Lo que me resulta desagradable de no estar casada ahora es la incomodidad cuando la gente asume que seguimos siendo pareja. El fin de semana, la señora de mis tacos favoritos hacía la cuenta de lo que comimos y mencionaba cuántos tacos fueron de la niña, cuántos míos y cuántos de "mi esposo". Me siento ridícula con mis ganas de decir "no es mi esposo". Si saliera con un amigo y dijeran algo así, no les corregiría. ¿Qué más da? Pero me importa: me molesta. Contesto sobre lo que estamos hablando y digo "el señor" en donde la señora esperaría que dijera "mi esposo"; pero me doy cuenta de que he quedado como si estuviera marcando distancia entre nosotras en lugar de haber señalado que el hombre no es mi esposo.
Nunca celebramos un aniversario como me hubiera gustado. No le doy demasiada importancia a una fecha; creo que cualquier momento es bueno para celebrar la vida, el amor o lo que sea, pero el primer año en que ya no hubo algo que celebrar, me di cuenta de que nunca hubo una celebración como me hubiera gustado.
Silvia Parque
Cuando uno se da cuenta que es tarde para darse cuenta?
ResponderEliminarMe paso, me pasa.
Estoy volviendo al blog, pase a dejarte un beso Silvia!
Yo hice de todo para no darme cuenta, hasta encontrarme con recursos suficientes para aceptar eso de lo que debía darme cuenta :)
EliminarEnhorabuena por el regreso. Ahí nos vemos ;)
¡Un beso!
Hay que celebrar cuando se está a tiempo y hay ocasión, porque luego nunca se sabe.
ResponderEliminarAunque ya no estéis casados creo que es bonito que sigáis haciendo cosas juntos con la niña y que haya cordialidad suficiente como para que desde fuera parezca tu marido. Entiendo que te moleste, pero piensa que es buena señal.
Un beso
Tienes toda la razón en ambas cosas.
EliminarHa sido cuestión de calma apreciar lo bueno que es llevarnos bien, estar cerca y querernos como nos queremos, aunque "esto que hay" no sea lo que hace años pensamos que iba a haber -o lo que queríamos que hubiera-. Hace semanas, él llegaba con flores para ambas y yo remarcaba: "tu papá te trajo flores", "se las has traído a ella"; cosas así para dejar claro que yo ni tomaría ni daría por bueno el cariño ofrecido, por no ser el amor que yo creía "me correspondía". Ya no. Bienvenida la buena voluntad y el afecto positivo. También me preocupaban mis posibilidades de tener pareja, con esta forma nuestra de seguir siendo familia, que le hace estar tan presente; es decir, si desde fuera parece mi marido, ¿cómo habrá otro marido? Pero ahora me concentro en el presente y en el presente, prefiero por ejemplo, que pasemos el domingo los tres juntos, a cualquier otro plan, y como una amiga me dijo: si aparece alguien que sea el indicado para ser mi pareja, sabrá abrirse paso.
¡Un beso, Matt!