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lunes, 21 de marzo de 2022

¡Por fin puedo escribir!

Noto que hace casi un mes de mi última entrada !!

Ha sido un periodo con bastante trabajo, pero sobre todo, se me dificultó venir acá porque regresé a la ciudad, o sea, me cambié de casa, lo cual significó un reacomodo de rutinas y quedarme dieciséis días sin internet. Debía aprovechar el internet de la universidad para todo lo del trabajo y ni chance de otra cosa.

Estar en la gran ciudad me permite dormir más. Puede parecer una frivolidad, pero es un cambio significativo en mi bienestar. Allá en mi casita cerca de las vacas, debía salir a las 5:20 de la mañana y acá puedo salir a las 6:40 con buen margen: podría salir a las 7:00 y llegaría a tiempo. Los primeros días, al bajarme del camión, sentía gratamente extraño encontrarme como... ¿bien despierta?, más bien como con energía de empezar el día... No me había dado cuenta de que antes, al bajarme del camión, era como si ya hubiera "trabajado" un rato... algo así. 

Me asustó un poquito al principio ver cómo mis gastos crecían considerablemente; pero Dios es increíble conmigo y se encarga de todo. 

A la criatura le gusta mucho la casa; el "contra" es que en esta ubicación no tenemos parques cerca y ella NECESITA ir al parque. No me preocupé por eso porque vi espacios que parecían parques, no muy cerca, pero tampoco lejos... en el mapa. No puse atención en que eran canchas deportivas y en que "no muy cerca" es más bien "lejos" cuando se va caminando. B necesita columpios, resbaladeros y esas cosas, pero ya estamos organizando la dinámica para que tenga la dosis de juegos que requiere.

Silvia Parque

jueves, 10 de febrero de 2022

Atrapada

Vivo en un hermoso pueblo. Se llama "Ciudad", pero es un pueblo grande. Amo que las vacas entren al terreno de la casa en la que vivo. Amo caminar y encontrar caballos o burros, como se encontrarían perros en otros lugares -que tampoco faltan-. Frente a mi casa hay ganado menor. Hace unos días, había un cochino precioso en mi calle -los perros, vueltos locos-. Me gusta. Me gusta que en el centro hay un río y árboles frondosos de troncos gruesos. Pero tiene sus desventajas...

No se puede confiar en los camiones urbanos -solo hay una ruta- y puede ser muy difícil conseguir un taxi antes de las 8:00 a. m. o después de las 8:00 p. m. Ni hablar de servicios como Didi o Uber: no hay. Así que sin vehículo propio, es muy complicado llegar a algunos puntos a algunas horas; por ejemplo, que yo llegue a la universidad a mi hora de entrada.

El semestre pasado no fue "tan así". Sí pasó varias veces que al camión se le hacía tarde y más de una vez me dejó plantada; pero este semestre es peor y se está haciendo insostenible. Hacer una hora y cuarto entre el pueblo y la ciudad -más el camino a la universidad- no me resulta muy pesado porque leo, duermo y tonteo en las redes; puedo hasta preparar clase en el camino, gracias a todo lo que es capaz de hacer mi celular; pero el no saber si podré llegar a tiempo o si podré llegar: no, no.

Hoy he gastado una cantidad considerable de dinero, tomando un taxi desde el pueblo hasta la universidad, en la ciudad. Habrá que mudarnos. Lo habíamos pensado para cuando B terminara preescolar, pero parece que tendrá que ser antes...

Vivimos en donde vivimos, justo por la escuela de B; pero con la pandemia, todavía están siendo las clases a distancia: la maestra envía actividades que realizamos en casa. No sé y nadie puede saber a ciencia cierta, cuando volverán a lo presencial, que por cierto, debido al aforo correspondiente a las medidas de sana distancia, no es de todos los días, sino de dos días a la semana. Por Ley de Murphy, capaz que nos cambiamos y al siguiente día se dispone que todos los niños a los salones; pero está siendo muy difícil mi desplazamiento a lo que es nuestra principal fuente de ingresos, así que...

Silvia Parque

martes, 9 de enero de 2018

La nueva casa

Ahora vivo en una especie de isla en la carretera, un poco como un pueblo. Aquí también viven los perros más ufanos del mundo. 

Mi tía, la que más cerca está de nosotras, piensa que estoy mal de la cabeza y seguro solo puede ver que es un lugar pobre. Solo a ella le permito recordarme -repetidamente- que "piense primero en mi hija", como si fuera una adolescente que no tiene idea de lo que está haciendo. Vale. Ajá.

Yo veo la vida que quiero. Mi cultura, valores, principios y expectativas, no son los de mi familia de origen, ni los de mi familia extensa, ni los de otros; son los míos y los de personas como yo, que tampoco somos nada más tres. Desde ahí, esto en lo que estoy es bueno. Todo pinta bien. 

Por ahora no tengo Internet en casa, pero ya me las arreglaré.

Hace mucho que no me sentía tan en mi sitio. Es importante para mí.

Silvia Parque

miércoles, 3 de enero de 2018

Iniciando el año

Terminé el año como correspondía al año loco que fue: mi cuerpo se sintió muy mal y en los últimos días estuve más agobiada que otra cosa; pero un vasito de sidra y una buena película me dieron una nochevieja reconfortante: amaneció el día primero y mi disposición a hacer del que inicia mi mejor año tuvo su primer fruto: me cambio de casa este fin de semana. Me hace mucha ilusión. Es una diminuta casita de mis sueños.

Antes de decidir que rentaría "ahí", me aseguré de que hubiera cobertura de Internet. Espero contratar el servicio en cuanto estemos allá; sobre todo, espero que lo conecten rápido. También espero que sea posible cancelar el servicio que tengo ahora, lo cual en mi experiencia casi nunca es posible. Vamos a ver. Por lo pronto no me detengo a hacer de eso un problema. En verdad estoy ilusionada. Ojalá no sea difícil para mi niña.

En cuanto a ella: hoy celebramos el inicio de mi año laboral, lo que sirvió de pretexto para hacerle un regalo. Esta siendo un tema, ese de los regalos...

Desde lo que llamamos "prenavidad", quiere regalos todos los días: mañana, tarde y noche. Siempre ha vivido como algo cotidiano recibir detalles, sorpresas, casi siempre algo pequeño y sencillo, como una manzana, por ejemplo; pero luego de haber desenvuelto numerosos regalos, uno tras otro, parece que se hizo adicta, incluso ha llegado a pedirlos de manera cansina, machacona: "quiero un regaaaaaalo". Así que estamos trabajando en el tema. Como hemos hecho antes, le dimos varias de sus cosas nuevas y reservamos más de la mitad que irá recibiendo paulatinamente, para dar un lugar especial a cada una. Se le da bien apreciar los objetos y no queremos que eso se pierda; queremos que valore tanto las cosas como lo que representan: trabajo, para empezar.

El caso es que hoy celebramos el inicio de mi año laboral y le di un brillo labial de un juego de varios que le regaló mi mamá. Lo volví a envolver porque le encanta desenvolver. Estaba de lo más emocionada: encantada. Lista para dormir, en pijama bajo las cobijas, seguía "pintándose" la boca...

Hace años que en realidad inicio el año hasta el día tres. Me costó. Tenía un cansancio y una pesadez que se me instalaron con el resfrío y me estaban apachurrando; pero logré levantarme a una hora decente; releí "Este puede ser tu mejor año", de Debbie Ford, sentí como el libro empezó a hacer efecto y aquí estoy.

Silvia Parque

viernes, 16 de junio de 2017

Hogar para dos

Nos mudamos. Una tía me prestará una casa que en este momento no está habitada. La misión del fin de semana es arreglar el lugar para que podamos dormir ahí el domingo. Estoy contenta, emocionada. Veo la mano de Dios haciendo lo suyo.

A mi niña no le gusta la idea. Por si tenía alguna duda, hoy que hemos ido, ha dicho "no quiero ir aquí". Ya se adaptará.

En esa casa viví unos años de mi adolescencia. Me dio gusto encontrarla diferente y no sentir que "regresaba". Fueron buenos años, fuera de la casa. Ya estaba con el papá de B cuando nos mudamos, de ahí a la última casa en la que viví con mi familia de origen; él me ayudó en esa mudanza; lo recuerdo clarito porque en mi paranoia, le hice llevar escondidas mis pastillas anticonceptivas.

Silvia Parque

lunes, 8 de mayo de 2017

Pertenencia y posesión

Ayer domingo encontré el lugar que necesitaba para congregarme. Además de lo que Dios tuvo para mí ese día, en la alabanza y en la prédica del servicio, el hecho de saber que volveré a ese sitio con esas personas me hizo sentir que encontré casa.

Hoy recibí tres cajas que viajaron desde Querétaro con cosas de B y mías. Dejé de sentirme "desposeída". Supongo que me sentí "poseedora". Viajaron también regalitos que me dieron un subidón porque son cosas muy-de-mi-tipo, muy para-mí, muy-yo. 

Silvia Parque

lunes, 10 de abril de 2017

Se suponía / supongo

Se supone que pasaría en Querétaro poco más de dos años: cursaría el posgrado, tramitaría el título y nos iríamos; era amada y se supone que era imposible que dejara de ser así. Nos iríamos todavía más lejos del lugar del que emigramos. Cuántas veces pasé días fantaseando con viajar al pasado y hacer una cosa u otra diferente, para que mi vida regresara a lo que se suponía que iba a ser.

El domingo volví al lugar de donde me fui. Resolví que es lo conveniente para la estrategia económica de la temporada, con el bienestar de B como prioridad. Una vez decidido, la emoción trajo ilusión y la ilusión trajo ánimo; aún así, la última noche en Querétaro me sentí realmente triste. El domingo estuve de luto. Hoy compré un par de playeras, me corté el cabello.

Supongo que viajo al presente, rumbo al futuro.

Poco antes de ir a vivir a Querétaro.

Silvia Parque

viernes, 24 de febrero de 2017

Nuevo hogar

Me he mudado. Hoy escribo desde mi nuevo hogar.

El proceso de mudanza empezó muy bien. Por la gracia de Dios encontré cada recurso que iba necesitando. Luego se puso desagradable. Había estado empacando desde un par de días antes, por la noche, cuando B ya estaba dormida, así que llegué cansada al momento crucial. El papá de B llegó por la mañana para ayudar; hacia la hora de comer ya había tensión ambiental; finalmente peleamos y luego, por supuesto, me sentí fatal. Mal por haber peleado con él, pero muy apenada por haberlo hecho delante de mi niña. No estábamos exactamente delante de ella, pero se da cuenta de todo. No es justo. Frente a eso son irrelevantes mis razones o justificaciones. Espero conseguir que no vuelva a pasar.

Así las cosas, la emoción que tenía por empezar una nueva etapa en un lugar bonito, dio paso a un abatimiento que no se acabó de ir hasta que tuve casi todo acomodado. Pero, bueno: se acabó de ir; me siento bien de nuevo y hasta logré usar el Internet del teléfono para escribir aquí.

Silvia Parque

domingo, 23 de febrero de 2014

Van con la mudanza

Llega un momento en el proceso de mudanza, en el que hay que ir por Coca Cola y papas fritas. Yo evito la Coca; prefiero beber té helado, y nada me quita la sed sino el agua. Pero hay trabajos que se hacen con chatarra, igual que requieren pantalón de mezclilla. Podrá ser más cómoda la ropa deportiva, pero la mezclilla es parte del uniforme de mudanza, de pintar la pared o de lavar el coche. Y el cuadro se completa con Coca. No podría ser Pepsi -yo nunca elijo Pepsi, de cualquier modo- porque es muy dulce para las faenas rudas.

Silvia Parque

Las cosas más difíciles de empacar

Los ganchos.- La ropa va en bolsas o cajas, según disponibilidad. ¿Pero los ganchos? Como rompen las bolsas, deberían ir en cajas; pero, ¿acostados? ¿de pie? Su forma hace difícil guardarlos sin desperdiciar espacio.

El negativo del positivo de una máscara, es decir: la máscara de yeso en la que se vertirá cemento para tener un molde encima del cual, hacer máscaras.- Debería ser depositada sobre arena y también cubierta de arena, en una caja dura. Hay que proteger la nariz y la barbilla. Así que, ¿cómo sustituir una caja dura llena de arena?

Silvia Parque