Empecé a beberlo después de las 12:00. Quien tenga un gusto muy metido en el alma, sabrá cómo es que ya lo estaba disfrutando desde que lo recibí: casi lo disfruté más por no tomármelo enseguida.
Hace un rato, el vaso iba a la mitad, y le puse agua hasta llenarlo. Más gozo.
Silvia Parque
lo sencillo de la vida es impagable
ResponderEliminarsaludos
Sí :)
EliminarSaludos, Carlos.
Lo tuyo con el vaso de té es algo parecido a lo de Aquiles y la tortuga. Nunca se te termina.
ResponderEliminarBesos.
¡Exacto! :D :D
Eliminar¡Besos, Macondo!