martes, 24 de marzo de 2015

Septenios del desarrollo: de los 0 a los 21 años

Encontré en Youtube, una plática del Dr. Karmelo Bizkarra:


Según cuenta este médico, el desarrollo humano se divide en septenios, que a su vez forman tres grandes grupos:
  • De los 0 a los 21 años; asociado al desarrollo físico.
  • De los 21 a los 42 años; asociado al desarrollo anímico.
  • De los 42 a los 63 años; asociado al desarrollo espiritual.
Concluido el último periodo, la persona puede dedicar su energía a "dar" al mundo, a partir de lo que ha aprendido.

He resumido lo que más me ha interesado de las características del primer gran grupo:

Septenio de los 0 a los 7 años.- "El niño es un habitante de dos mundos, porque el niño no está aquí todavía. Un niño de tres meses, un niño de cinco meses, va entrando poco a poco [...] en su cuerpo". El niño necesita experimentar la bondad, a partir del cuidado que recibe; de este modo, "simpatizará con el mundo": se sentirá protegido y querido y crecerá saludablemente. En sus primeros años, logrará tres conquistas: la del espacio, al conseguir estar erguido y caminar con las manos libres; la del lenguaje, al conseguir comunicarse con la palabra; y la de las capacidades básicas del pensar. Hacia el tercer año de vida, termina su fusión con el mundo de la madre: aparece la sensación de individualidad; el papel del padre es fundamental en este proceso. Esto no quiere decir que antes, el niño no tenga su propia forma de ser; cada cual nace con su propio temperamento, que ha de respetarse, igual que sus ritmos de alimentación y sueño.
Es especialmente importante saber que si se empuja al niño de esta etapa, a aprender antes de tiempo, perderá vitalidad; por eso, si va a la escuela, debería ir a jugar. Lo que tenga que aprender, lo aprenderá por imitación, sin largas explicaciones y sin que se pueda evitar que note las inconsistencias entre el pensar, el sentir y el hacer de sus modelos.

Septenio de los 7 a los 14 años.- Se trata de un periodo de maduración psicológica, que coincide con la etapa escolar; el niño necesita experimentar la belleza: los ideales. Su figura de mayor influencia es el maestro: la autoridad que sabe. Se recomienda la lectura de las vidas de personajes que han ayudado a que el mundo sea mejor. Al mismo tiempo, el niño, más ágil que nunca, necesita contacto con la naturaleza, sobre todo porque aprende con el ritmo, y la naturaleza le ofrece ciclos y estaciones. Es el tiempo ideal para el desarrollo de patrones de hábitos.
Más o menos a la mitad del septenio, alrededor de los 9-11 años, el niño vivirá una crisis cuando note que el mundo no es tan bueno ni tan bello como creía y que no está completamente protegido por los padres; requerirá valor para enfrentar la realidad.

Septenio de los 14 a los 21 años.- Es la fase de la relación social y la búsqueda de complementariedad, incluido el aspecto sexual. El adolescente necesita experimentar la verdad, en cuanto a la consistencia entre el actuar, el sentir y el pensar. Su mayor influencia es el grupo de amigos y "hará todo lo necesario, sano e insano, para sentirse integrado al grupo". Es el momento no solo de crear su individualidad, sino de creer en ella, para lo cual necesita oponerse a sus padres y resistirse a la autoridad.
Alrededor de los 18 años y medio, es común que el adolescente se pregunte para qué ha venido al mundo; a menudo, los conflictos que genera esta crisis desembocan en conductas peligrosas. Afortunadamente, muchos conflictos se solucionan al llegar a los 21 años y vivir el "nacimiento del yo".

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Mi hiji ya tiene 23 años. No puedo esperar mas. Un beso.

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    1. Unos tardamos más que otros en según qué cosas, y puede ser difícil para quienes están alrededor :|
      Un beso, Susana.

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