sábado, 9 de febrero de 2019

Por un hombre

De pronto, me encontré pensando esto:

Hay tres mujeres que sentí como rivales en algún momento de mi vida... quedaron en una posición antagonista respecto a mí, por un hombre (en el peor de los casos, por un muchacho). Mis experiencias de "odio" han estado en relación a esas mujeres (una menos, otra más) y es increíble porque nunca sentí "eso" por los hombres implicados en esas relaciones, ni siquiera por otros hombres que me hicieron daño en serio. Como buena hija del patriarcado, tengo una asombrosa capacidad para disculpar hombres.

De pronto, a las 3 de la mañana de este sábado, se me ocurre que esas tres mujeres son bien chidas; pero en serio: especialmente; de esas personas con las que es genial estar y compartir. La única que hizo cosas de verdad traicioneras fue una mujer que originalmente me apreció y con la que me porté "mal" -por decirlo fácil y rápido-, así que tampoco es que ella fuera la mala y yo la buena. De hecho, si me alejo un poco y cambio de perspectiva, podría decirse que yo fui "la mala" en los otros casos. Nunca es tan simple.

Qué patético acomodarnos en las relaciones del modo en que menos nos conviene, quedando resentidas o atoradas en batallas unilaterales con otra persona que a lo mejor está en las mismas, por encumbrar a un hombre, protegiendo nuestros sentimientos hacia él de los efectos de sus acciones.

Ahora sonrío, recordando los "amiga, date cuenta" que ignoré, pero también reconociéndome en otro lado: cada vez más lejos de aquello.

Silvia Parque

10 comentarios:

  1. El transcurrir del tiempo nos va permitiendo cicatrizar heridas, coger perspectiva y poner con más objetividad a cada uno en el sitio que le corresponde.

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  2. Es interesante que te dieras cuenta del valor de tus rivales.
    Como dije soy bien "fome", ni eso he tenido.
    El hombre que me interesó de joven nunca se fijó en mi (él era mayor) y se casó con una muchacha de su edad.
    Siempre pienso que Dios nos guía en la vida o coloca algunos obstáculos para librarnos de algo. La vida hubiera sido tan distinta y tal vez bien infeliz dado su carácter.
    La verdad es que una idealiza a los otros.

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    1. Estoy de acuerdo contigo.¡No en que seas "fome"! Tener "rivales" es una tontería, es parte de una dinámica muy tonta, así que no es algo de lo que alguien se haya perdido.
      Yo tengo la impresión de que te has dejado guiar por Dios y eso es una auto-bendición bien grande.

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  3. lo mejor y mas positivo es darse cuenta del rol de cada uno... claro que algunas veces "fuimos los malos" pero el darse cuenta es el comienzo... otros ni eso.... besos!!!

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  4. Odiar es una palabra que no sé pronunciar, pero que cuando te hacen daño, a veces en la postura de haberse sentido heridos, no sé, te hincha una vena sádica que ni sabes que posees. Luego el tiempo pone todo en su lugar.

    Un abrazo

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    1. Odiar es muy grande. Puse "odio" entre comillas porque odio del nefasto no era; a ninguna de ningún modo, le habría hecho daño de modo que pudiera perjudicarle "realmente". De hecho, en el primer caso era una cuestión adolescente y ella apenas figuró -en mi historia- como "personaje" muy secundario.
      Pero sí creo que hay más odio en nuestras relaciones del que nos atrevemos a reconocer -y está bien que no nos atrevamos-. Esa "vena sádica" que nos sale a veces puede ser aparatosa y sorprendente. Afortunadamente, creo que sí, que casi siempre el tiempo pone todo en su lugar.
      ¡Abrazo, Albada!

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  5. Lo mejor es fluir.
    Dejar que las cosas cosas tomen lugares que te hagan estar más tranquilo.

    *^*

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