viernes, 31 de agosto de 2018

La "mamá de"

Me convertí en "mamá de B". Mi cuerpo tan suyo.

Había visto a B caminar a su salón y entrar. Ya me iba, cuando me llamó la mamá de K. Apenas ahora mismo, recuerdo que se llama G.

- ¡Mamá de B! -dijo.

Me acerqué.

- Perdón, se me olvidó tu nombre...
- Así somos: "mamá de K", "mamá de B".

Continuamos la conversación.

Yo amo ser "mamá de B". No solo amo la maternidad o particularmente hacer de su mamá, sino que amo ser identificada y llamada "mamá de B".

Históricamente, las mujeres han sido propiedad de alguien.Cuando esto dejó de ser objetivamente así, es decir, de aparecer tal cual así en las leyes, de todos modos se les siguió tratando como "hija de", "esposa de", "mamá de". Y no solamente porque su principal ocupación fuera el cuidado de otros. Ahí está la faja del libro que define a Elena Garro como "mujer de", "amante de", "inspiradora de", "admirada por" [AQUÍ ESTÁ].

El "de" es elemento constitutivo del machismo. Poco a poco, las mujeres casadas por acá han dejado de firmar con el "de Apellidodelmarido".

Sin embargo, yo siempre quise llevar el apellido de quien fue mi esposo. Él no quiso. No "me dejó". Que mi identidad, que todo lo que acabo de escribir, que yasabrástúperonoestoydeacuerdo...

Tuve una alumna que firmaba sin el "de", pero con el apellido del esposo, como me parece que es común en Estados Unidos. Ella sabía que era criticable en ciertos ámbitos y creo que pensó que era criticable desde mi punto de vista, pero ese apellido le gustaba mucho.

Yo soy feliz de ser "mamá de B". Tal vez porque he tenido suficientes oportunidades para ser lo que he querido en el ámbito académico o laboral.

Hay y seguirá habiendo mucha política sobre género en mi casa -relativamente mucha, depende con qué se le compare-. Y siempre he tenido clarísimo que me gustaría tener una pareja que me mantuviera económicamente. Y no tengo intención de empezar a levantar cosas pesadas o de matar yo misma los bichos siempre que pueda evitarlo. En principio, mi vida no está para consagrarla a una bandera o a una causa, así que si fuera incongruente con una ideología o movimiento, no sería un gran problema para mí. No obstante, en mi entendimiento y experiencia, me resulta congruente.

De cualquier forma, examino qué hay detrás de mis deseos y elecciones -que nunca son "en el aire"-, qué es lo no evidente, qué sostiene algo, con qué se relaciona, para qué puede servir; sobre todo, para qué puede servir y no me he dado cuenta.

En esas, reflexionando mientras llegaba a la casa y empezaba esta entrada, me acordé de mi amiga M, a quien una vez le dije "mamá de A". Rechistó de inmediato, con toda la razón del mundo: que ella tenía un nombre, que era M. Por supuesto.

G, la mamá de K, quien me llamó hoy y se disculpó por no recordar mi nombre, tiene una vida completamente diferente a la mía. No la conozco a profundidad, pero sé que viene de un hogar donde la mamá tuvo que trabajar mucho para sacar adelante a sus hijos y que vive en un contexto -¿quién no en este país?- donde seguramente se le ha discriminado por ser mujer y se le ha señalado de una manera u otra porque el papá de sus hijos no está presente. Y yo le doy un poquito más de peso a la pesada loza de un sistema social que le ha dicho -nos ha dicho- qué debemos ser aunque no nos convenga. Me propongo no volver a decir a ninguna mujer algo como "eso somos, la mamá de", si no estoy segura de que ser identificada de ese modo es algo que goza.

Silvia Parque

10 comentarios:

  1. Siendo España un país tan machista como casi todos, me congratula el detalle de que las mujeres no pierdan su apellido por el hecho de casarse. Creo que en eso somos mucho más progresistas que otros países que en muchos aspectos nos dan cien vueltas.

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    1. Yo respecto a eso pienso que de todas formas tienen el apellido del padre y si se quedaran con el de la madre tendrían el apellido del padre de la madre; pero entiendo el punto de no perder la identidad.

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    2. Tienes razón, pero un matiz, tenemos el del padre de primer apellido y el de la madre de segundo, con la posibilidad de cambiar el orden.
      Aquí se usan mucho los dos apellidos. Yo siempre he sido xxx yyy fff. Y es algo habitual.
      Con esto no te quito razón en lo que dices, solo matizo que los apellidos de padre y madre están ahí presentes.
      A mi no me gustaría nada que me hubieran cambiado el apellido por el de mi marido, me siento muy identificada con mi nombre y con mis dos apellidos.

      Un beso

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    3. Es interesante ver qué es lo común en otros lados :) Yo supongo que quería tanto tener otro nombre, que me resultó bien importante poder cambiármelo en el ambiente virtual, y como ya he platicado, una de las sensaciones que más amo es que en el mundo material me llamen "Silvia Parque" (mi apellido "real" es Avila).
      ¡Un beso, Matt!

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    4. Con respecto a nuestros propios apellidos creo que sería más lógico que fuera por delante el de la madre, aunque a mí me guste más el de mi padre (que es el que llevo en primer lugar).
      A mí "Ávila" me parece muy bonito, aunque supongo que si a ti no te gusta llevarlo será por otros motivos.

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    5. Supongo que sí... Un día voy a ponerme a leer sobre esto: para qué funcionaba y para qué funciona ahora el apellido. ¿Cómo funcionará en Canadá, donde según me han dicho se puede asignar a un niño un apellido cualquiera, que no es el del padre ni el de la madre?
      También me gusta "Avila". No me atrevo a decir que no me guste llevarlo; pero yo quería otra identidad :) Lo escribo sin acento porque en mi acta de nacimiento no lo lleva y en esos años sí se escribía con acentos en las actas y decían que te llamas como dice tu acta, de modo que en realidad, algunas personas mayores se llamaron: "Ma" porque antes-antes abreviaban en el acta: "Ma. Ignacia Tralalá Tralalá".
      Ahora, al menos en Querétaro, escriben en mayúsculas y sin acentos. Total que el segundo nombre de B está escrito "HAYDEE" y olvido si el acento lo lleva en la primera o la segunda "e", de manera que a veces lo escribo sin acento XD

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  2. Antes fuimos las hijas de...y tal en algún momento la compañera de...y claro, como no podía ser de otra forma, acabamos siendo la mamá de..Lo malo es que tras estar mucho tiempo siendo solamente una misma, se acaba por volver a ser madre de...Y es todas ellas somos la misma mujer, evolucionando.

    Interesante. Un abrazo

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    1. Una especie de hilo conductor identitario que hace a la misma mujer, pero cambios tan profundos que puede haber una mujer nueva en una de esas etapas evolutivas.
      ¡Abrazo, Albada!

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  3. Creo que he sido muy bendecida en la vida, pocas veces recuerdo que fuera discriminada, mi madre fue una mujer sola con una hija, me enseñó a pararme como persona frente a quien fuera. Ni siquiera fui madre de ...o esposa de... Las personas somos más que una etiqueta, los hombres yo creo que también sufren con roles que no desean y que a veces no pueden cumplir. La vida es tan bella como una quiera hacerla en el día a día, las humillaciones no discriminan si se es mujer u hombre.

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    1. Qué bueno, Ojo humano :) Estoy de acuerdo contigo en que las personas somos mucho más que una etiqueta y en que los hombres también sufren con roles que no desean o no pueden cumplir. Difiero en que las humillaciones no discriminen si se es mujer u hombre. Hace muchos años, el papá de mi hija me dijo: "¿Si sabes que tienes mucho más poder que, por ejemplo, un hombre indígena?" Le respondí que lo sabía, pero que ese hombre indígena -cualquiera- tenía más poder que su hermana. Hay dolor para todos, pero humillaciones, yo sí noto muchas más para mujeres.
      ¡Saludos!

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