Comí una. Y mi panza rezongó. Puede haber sido porque inmediatamente después, tomé un trago de agua, rápido. A mi abuela le molestaba que tomara agua así: que el agua hiciera ruido mientras bajaba por mi garganta; decía que parecía que venía del desierto, y ponía una cara como si yo el desierto fuera un lugar de mala muerte. Así que tal vez por eso rezongó mi panza. O porque en el fondo, sospecho que pan de chocolate con chispas de chocolate, no es moderación aunque sea solo uno, y mi superyó debía castigarme. En cualquier caso, creo que es obediencia somática.
Silvia Parque
Qué duro es la sensación de privación, aunque sea leve, y aunque sea por prevención. A mi me han quitado la sal y la añoro más que nunca. Todo lo tomaría salado...
ResponderEliminarUn beso
A mí que no se me da.. pero hay que cuidarnos. Lo de la sal me parece mucho más duro que lo del azúcar. ¡Ánimo, Matt!
EliminarAins... Pórtate bien...
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Sí! :S
Eliminar¡Un abrazo, Telma!