No tardé en ir por desidia, sino porque cada vez que revisaba, el clavo se veía junto a mi pierna; según mi razonamiento, estando "al lado" no podía estarse enterrando. Para mayor seguridad, cada vez que revisaba, me acomodaba.
En esto, como en tantas cosas, debía tenerse en cuenta, primordialmente, la forma en que se está viviendo la experiencia. Si se siente mal, hay que atenderlo: aunque "no debiera" sentirse mal, aunque no haya razones para reaccionar con malestar.
Silvia Parque
Qué cosas piensas. Eres una filósofa.
ResponderEliminarBesos.
:D ;)
EliminarBesos, Macondo.