Esta tarde no pude resistir la tentación de un churro calientito, recién hecho. Como solamente vendían la bolsita con varios, terminé comiendo unos tres churros y medio. No puedo estar más llena, y sin embargo, querría cenar. Mientras decido entre la pieza de pollo frito -gracias a Dios no pedí más que una-, y las manzanas y mandarinas sobre la mesa, termino con la mitad que hacía falta para decir que comí cuatro churros.
Ante el peligro que esta situación representa para mi vientre y mis muslos, propongo que alguien con menos sentido común que yo, envíe una iniciativa de ley a la entidad que corresponda, para regular la venta callejera de churros. Cada churrero debería ubicarse a suficiente distancia de donde yo pueda pasar.
Silvia Parque
Lo que tienes que pedir es que los vendan de uno en uno, para poder darte el gusto sin consecuencias.:) Un beso.
ResponderEliminarExacto. Pero también habría que decir de qué tamaño, porque luego unos enormes valen por dos :)
EliminarUn beso.