Me había pasado leyéndole libros o contándole historias. Repito que no con frecuencia; más bien pocas veces, creo yo... pero memorables.
El fin de semana ante-anterior, la dejé acostada para ir a ver el capítulo nuevo de la serie de Luis Miguel. Normalmente espero a que se quede dormida, pero yo quería ver el capítulo, así que me fui al estudio, me instalé y lo puse. Creo que iba como a la mitad cuando apareció la criatura. Dejé que se quedara por ahí, pero se asomaba a la pantalla a cada rato y supuse que la cosa se pondría fea con Luisito Rey, así que pausé la reproducción y le dije que ella no podía seguir viendo porque ese señor se iba a convertir en monstruo.
Pensé que era una figura retórica aceptable.
Jugamos a ser monstruos. Hacemos como monstruos. Cuando me desespero y me pongo en plan mamá neurótica o histérica, digo que me convertí en monstruo. Pero se asustó de verdad.
Silvia Parque
En vez de cantarle "duérmete niña que viene el coco" le puedes decir "que viene mamá". Está bien. :)
ResponderEliminar¡Malo! XD XD
EliminarDe niñas somos más apegadas a la madre que al padre. Tal vez el susto es porque no quiere dejarte. Ese era mi gran drama de niña, mamá trabajaba hasta entrada la noche y yo despertaba sin que ella hubiese llegado. Eso me asustaba mucho.
ResponderEliminarEs parte del crecimiento aprender a superarnos.
Sí tiene asuntos con el apego que le generan ansiedad; no había considerado que esa fuera la raíz de su capacidad de asustarse... podría ser.
EliminarUn abrazo a la niña chiquita que fuiste. Hacemos bien en recordarnos a nosotras mismas :)
Ay pobre. A mí me pasó alguna vez, les contaba alguna historia de miedo en plan gracioso y les asustaba de verdad.
ResponderEliminarBesos.
¡Eso! Creo que lo más trágico fue una noche en que hice la voz del espejo de Blanca Nieves y la criatura lloró y sollozó literalmente durante horas :( Me consuela no ser la única...
Eliminar¡Besos, Marigem!
Cuentos de mi infancia estaban llenos de seres horripilantes. No sé si les asustamos mucho más con actitudes sorpresivas, por prisa casi siempre. Monstruos tal vez no, pero las madres podemos ser, a ratitos, odiosas
ResponderEliminarUn abrazo
Yo tuve puros cuentos edulcorados. Pero estoy del todo de acuerdo contigo, Albada.
EliminarUn abrazo.
Paradojico, le produjiste el susto que le quisiste evitar. Aunque tal vez le hayas evitado un susto mayor, por lo que se comenta en los medios, parece que ese personaje es todo un villano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es... ambas cosas o.O
EliminarUn abrazo, Demiurgo.