Silvia Parque
sábado, 28 de febrero de 2015
A veces, pienso en mi abuelo
En el velorio de mi abuelo, una señora me dijo: "era como tu papá, ¿verdad?", y yo me puse a llorar porque en ese momento me di cuenta, sin ponerlo en esos términos, que era mi "figura paterna". Sí fue el "hombre de la casa" que era mi casa; sí representaba autoridad y seguridad; pero no fue como un padre: fue un abuelo. La idea de que habría podido ser como un padre, y que nunca lo tomé así, como desaprovechando la oportunidad, me estuvo pudiendo algún tiempo. Se me pasó, y a la distancia, amo que no haya sido de esa manera, porque así no me perdí de él como lo que era: un abuelo. A veces, pienso en él, me pongo sentimental y deseo que esté vivo y conmigo. Ahora que soy mayor, me pondría cariñosa y lo molestaría con arrumacos -no era así, de niña-.
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Siempre se lamenta no haber aprovechado mejor a los abuelos, pero los niños son así. Un beso.
ResponderEliminarPor eso es una bendición tener abuelos cuando ya se es mayor :)
EliminarUn beso, Susana.