En el segundo sueño hubo más emoción negativa... cierta desesperación. Yo vivía todavía con mi familia de origen, y nos habíamos mudado a una casa con menos habitaciones de las necesarias; la distribución de muebles y personas me parecía mal hecha, así que me autonombraba líder del "acomodo" e iba por aquí y por allá, indicando cómo poner las cosas y dónde dormiría quién, pero mi abuela, que era la única cooperando, no me seguía el paso, ni parecía muy convencida de mis ideas. Finalmente, cansada, como que me daba cuenta de que no había una habitación para mí, y que yo realmente no vivía ya con ellos, o no tardaba en irme, y que de cualquier forma, esa era la casa de mi abuela, y el acomodo era asunto suyo.
La moraleja es tan evidente, que no podré decir que no fui advertida. Me frustran dos cosas: asuntos míos y asuntos ajenos. Nada más me corresponde la frustración por mis propios asuntos, y esa es fácil de manejar, porque lo necesario lo tengo provisto, y lo demás, soy bien capaz de tomarlo de la mejor manera.
Silvia Parque
Los sueños suelen decirnos o reflejarnos cosas que almacenamos en el inconsciente, me parece un tema súper interesante. En mi caso sueño mucho que vuelo... ja
ResponderEliminarEs muy interesante, sí :) Yo creo que nunca he soñado con volar, debe ser emocionante ;)
EliminarYo también suelo tener esa clase de sueños. Un beso.
ResponderEliminar¡Pues a realizarnos más, Susana!
EliminarUn beso :)
Yo soñé anoche que iba con un grupo de gente y en un determinado momento para proseguir el camino tenía que saltar de una altura considerable, me asomaba, miraba y no era capaz, mientras los demás lo hacían con total facilidad. Me giraba, buscaba rutas alternativas, con la sensación de que era la única inutil incapaz de hacer aquello. Prefiero no analizar ni sacar conclusiones.
ResponderEliminar¡Ah, los sueños! En el mundo del psicoanálisis se dice que: "toda interpretación fuera de sesión, es agresión" ;)
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