sábado, 27 de julio de 2013

La alegría de la jardinera principiante

Ver que ha aparecido un tallito o una ramita, provoca una emoción en la que se combinan ternura, orgullo y alegría, con una gran carga de buena voluntad. Se le da la bienvenida al mundo, apenas con cualquier comentario, para no abrumarla y dejar que crezca en paz, a su ritmo.

Imagino que esa emoción puede ser mayor cuando una misma ha sembrado la semilla de la planta; pero en mi caso y para el caso concreto de mis tréboles, ya es de por sí bastante considerable, porque al paquete de sensa-sentimientos se le agrega el alivio, luego de que mi suculenta se agregara a la lista de fallecidas bajo mi cuidado.

Silvia Parque

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