lunes, 16 de abril de 2018

Dar ayuda

Estoy leyendo "La dialéctica del sexo", de Shulamith Firestone y desde ayer tengo en mente esta idea de Margaret Rhondda, que encontré ahí:
[...] el entusiasmo que impregna el deseo de procurar por nuestro prójimo y de beneficiarle según el propio criterio es una actitud mucho más extendida que el deseo de proporcionar a cada uno el poder necesario para cuidar de sí mismo. 
Como estamos en temporada de campañas electorales, están más o menos presentes los discursos en relación con apoyar a "los necesitados"; pero cae mal la pregunta del millón: ¿por qué están necesitando? Y las que le siguen.- ¿Cómo podrían estar en otra posición? ¿Será que si se mueven de posición tienen que moverse los demás? 

Al negocio de dar ayuda no le conviene hacer posible que la gente tenga sus propios medios para sostenerse (no todo el "dar ayuda" es un negocio).

Silvia Parque

6 comentarios:

  1. Las diferencias entre ricos y pobres del planeta son sangrantes. En España el abismo ha dejado a la población con un porcentaje de familias en riesgo de pobreza hasta familias con trabajo, o con pensiones de jubilación, pero se seguirán aumentando los presupuestos militares. Es una civilización enferma de ego.

    Un abrazo

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    1. La eventual desaparición de la clase media va a hacer de este un siglo interesante.
      Lo has dicho tal cual: una civilización enferma de ego.
      Un abrazo.

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  2. Hola.
    Uffff, es que esa pregunta es complicada. Obviamente a los dirigentes no les interesa un pueblo libre y con medios de vida, tener gente que depende de ti siempre te hace poderoso. Mismamente en Siria lo vemos, la han bombardeado y Alepo ha quedado plana porque no interesa que un lugar emergente prospere. Mi hija está en otro país con un estudiante sirio y es increíble la cultura que tiene, está terminando medicina y está preparadísimo, era un país con unas universidades buenísimas y claro, eso no puede ser que de ahí sale gente preparada y con criterio que no se va a dejar vapulear. Y ya no hablamos del tercer mundo, jamás se erradicará el hambre, es mejor tener a esa gente sometida y que vivan de donaciones, que además muchas ONG son un negocio inmenso.

    Y en el día a día pues lo mismo, mejor tener a gente necesitada que no salga a protestar ni a manifestarse y con la que hacer negocio en forma de albergues, ayudas y demás.

    Interesante reflexión, daría para muchos post, hay muchos muchos ejemplos.

    Un abrazo y feliz martes.

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    1. Gracias, Marigem.
      Bien penoso es eso de dar para controlar. Y como dices, ejemplos hay muchos: dirigentes que no van a terminar con la miseria de la que sacan votos y pretextos para la siguiente elección, pueblos hambrientos que son la buena obra del año de voluntarios colonizadores/rescatadores.
      La situación de Siria es terrible. Qué afortunada experiencia la de tu hija, que puede conocer cómo han sido las cosas allá, desde la perspectiva de su compañero.
      Un abrazo con cariño y feliz martes para ti también.

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  3. Es una entrada para releerla y rumiarla. Muy interesante.

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    1. Qué bueno que te lo pareció, Macondo. Hay mucha tela de dónde cortar en estas cuestiones.

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