A) La cuenta de Gmail vinculada a los blogs, que nunca uso. Google dispuso que la tuviera.
B) La cuenta de Hotmail que considero como "base"; la que doy usualmente, en la que, por ejemplo, recibo las notificaciones de Hacienda
C) La cuenta de Gmail que uso para cosas de trabajo.
Soy articulista y correctora de estilo. Si necesita algo en relación con eso, puede escribirme a silviaparqueaw@gmail.com
D) Otra cuenta de Hotmail que abrí la primera vez que mi dirección de correo iba aparecer como algo público en la red; empecé a usarla para interactuar con personas que solo trato en el medio virtual.
Ya no puedo entrar a mi correo "D" porque no recuerdo la contraseña. Parece fácil simplemente decir "he olvidado la contraseña", pero hace años que no me entiendo con Hotmail: ha llegado a mandarme de la cuenta "A" a la cuenta "D" persiguiendo códigos de seguridad, dejándome sin poder entrar a ninguna de las dos. Por eso no he intentado hacer más que tratar sin éxito de recordar la bendita contraseña.
Eso me lleva a la sensación de que voy dejando basura cibernética, como hemos dejado basura en el espacio exterior. Siento como si tuviera huecos virtuales, espacios abiertos que deberían estar cerrados. Porque hay más:
E) Mi primera cuenta de correo era una de Yahoo. Cuando abrí la de Hotmail, fui dejando de usarla y luego olvidé la contraseña. No conseguí responder las preguntas de seguridad para volver a entrar. Un día, una ex amiga me dijo que me había enviado a esa dirección un correo en relación con la situación que nos convirtió en "ex" amigas. Cada vez que recuerdo esa cuenta, recuerdo ese correo que no leí. Me gustaría no recordar ninguna de las dos cosas o poder asegurarme de eliminar la cuenta para que no existan.
F) Alguna vez abrí otra cuenta de Hotmail para comunicarme con un par de personas especiales. Luego empezamos a comunicarnos por otras vías y abandoné la cuenta: no sé si la eliminé. Me gustaría saberlo. Es esta sensación de ir dejando migas por el camino.
G) También tengo otra (de Hotmail) vinculada a una plataforma de un foro en el que ya no participo. Esa no me molesta. Ya curada de espantos, tengo apuntada la contraseña. Tal vez vuelva al foro/plataforma y entonces la usaré.
H) He tenido también cuentas vinculadas a las organizaciones en las que he trabajado; pero que yo sepa, se han eliminado al separarme de las organizaciones. La que sigue existiendo es una de Hotmail que usaba en la inmobiliaria (tampoco recuerdo su contraseña). Esta no me molesta porque la usé exclusivamente para mandar mensajes sobre el trabajo, unos cuantos a clientes y la mayoría a los ejecutivos. Esto me hace concluir que lo que no me gusta es tener "perdidas" cuentas que dicen algo de mí.
Silvia Parque
P. D. Ahora recuerdo que cuando abrí una cuenta de Facebook para mi imaginario príncipe azul, abrí una cuenta de correo para él. [AQUÍ, un poco más sobre Felipe en mi vida.]
Con los correos ocurre eso. Se ha ido cambiando, por falta de uso, o por pérdida de contraseña. Con hotmail me pasó como a ti, me obligaban, imagino, a cambiar la contraseña y al final ni sabía entrar. Un lío, la verdad. Me ha interesado tu Felipe y me ido al enlace que pones. Esas cobijas que al final no cobijan, llámese marido en ocasiones, me parece un texto de una sinceridad sangrante. El tema de inventarse un refugio llamado príncipe azul es muy tierno, pueril sin duda pero una llamada de socorro al mundo intergaláctico de la virtualidad. Mira que tengo imaginación, pero llegar a fabricar un alter ego femenino aún me atrevería, pero masculino no se me habría ocurrido jamás.
ResponderEliminarMuy interesante el tema de los correos electrónicos, con los que vamos dejando basura como dices, por la globosfera virtual. Un abrazo y feliz fin de semana
Yo recuerdo que en un principio, Hotmail se portaba "normal". Luego se convirtió en una molestia en relación con sus protocolos de seguridad. Tal como dices: "un lío".
EliminarEstuve muy mal un tiempo, en la peor temporada de mi matrimonio; creo que peor que cuando terminamos; cuando miro "eso", suelo enfocar que estaba loca; pero ahora que leo tu comentario, lo que veo es que construir un refugio -el que me acomodó- y lanzar llamadas de socorro, fueron "muestras" de ganas de vivir.
¡Abrazo, Albada! Y feliz fin de semana para ti también :)
EliminarYo creo que he tenido solo cuatro, de las cuales utilizo dos. Una de ellas casi exclusivamente para trabajo y la otra para todo lo demás.
ResponderEliminarCreo que es la división natural: una para el trabajo y otra para lo demás. Yo en realidad tengo solo esas dos en mente: la que considero "base" y la de trabajo. Aunque tengo activas esas más la vinculada a los blogs, solamente uso esas.
EliminarLos de trabajo no hay más remedio que tenerlos y suelen ser varios. Los personales entre menos mejor, a mi se me suele olvidar mirarlos.
ResponderEliminarBesos
De acuerdo; yo dejé de ver el correo con frecuencia cuando empecé a trabajar por mi cuenta. Ahora pueden pasar un par de semanas sin que lo abra.
Eliminar¡Besos, Ambar!