miércoles, 4 de septiembre de 2013

A quien corresponda

Una vez encontrada la pregunta correcta, hay que encontrar el destinatario que corresponde. Si una mamá quiere saber por qué su niño de cuatro años ha hecho una barrabasada, no tiene caso preguntárselo a él. Tocará preguntarle cómo se siente, qué piensa de lo que ha hecho, pero no "por qué" lo ha hecho. En cambio si una mujer quiere saber si se ve bonita, no servirá preguntárselo a nadie más que a sí misma; si le responden que sí o que no, no podrá creer más que lo que se haya respondido a sí misma. Ya si quiere saber si resulta atractiva para su pareja, entonces toca preguntarle a la pareja.

A veces hacemos a simples mortales, preguntas imposibles: "¿por qué no me quieres?" "¿qué es lo mejor?"

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Demasiadas preguntas sin respuesta. Cuando no me pueden responder o la respuesta no me satisface, me hago las preguntas a mí misma, porque mi puzzle siempre debe estar cuadrado y aquí estoy, con la mitad de las piezas desordenadas encima de la mesa.
    Besos

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    Respuestas
    1. Para eso resulta muy conveniente "ser creyente", las preguntas para las que no puedo dejar de necesitar la respuesta, y que no pueden darme, se las lanzo a Dios, a la Vida :)
      ¡Besitos, Inma!

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