miércoles, 26 de junio de 2019

Fluir entre el silencio y las palabras


En la primera cita con la terapeuta de B, le dije que mi prioridad era que la niña se sintiera bien; eso era lo que ocupaba mi mente porque me parecía terrible su malestar. Gracias a Dios su mejoría fue muy rápida. No olvido de dónde salió: de estar días sin jugar hasta llegar un día en el que prácticamente no hizo nada. Estoy agradecida por eso, pero ahora me está urgiendo que hable.

A mi pregunta de si es normal que en una cosa haya evolucionado tan bien y en otra tan lento -según yo-, la respuesta ha sido "Todo a su tiempo". Y lo entiendo. Pero vienen a mi mente frases que decía, ocurrencias que tenía... y me frustra la enorme diferencia con lo que pasa ahora.

Cada noche, me encuentro un tanto o un mucho "insuficiente" y me propongo hacerlo "mejor". Como eso no ha funcionado, ya no me voy a proponer "mejorar". Igual que con el resto de mis ocupaciones, voy a procurar hacer lo que corresponde y a fluir con gracia

Silvia Parque 

6 comentarios:

  1. Todo requiriere tiempo, y solemos ser impacientes, pero la niña es pequeña, así que, con ayuda o buenas líneas de actuación, estará estupenda.

    Un abrazo y por la paciencia

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  2. Supongo que muchas veces es complicado sobreponer lo que conviene a lo que te pide el instinto darle a un hijo. El cuerpo te pide darle todo cuanto quiera para hacerlo feliz y lo conveniente es que no sea así, porque terminarás haciéndolo —además de ineducado— mucho más infeliz.
    Creo que el comentario se ha salido un poco del tuyo. En cualquier caso, no creo que a nadie que te conozca un poco, le quepa la menor duda de que tu prioridad es tu hija.

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    1. Es verdad que pasa eso; sin embargo, a mí lo que más se me complica es hacer lo conveniente en el tiempo que tengo: administrar el tiempo para hacer lo conveniente para ella. Muchas veces no lo consigo y eso equivale a no actuar conforme a que ella sea mi prioridad. Porque no se trata solo de "sentir" que ella es más importante que otra cosa, sino de conseguir priorizar lo conveniente para ella. Pero lo tengo consciente y ahí voy...
      Aprecio siempre tus observaciones amables, Macondo.

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  3. Siempre que hablas de B. me recuerdo a mi madre y a mi. Nunca aceptó un trabajo donde donde no pudiéramos estar juntas; no se casó para que no soportara un padrastro como le pasó a ella, en fin, se negó a muchas cosas.
    Eso me hizo muy responsable de ella y me coartó en muchas áreas. Creo que si ella hubiera vivido su vida un poco más desapegada de la mía yo hubiera sido más libre. No sé si más feliz, porque en realidad juntas lo fuimos, pero ...en fin...no sé, es muy complejo criar uan hija y gracias a Dios hay un papá también (en mi caso no lo hubo). Realmente deseo que seas feliz, que estés contenta, que la ames, todo eso será bueno para ella.
    Es una niña y hay que dejarla que lo sea aun cuando vaya cambiando. Mucho de lo que fui mi madre jamás lo supo hasta que de adultas nos sentamos a conversar largamente.
    Ser madre es un desafío diario; Dios te haga sabia.

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    1. Siento bonito tener ese efecto en tu memoria :)
      Creo que es primordial construir el cimiento de la libertad de las hijas, así que tomo muy en cuenta tu experiencia y tu parecer. También he ido notando cómo a B le reverbera el modo en que yo me sienta. A veces he creído que realmente lo mejor que puedo hacer por ella es estar yo bien, eso y dejar que el amor abra nuestros caminos.
      ¡Gracias! Por momentos sí llego a olvidar que vamos de la mano de Dios; momentos breves.

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