Silvia Parque
sábado, 29 de agosto de 2015
Viajar en el tiempo
Yo he querido retroceder en el tiempo. He fantaseado con eso varias veces, en el mismo ánimo de la socorrida fantasía de ganar un millón de pesos, o diez millones; me pregunto con afán si será mejor retroceder hasta tal punto o hasta tal otro; imagino que estoy ahí, sabiendo lo que sé -de otra forma no tendría sentido-, y hago las cosas de modo diferente. Algo de frustración queda cuando termina la fantasía. Pero un día aprendí que Dios puede deshacer los embrollos en los que nos metimos, rehacer y restaurar, mejor que si una pudiera viajar en el tiempo con riesgo de cometer no los mismos errores, pero sí otros. El día que aprendí eso me sentí aliviada. Hoy me viene bien recordarlo.
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Hay personas (evidentemente tú no) que están más tiempo pidiéndole a Dios por sus problemas que poniendo de su parte por resolverlos.
ResponderEliminarBesos.
A mí me ha requerido esfuerzo escuchar lo que Dios dice que debo hacer, y ponerme a hacerlo; si me pongo a resolver por mi cuenta, no resulta bien :)
Eliminar¡Besos, Macondo!
Hola. una gran reflexión... ya que o podemos viajar en el tiempo para hacer y deshacer por lo menos tenemos a Dios... seguimos en contacto
ResponderEliminarY es mucho, es todo, tenerlo :)
EliminarSeguimos en contacto.
quien a Dios tiene, nada le falta (Santa Teresa). Un beso.
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