderla, a veces con la super prisa de estarla oyendo llorar. No ubiqué un interruptor para bajar la velocidad, esa noche de hace unos días, cenando con ella dormida.
Vivir con calma ayuda a tener conciencia de "ahora estoy en esto otro.- puede ser de esta otra manera"; pero las dinámicas de la prisa se autorrefuerzan.
Silvia Parque
Es importante relajarse y descansar. Un beso.
ResponderEliminarMuy cierto.
EliminarUn beso, Susana.