Unos meses después de casarme, dejé de tener dolor de cabeza y me enteré de que había vivido con dolor de cabeza. No me había dado cuenta porque era un dolor permanente.
No mucho después, sentí por primera vez un dolor de brazos que a partir de entonces se presentaría de cuando en cuando, a veces en las manos, a veces subiendo del hombro al cuello, a veces por toda esa ruta hasta la cabeza. Una mañana, cuando desperté con dolor y ya no tenía esposo que me asistiera, de plano no pude ir a trabajar: no podía moverme; vestirme fue una odisea. Ese día me tomaron una serie de fotos de interior y supe que tengo un nervio oprimido porque mi columna no está alineada con mi cabeza. El nervio siempre ha estado oprimido; en determinadas circunstancias, duele.
Meses después, descubrí que tengo el pie cavo; usé por primera vez plantillas especiales en los zapatos y la experiencia total de mi cuerpo fue otra. Caminar teniendo demasiado arco en el pie es como andar "de uñas" -pisar con el talón y las puntas de los dedos-, lo cual provoca un malestar que en realidad es una especie de dolor. Hace años que no tengo las plantillas. En parte por eso, en parte porque no estoy acostumbrada a caminar mucho y estos días tuve que ir de aquí para allá, tengo un penoso dolor de pies.
La novedad es un molesto dolor que ubiqué en una teta: creí que todavía tenía leche y que estaba congestionada; pero una noche me di cuenta de que el dolor no estaba en la teta, de que usualmente se extendía hacia lugares que claramente no eran la teta. Al parecer es inflamación de algo que cubre las costillas.
¿Qué necesidad hay de más dolor?
¿Ninguna?
Pues mi maña de rascarme la cabeza hasta levantar la costrita que se formó por haberme lastimado por rascarme la cabeza, llegó demasiado lejos últimamente y he tenido dolores de cabeza para regalar -en realidad, es algo así como dolor de cuero cabelludo, supongo-.
Creo en interpretaciones no científicas de los hechos, sobre todo de la experiencia humana, así que la respuesta a la pregunta es: castigo. A veces, muchas veces -tal vez la mayoría de las veces- lo consciente no se impone.
Silvia Parque
Ignoro las causas físicas, pero el dolor crónico casi siempre lleva consigo un desarreglo de percepción o una somatización de culpa.Pero tranquilidad, eres joven y verás que te repones
ResponderEliminarUn abrazo
Eso pienso. Me encanta que digas que soy joven :D Gracias por el buen augurio ;)
Eliminar¡Abrazo, Albada!
Que mal che, nunca es bueno leer los dolores de alguien, aunque no lo creas a uno le afectan también aunque sea de forma minima en comparación. Espero que al ya detectarlos con claridad lo puedas solucionar de a poco. Si me decis que toda la vida te acompañaron va a costar. Besos!! Y suerte...
ResponderEliminar¡Gracias, JLO! Saber con claridad qué pasa ayuda mucho, por ejemplo, para no sumarle angustia al dolor :)
Eliminar¡¡Besos!!
Un amigo -estudiante de medicina- decía que el dolor es un aviso.
ResponderEliminarSin duda no nos gusta para nada, y como dices también puede ser un castigo ...no sé, llegamos a un mundo muy contaminado y el cuerpo se va adaptando.
Ruego a Dios que descubras la causa de tus dolores y puedas tomar medidas acertadas para no sufrirlos.
De hecho, los médicos se refieren a "sus pacientes", no sé si se refieren a paciencia o padecer.
(Mi amiga Vero sufría unas migrañas horribles, después de mil exámenes descubrieron su nariz desviada.)
Y personalmente, no creo que los castigos puedan corregir muchas cosas, mi profe de gimnasia castigó mis piernas con una varilla de mimbre para que hiciera el ejercicio como debía ser, nunca pude. Apenas recibí un 4 para superar el curso.
¡Yo también tengo la nariz desviada! Creo que estoy toda desviada: estoy zamba -no se nota, pero algo hay de eso-, tengo esta cosa en la columna que no "casca" con mi cabeza y el tabique desviado. También tengo un nervio en la cara desviado que hace que con unos movimientos de la mandíbula se me mueva un ojo. Yo digo que tiene significado. Creo en esas cosas. Llegamos también a un mundo muy contaminado a nivel "alma", "vibra", "energía" y nos adaptamos torciéndonos... Algo así.
EliminarMe hace muchísimo sentido tu último párrafo. Yo puedo decir misa sobre el trabajo que ya he hecho en mí: pero ahí estoy, todavía hasta ayer, rascándome hasta lastimarme... Bueno, pues he leído tu último párrafo y es como si el parrafito le hubiera hablado a algo en mi interior, que va espabilando...
Tache para tu profe de gimnasia; tal vez tenía buena intención y solo hizo lo que le enseñaron, pero tache con rojo.
¡Gracias, Ojo humano! Confío en que estaré cada vez mejor y mejor :) Ya hace muchísimo no paso por episodios como los que me imposibilitaban moverme por largos ratos.
En España, si hubieras sido hombre, te hubieses librado del servicio militar. Los pies planos era un motivo, por lo que supuongo que los cavos también.
ResponderEliminar¡Punto bueno para los pies planos/cavos! :D
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