Yo no recuerdo si pertenecí al lugar en que nací y crecí; tan ajena me siento ahora, que no podría recordarlo.
No podría pertenecer a este otro lugar, en donde vivo hace años -aquí nació mi hija, así que es un lugar donde nacen buenas personas-.
Al país, no puedo ni concebirlo como un lugar: difieren tanto el norte, el centro, el sur...
Pertenecía a mi casa, al lugar donde había paredes llenas de cuadros, muchos libros y una recámara para el sexo. Eso cambió: tengo esta mi casa que es un hogar, pero tampoco pertenezco aquí.
La madrugada del sábado tuve un terrible dolor en la rodilla izquierda: espantoso, de sentir que iba a vomitar y a desmayarme. Me hizo pensar que tal vez mi cuerpo es el lugar al que pertenezco.
Silvia Parque
Qué extraño lo de tu rodilla. Ve al médico. Un beso.
ResponderEliminarFui; dijo lo mismo que tú: que era raro. Según yo, no hice un esfuerzo fuera de lo común, ni por cargar algo ni por ejercicio. El tratamiento que me dio funciona, es lo bueno :)
EliminarUn beso, Susana.
Prohibidas las genuflexiones.
ResponderEliminarBesos.
Descartadas :)
Eliminar¡Besos, Macondo!