miércoles, 23 de julio de 2014

Curiosidad inocente

Tomo de ESTE video, el concepto de "curiosidad inocente"; me parece afortunado.

Concretándonos a la curiosidad por el fenómeno humano y por las personas, se trataría de un interés por algo nuevo, que puede causarnos extrañeza o sorpresa, y ante lo cual, vivimos unos segundos de "no saber", no "etiquetamos" de inmediato, y la etiqueta no es peyorativa cuando finalmente la usamos; corresponde a una actitud de autodominio por respeto. También podría hablarse de "curiosidad culposa" cuando lo políticamente correcto nos hace negar la curiosidad, pretender que no está. Y hay otra, más difícil de nombrar: una curiosidad en la que el otro es colocado nada más que como objeto; no se le está viendo como persona. Eso no solamente es desagradable; es la esencia de lo que han sido las peores discriminaciones, y es la base de la peor violencia -si no es que es violento en sí mismo-.

En el rancho de donde vengo, prácticamente no había "personas de color" en los años ochenta; claro que cuando vi por primera vez a una persona negra, me llamó la atención. Igual que la primera vez que vi a un oriental, o a cualquier persona evidentemente diferente a las personas que había visto. Pero era una niña educada, y no me habría quedado mirando.

Creo que en el acercamiento se nota qué clase de curiosidad hay -y la mirada es una forma de acercamiento-. Una curiosidad inocente se acerca con simpleza, con frescura, y con tiento; las otras, son subrepticias o escrutadoras. Conocí un poco de eso en relación con mi ojo izquierdo. Yo creía que "se me iba el ojo", hasta que una oftalmóloga, hace poco, me aclaró que se me levanta el párpado. En público, pasa cuando como con descuido (también puedo hacer que ocurra, moviendo la boca hacia los lados). De niña -el movimiento se notaba más entonces-, más de una vez fue dolorosa la mirada de otros niños, que no era "inocente", según la definición de esta entrada -por más sin mala intención que estuvieran mirando-. Sin embargo, hasta bonito sentí, muchos años después, cuando un par de personas -en momentos diferentes- preguntaron con normalidad: "¿se te mueve el ojo?" Estaban viendo algo que despertaba su curiosidad, y puesto que me preguntaban, consideraban que no podían responderse solos, y que yo tenía voz y participación en el asunto: de hecho, la principal voz y participación en el asunto. Es más o menos lo que aprendieron los antropólogos y los psicólogos sociales, cuando dejaron de emular las ciencias naturales.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Nací en un país en el que los negros son mayoría, así que nunca tuve conflicto, me encantaría saber qué pensaban ellos si tuvieran que tocar mi cabello.
    Una buena reflexión, me gustó.
    Un fuerte abrazo.
    HD

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    1. Gracias, Humberto. Es simpático pensar en uno mismo como "el diferente"...
      ¡Un abrazo!

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  2. Me ha hecho recordar cuando mi hija, muy pequeñita, al empezar el cole con 3 años, se hizo amiga y novia como no, de un niño musulmán, Tarik se llamaba. Que dulce cuando me preguntó porque su amigo era de color marrón jaja, todavía sonrío cuando lo recuerdo - mami, tengo un amigo nuevo y es marrón - jaja

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    1. :) Es dulce, sí, ¿cómo el descubrir la variedad de personas, no iba a formar parte del descubrir el mundo?
      Un beso, Inma ;)

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