Silvia Parque
sábado, 19 de septiembre de 2015
Siendo papás
Le damos a los niños lo que tenemos, y lo que somos. Ahora que B todavía se alimenta solo de leche, puedo fantasear con la dieta saludable que va a tener después, pero sé que mi dieta está muy llena de carbohidratos y grasas como para que la de ella sea mucho mejor. Hay dos caminos evidentes: desterrar mis fantasías o cambiar mi forma de comer; yo creo que bastará con bajar mis expectativas por un lado, y seguir avanzando en la moderación, por el otro. De igual modo: me habría gustado que no viera televisión hasta que fuera mayor, pero a veces, la siento en mis piernas y vemos algo juntas; sin embargo, me abstengo de todo lo que tenga cosas terribles, incluso si está dormida: cuidamos sus ojos y oídos. No podemos ser sino lo que somos, pero nos hace una mejor versión de nosotros mismos.
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Aunque muchas veces el entorno se encargará de que no sirvan de nada los algodones protectores, hay que intentar amortiguar lo más posible.
ResponderEliminarBesos.
Eso haremos, y cuando no sirva, al menos habrá consuelo y compañía, que no es poco :)
EliminarBesos, Macondo.
Ser madre te transforma para bien. Un beso.
ResponderEliminarEso creo. Es tan trillado eso de que los hijos "cambian la vida", pero así es.
EliminarUn beso, Susana.
Sin darte cuenta haces las cosas mejor por ellos. Porque te haces consciente de errores que cometes viendo el mundo a través de sus ojos. Yo dejé de decir palabrotas, de picar entre horas, de cruzar con el seméforo en rojo... Sin planteármelo. Pero el saberte un ejemplo te hace ir cambiando pequeñas cosas.
ResponderEliminarAsí es :) Hay cosas en las que soy negligente porque ha sido mi decisión ser así, me lo he permitido; pero aprendí "lo correcto" y luego me dejé ser vaga; lo que quiero decir es que tuve el referente de "lo correcto", y no quiero que a B le falte.
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